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Hibernación

Te explicamos qué es la hibernación, para qué sirve y sus diferencias con la invernación, dormancia y estivación. Qué animales hibernan.

¿Qué es la hibernación?

La hibernación es la capacidad que tienen algunos animales de adaptarse a las muy bajas temperaturas del invierno, mediante distintos mecanismos de regulación interna del metabolismo. Induce en ellos un estado similar a la hipotermia durante días, semanas o incluso meses, para luego recuperarse y volver a la vida cuando las temperaturas son más adecuadas.

Se trata de un mecanismo típico de los animales de sangre caliente (homeotermos), aunque algunas especies de animales de sangre fría (poiquilotermos) también han demostrado conductas parecidas.

Generalmente, el animal que se dispone a hibernar escoge un lugar propicio para ello, donde se sienta seguro. Luego disminuye sus funciones vitales para dormir durante el período de mayor frío, durante el cual depende de las reservas alimenticias acumuladas en su cuerpo durante los meses previos al invierno.

Su metabolismo opera más lento, sus respiraciones disminuyen de ritmo y el animal parece sumergido en un coma profundo, del que podrá despertar cuando sea el momento apropiado.

La hibernación opera de distinta manera, dependiendo de la especie de animal, pero forma parte del conjunto de estrategias de supervivencia que, frente a los climas fríos más extremos, ponen en práctica los seres vivos. Sin embargo, los mecanismos exactos de su funcionamiento no son perfectamente conocidos todavía.

Ver además: Adaptación de los seres vivos

Hibernación o invernación

Los términos «hibernación» e «invernación» aunque suenen parecido y en principio tengan un mismo cometido, no son lo mismo. Ambos remiten a acciones particulares que, durante el invierno, emprenden los animales para refugiarse del frío.

Por un lado, la hibernación supone el aislamiento y entrega a un sopor profundo. Requiere de semanas de preparación y acumulación de recursos energéticos en el organismo.

Por otro lado, la invernación es un desplazamiento geográfico hacia latitudes más cálidas, donde los animales esperan a que el frío remita y poder así volver a casa sin padecer los rigores del invierno. Algunos animales hibernan y otros, en cambio, invernan.

Dormancia

La dormancia es un proceso semejante a la hibernación, en el que los seres vivos (animales y vegetales) responden a las condiciones ambientales adversas asumiendo una forma de latencia, es decir, de lentitud metabólica. Los animales en dormancia suspenden sus procesos de crecimiento y desarrollo, así como su actividad física.

Se considera que la hibernación, la estivación, la dipausa y la brumación son formas de dormancia. Existen dos formas de dormancia, de acuerdo a la relación entre el ser vivo y el entorno amenazante:

  • Dormancia predictiva. Ocurre cuando el ser vivo emprende su proceso de dormancia antes de que el medio ambiente se torne hostil, es decir, como una previsión del entorno climático desfavorable que viene.
  • Dormancia consecuente. Ocurre cuando el ser viviente emprende su proceso de dormancia como una reacción ante el cambio del entorno, o sea, una vez que dicho cambio ya se ha producido.

Animales que hibernan

Existen muchos animales capaces de hibernar, pero los más conocidos son los osos de las regiones polares y circumpolares, como el oso pardo (Ursus arctos).

También hibernan el chotacabras pachuca (Phalaeonoptilus nuttalli) norteamericano, algunas especies de murciélagos de la zona templada (familia Vespertilinidae), el erizo común europeo (Erinaceus europaeus), los perros salvajes (familia Sciuridae) y algunos roedores europeos como las marmotas.

Hibernación y estivación

La hibernación y la estivación son reacciones al clima extremo, pero en casos completamente opuestos: la hibernación se produce ante climas muy fríos y la estivación se realiza ante climas muy cálidos y secos. La estivación es común en especies de animales tropicales o en regiones de enorme impacto solar, como los desiertos.

Muchos animales recurren a enterrarse en barro para preservar su temperatura corporal y protegerse de la sequía, mientras que otros simplemente recurren al adormecimiento y la inmovilidad. La estivación suele durar algunas semanas o incluso meses, pero existen especies de batracios en las que se produce una prolongada estivación de la que solo algunos individuos vuelven a la vida.

Sigue con: Animales salvajes

Referencias