InicioLengua

Símil

Te explicamos qué es un símil en el lenguaje, su relación con la metáfora y algunos ejemplos. Además, otras figuras literarias.

¿Qué es un símil?

Un símil o comparación es una figura retórica que consiste en resaltar la semejanza o similitud entre un referente y otro, para atribuirle al primero características del segundo. La la noción de similitud proviene su nombre “símil”.

La comparación, a diferencia de otras figuras retóricas como la metáfora, se hace presente en un nexo comparativo: “como”, “cual”, “que”, “parecido a”, etc.

El símil existe desde tiempos muy remotos y fue una de las principales figuras retóricas empleadas en la literatura épica de la Antigüedad. El propio filósofo griego Aristóteles (384-322 a. C.) le atribuía un “efecto de brillantez”, especialmente al “símil épico” creado por Homero, en el que comparaba una acción compuesta con otra.

El símil tiene el cometido de resaltar estéticamente lo dicho, mediante el efecto producido por la comparación. También puede considerarse el símil como una alegoría formulada, o sea, como una forma extensa de representación simbólica.

De hecho, en el campo de la retórica, se llama símiles a los razonamientos que se sostienen en la analogía o semejanza entre asuntos. También es común su utilización en la lengua cotidiana.

Puede servirte: Recursos literarios

Ejemplos de símil

Algunos ejemplos de símil son los siguientes (el nexo está en cursivas):

  • Miguel es alto como una escalera.
  • China es un país tan grande como un continente.
  • Tenía los ojos más negros que la noche misma.
  • La sopa estaba caliente cual hierro fundido.
  • Mi novia tiene dientes semejantes perlas.
  • Llegamos a una casa muy parecida a un barco.

Símil y metáfora

La diferencia entre el símil y la metáfora radica, tradicionalmente, en que los símiles usan nexos comparativos, las metáforas no. De modo que estas últimas pueden considerarse una forma más directa o sucinta de comparación, razón por la cual Aristóteles las prefería en sus análisis retóricos.

Sin embargo, en la literatura contemporánea no suele hacerse mucho énfasis en esta diferencia, y los símiles se emplean con más espontaneidad y sencillez.

Más en: Metáfora

Poemas con símiles

A continuación, trascribimos algunos fragmentos de poemas de autores conocidos, en los que se aprecia el uso del símil:

Del poema “Los columpios” de Fabio Morábito:

Los columpios no son noticia,
son simples como un hueso
o como un horizonte.

Del poema “Letanías de la tierra muerta” de Alfonsina Storni:

Llegará un día en que la raza humana
Se habrá secado como planta vana,

Y el viejo sol en el espacio sea
Carbón inútil de apagada tea.

Del poema “Canción de otoño en primavera” de Rubén Darío:

Miraba como el alba pura;
sonreía como una flor.
Era su cabellera obscura
hecha de noche y de dolor.

Del poema “Dios lo quiere” de Gabriela Mistral:

Ve cual ladrón a besarla
de la tierra en las entrañas;
que, cuando el rostro le alces,
hallas mi cara con lágrimas.

Otras figuras literarias

Otras figuras literarias conocidas son:

  • La metáfora. Semejante al símil pero desprovista de nexo, es muy usual en la poesía y la canción. Consiste, así, en comparar dos términos de manera directa, atribuyéndole a uno propiedades del otro. Por ejemplo: “Fijó en mí los carbones encendidos de sus ojos”.
  • La humanización. Que puede ser comprendida como una forma de metáfora, consiste en atribuir características humanas a un objeto inanimado o a un animal, para resaltar su condición o acción. Por ejemplo: “El viento susurraba al pasar entre su cabello”.
  • La aliteración. Figura retórica que consiste en la repetición de ciertos sonidos o cadencias dentro de la frase misma. Por ejemplo: “Con el ala aleve del leve abanico”.
  • La hipérbole. O exageración, una forma de metáfora que atribuye a un término elementos exagerados, agrandando así el significado hasta los extremos, para dejar en claro lo que se busca. Por ejemplo: “Me estoy muriendo de la sed”.

Más en: Figuras literarias

Referencias