InicioTextos

Coherencia

Te explicamos qué es la coherencia y qué factores afectan la coherencia texual. Además, diferencias con la cohesión y la adecuación.

¿Qué es la coherencia?

Cuando hablamos de coherencia nos referimos a la capacidad de transmitir un mensaje de manera organizada, comprensible y precisa, de modo que el receptor pueda captarla lo mejor posible. Esta capacidad se pone de manifiesto tanto al hablar como al escribir. Por extensión, las cosas coherentes son aquellas que tienen sentido, que están completas y organizadas, de modo tal que resulta posible comprenderlas.

Visto así, la coherencia tiene que ver con la conexión que presentan las partes de un texto: mientras más y mejor conectadas estén, más coherente será el mensaje, y a la inversa: mientras menos conectadas estén sus partes, menos coherente será el resultado. Este elemento se encuentra ya presente en el origen de la palabra, que data del latín cohaerentia, dotado del mismo sentido, y formado por co- (“conjuntamente”) y haerere (“adherir” o “unirse a”).

Por su parte, el término coherencia puede emplearse también en otros ámbitos del saber, como la física (“coherencia de partículas”, o sea, grado de unión entre moléculas), la informática (“coherencia de datos”, un principio de programación que establece que seguir las reglas le garantiza al programador un resultado predecible), o la lógica (“coherencia lógica”, propiedad de los sistemas formales que no presentan contradicciones en su seno).

Puede servirte: Redacción

Coherencia textual

En lingüística, se habla de coherencia textual para referirse al grado de organización de los textos, orales o escritos. Es un término que proviene de los textos de teóricos del lenguaje como Roland Harweg (1934-2019) o Teun van Dijk (1943-), entre otros.

Este grado de organización se entiende como una propiedad del texto que permite su comprensión, y que se alcanza mediante la construcción jerárquica y estructurada del mismo, es decir, seleccionando y organizando la información dentro de lo que se dice.

En general, la coherencia textual depende de los siguientes factores:

  • La unidad temática. Un texto debe hablar sobre una cosa, y no varias a la vez. Incluso si deseamos abordar múltiples temas en un mismo texto, debemos hacerlo de un modo organizado que el lector pueda seguir, y no como un amasijo caótico de ideas diferentes.
  • La estructura lógica interna. No basta con organizar en el texto las ideas que van de lo mismo en bloques desordenados de ideas. Cada bloque o compartimiento debe estar, a su vez, jerarquizado y organizado, de modo que podamos seguir la procesión de las ideas de manera lógica, afable, clara. Para ello es ideal distinguir entre las ideas generales y las ideas particulares, y entre las ideas principales y las secundarias.
  • La corrección gramatical y léxica. Será imposible comprender un texto si está escrito de un modo que contradice o desobedece los principios básicos propuestos por el idioma, es decir, si sigue una lógica diferente a la que propone la lengua. De modo que la coherencia también depende de que un texto esté bien hecho: sin errores de gramática, de concordancia, de ortografía, etc.

Por ende, lo ideal es, a la hora de redactar o pensar un texto bien cohesionado, seguir un esquema que contemple las siguientes cuatro etapas:

  • Recaudar la información. Documentarse respecto al tema y seleccionar, de todo lo que puede decirse al respecto, qué es lo que deseamos decir.
  • Organizar la información temáticamente. Esto significa que debemos identificar los temas o subtemas distintos que hay en nuestra selección, para saber cuál abordaremos primero y cuál después, en qué orden específico, yendo siempre de lo más amplio a lo más específico, o viceversa.
  • Estructurar la información. Una vez conseguido un orden temático, debemos escribir el texto vigilando que cada bloque o párrafo del mismo responda al orden pautado, pero al mismo tiempo que contenga un orden lógico en sí mismo: que haya una idea principal y otras secundarias, claramente identificables, y que se proceda de manera similar al paso previo: yendo de lo más amplio a lo más específico, o viceversa, o de un punto de vista a otro, según se desee.
  • Corregir el texto. La etapa final implica la relectura del texto, la revisión de los pasajes oscuros o poco comprensibles, y naturalmente la corrección ortográfica y gramatical.

Coherencia, cohesión y adecuación

Debemos distinguir la coherencia de la cohesión, que es la posibilidad de una lectura fluida, en lo que se refiere a la relación de una palabra o una frase con las que la anteceden o vienen luego. Esto quiere decir que la cohesión de un texto depende de qué tanta conciencia tengamos de lo que decimos y de cómo lo decimos, para poder resolver las repeticiones, recurrencias y omisiones innecesarias.

Dicho de otro modo, mientras la coherencia tiene que ver con la ilación lógica del texto, es decir, con su posibilidad de transmitir un mensaje reconocible, la cohesión tiene que ver con el modo en que sus partes se interrelacionan discursivamente, esto es, con el modo en que las partes del texto fluyen de una a otra.

Por último, debemos también distinguir de ambos elementos a la adecuación, que tiene que ver con el uso específico del lenguaje que estemos usando para comunicarnos. O sea, que si nuestro destinatario es formal y académico, estemos usando el lenguaje adecuado: cuidadoso, formal, metódico. En cambio, si nuestro destinatario es una audiencia joven en su momento de relax, el lenguaje adecuado será informal, relajado, juguetón, etc.

Más en: Cohesión textual

Referencias