Estado laico
Te explicamos qué es un Estado laico, sus características y diferencias con un Estado aconfesional. Además, la historia del laicismo.
¿Qué es un Estado laico?
Un Estado laico es todo país en cuya Constitución nacional no se le otorgue a ninguna religión o culto un estatus oficial. Esto quiere decir que el Estado no tiene una postura religiosa definida, no fomenta ningún culto ni creencias específicas, y por lo tanto permite la total libertad de culto: cada quien puede creer en lo que mejor le parezca, siempre y cuando no viole ninguna ley, ni vulnere a los demás.
En los Estados laicos la religión es un asunto íntimo, personal, en el cual no tiene incumbencia el Estado, y por lo tanto ninguna entidad, confesión u organización religiosa puede ser fomentada desde el sector público, ni puede tampoco tener influencia en la toma de decisiones nacionales. Un Estado laico es todo lo contrario a un Estado confesional, donde una Iglesia juega un rol político importante y la religión es un asunto de Estado.
Un aspecto clave de todo Estado laico es la separación entre Estado y religión, o entre Iglesia y Estado. Esto no significa que los Estados laicos sean ateos, como sí lo eran ciertos regímenes comunistas que prohibieron y persiguieron cualquier manifestación religiosa, sino que son “neutrales” en asuntos religiosos: son seculares, mundanos, se ocupan únicamente de los asuntos materiales y terrenales.
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Características de un Estado laico
Los Estados laicos se caracterizan por lo siguiente:
- Tienen una separación clara y absoluta entre los asuntos del Estado (la burocracia, la conducción política, la gestión civil, el ejercicio de la justicia, entre otros) y los asuntos religiosos, místicos y de la fe. Lo cual significa que estas dos esferas de la vida no se mezclan (siempre y cuando el ejercicio de la fe no viole las leyes seculares).
- La Constitución Nacional no contempla ninguna religión como “oficial” o “de Estado”, y más allá de consagrar la libertad de cultos y combatir la discriminación religiosa, no se ocupa de asuntos del espíritu.
- Los ciudadanos del Estado laico son todos iguales ante la ley, sin distinción de su filiación religiosa o sus prácticas espirituales.
- Existe un sistema de educación pública laica, alejada de toda consideración religiosa.
- La iglesia y la religión pueden jugar un rol moral importante, pero no pueden tomar parte en la conducción política, económica ni legal del país.
- Sin embargo, es posible que el laicismo del Estado no sea total y absoluto, como ocurre en ciertos países hispanoamericanos en los que el calendario de festividades nacionales es, al mismo tiempo, el religioso (Semana Santa, Navidad, etc.), y en los que muchos funcionarios eclesiásticos son considerados trabajadores públicos.
Historia del laicismo
El Estado laico es una conquista del liberalismo, una corriente política, filosófica y social surgida en Europa a finales del siglo XVIII, y que aspiraba a superar el mundo del Antiguo Régimen, donde la mayoría de los Estados eran confesionales y estaban gobernados por un monarca de manera absolutista.
El concepto de “Estado laico” surgió en la Francia del siglo XIX, a raíz de la separación entre las instituciones del Estado y la Iglesia católica que trajeron consigo la Ilustración y las Revoluciones Liberales. La idea de la secularización del Estado, es decir, de su neutralidad en asuntos religiosos, iba de la mano con la reducción del poder político de la Iglesia y de su influencia en los destinos nacionales, ya que el clero fue durante siglos un firme aliado de las clases monárquicas y conservadoras.
A comienzos del siglo XXI, el laicismo es la norma imperante en 160 de los 190 países de la Organización de las Naciones Unidas, y se considera un rasgo clave en la construcción de un Estado moderno. Sin embargo, existen muchos Estados confesionales todavía, especialmente en el mundo islámico y en algunas naciones occidentales de tradición católica y protestante.
Ejemplos de Estados laicos en el siglo XXI
Son ejemplos de Estados laicos o sin religión oficial actualmente:
- Alemania
- Armenia
- Australia
- Austria
- Bélgica
- Brasil
- Camerún
- Chile
- China
- Cuba
- España
- Francia
- Grecia
- Honduras
- India
- Italia
- Japón
- Kenia
- Luxemburgo
- Nepal
- Nigeria
- Noruega
- Nueva Zelanda
- Panamá
- Papúa Nueva Guinea
- Siria
- Senegal
- Venezuela
- Vietnam
- Zimbabue
Estado laico y Estado aconfesional
Un Estado aconfesional es aquel que no adhiere de manera oficial a ninguna religión, pero que tampoco está exento de acuerdos, pactos y ayudas con instituciones religiosas, siempre y cuando esto no influya en el rumbo político del país. Tanto el Estado laico como el Estado aconfesional son contrarios al Estado confesional o religioso, pero los dos primeros se distinguen en el grado de separación sostenido respecto de los asuntos eclesiásticos.
Así, de un Estado laico se espera una separación total y absoluta del Estado y los asuntos religiosos, mientras que un Estado aconfesional se permite la financiación, apoyo mutuo e incluso defensa de ciertas organizaciones religiosas, siempre y cuando esto no suponga la sumisión del Estado a la voluntad de la Iglesia, ni a sus preceptos religiosos.
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Referencias
- “Estado laico” en Wikipedia.
- “Laicismo” en Wikipedia.
- “Estado aconfesional” en Wikipedia.
- “Estado laico y libertad religiosa” en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
- “Laico, ca” en el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española.
- “Secular Countries” en World Population Review.