Anatomía y fisiología

Nervio abducens: qué es, relaciones anatómicas, parálisis


El nervio abducens, también denominado nervio motor ocular externo o VI par craneal, es un nervio motor que forma parte del sistema nervioso periférico. Entra en la órbita a través de la hendidura esfenoidal, situada en la parte posterior de la cara lateral de la órbita, que la separa del techo u órbita superior.

El núcleo de origen del nervio motor ocular externo se encuentra en el suelo del IV ventrículo cerebral en la protuberancia. Justo por dentro de una pequeña depresión denominada “fóvea superior”, se encuentra una prominencia redondeada llamada “eminencia teres” que cubre el núcleo del VI par craneal.

El nervio abducens sale por el surco situado entre la pirámide y la protuberancia, discurre hacia arriba y hacia afuera, para luego dirigirse hacia adelante sobre la curva del peñasco del hueso temporal. Desde allí atraviesa el seno cavernoso e ingresa a la órbita a través de la hendidura esfenoidal.

Este nervio inerva el músculo recto externo del ojo. El músculo recto externo o lateral del ojo es uno de los seis músculos que controlan el movimiento del globo ocular. En este caso, este músculo produce la abducción del globo ocular, es decir, gira el ojo hacia afuera en dirección opuesta a la nariz.

Índice del artículo

Historia

Algunos teóricos fueron recopilando cierta información hasta la obtenida hoy en día:

– Claudius Galenus, más conocido como Galeno (129-216 d. C.), describió siete nervios craneales y describió al VI par craneal como formando parte del nervio motor ocular común. 

– Jacob Winslow (1669-1760) a quien se le debe la distinción de los nervios raquídeos y craneales, fue quien definió al VI par craneal como un nervio totalmente independiente, otorgándole el nombre de motor ocular externo.

– Samuel Thomas von Sömmerring (1755-1830) le dio la denominación de “nervio abducens” que actualmente se mantiene.

Organización del sistema nervioso

El sistema nervioso se puede describir como una red de comunicación que le permite al organismo relacionarse e interactuar con su entorno. Posee elementos sensoriales, elementos integradores de las señales sensoriales, memoria y componentes motores.

Los elementos sensoriales detectan estímulos provenientes del medio ambiente externo, los componentes integradores procesan los datos sensoriales y la información de la memoria almacenada. Mientras, los componentes motores generan los movimientos que nos permiten hablar, comunicarnos, deambular y otras muchas actividades en el entorno.

Sistema nervioso central

El sistema nervioso se divide en sistema nervioso central y sistema nervioso periférico. El sistema nervioso central incluye el encéfalo o cerebro y la médula espinal. A su vez, el encéfalo, desde el punto de vista embrionario, se divide en cinco regiones:

– Mielencéfalo: constituido en el adulto por el bulbo raquídeo.

– Metencéfalo: que incluye el puente o protuberancia y el cerebelo.

– Mesencéfalo: que es el cerebro medio.

– Telencéfalo: que incluye los diferentes lóbulos corticales.

– Diencéfalo: que incluye el tálamo y los ganglios basales.

Nervio abducens en el sistema nervioso periférico

El sistema nervioso periférico incluye las estructuras anatómicas que le permiten al sistema nervioso central relacionarse con el entorno, incluyendo como tal al medio exterior y al propio organismo.

El sistema nervioso periférico posee un componente sensorial que incluye receptores sensoriales y neuronas aferentes primarias, así como un componente efector motor que se conecta con los efectores, los cuales son los músculos y las glándulas; a través de los que ordena la realización de movimientos y la actividad glandular.

El componente motor está formado por fibras motoras somáticas, fibras motoras autónomas y ganglios autónomos. El componente autónomo se subdivide, a su vez, en neuronas simpáticas, neuronas parasimpáticas y neuronas entéricas.

El componente somático tiene los nervios raquídeos y los pares craneales. El nervio motor ocular externo o VI par craneal, forma parte del componente motor del sistema nervioso periférico.

