Historia

Fernando VII de España: biografía, datos, muerte


Fernando VII fue un rey de España que gobernó el país en dos periodos diferentes del siglo XIX. La primera vez que asumió el trono fue entre marzo y mayo de 1808 y la segunda desde mayo de 1814 hasta su muerte. Ambas etapas estuvieron divididas por el reinado de José Bonaparte, hermano de Napoleón cuyas tropas habían invadido la península.

El monarca fue hijo de Carlos IV, a quien depuso con el denominado motín de Aranjuez, en 1808. Sin embargo, Napoleón ya había invadido España y logró que Fernando VII y su padre se desplazaran a Bayona. El emperador francés logró que los reyes españoles abdicaran en favor de su hermano, José I Bonaparte.

Con Fernando VII preso en Francia, el pueblo español emprendió una lucha contra el invasor francés, siempre jurando fidelidad al monarca depuesto. Cuando este pudo volver, anuló todas las medidas tomadas por los liberales, incluida la Constitución de Cádiz de 1812. Comenzó así el llamado Sexenio absolutista.

Solo un levantamiento militar en 1820 obligó al monarca a aceptar la constitución, pero tan solo lo hizo para conservar el trono. Mientras, maniobraba para que las potencias absolutistas europeas lo ayudaran, lo que ocurrió en 1823. A partir de ese año se inició la Década Ominosa, que duró hasta su muerte.

Biografía

Primeros años

El futuro Fernando VII nació el 14 de octubre de 1784 y El Escorial. Fue el noveno hijo del rey Carlos IV y de María Luisa de Parma, por lo que no estaba destinada a ser el heredero. Sin embargo, la muerte de sus tres hermanos varones durante su infancia lo convirtieron en el sucesor designado.

Durante su infancia, Fernando tenía una constitución débil y enfermiza. Su educación fue impartida por clérigos que le obligaron a mantener un modo de vida muy estricto y religioso, sin nada de diversiones.

La mayor influencia en el joven heredero fue el clérigo Juan Escoiquiz, su maestro de Geografía y Matemáticas desde 1796.

Matrimonio

Su primer matrimonio se celebró en octubre de 1802. La elegida fue su prima, María Antonieta de Nápoles, hija del rey de ese territorio.

La influencia de María Antonieta fue importante en los siguientes acontecimientos. Su madre, la reina María Carolina, le había traspasado su odio por Manuel de Godoy, el hombre más poderoso dentro de la monarquía española tras el rey Carlos IV.

Ese odio procedía por la alianza que Godoy había firmado en 1796 con la República francesa, algo considerado como una traición a las monarquías.

En este contexto, Fernando empezó a maniobrar para eliminar a Godoy del poder. Sin embargo, María Antonieta falleció el 21 de mayo de 1806 y esos primeros movimientos se paralizaron.

A partir de ese momento, Escoiquiz, quien también odiaba a Godoy, pasó a ser el mentor de Fernando.

Enfrentamiento con Godoy

La muerte de María Antonieta llevó a la monarquía española a intentar casar a Fernando con una pariente del emperador Napoleón. Esta posibilidad llevó a que Fernando y Napoleón mantuvieran sus primeros contactos, algo que dejó a Godoy en un segundo plano.

Mientras que se producían las negociaciones sobre ese posible matrimonio, la salud del rey Carlos IV empeoró considerablemente. Fernando quiso asegurarse su posición de heredero al trono y, al mismo tiempo, eliminar a Godoy. Para ello, sus partidarios organizaron una conjura en su favor.

El 27 de octubre de 1807, mientras la familia real se encontraba en El Escorial, la conjura fue descubierta. Ese día aparecieron varios documentos en la habitación de Fernando en el que se detallaba la conspiración. Entre otros aspectos, recogían la intención de arrestar a Godoy y, si era necesario, incluso a la reina.

Fernando fue llevado a juicio por su participación en esta conjura. El príncipe heredero reconoció la culpa y escribió la siguiente nota a su padre: “He hecho mal, he pecado contra ustedes como Rey y como Padre, pero me he arrepentido, y ahora ofrezco a Su Majestad la más humilde obediencia».

Finalmente, Fernando salió en libertad, mientras que Escoiquiz tuvo que exiliarse en Toledo. Sin embargo, las conjuras contra Godoy no cesaron.

Primera llegada al trono

Napoleón Bonaparte, con la excusa de dirigir sus tropas a Portugal, había obtenido permiso para entrar en España. En marzo de 1808, las autoridades ya temían que intentara conquistar el país. Godoy recomendó a la familia real que se trasladara a Andalucía por si debía partir hacia América.

El 17 de marzo, estalló el llamado motín de Aranjuez. Los seguidores de Fernando asaltaron el palacio de Godoy, quien solo salvó la vida por la intervención de Carlos IV.

El resultado de la rebelión fue la abdicación de Carlos IV en favor de su hijo. En esos momentos, el pueblo de Madrid recibió a Fernando de manera muy positiva.

