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Dignidad humana

Te explicamos qué es la dignidad humana, su historia, elementos y ejemplos. Además, la dignidad personal y la dignidad animal.

¿Qué es la dignidad humana?

La dignidad humana es el valor que tienen las personas por sí mismas, esto es, por el mero hecho de serlo. No es una condición provista por ninguna persona u organización, sino que es consustancial a la humanidad, sin distinción de sexo, raza, religión u orientación sexual, y es además irrenunciable e inalienable, es decir, forma parte siempre de la condición humana misma.

La dignidad humana o la valía humana puede entenderse de muchas formas distintas y puede implicar muchas cosas diferentes, pero en general se trata de un concepto filosófico y jurídico. Su reconocimiento por parte de los Estados los compromete a combatir los aspectos sociales, económicos o de otra índole, que supongan una existencia humana indigna, esto es, despojada de las condiciones mínimas que merece cualquier persona.

De esta manera, una existencia digna –o al menos digna del ser humano– suele definirse como aquella que le permite explotar sus capacidades y esforzarse por crecer en el mundo. Esto sólo es posible cuando ciertos elementos mínimos fundamentales están cubiertos, como el derecho a la vida, a la libertad, a tener una vivienda y a ser remunerado por el trabajo, entre otros.

La mayor parte de esos derechos están contemplados hoy en día en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Por otro lado, la dignidad humana aplica en áreas del ejercicio científico y técnico, como parte de la ética y bioética, es decir, de los comportamientos moralmente réprobos o aceptables para el ser humano, ya sea que los ejecute o que los padezca.

Ver además: Derechos fundamentales

Historia de la dignidad humana

La noción de dignidad humana no siempre ha existido, ni se ha comprendido de la misma manera. Lo que hoy en día comprendemos como dignidad tiene su origen en la doctrina del cristianismo, según la cual todo ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios, sin distinciones respecto a su estatus social o su lugar de nacimiento, dotado asimismo de un libre albedrío con el cual puede hacerse el bien o hacerse el mal.

De esa manera, la dignidad de la existencia humana tenía que ver con el ejercicio de la libertad y de la responsabilidad (“amad a tu prójimo como a ti mismo”). Todos los seres humanos eran pecadores ante Dios, y a todos al final depararía el mismo juicio y los mismos castigos o las mismas recompensas. Así, la idea de dignidad se separó de la noción de honor de las culturas clásicas, reservada para los nobles y los ciudadanos de abolengo.

Recién con el humanismo renacentista se comprendió la dignidad como un concepto legal, vinculado con la idea de las leyes naturales, o sea, las leyes a las que tenía derecho cualquier persona por el mero hecho de ser humana.

Así, un concepto hasta entonces religioso pasó a formar parte de una filosofía racional, explicable a través de argumentos lógicos. Esta línea de pensamiento inspiró posteriormente los ideales de la Ilustración y fue fundamental en la Revolución Francesa y la primera declaración de los derechos humanos.

Así, a mediados del siglo XX, una vez superados los horrores vividos en Europa durante la Segunda Guerra Mundial, a la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948 y a la creación de las organizaciones internacionales encargadas de velar por ellos. Así, la dignidad humana empezó a ser considerada como un elemento importante en la toma de decisiones judiciales, por ejemplo al agravar la condena de quien atente en su contra.

Elementos de la dignidad humana

La noción de dignidad humana se sostiene en base a dos tipos de elementos:

  • Elementos objetivos, que son aquellos del orden de lo real, apreciables por cualquier observador, y que tienen que ver con las condiciones materiales y tangibles de vida, como pueden ser el acceso a servicios básicos, a la higiene, etc.
  • Elementos subjetivos, que son aquellos propios de la individualidad de las personas y que atañen a sus aspectos internos y psicológicos, tales como la discriminación, el afecto, la identidad, etc.

Ejemplos de falta de dignidad humana

Son ejemplos evidentes de falta a la dignidad humana los siguientes:

  • La esclavitud, ya que se reduce a las personas a meros objetos o posesiones.
  • El canibalismo, dado que convierte al prójimo en alimento y lo equipara con los animales.
  • Los tratos crueles y la tortura, dado que son formas de violentar a los demás sin tener reparo en su bienestar físico o mental, y al margen de ningún tipo de justicia.
  • La clonación humana, dado que vulnera los principios de identidad y subjetividad, y abre la puerta a la cosificación del ser humano, tratándolo como un producto creado y no como un ser viviente único.

Dignidad personal

A menudo se habla de dignidad personal para referirse a la dignidad entendida como el valor propio del individuo, o sea, a la autoestima. En ese sentido, se habla de dignidad como sinónimo de autovaloración, como la consciencia que tiene un individuo de que es digno de un trato justo, a la altura.

Así, por ejemplo, cuando una persona se ve obligada a realizar una tarea denigrante, el hecho de que la realice sin por ello considerarse meritoria de tal castigo, es considerado una muestra de dignidad. Lo mismo cuando una persona se niega a humillarse frente a otra, por considerar que su valor propio está por encima de semejantes malos tratos.

Dignidad animal

De manera similar, se habla de dignidad animal o dignidad de los animales para referirse al trato que el ser humano les da a los seres vivos no humanos, especialmente a los animales que cuentan con un sistema nervioso que les permite percibir el dolor y el sufrimiento de una forma semejante a la humana.

El trato digno a los animales forma parte, de cierta manera, de la dignidad humana, dado que los animales no pueden argumentar a su favor o en muchos casos ni siquiera entender cómo están siendo sometidos a una vida de dolor y padecimiento. Lo cual no les impide, por desgracia, sufrir. Por lo tanto, al ser humano, dotado de conciencia, es a quien corresponde darles un trato digno, que les procure la menor cantidad de padecimientos posibles.

Las personas que maltratan a los animales, de acuerdo a esta perspectiva, se denigran a sí mismos, vulnerando su dignidad humana, pues se comportan de un modo cruel y bochornoso para el resto de la especie. Los animales, en la mayoría de las ocasiones, no cuentan con las herramientas para defenderse o para elegir una vida distinta.

En palabras del líder espiritual indio Mahatmas Gandhi: “La grandeza de una nación y su progreso moral puede ser juzgado por la forma en que sus animales son tratados”.

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Referencias