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Razonamiento

Te explicamos qué es el razonamiento, sus elementos y características. Además, cuáles son los diversos tipos de razonamiento.

¿Qué es el razonamiento?

Al hablar de razonamiento habitualmente nos referimos a la capacidad del ser humano para enfrentar mentalmente un problema o una situación, aplicando la lógica y la experiencia a su resolución y/o entendimiento. En otros casos, nos referimos a las distintas formas que puede tener dicho pensamiento, a partir de los aspectos específicos de la mente humana que intervienen en el mismo.

Dicho de otro modo, el razonamiento es un rasgo característico de la especie humana, o sea, capaz de diferenciarnos de los animales. Es un proceso intelectual, lógico, que a través de argumentos alcanza conclusiones, dado un primer conjunto de premisas.

El modo en que comprendemos el razonamiento hoy en día está vinculado con la idea moderna de razón. Es producto de los cambios filosóficos profundos que tuvieron lugar durante el Renacimiento europeo y especialmente en la Revolución Científica.

Así se desplazó la fe en Dios como el rasgo fundamental del ser humano, suplantándola, justamente, por el raciocinio y su capacidad para comprender las leyes fundamentales que rigen el mundo a su alrededor.

Ver también: Conocimiento racional

Características del razonamiento

En términos generales, de cualquier tipo de razonamiento se espera que permita resolver problemas, extraer conclusiones y producir alguna forma de aprendizaje consciente de los hechos, a través de relaciones causales y lógicas.

Esto significa que el razonamiento es voluntario, depende de las capacidades de cada quién y es algo que, dado el aprendizaje adecuado, puede ejercitarse y desarrollarse. Como veremos más adelante, el razonamiento aplica para diversos ámbitos mentales y a través de lógicas procedimentales (metodologías) distintas, según sea el caso.

Elementos del razonamiento

Todo tipo de razonamiento consta de dos elementos claramente diferenciados, que son:

  • Las premisas. El conjunto de expresiones que afirman o niegan algún aspecto de la realidad y que constituyen el punto de partida para cualquier forma de razonamiento. Las premisas, como las conclusiones, pueden ser verdaderas o falsas, generales o particulares.
  • Las conclusiones. Son el conjunto de expresiones obtenidas de las premisas, mediante la aplicación de procedimientos lógicos y argumentaciones. Las conclusiones de un razonamiento pueden servir de premisa de otro, y así sucesivamente.

Razonamiento inductivo y deductivo

Dos de las principales formas de clasificación del razonamiento son el inductivo y el deductivo. Se distinguen entre sí por el procedimiento lógico, o sea, el tipo de operación formal y argumentativa que implican, para obtener así sus conclusiones. Veámoslo por separado:

  • Razonamiento deductivo. Como su nombre lo indica, implica el uso de la deducción como forma de extraer las conclusiones. Esto es que, dadas unas premisas específicas de tipo general o universal, es posible alcanzar conclusiones de tipo particular e individual, a partir de lo que consideramos cierto a un nivel global. Por ejemplo: si partimos de la premisa de que los perros muerden, y de que nuestra mascota es, efectivamente, un perro, podremos alcanzar la conclusión lógica deductiva de que nuestra mascota es capaz de mordernos. Este procedimiento no siempre es verdadero, claro está, ya que depende enteramente de la validez de sus premisas.
  • Razonamiento inductivo. Este razonamiento marcha en dirección contraria al caso anterior, partiendo por lo tanto de premisas particulares e individuales, para alcanzar entonces conclusiones globales o universales. Esto hace de él un modo de razonamiento menos lógico, pero más probabilístico y por lo tanto más útil para predecir el futuro hasta cierto punto. Por ejemplo, si una persona nos miente una vez, asumiremos que a futuro nos mentirá nuevamente, aunque exista la probabilidad de que ello no ocurra.

Razonamiento lógico y matemático

El razonamiento lógico es la capacidad de extraer conclusiones conscientes, demostrables, de un conjunto de premisas. Esto es llevado a cabo aplicando nuestros conocimientos, sin acudir a nuestra experiencia individual.

Puede arrojar resultados válidos (correctos) o falsos (incorrectos). Esto se debe a que incluso un mal razonamiento es también un razonamiento posible, aunque desde el punto de vista de la lógica, los razonamientos falsos se denominan falacias.

Un tipo específico del razonamiento lógico es el matemático, generalmente de tipo formal, en el que se siguen las reglas y procedimientos de un conjunto de relaciones entre números, conjuntos, representaciones o figuras, para establecer así axiomas, teoremas o procedimientos matemáticos.

El razonamiento matemático no acude jamás a la experiencia o la subjetividad, sino a la más pura y lógica objetividad. Así, una operación como 2 + 2 tendrá siempre un mismo resultado sin importar quién la lleve a cabo, dónde o cuál sea su experiencia previa. Para ello se emplean los números y los signos matemáticos.

Razonamiento verbal

Así como las variantes previas de razonamiento emplean el lenguaje formal de la matemática, el razonamiento verbal emplea los mecanismos y procedimientos de la lengua, ya sea hablada o escrita, y por lo tanto puede también ser llamado razonamiento lingüístico.

Este tipo de razonamiento depende sin embargo del agarre del lenguaje que tenga cada individuo, ya que la lengua es una tecnología que debemos aprender y que heredamos de nuestro entorno social y cultural, pero al mismo tiempo se ancla en una capacidad natural del ser humano: la capacidad de aprender y desarrollar los lenguajes, o sea, de producir signos.

El razonamiento verbal, entonces, tiene que ver con el dominio del lenguaje verbal, o sea, se asocia a la capacidad de lecto-comprensión, de competencia lingüística, de creatividad expresiva, entre otros aspectos del ejercicio verbal.

Razonamiento abstracto

Esta es, probablemente, una de las formas más importantes de razonamiento humano, que de alguna manera abarca el razonamiento verbal y matemático, dado que ambos poseen un importante nivel de abstracción.

El razonamiento abstracto es el manejo de conceptos y objetos no concretos, que no existen del mismo modo que las cosas tangibles. Nos permite producir información nueva a partir de la relación entre nociones abstractas, menos vinculadas a lo terrenal, como son las de cantidad, proporción, validez, simetría, belleza, etc.

Grandes agarres de este tipo de razonamiento nos permiten manejar nociones complejas, realizar operaciones mentales complicadas y establecer relaciones entre objetos y situaciones inexistentes, como suposiciones, hipótesis y otras formas de elucubración.

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Referencias