Geografía

Río Támesis: historia, características, recorrido, afluentes, flora, fauna


El río Támesis, conocido en lengua anglosajona con el nombre de River Thames, es uno de los cuerpos de agua dulce más importantes del Reino Unido por ser el de mayor volumen. Constituye la vigorosa columna fluvial que atraviesa Londres, dividiendo longitudinalmente a la capital inglesa entre norte y sur.

Su color azul-plateado es mucho más que un elemento ornamental en el paisaje, ya que el río Támesis ha sido la fuente de agua que ha sustentado y aún sustenta la vida biológica y económica de la ciudad desde sus orígenes.

El Támesis posee una gran importancia para Londres, ya que no solo ha aportado a la hidratación y a la producción de alimentos de sus habitantes durante cientos de años, sino que también ha servido como canal de desplazamiento para millares de embarcaciones. Además ha sido uno de los protagonistas en la historia del florecimiento industrial y comercial del Reino Unido y de Europa.

Índice del artículo

Historia

Sus orígenes se ubican en la era cuaternaria, cuando encontramos a un incipiente Támesis que fluye hacia el gran río Rin. Sin embargo, los movimientos tectónicos separaron a Inglaterra de la masa continental convirtiéndola en una isla. Aunado a esto, el paso de los años y algunos incidentes de temperatura y eventuales congelamientos, hicieron que el Támesis terminara independizándose, delineando su sinuoso recorrido actual y definiendo los atributos que hoy le caracterizan.

Origen de su nombre

El emperador romano Julio César fue quien dio nombre a este río bautizándolo Támesis, cuando habiéndose embarcado en su expedición invasora a Inglaterra -en el 56 a. C.- vio impedido su paso por este para continuar su plan conquistador.

Cuatro siglos más tarde, los navegantes romanos hicieron uso de las corrientes del Támesis para abrirse paso comercial e intercambiar bienes con mercaderes del mar Mediterráneo. Con el tiempo, el Támesis se volvió tan frecuentado por barcos procedentes de todos los rincones del mundo, que llegó a generarse cola de navíos que esperaban largas horas y hasta días enteros para llegar a puerto y desembarcar.

Debido a este congestionamiento del tráfico náutico, se generó un descontrolado vandalismo. Los piratas del Támesis sacaban provecho del cansancio y el descuido de los tripulantes para asaltar y desvalijar las naves y, de esta manera, hacerse con la mercancía que vendían luego a bajo costo en tierra firme.

Policías de río

Otra actividad clandestina que floreció debido al lento transitar de las naves hacia el puerto londinense, fue el contrabando ilegal hacia la ciudad, puesto que muchos comerciantes transaban con los marinos para sacar los productos antes de que los barcos tocaran tierra. Para evitar este y otros delitos, se creó el primer cuerpo policial destinado a vigilar un río, institución que en el Támesis se mantiene activa hasta la fecha.

Vía de transporte acuático

El Támesis llegó a constituir una especie de “autopista” fluvial que todos los habitantes usaban para desplazarse, ya que resultaba mucho más fácil, rápido y económico contratar los servicios de los barqueros que empleaban sus embarcaciones cual buses de pasajeros. Preferían esto antes que pagar una diligencia de caballos que debía abrirse paso con mucha dificultad por los caminos accidentados de la Inglaterra del Medioevo.

No es casual que la orilla del río tenga un gran número de castillos y edificaciones de alta clase, ya que era considerado signo de prestigio que la residencia personal tuviese como patio lleno de embarcaciones al mismísimo Támesis.

Consecuencias de la guerra

Durante un período largo de tiempo y producto de los estallidos bélicos que impactaron a toda Europa, el Támesis perdió las estructuras de filtrado que permitían conservar sus aguas más limpias. Esto ocasionó que todas las aguas servidas de la ciudad fuesen a parar en su caudal, sin previo tratamiento.

El resultado de esta situación fue que los niveles de contaminación se dispararon a tal grado, que para la década de 1950 el Támesis era considerado un depósito enorme de desechos de Londres.

