Historia

José María Morelos: Biografía


José María Morelos (1765-1815)fue uno de las figuras principales en los primeros años de la Guerra de Independencia de México. Morelos nació en Valladolid, hoy Morelia, en el seno de una familia con ascendencia india y criolla.

Tras sus años de infancia, Morelos decidió iniciarse en la carrera eclesiástica. Fue en el primer centro educativo en que ingresó donde conoció a otro de los líderes independentistas mexicanos, el sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla. Sería este, años después, el que lo convencería para tomar las armas y luchar contra los españoles.

Aunque ya había sido ordenado sacerdote, Morelos no dudó en ponerse al frente de las tropas insurgentes. Su actividad militar duró cinco años, durante los cuales llevó a cabo cuatro campañas diferentes contra el bando realista.

Además, tuvo una importante contribución en las primeras legislaciones desarrolladas en los territorios que ganaban los independentistas.

Al concluir la última de sus campañas, su prestigio había disminuido mucho. Varias derrotas frente al ejército dirigido por Félix María Calleja hicieron que perdiera varios de los cargos obtenidos en los años anteriores. Finalmente fue capturado por los españoles, juzgado y fusilado en diciembre de 1815.

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Biografía

José María Teclo Morelos y Pavón nació el 30 de septiembre de 1765 en la ciudad de Valladolid. Su padre fue Manuel Morelos, un carpintero de ascendencia indígena y su madre Juana María Pérez Pavón. Esta última provenía de una familia criolla y su padre había trabajado como maestro en la localidad.

Según relata la leyenda, José María nació en el convento de San Agustín. Se cuenta que la madre había asistido a la misa del día cuando comenzó a sentir los inicios del parto. Las religiosas del convento la auxiliaron en el pórtico del edificio. El niño fue bautizado en la catedral de la ciudad unos días después.

Una infancia poco conocida

Los primeros años de José María Morelos son poco conocidos. Las informaciones aportadas por los biógrafos son, en ocasiones, algo contradictorias. Algunos apuntan que estudió en la escuela de su abuelo, mientras que otros dicen que aprendió las primeras letras directamente de su madre.

Igualmente, algunas fuentes señalan que, durante parte de su infancia, su padre estuvo ausente. Una discusión con su madre provocó su marcha, dejando a la familia con pocos recursos para sobrevivir.

Ya sea por eso motivo u otro, se sabe que Morelos empezó a trabajar en la hacienda de su tío aún siendo muy joven. Al fallecer su padre, en 1779, José María pasó a residir en la misma hacienda en la que trabajaba, situada cerca de Apatzingán (Michoacán).

Entre los trabajos que desarrolló esos años se encontraba el transporte de mercancías entre el puerto de Acapulco y la Ciudad de México. El dinero que ganaba sirvió para ayudar a su madre y hermanas a vivir algo mejor, además de comprar algunas mulas para ampliar su actividad.

Aparte de trabajar, Morelos dedicó su tiempo a aumentar su educación. Tras 10 años en la hacienda, en 1789, decidió regresar a Valladolid.

Primer encuentro con Hidalgo

Un año después, cuando cumplió los 25, accedió al deseo de su madre de que entrara en la carrera eclesiástica. Según se relata, su bisabuelo, de gran riqueza, había establecido como condición para la herencia que su descendiente fuera ordenado sacerdote.

Morelos ingresó en el colegio de San Nicolás, en el mismo Valladolid. Allí conoció a una de las personas que más influirían en los acontecimientos posteriores, Miguel Hidalgo y Costilla. El futuro líder insurgente era rector de la institución en esa época y ambos coincidieron durante dos años.

José María estudió gramática y latín antes de pasar a estudiar en el Seminario Tridentino de la localidad. En abril de 1795, obtuvo el título de bachiller de artes.

Carrera eclesiástica

Tras esa etapa educativa, Morelos solicitó recibir la tonsura clerical, lo que logró a finales de ese año. Tras esto, comenzó a dar clases a niños en Uruapan, oficio que ejerció durante bastantes meses.

Finalmente, con 32 años de edad, fue nombrado sacerdote, recibiendo la licencia para celebrar misa y predicar en Uruapan y en otras localidades cercanas.

Su carrera como sacerdote continuó como párroco en Churumuco. Fue allí donde recibió la triste noticia del fallecimiento de su madre. Más tarde, en marzo de 1799, fue trasladado a la parroquia de Carácuaro, lugar en el que residió 10 años, hasta 1910. Se trataba de una localidad muy pobre, con una población reacia a pagar los impuestos eclesiales.

Aparte de las aportaciones personales de algunos fieles, Morelos tuvo que seguir con su negocio de ganado para ganar un buen salario. Afortunadamente para él, la herencia de su madre lo dejó en buena posición y cedió a su hermana la casa familiar.

