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55 frases de Jane Austen sobre el amor, la lectura, vida, y más


Jane Austen (1775-1817) fue una novelista británica considerada por la crítica como perteneciente a la novela clásica inglesa. Aunque se ha catalogado como una escritora conservadora, el movimiento feminista la ha rescatado por su aguda percepción sobre la educación de la mujer.

Sus novelas son aparentemente ingenuas, pero en ellas yace una cierta crítica y burla a la sociedad georgiana inglesa de entonces: ninguna de sus protagonistas está muy interesada en agradar a los posibles candidatos para maridos. Austen ha trascendido el tiempo y aún sigue leyéndose por lectoras y lectores actuales, que encuentran en sus libros una deliciosa ironía que los vuelve contemporáneos.

Hemos hecho una selección de las mejores frases de Jane Austen, autora de famosas novelas como Orgullo y prejuicio, Emma, La abadía de Northanger, Persuasión y Sentido y sensibilidad.

Las mejores frases de Jane Austen

-No hay encanto igual a la ternura de corazón.

-No hay distancias cuando se tiene un motivo.

-No hay nada como estar en casa para la verdadera comodidad.

-Del pasado no tiene usted que recordar más que lo placentero.

-Mi idea de buena compañía es la compañía de gente inteligente, bien informada, que tiene una gran conversación; eso es lo que yo llamo buena compañía.

-La vanidad y el orgullo son cosas diferentes, aunque las palabras se usan de forma sinónima a menudo.

-No podría ser feliz con un hombre cuyo gusto no coincidiera punto por punto con el mío. 

-La persona, sea un señor o señora, que no tenga placer por una buena novela, debe ser intolerablemente estúpida.

-El egoísmo debe ser siempre perdonado, porque no hay esperanza de cura.

-Hay personas, que cuanto más haces por ellos, menos harán por ellos mismos.

-He sido un ser egoísta toda mi vida, en práctica, aunque no en principios.

-Ser aficionado a bailar era cierto paso hacia enamorarse.

-Las personas enojadas no siempre son sabias.

-Los que no se quejan nunca son compadecidos.

-No sé todavía qué es lo que separa el aprecio del amor.

-La falta de generosidad de sus parientes lo lleva a asombrarse de encontrar amistad en otras partes.

-El respeto por la conducta correcta se siente por todo el mundo.

-Si te amase menos, sería capaz de hablar sobre ello menos.

-No es el tiempo ni la ocasión los que determinan la intimidad: es solo el carácter, la disposición de las personas.

-La imaginación de una señorita es muy rápida; salta desde la admiración al amor y desde el amor al matrimonio en un momento.

-Cuando una opinión es general, normalmente es correcta.

-Una mujer, especialmente si tiene la desgracia de no saber nada, debe ocultarlo lo mejor que pueda.

-La amistad es sin duda el mejor bálsamo para el dolor de la decepción amorosa.

-No se puede estar riendo siempre con un hombre sin de vez en cuando tropezar con algo ingenioso.

-Creo que en todo individuo hay cierta tendencia a un determinado mal, a un defecto innato, que ni siquiera la mejor educación puede vencer.

-Cada hombre está rodeado de un barrio de espías voluntarios.

-A veces uno se deja guiar por lo que las personas dicen de sí mismas, y muy a menudo por lo que otras dicen de ellas, sin darse tiempo para deliberar y discernir.

-Solo estoy dispuesta a actuar de la manera más acorde, en mi opinión, con mi futura felicidad, sin tener en cuenta lo que usted o cualquier otra persona igualmente ajena a mí, piense.

-Los negocios te pueden traer dinero, pero los amigos raramente lo hacen.

-Podría perdonar fácilmente su orgullo, si no hubiera mortificado el mío.

-Sabe perfectamente que mi opinión no tendría peso alguno en usted, a no ser que respaldara sus deseos.

-Cuando las personas se empeñan en una forma de conducta que saben equivocada, se sienten agraviadas cuando se espera algo mejor de ellas.

-Normalmente todos empezamos por una ligera preferencia, y eso sí puede ser simplemente porque sí, sin motivo; pero hay muy pocos que tengan tanto corazón como para enamorarse sin haber sido estimulados.

-Una mitad del mundo no puede entender los placeres de la otra mitad.

-Un artista no puede hacer nada desaliñado.

-Por una persona en concreto no debes trastocar el significado de principio y de integridad, ni intentar convencerte a ti misma o a mí, de que el egoísmo es prudencia o de que la insensibilidad ante el peligro es un seguro de felicidad.

-No puedo hablar lo suficientemente bien como para ser ininteligible.

-Un proyecto que en todas sus partes promete dichas, nunca sale bien; y no te puedes librar de algún contratiempo, si no tienes una pequeña contrariedad.

-Hay algo tan dulce en los prejuicios de una mente joven, que uno llega a sentir pena de ver cómo ceden y les abren paso a opiniones más comunes.

-Cuanto más sé del mundo, más estoy convencida de que nunca veré a un hombre a quien realmente pueda amar.

-Las mujeres solteras tienen una propensión terrible a ser pobres. Lo cual es un argumento muy fuerte a favor del matrimonio.

-La felicidad en el matrimonio es una cuestión de azar.

-Nada es más engañoso que la apariencia de humildad. Normalmente no es otra cosa que falta de opinión, y a veces es una forma indirecta de vanagloriarse.

-Ha de poseer todo eso, y aún algo más sustancial, mediante el perfeccionamiento de su inteligencia gracias a unas lecturas muy extensas.

-Pero mientras la gente se deje arrastrar por su imaginación para formarse juicios errados sobre nuestra conducta y la califique basándose en meras apariencias, nuestra felicidad estará siempre a merced del azar.

-Que nadie presuma de saber traducir los sentimientos de una mujer joven al obtener la seguridad de un amor para el que apenas se atrevía a guardar una esperanza.

-Un gran ingreso es la mejor receta para la felicidad del que he oído hablar.

-No podría ser feliz con un hombre cuyo gusto no coincidiera en todo momento con el mío. Tendría que participar en todos mis sentimientos. Los mismos libros, la misma música habría de hechizarnos a los dos.

-Es una verdad universalmente conocida que un hombre soltero poseedor de una gran fortuna necesita una esposa.

-Suele ocurrir que una mujer sea más guapa a los veintinueve años que a los veinte. Y, por lo general, si no ha sufrido ninguna enfermedad ni soportado ningún padecimiento moral, es una época de la vida en la que raramente se ha perdido algún encanto.

-¡Qué pronto surgen razones para aprobar lo que nos gusta!

-No quiero que la gente sea agradable, así me ahorra el problema de cogerle cariño.

-Nuestras cicatrices nos hacen saber que nuestro pasado fue real.

-Sin música, la vida sería un espacio en blanco para mí.

-Los hombres tienen el poder de elegir. Las mujeres, de rechazar.