Características del río Támesis

El río Támesis ha sido el gran boulevard acuático de Londres. Desde que la ciudad empezó a desarrollarse, sus aguas han tenido muchas funciones, entre ellas la de canal de circulación, punto de embarque y desembarque de navíos, de espacio para la salida de productos manufacturados y entrada de materias primas. Además ha sido un espacio acondicionado para la partida de viajeros y el ingreso de turistas.

También ha sido un acompañante discreto en la evolución de Londres, presenciando sus aciertos y padeciendo sus excesos. Sus corrientes fueron en algún momento una especie de corral acuático para la crianza de aves –en especial cisnes-, destinadas a deleitar los paladares reales.

Cuando sus aguas se congelaron en una capa gruesa producto de inesperados picos glaciales, la nobleza jugaba a hacer carreras de trineos en su superficie mientras el pueblo hacía verdaderos festivales musicales y gastronómicos de concurrencia multitudinaria sobre sus solidificadas corrientes.

Inspirador de innovaciones

El Támesis es la fuente de inspiración de varias innovaciones tecnológicas que buscaron explotar el potencial de sus espacios. Muestra de ello es el célebre túnel del Támesis, que conectó la localidad de Rotherhithe con la de Wapping por vía subfluvial,  pues esta construcción se ubica bajo el río Támesis, siendo única en su género para el momento de su inauguración.

El túnel bajo el Támesis tiene 23 metros de profundidad y mide 396 metros de largo. Fue un diseño de Marc Brunel y su hijo Isambard Brunel que inició operaciones en 1943 con el propósito de servir de vía para carruajes. Hoy, en lugar de caballos, transitan por él los trenes.

Este río cuenta además con una estructura de 520 metros de largo a la altura de Woolwitch, que es la segunda barrera del mundo para la protección de una ciudad ante una crecida descontrolada del nivel del río (la primera barrera está en los Países Bajos).

Una hilera de 10 cámaras de acero, de 20 metros de altura, se moviliza para regular el flujo de agua cuando sube o baja su nivel por encima o por debajo de lo regular. Esta extraordinaria obra de la ingeniería surgió a raíz de una inesperada elevación del mar del Norte, que en algún momento amenazó con inundar a Londres.

Nacimiento, recorrido y desembocadura

El río Támesis nace en Thames Head o Cabeza del Thames, su cuenca de origen. Está ubicada en la población de Kembl y se estima que desde su punto de nacimiento hasta su lugar de desembocadura en el mar del Norte, tiene un recorrido aproximado de 346 kilómetros. En su recorrido a través de Londres, es atravesado por 214 puentes que conectan diversos puntos de la ciudad.

Contaminación

El siglo XIX marcó un punto de inflexión en la dinámica biológica del río Támesis. Producto del vertiginoso ritmo de la revolución industrial, no se tomó la previsión de elaborar un marco legal para la regulación de las actividades con el objeto de proteger al río.

Esto trajo como consecuencia que la sociedad se enfocara en producir, sin pensar en el destino de los residuos tóxicos generados por las fábricas, que fueron a parar en el cauce del Támesis.

Por otra parte, el destino final de los desechos de los habitantes –que se incrementa con los años-  también era cuerpo del río. Los residuos biológicos e industriales hicieron proliferar infinidad de bacterias en el agua, que arrasaron con el oxígeno de la misma, volviendo inviable la vida de las especies típicas de este hábitat.

Fertilizantes venenosos

Otro problema fue que la población demandaba mayor cantidad alimentos, lo que se traducía en cultivar mucho y mejor. Para ello se desarrollaron los fertilizantes y pesticidas para hacer la siembra más eficiente. Pero la eficiencia tiene un precio, y los nitritos y otros componentes contaminantes fueron arrastrados por el agua y llevados al Támesis.

Estos descuidos y omisiones que se aplicaron durante dos siglos, llevaron a acelerar la desaparición de la fauna y la flora en el ecosistema del Támesis. De igual manera, desencadenó varias epidemias en la población y un ambiente denso, lo que llevó a los líderes del parlamento inglés a deliberar sobre el asunto. Los resultados positivos aún se esperan.

En la década de los años 50, el Támesis sufrió uno de sus periodos más graves con la llamada muerte biológica. A raíz de este suceso se activaron las alarmas y se empezaron a ejecutar acciones más contundentes para la recuperación del río londinense. En la actualidad, la vida ha retornado a las aguas y ahora enfrentan otros nuevos problemas de contaminación.