En esa época se relacionó con una joven de Carácuaro, con la que tuvo dos hijos ilegítimos a los que no les dio el apellido, aunque si colaboró en su crianza y educación.

El Grito de Dolores

El periodo que cambió la vida de José María Morelos (y de México en general) comenzó a gestarse el 16 de septiembre de 1810. Ese día, Miguel Hidalgo lanzó el llamado Grito de Dolores, que conduciría a la Guerra de Independencia del país. Antes se había producido algunas conspiraciones, cuyos líderes se unieron a la llamada del sacerdote.

En pocos días, los sublevados habían tomado localidades como Salamanca, Guanajuato o Celaya. En octubre de ese mismo años, Morelos visitó a Hidalgo para ofrecerse a la causa como capellán. Sin embargo, Hidalgo lo convenció de que asumiera un papel más activo.

La misión que le encomendó fue dirigirse hacia el sur, reuniendo tropas a su paso, y que conquistara el puerto de Acapulco, de sobras conocido por Morelos por los trabajos que allí había realizado. José María aceptó y, con apenas 20 hombres, partió hacia su destino como lugarteniente de Hidalgo.

Primera campaña de Morelos

Morelos cumplió de sobras la primera parte del encargo, ya que consiguió formar un nutrido y bien armado ejército. Sin embargo, la toma del puerto de Acapulco se le resistió. Tras el fracaso, se resarció conquistando Chilpancingo, en mayo de 1811, y Tixtla, el mismo mes.

La reacción de las autoridades del virreinato fue inmediata. Miguel Hidalgo fue capturado y ejecutado en junio de 1811, reemplazándolo en la jefatura insurgente López Rayón. Este, tras un tiempo de reflexión, estableció la Suprema Junta Nacional de América.

Morelos, a pesar de continuar en la lucha, presentó algunas objeciones a esa Junta. La principal era su desacuerdo con el acatamiento al rey español Fernando VII. No obstante, se considera que el organismo creado por los insurgentes fue el primer intento de establecer un gobierno autónomo del virreinato.

La postura de José María Morelos era bastante más revolucionaria que la de López Rayón. Ya en noviembre de 1810, en Aguacatillo, había establecido algunas consignas que muestran su pensamiento, entre ellas, la abolición de la esclavitud y los tributos de las comunidades.

Aparte de esto, el cura de Valladolid había conseguido formar cuatro batallones que estaban preparados para entrar en combate en cuanto lo necesitaran.

Segunda campaña

La denominada segunda campaña de Morelos se inició en noviembre de 1811. En esa fecha, decidió dividir su ejército en tres cuerpos diferentes, quedando el al mando del que se iba a dirigir hacia el norte. Sus primeros pasos acabaron con éxito, tomando Izúcar sin combatir, y, después, Cuautla (Morelos).

Los expertos no se ponen de acuerdo sobre las causas del siguiente movimiento ordenado por el jefe insurgente. Muchos consideran que el destino lógico hubiera sido Puebla, cuya conquista podía haber significado la caída posterior de la capital y el triunfo de la revuelta.

Sin embargo, Morelos decidió marchar hacia el oeste, para reunirse con las tropas de Galeana frente a Taxco. Esto fue aprovechado por Félix María Calleja, que sitió Zitácuaro (Michoacán), lugar donde se había establecido la Junta de López Rayón. El militar español obligó a los insurgentes a huir sin apenas ofrecer resistencia.

Cuando Morelos recibió la noticia puso rumbo hacia Cuautla, siguiente destino de los hombres de Calleja. El asedio de los realistas duró tres meses, hasta mayo de 1812 y terminó sin un vencedor claro. Calleja logró tomar la ciudad, pero Morelos y sus hombres escaparon sin sufrir grandes pérdidas.

Tercera campaña

Esta campaña fue la más exitosa entre las que Morelos realizó durante sus años de guerra. A finales de 1812, sus tropas tenían controlado el eje Chiautla-Tehuacán, además de dificultar las conexiones entre Acapulco y la capital.

El 25 de noviembre, tomó la ciudad de Oaxaca, lo que aumentó de manera considerable su prestigio entre los insurgentes. Morelos permaneció en las recién conquistada localidad durante varias semanas. Aparte de consolidar su dominio militarmente, realizó una importante labor administrativa y legislativa.

El sacerdote promulgó, entre otras, leyes relativas a la tenencia de armas, el uso de una identificación personal y creó un organismo para controlar la seguridad pública.

De acuerdo a los expertos, Morelos dudó si intentar entrar en el Valle de México, algo que le solicitaban sus partidarios en la capital. La otra opción era volver a tratar de conquistar un puerto de mar con la intención de recibir ayuda del exterior. Al final, se decidió por esto último y, en abril de 1813, puso sitio a Acapulco, consiguiendo su capitulación.