Sistema motor y nervio abducens

Con este nombre se hace referencia al sistema que inerva y controla al músculo esquelético, controlando la secuencia y los patrones de movimiento. Interviene en la postura, los reflejos, las actividades rítmicas como la marcha y los movimientos voluntarios.

Dentro de las actividades motoras especialmente importantes está el lenguaje, el movimiento de los ojos y las actividades motoras habilidosas y de alta precisión ejecutadas por los dedos.

La inervación de las células o fibras musculares esqueléticas está dada por las motoneuronas α. Estas motoneuronas se distribuyen a todo lo largo de la médula espinal, en las astas anteriores de dicha médula y en los núcleos motores de los pares o nervios craneales.

Una motoneurona α, junto con todas las fibras que ella inerva, conforma lo que se denomina “unidad motora”. La unidad motora es la unidad funcional del sistema nervioso motor. La única forma en que el sistema nervioso central puede hacer contraer a una célula muscular es estimulando a una motoneurona α.

Por lo tanto, todos los circuitos nerviosos motores deben terminar estimulando alguna motoneurona α para provocar un movimiento. Esta es la razón por la cual a las motoneuronas α se le denomina vía final común del sistema motor.

El nervio abducens o VI par craneal es un nervio exclusivamente motor; en su núcleo protuberancial se encuentran las motoneuronas α que emiten axones que se encuentran empaquetados en el nervio y que inervan al músculo recto externo del ojo.

Este nervio es uno de los componentes del sistema nervioso periférico somático.

Relaciones anatómicas del VI par craneal

El núcleo de origen de este par craneal se encuentra en el piso del IV ventrículo, en la protuberancia por debajo de la eminencia de teres y rodeado por el nervio facial (VII par craneal).

El nervio abducens tiene un recorrido intracraneal bastante extenso dentro de la fosa posterior y en el seno cavernoso. Cuando penetra en el seno cavernoso se sitúa entre la carótida externa y el nervio oftálmico (I par craneal).

A nivel de la protuberancia se relaciona con el sistema vascular vestíbulo basilar que irriga a la porción del encéfalo situada en la fosa craneal posterior. La arteria vertebral pasa por el agujero transverso del atlas y penetra por la membrana atlanto-occipital y la duramadre para pasar por el agujero occipital a la cavidad craneal.

La arteria discurre en la parte anterior lateralmente con respecto al bulbo raquídeo y luego en posición ventral con respecto al hipogloso (XII par craneal), alcanza la línea media bulbo-protuberancial, pasando entre los dos nervios motores oculares externos (VI par craneal) y uniéndose con la arteria vertebral del lado opuesto para formar la arteria basilar.

Debido a su largo trayecto intracraneal, este nervio es vulnerable a lesiones, patologías, traumas o a incrementos en la presión intracraneal que afecten partes próximas a su trayecto, lo que produce alteraciones características en los movimientos oculares.

Parálisis por lesión del VI par craneal

La lesión del nervio abducens deteriora la abducción del globo ocular al provocar parálisis del músculo recto lateral del globo ocular.

La parálisis puede ser secundaria a una lesión vascular en el nervio, lo que ocurre con frecuencia en las vasculitis neuropáticas diabéticas, por lesiones traumáticas, infecciones o hipertensión endocraneal, entre otras.

Los síntomas de la parálisis del VI nervio craneal incluyen diplopía (visión doble) horizontal binocular al mirar hacia el lado del ojo afectado. El ojo queda ligeramente aducido (desviado hacia la nariz) al dirigir la mirada hacia el frente en línea recta.

Referencias

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  2. Netter, F. H. (1983). The ClBA Collection of Medical Illustrations, Vol. 1: Nervous System, Part II. Neurologic and Neuromuscular Disorders.
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  5. William, F. G., & Ganong, M. D. (2005). Review of medical physiology. Printed in United States of America, Seventeenth Edition, Pp-781.