Economía

El Támesis constituye un eje estructural de la economía del Reino Unido. En torno a su cauce se establece una red de actividades productivas que generan importantes aportes al PIB del país. Se estima que solo el puerto de Londres -el segundo de mayor tamaño en el mundo- es generador de 43.500 plazas de empleo, de las que 27.000 son empleos directos y los demás pertenecen a actividades vinculadas con las cadenas de distribución de mercaderías y productos.

El turismo también es una fuente importante de ingresos, ya que son millones los que se recaudan en viajes turísticos y visitas náuticas dirigidas. Cientos de embarcaciones tripuladas por personal especializado recorren las aguas del Támesis mostrando a los maravillados visitantes las estupendas e históricas construcciones, que van contando la historia de cada época de la ciudad a través de la arquitectura.

Atractivos turísticos

Desde el río se divisa la famosa Tower Bridge y el London Eye; el centenario Big Ben, las clásicas Casas del Parlamento, la Torre de Londres, la famosa Catedral de San Pablo, el emblemático Shakespeare’s Globe y el London Bridge.

Anualmente se celebran las competiciones de remo o regatas entre las instituciones universitarias más famosas del Reino Unido, Oxford y Cambridge, que son televisadas y logran altos niveles de rating en el mundo, lo que también genera grandes la visita de numerosas personas para ver en vivo la legendaria competición. Sin el Támesis, la colosal capital inglesa, sencillamente no existiría.

Ciudades que recorre el río Támesis

El río Támesis recorre las localidades de Oxford, Wallingford y Reading, continuando su grueso fluir a través de Marlow, Maidenhead, Eton y Windsor, culminando en Gravesend para llegar al mar del Norte, donde desemboca. En su recorrido se van desplegando los monumentos más significativos de la ciudad de Londres.

Afluentes

Hacia el Támesis tributan otros cuatro ríos: el Churn, el Coln, el Isis o Windrush y el Leach. Estos afluentes juntan sus aguas a las del naciente Támesis y contribuyen a engrosar su caudal, que en promedio cuenta con poco más de 65 m³/s. Tal cantidad de afluentes es la razón y causa del gran volumen y tamaño de este río, por cuyas aguas transitan las embarcaciones más modernas del mundo.

Flora

En cuanto a la flora propia del Támesis existe una gran variedad de plancton y algas que sirven de alimento a los peces que habitan el río. Las plantas más representativas son el Fritillary de cabeza de serpiente, lirio de Loddon, orquídeas, campos de dientes de león, Briza maxima, flor de cuclillo y Filipendula ulmaria. La vegetación se luce con sauces, hayas, puntas de flecha, lavanda de mar, Epilobium angustifolium y espadaña, entre otras.

Pese a la presencia de especies de plantas, los alrededores del río fueron totalmente deforestados por la avalancha de edificaciones que se adueñaron de sus orillas. Curiosamente, situado a 14 km del río, se encuentra el Kew Garden, un espectacular jardín botánico con miles de especies vegetales traídas de todo el mundo, obra de la mano humana.

Fauna

Se estima que en la actualidad hay una biodiversidad bastante representativa en el ecosistema del Támesis. Se calcula un aproximado de 160 especies de peces y también invertebrados como las anguilas. Entre los peces destacan: salmón, lucioperca, besugo, carpa, esturión, trucha y bagre.

Entre las aves se avistan el halcón peregrino, garzas, gansos, gaviota argéntea, cisne negro, cisne blanco, gran grebe crestado, pato mandarín y cuervos.

También hacen vida una gran cantidad de mamíferos como focas, un tipo de delfín pequeño denominado marsopa, delfines de mayor tamaño y algunas ballenas que van de paso. A estos se juntan una variedad de crustáceos como los cangrejos de orilla, cangrejos mitones, ostras y camarones marrones.

Su extensa diversidad de fauna se debe a que existen más de 80 islas en sus aguas. Estas localidades flotantes albergan su propia variedad de vida silvestre, como Isla Rosa, Isla Fry, Isla Glover, Isla Formosa, Isla Faraón e isla Ham.