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Historia de la contabilidad

Te explicamos cuál es la historia de la contabilidad, su relación con la matemática y la política. Además, la contabilidad moderna.

¿Cuál es la historia de la contabilidad?

La contabilidad es una disciplina encargada de medir y analizar la situación financiera y patrimonial de un individuo, una nación o una organización determinados, ya sea del ámbito de lo público o de lo privado, con el fin de arrojar información pertinente para las labores de gerencia y toma de decisiones.

Es una disciplina técnica, a la que se dedican en la actualidad los contadores o profesionales contables, profesiones que existe únicamente desde el siglo XIX hasta nuestros días, a pesar de que la contabilidad posee una historia milenaria. Esto se debe a que la necesidad de contabilizar los bienes, es decir, de llevar registro de ellos para una mejor organización económica, es tan antigua como la humanidad.

De hecho, se piensa que fue una de las razones de la invención de la escritura, que justamente dio sus primeros pasos en Mesopotamia, Egipto y otras geografías como un método de representación de bienes, ganado o personas, a través de signos o dibujos de los mismos. Aún se conservan listas de gastos, bienes recibidos y vendidos, y otros documentos similares de alrededor de 7.000 años de antigüedad.

Además, el surgimiento de los grandes imperios antiguos supuso una acumulación de información económica, productiva, impositiva y comercial que sin duda representaba un reto para los administradores, dado su volumen de transacciones. Por eso demandó el trabajo de contadores de algún tipo, que llevaran registro de lo que hay, lo que se debe, lo que se negocia, lo que se conquista, lo que se recauda en impuestos, etcétera.

El Imperio Romano, por ejemplo, fue célebre por su manejo de la información financiera, pero no fue ni de lejos el primero en hacerlo. Los antiguos persas, los fenicios, los asirios y sumerios ya contaban con un relativo ejercicio de la contabilidad.

Por otro lado, los primeros textos sobre el arte de la contabilidad surgieron en las culturas en que la matemática fue inventada. Durante el Imperio Maurya (320 a 185 a. C.) de la India, por ejemplo, el brahmán y escritor Chanakya (c. 350-283 a. C.) escribió su obra Arthashasthra, en la que explica detalladamente cómo llevar los libros contables de un Estado soberano.

Algo similar fue desarrollado en tiempos del emperador romano Augusto (63 a. C-14 d. C.), quien listó y cuantificó el gasto público del imperio, tal y como se evidencia en el Res Gestae Divi Augusti (“Las hazañas del divino Augusto”). Allí se llevó registro de las subvenciones, los costos a los veteranos de guerra, las ofrendas, construcciones de templos, etcétera. Ese es sòlo un ejemplo de los numerosos documentos contables que sobreviven de la Antigua Roma.

Posteriormente, la contabilidad ganó importancia en la Europa medieval cuando en el siglo XIII se dio inicio a una economía monetaria. De hecho, en esa época se introdujo el método de la partida doble, que registra para cada transacción una entrada en débito (del latín debitare, “deuda”) y otra en crédito (del latín credere, “creer” o “confiar”).

Los pioneros en el uso de esta metodología fueron los banqueros judíos del Medio Oriente, aunque pronto se trasladó a la Italia renacentista, sede de la burguesía comercial, y el primer libro que recoge este método contable es el Libro Mayor de Farolfi (1299-1300), de la Giovanno Farolfy & Compañía, una empresa florentina basada en Nimes, Francia.

Otros dos libros de importancia para la estandarización de la contabilidad en esa época fueron:

  • El tratado Della mercatura e del mercante perfetto (“Sobre la mercancía y el mercader perfecto”) de Benedetto Cotrugli (1416-1469), comerciante y economista italiano, publicado en 1573 por primera vez en Venecia.
  • Summa de Arithmetica, Geometria, Proportioni et Proportionalità (“Revisión de Aritmética, Geometría, Proporciones y Proporcionalidad”) del fraile franciscano Luca Pacioli (c. 1445-1517), el cual apareció en 1494 y pronto se convirtió en un libro de referencia para los comerciantes del momento.

La llegada de la modernidad y del pensamiento capitalista supusieron una necesidad aún mayor de una contabilidad profesional. Por ejemplo, a partir del 1600 el auge de las sociedades por acciones requirió nuevos sistemas de información contable, que llevaron a la división de los mismos en dos vertientes: la contabilidad para propósitos internos (para administración), y la contabilidad para propósitos externos (con fines financieros).

Pero la contabilidad moderna, tal y como se comprende hoy, es producto de la profesionalización del oficio en el siglo XIX, especialmente en Escocia, donde logró separarse de la abogacía. Así, en 1854, el Instituto de Contadores de Glasgow peticionó a la Reina Victoria para una Carta Real, solicitando la formalización del oficio contable como uno de tradición y respeto, cuyos profesionales pasaron a ser considerados como “contadores públicos”.

Poco después surgieron los primeros colegios de contadores públicos en Gales y en Inglaterra, a finales del siglo XIX. Siendo Londres el centro financiero del mundo durante la Revolución Industrial, las consideraciones británicas sobre la contabilidad pasaron pronto a ser norma internacional y a tener eco en otras naciones. En los Estados Unidos, por ejemplo, el primer Instituto Americano de Contadores Públicos fue establecido en 1887.

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Referencias

  • “Contabilidad” en Wikipedia.
  • “Historia de la contabilidad” en Wikipedia.
  • “Historia animada de la contabilidad” (video) en Sage España.
  • “Evolución histórica de la contabilidad y su relación con la investigación y regulación contable en Estados Unidos, sur de Europa y Argentina” por Mileti, Mabel y otros, en Universidad Nacional de Rosario (Argentina).