El Congreso de Chilpancingo

Morelos no solo se ocupó durante esta etapa de la cuestiones militares, sino que participó en el aspecto político de la lucha independentista. Cuando recibió las noticias acerca de la intención de López Rayón de promulgar una Constitución, volvió a repetir las mismas objeciones que ya, anteriormente, había expresado.

El sacerdote declaró su desacuerdo con la mención a Fernando VII, así como a otros aspectos formales como el número de consejeros de Estado.

El proyecto de López Rayón quedó, no obstante, paralizado, ya que en Ciudad de México se había dado a conocer el texto de la Constitución de Cádiz y muchos la habían jurado como propia.

Frente a estos movimientos, Morelos tuvo la idea de convocar un congreso nacional en el que participaran representantes de las diferentes provincias. El lugar elegido fue Chilpancingo. Antes del encuentro, Morelos redactó el documento llamado Sentimientos de la Nación para que fuera usado como base para las discusiones.

Elección como Generalísimo

Una vez en Chilpancingo, Morelos presentó un ambicioso plan de gobierno que era, en la práctica, una Constitución para el país. En esta, quedaba reconocida la separación de poderes, quedando el ejecutivo en manos de un cargo denominado Generalísimo que sería elegido a perpetuidad.

Dentro de ese compendio legislativo destacaba el artículo 17, en el que se declaraba la independencia de España sin mencionar en ningún momento al rey Fernando VII. .

El resultado del Congreso fue la elección del propio Morelos como Generalísimo, sin que nadie se opusiera. El gobierno funcionó durante varios meses, declarando la independencia el día 6 de noviembre.

Última campaña

La actividad política en Chilpancingo había retrasado las campañas militares de los insurgentes. Morelos, a finales de 1813, decidió partir para conquistar su ciudad de origen, Valladolid. Su intención era establecerse allí, hasta que pudieran tomar la capital.

El 22 de diciembre, sus tropas sitiaron la localidad. Sin embargo, los realistas habían recibido grandes refuerzos en las semanas anteriores y obligaron a Morelos a retirarse. Esta derrota, que causó importantes bajas, supuso el inicio de la decadencia del sacerdote.

En el bando realista se habían producido importantes cambios. El principal, el nombramiento de Félix María Calleja como virrey de Nueva España. Calleja, militar experimentado, comenzó una estrategia que presionaba a los insurgentes en todos los frentes.

Uno de los primeros objetivos fue Chilpancingo, por lo que el Congreso tuvo que huir, peregrinando por varias ciudades hasta Apatzingán.

Las derrotas sufridas por Morelos durante esas semanas hicieron que perdiera buena parte de su influencia. Finalmente, se vio obligado a abandonar todos sus cargos, incluidos el de Generalísimo y el mando militar.

Juicios y muerte

La vuelta al poder de Fernando VII tras su exilio en Francia, provocó que el virreinato se fortaleciera en todos los aspectos. Muchos veteranos de la guerra contra Napoleón llegaron a Nueva España para reforzar las tropas realistas.

Para mediados de 1815, los españoles habían reconquistado Oaxaca y Acapulco y, en julio de ese año, Calleja ordenó atacar al Congreso. Los miembros del mismo organizaron una caravana para trasladarse a Tehuacán, en Puebla. La defensa de la comitiva fue encargada a Morelos y a Bravo.

El asedio del ejército mandado por Calleja fue incesante. En noviembre de 1815, mientras protegía al Congreso en su camino a Puebla, Morelos fue capturado por las tropas realistas.

El sacerdote pasó por el mismo proceso que Miguel Hidalgo años antes. Primero, tuvo que comparecer ante un tribunal eclesiástico, que lo condenó por herejía y le retiró su condición de religiosos.

Tras esto, se enfrentó al juicio militar. Morelos fue condenado a muerte. Su fusilamiento se produjo el 22 de diciembre de 1815, junto a los restos del castillo de San Cristobal Ecatepec.

Referencias

  1. Biografías y Vidas. José María Morelos. Obtenido de biografiasyvidas.com
  2. EcuRed. José María Morelos y Pavón. Obtenido de ecured.cu
  3. Angeles Contreras, Jesús. Generalísimo José María Morelos y Pavón: notable militar y genio político. Recuperado de books.google.es
  4. The Editors of Encyclopaedia Britannica. José María Morelos. Obtenido de britannica.com
  5. Minster, Christopher. Biography of Jose Maria Morelos. Obtenido de thoughtco.com
  6. The Library of Congress. José María Morelos y Pavón (1765-1815). Obtenido de loc.gov
  7. Graves, Dan. Revolutionary Mexican Priest, Jose Morelos. Obtenido de christianity.com