Baja autoestima
Te explicamos qué es la baja autoestima, cuáles son sus causas, síntomas y características. Qué es la alta autoestima y la personalidad.
¿Qué es la baja autoestima?
Cuando hablamos de baja autoestima o de falta de autoestima, nos referimos a una percepción de nosotros mismos que nos impide percibirnos como personas valiosas, talentosas o simplemente tener un juicio objetivo respecto a quiénes somos.
La autoestima se define como un conjunto de percepciones, evaluaciones e ideas sobre nosotros mismos, en las cuales se fundamente nuestra capacidad de autoconfianza, de amor propio y nuestra necesidad de ser reconocidos por los demás, entre otros aspectos de la personalidad.
Se trata de un concepto complejo, a menudo fluctuante, pero cuyas bases se echan durante la infancia y adolescencia, inicialmente a través de la relación paterna y luego con los pares.
Las personas con baja autoestima, entonces, tienen problemas de autoaceptación. Esto puede significar que son jueces muy severos de sí mismos, que no se respetan a sí mismos o que se tienen demasiada compasión; del modo que sea esto se traduce en una relación particular con los demás, en las que el individuo siempre ocupa un lugar inferior o de sometimiento.
Tener baja autoestima no significa, sin embargo, que la persona actúe constantemente en función de ese criterio: las personas somos complejas, tenemos múltiples caras y no siempre es sencillo determinar los elementos que conforman nuestra personalidad. Tampoco debe confundirse la baja autoestima con enfermedades mentales o dolencias anímicas más complicadas, como la depresión.
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Causas de la baja autoestima
Las causas de una baja autoestima pueden ser tan variadas como la vida del individuo, pero a grandes rasgos pueden considerarse las siguientes:
- Crianza. El modelo de crianza durante etapas críticas de la niñez y la juventud pueden marcar la diferencia entre una autoestima alta y una baja. Padres castigadores, que eduquen a sus hijos en un sentido de la minusvalía pueden impedirle a una persona reconocer sus propios valores.
- Eventos traumáticos. A menudo ocurre que eventos particularmente dolorosos o humillantes para un individuo hagan mella en su amor propio y lo convenzan de ser un individuo defectuoso, débil o indigno.
- Fobias. A menudo los miedos irracionales pueden incidir en la autovaloración y pesar tanto en ella que impiden a las personas apreciar el resto de su personalidad.
- Dificultades sociales. La falta de interacción social, o el miedo a los demás, o distintas formas de aislamiento social y de angustia social, inciden en la percepción del individuo sobre sí mismo en comparación con los demás, a quienes piensa “normales”.
- Otros factores. Es posible que enfermedades psíquicas o incluso hormonales incidan en el funcionamiento emocional del individuo y le impidan tener una autoestima saludable.
Características y síntomas de la baja autoestima
No es simple describir los síntomas de la baja autoestima, ya que no se trata de una enfermedad objetiva o sencilla. Aun así, existen rasgos generales que acusan la falta de autoestima y que son:
- Dificultades para decir que no.
- Vivir los errores o los defectos propios como algo catastrófico e insuperable.
- Perseguir la aprobación de los demás constantemente.
- Mostrarse intolerante hacia la crítica.
- Deseo compulsivo de complacer a los demás.
- Exagerar los triunfos o virtudes de los demás.
- Vivir con miedo exagerado a equivocarse.
- Mostrarse tímido, inseguro o rehuir al contacto con los demás.
- Tolerar o aceptar condiciones indignas o humillantes sin protestar o buscar alternativas.
- Vivir los propios triunfos o aciertos como algo efímero, incompleto o ajeno.
- Compensar los sentimientos hacia sí mismo mediante arrogancia, pedantería o prepotencia.
Alta autoestima
Al contrario de la baja autoestima, se entiende por alta autoestima a la capacidad de un individuo de evaluarse a sí mismo de manera positiva o cuando menos objetiva, pudiendo lidiar con sus defectos como tales y no como eventos catastróficos que ocultan el resto de su personalidad.
Las personas con una autoestima alta o saludable pueden lidiar mejor con sus propios errores, pueden pelear mejor por sus derechos o exigir lo que desean de los demás.
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Personalidad
Se conoce como personalidad a un constructo psicológico complejo, que abarca el conjunto de dinámicas racionales e irracionales que componen nuestra manera de comportarnos. La personalidad es un patrón de actitudes, una cierta tendencia a reaccionar de manera determinada frente a ciertas situaciones o necesidades.
Esto no significa que sea inamovible, sino todo lo contrario. La personalidad varía a lo largo de la vida, aunque manteniendo ciertas tendencias, dependiendo del modo específico en que elijamos vivir. Pero siempre arroja un cierto margen de predictibilidad que es, a fin de cuentas, nuestro “modo de ser”.