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Libertad de asociación

Te explicamos qué es la libertad de asociación, por qué es importante para la sociedad y cómo está incluida entre los Derechos Humanos.

¿Qué es la libertad de asociación?

La libertad de asociación o derecho a la libre asociación es un derecho humano fundamental, que consiste en que cualquier persona o conjunto de personas puede juntarse libremente para formar asociaciones, organizaciones o grupos (o retirarse libremente de ellos).

Este derecho defiende a aquellos grupos que posean fines lícitos y respetuosos de los derechos humanos fundamentales de los demás. Es decir, que este derecho no ampara a quienes se asocian para delinquir.

La libertad de asociación se encuentra consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en su artículo 20°, que reza:

  • Toda persona tiene derecho a la libertad de reunión y de asociación pacíficas.
  • Nadie podrá ser obligado a pertenecer a una asociación.

Como allí mismo se explicita, esta libertad fundamental garantiza que únicamente el deseo propio sea lo que nos compromete con un grupo determinado: podemos unirnos a él si así lo queremos (y si cumplimos con los requisitos de entrada del mismo), y podemos abandonarlo si así lo queremos. Nadie nos puede obligar a lo contrario mediante la fuerza o la coacción.

El derecho a la libre asociación es clave para una sociedad saludable, en la que dominen la pluralidad y las libertades individuales, donde las personas puedan unir esfuerzos para lograr una meta o apoyar una iniciativa, ya sea con fines de lucro, o sin ellos. Partidos políticos, empresas comerciales, militancias ecológicas, grupos de apoyo, organizaciones comunitarias y un largo etcétera son ejemplo de los tipos de asociación que este derecho garantiza.

Existen notorias excepciones, vinculadas con el ámbito público y la responsabilidad profesional individual, como las colegiaturas profesionales, las instituciones del Estado y otras asociaciones semejantes cuya pertenencia resulta obligatoria para algunos o para todos los ciudadanos.

Por ejemplo, el ejercicio formal de la abogacía suele requerir la supervisión del colegio de abogados, para así velar por la ética y la responsabilidad en el ejercicio de la profesión. Incluso así, una persona puede darse de baja libremente, pero deberá asumir la consecuencia de que su ejercicio profesional de las leyes no será reconocido formalmente.

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Referencias