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Libertad de circulación

Te explicamos qué es la libertad de circulación, por qué es uno de los Derechos Humanos y a qué instancias aplica en la actualidad.

¿Qué es la libertad de circulación?

La libertad de circulación o libertad de movimiento es uno de los derechos humanos fundamentales, según el cual toda persona tiene el derecho de desplazarse libremente dentro de un país determinado, o de un país a otro, siempre que lo haga dentro de los parámetros del respeto a la libertad y los derechos de los demás.

Esto quiere decir que se le garantiza a cualquier ser humano el derecho a moverse de un país a otro, a residir en un país, abandonarlo y retornar más adelante, siempre que lo haga dentro de los canales regulares y legales. Esto último quiere decir que este derecho no le otorga a cualquiera el permiso para entrar libremente en un país que no sea el suyo, sino que debe hacerlo obedeciendo las reglas vigentes en el mismo.

Es por eso que los Estados pueden rechazar la solicitud de radicación de un ciudadano extranjero, conforme a sus propias leyes y disposiciones, pues la libertad de circulación no implica la libertad migratoria individual, ni colectiva.

El derecho a la libre circulación está consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, en el artículo 13° que reza:

  • Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su residencia en el territorio de un Estado.
  • Toda persona tiene derecho a salir de cualquier país, incluso del propio, y a regresar a su país.

Este derecho humano está entre los derechos de primera generación o derechos civiles, y aplica a tres instancias fundamentales:

  • La libertad de circular dentro de un país. Nadie puede impedir por la fuerza que una persona se desplace dentro de una nación, excepto en situaciones de fuerza mayor en que su desplazamiento ponga en jaque derechos fundamentales de los demás, como en caso de epidemias, o de criminales perseguidos por la justicia.
  • La libertad de circular entre países sin cambiar de residencia. Es decir, la libertad de viajar adónde queramos, siempre y cuando sea con intenciones turísticas o profesionales, y no con ánimos de asentarnos permanentemente en un lugar ajeno.
  • La libertad de circular entre países con cambio de residencia. Nadie puede impedirnos abandonar un país legalmente, ni puede impedir que nos reasentemos legalmente en otro país, de nuevo, siempre y cuando se haga legalmente y no violentemos los derechos fundamentales ajenos.

En resumidas cuentas, la libertad de circulación se traduce en la libre elección de dónde queremos estar y adónde queremos vivir y por cuánto tiempo, siempre que dichas elecciones se tomen en conformidad con lo estipulado en las leyes, o en todo caso prestando atención y respeto a los derechos humanos fundamentales de los demás.

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Referencias