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Fetiche

Te explicamos qué es un fetiche en diversos ámbitos. Además, diferencias con la fantasía, la parafilia y ejemplos de fetiche sexual.

¿Qué es un fetiche?

Por la palabra fetiche se entiende, en primer lugar, a un ídolo o representación divina a la cual se le atribuyen poderes sobrenaturales, especialmente en los cultos primitivos de las sociedades ancestrales. Dichos objetos suelen ser portados como amuleto o protección contra el mal, o como objetos de poder, y su veneración religiosa se denomina fetichismo.

Este término fue tomado del portugués feitiço (“hechizo”) por el erudito francés Charles de Brosses, alrededor de 1757, y formó parte del lenguaje de la naciente antropología. De allí, sin embargo, fue adoptado por otras disciplinas y destinado a otros referentes, siempre emparentado con la idea del objeto venerado.

Así, por ejemplo, lo utilizó en el siglo XIX el filósofo alemán Karl Marx (1818-1883), como parte de su teoría sobre el capitalismo, para construir el concepto del fetichismo de la mercancía (Warenfetischismus). Dicho concepto consiste en la percepción del valor económico de la mercancía como algo intrínseco, o sea, algo que surge de sí misma, y ajeno al conjunto de relaciones interpersonales que la producen y que le confieren realmente su valor.

En el siglo XX, otro filósofo alemán retomó el concepto de fetiche para un uso distinto, pero aún vigente, que tiene que ver con el psicoanálisis. Nos referimos a Sigmund Freud (1856-1939) y a su noción del fetichismo sexual, esto es, una forma de parafilia (conducta sexual atípica) en el que se toma una parte del cuerpo de la persona como objeto de amor, atracción y excitación sexual: los pies, por ejemplo, o la ropa interior, etc.

Aunque este último sentido es el que ha acabado imponiéndose históricamente, el sentido de la palabra fetiche sigue siendo siempre el de un objeto merecedor de devoción, ya sea religiosa, filosófica o afectiva.

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Fetichismo sexual

El fetichismo sexual, como dijimos antes, fue descrito por primera vez por el psiquiatra Sigmund Freud, y en la actualidad se considera entre las parafilias (patrones o comportamientos sexuales atípicos) más inofensivas que existen.

En un sentido amplio, el fetichismo consiste en obtener excitación erótica y placer sexual del contacto con un objeto determinado y específico, a menudo una parte del cuerpo de una persona o una prenda de vestir, o bien objetos de otra naturaleza. El placer sexual obtenido al entrar en contacto con el objeto (tocarlo, olerlo, sentirlo contra la piel, etc.) puede incluso provocar el orgasmo sin necesidad de que se produzca coito de ningún tipo.

El fetichismo está tipificado como enfermedad en los manuales de psiquiatría cuando se trata de una conducta recurrente e indispensable para la excitación sexual, capaz de afectar de manera nociva la vida social o laboral del individuo. En caso contrario, se considera simplemente una manifestación más de su sexualidad.

Fetiche, fantasía y parafilia

En el ámbito sexual, los fetiches son, como hemos dicho, objetos que despiertan excitación sexual y que pueden, por sí mismos, llevar al individuo fetichista al orgasmo, en sustitución del coito tradicional. En la actualidad, no obstante, se suele distinguir el fetichismo (objetos) del parcialismo (partes del cuerpo), ambas consideradas parafilias diferentes.

En ese sentido, el fetichismo está considerado entre las parafilias, que son las conductas sexuales atípicas; pero no existe consenso respecto a dónde trazar la línea entre una sexualidad original o simplemente creativa, y propiamente una «desviación» (término en desuso actualmente). Se consideran casos típicos de parafilias la zoofilia, la pedofilia o la necrofilia, las tres muy mal vistas socialmente y algunas, incluso, penadas por la ley.

En cambio, una fantasía sexual es un escenario mental que suscita la excitación o que resulta erótico para un individuo. Todo el mundo tiene fantasías sexuales, que bien pueden ser situaciones realizables (como tríos u orgías sexuales) o bien situaciones irrealizables que ameritan ser simuladas o representadas (a menudo a través de disfraces).

Ejemplos de fetiches sexuales

Algunos de los fetiches sexuales más comunes son:

  • Retifismo, el interés fetichista en los zapatos, posiblemente como una forma aún más desviada de atracción por los pies, que toma el objeto por la parte del cuerpo y a este última por el cuerpo todo. Su nombre proviene del escritor francés Nicolás Edme Restiff de la Bretonne (1734-1806), uno de los primeros en describir esta parafilia.
  • Fetichismo de ropa interior, generalmente femenina y generalmente usada. Es un fetiche muy común, que abarca tanto los sujetadores o sostenes, como las pantis o bragas. En algunos países, como Japón, existe incluso un comercio floreciente de bragas usadas para su uso como fetiche.
  • Fetichismo del látex, específicamente la ropa de este material, o la interacción con gente vestida con ellas. Se trata de una forma de fetichismo PVC (plásticos), cercano al fetichismo por la ropa de cuero, y a menudo es llamado “rubberismo” (del inglés rubber, “caucho”).
  • Coprofilia, la excitación sexual ante las heces y los excrementos, generalmente de la persona deseada o bien de alguna proveniencia específica, en distintas apariciones y contextos.
  • Dendrofilia, el interés fetichista por los árboles, las plantas y en general la vida vegetal, ya se trate de plantas completas o de frutos, muchos de ellos con forma fálica (semejantes al pene), o también del uso de flores para acariciar el cuerpo con fines sexuales.

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Referencias