Economía colonial
Te explicamos qué es la economía colonial, su historia y características. Además, cómo fue la economía colonial en América Latina.
¿Qué es la economía colonial?
Por economía colonial se entiende aquella disposición de las fuerzas productivas de una región que obedece a los mandatos del colonialismo, es decir, que está planteada en términos desiguales y extractivos, para favorecer a la metrópoli colonial, en detrimento de los territorios colonizados.
Este tipo de economías fueron implantadas en numerosas ocasiones durante la historia humana, pero quizá el ejemplo más tangible sea el de las colonias europeas en América, Asia y África, entre los siglos XV y XIX, que eran controladas política, económica y socialmente por los grandes Imperios del viejo continente.
A grandes rasgos, una economía colonial se caracteriza por:
- Actividades productivas de tipo extractivo. En general, la economía de las colonias se desarrolla hacia la explotación de los recursos naturales y su transporte hacia la metrópoli, donde contribuyen al desarrollo industrial y se transforman en productos elaborados de mayor valor agregado. Las colonias, así, se mantienen en un estado preindustrial, dedicadas esencialmente a la minería, la agricultura y la ganadería.
- Monopolio del comercio con las colonias. En gran medida, las colonias se ven forzadas a comerciar directamente con la metrópoli, y suelen tener prohibiciones de comercio con terceros, de modo que las riquezas estén siempre puestas en función del bienestar de los colonizadores.
- Balanza comercial favorable a la metrópoli. La economía colonial está pensada, simplemente, para beneficiar más a la metrópoli que a las colonias, y ello se refleja también en la aplicación de tasas, gravámenes, impuestos y otros métodos de control económico que se imponen desde el centro colonial.
Ver además: Imperialismo
La economía colonial en América Latina
En el caso del continente latinoamericano, la colonización a manos hispanas condujo al llamado “Pacto colonial”, en el que se establecía un sistema económico controlado desde España.
Dicho contrato suponía una especie de intercambio: la colonia debía suministrar a la metrópoli los suficientes recursos para pagar la “inversión” en su administración, establecimiento y desarrollo, junto con un excedente o beneficio. A cambio, la metrópoli debía administrar el sistema de manera justa y adecuada, a fin de que la relación fuese mutuamente beneficiosa.
De más está decir que dicho acuerdo no se cumplió, o quizá no estaba destinado a cumplirse. La metrópoli controló la economía colonial con puño de hierro, obedeciendo a la teoría mercantilista que vinculaba la riqueza de un país con el oro que estuviese depositado en sus arcas.
Así, España hizo todo lo posible por acumular el oro de las Américas, mientras entregaba los suelos americanos en encomiendas y otros sistemas administrativos de exploración y explotación de recursos.
Por ende, la economía colonial latinoamericana consistió en el empleo de la mano de obra indígena en condiciones de semiesclavitud (o franca esclavitud). Posteriormente se sumó la mano de obra africana. Ambas fueron utilizadas para la explotación minera, agropecuaria y pesquera de insumos altamente codiciados en Europa, como el oro, la plata, las perlas, el tabaco, el café, el cacao, el azúcar y otros productos.
Sigue con: Colonización española
Referencias
- “Colonialismo” en Wikipedia.
- “La economía colonial en América” en ORT Campus Virtual.
- “La economía colonial” en ArteHistoria.
- “Economía colonial” (video) en Currículum Nacional (Chile).
- “Colonial Economy” en National Museum of American History (EEUU).