El ya Fernando VII formó un gobierno con sus seguidores, mientras que prohibía la participación de los partidarios de Godoy. Sin embargo, el día anterior, 23 de marzo, las tropas francesas habían entrado en la capital.

Abdicación de Fernando VII

La situación política en las semanas siguientes fue muy convulsa. Aunque el pueblo español aceptó la llegada al trono de Fernando VII, Napoleón no lo reconoció debido a cómo se había producido la abdicación de Carlos IV.

Por otra parte, la autoridad de Fernando VII en buena parte del territorio español era casi nula, ya que los franceses controlaban a las autoridades de las ciudades.

Napoleón anunció entonces que iba a desplazarse a Madrid para mantener una reunión con Fernando VII. La excusa era mejorar la alianza entre los dos países y el rey pensó que la visita equivalía a un reconocimiento

Fernando VII decidió salir al encuentro de Napoleón, el 10 de abril. El monarca se dirigió hacia el norte, pero el emperador permaneció en la localidad francesa de Bayona.

El enviado francés, el general Savary, convenció a Fernando de que siguiera viajando hasta llegar a la frontera. Después, le dijo que entrara en Francia. El 20 de abril, el rey español y su séquito llegaron a Bayona.

Napoleón había maniobrado para reunir en Bayona a Fernando VII, su padre Carlos IV e incluso Godoy, a quien había liberado. En esos encuentros, el emperador logró que los dos españoles le traspasaran el derecho al trono.

Fernando VII se dirigió entonces hacia Valençay, donde Napoleón le había preparado una residencia. Además, escribió un mensaje a los españoles anunciando su abdicación y pidiendo que obedecieran a los franceses.

Guerra de Independencia

La noticia sobre las abdicaciones de Bayona llegó a España el 23 de mayo de 1808. A partir de esa fecha, aparecieron Juntas de Gobierno en varias ciudades para luchar contra los franceses en nombre de Fernando VII.

Este, mientras tanto, vivía en Valençay sin prestar mucha atención a la actualidad española. Incluso llegó a rechazar algunos planes para fugarse. Según los historiadores, Fernando VII pidió a Napoleón que lo adoptara como hijo y lo felicitó por sus victorias.

Mientras, los que resistían en España aprobaron una constitución de carácter liberal en 1812. En ella, Fernando VII era declarado rey constitucional.

El regreso de “el Deseado”

La mala marcha de la guerra en Europa para Napoleón, además de la resistencia de los españoles, llevó al emperador francés a finales de 1813 a negociar con Fernando VII para retirarse de España.

El resultado de esas negociaciones fue el tratado de Valençay, firmado el 11 de diciembre de ese año. Este acuerdo recogía la vuelta de Fernando VII a España como monarca.

Aunque este tratado no cumplía con las leyes emanadas de las Cortes de Cádiz que habían aprobado la Constitución de 1812, Fernando VII regresó a España el 22 de marzo de 1814.

El rey no quiso jurar la constitución y, además, rechazó seguir el itinerario diseñado por las Cortes. En lugar de eso, su destino fue la ciudad de Valencia.

Manifiesto de los Persas

En cuanto Fernando VII llegó a Valencia, sus partidarios iniciaron una campaña para controlar a los constitucionalistas con el objetivo de que se instaurara una monarquía absolutista.

El 12 de abril, 69 diputados partidarios del absolutismo firmaron un documento denominado El manifiesto de los persas, que pedía anular la Constitución de 1812 y todas las leyes aprobadas por los liberales.

Un mes más tarde, el 4 de mayo, Fernando VII anuló la constitución liberal por decreto. El 10 de ese mismo mes, los diputados liberales más conocidos fueron encarcelados. Tres días más tarde, el rey entró en Madrid siendo recibido por una multitud.

Sexenio Absolutista

El siguiente periodo del reinado de Fernando VII es denominad Sexenio Absolutista. Durante seis años, el monarca trató de recuperar todos los poderes que el Antiguo Régimen concedía a los reyes, aunque encontró una fuerte oposición entre los liberales.

En su vida personal, Fernando VII volvió a casarse en septiembre de 1816, en esta ocasión con la portuguesa Isabel de Braganza. Su esposa falleció dos años después y el monarca contrajo su tercer matrimonio el 2 de septiembre de 1819, esta vez con María Amalia de Sajonia. Ambos matrimonios terminaron sin que tuvieran hijos.

Trienio Liberal

Rafael del Riego, un militar que había sido destinado a América, se rebeló contra Fernando VII el 1 de enero de 1820 en la localidad sevillana de Las Cabezas de San Juan. Los sublevados exigían la reinstauración de la Constitución de 1812.

El movimiento de Riego fue tomando fuerza hasta conseguir que Fernando VII jurara la Constitución de Cádiz, en julio de ese mismo año.

Los siguientes tres años son conocidos como Trienio Liberal. Aunque había jurado la constitución, el monarca nunca pretendió cumplir con sus preceptos. Desde el primer momento maniobró para recuperar sus poderes absolutos, como ocurrió con el fracasado golpe de Estado de julio de 1822.

En algunas zonas del país, los absolutistas aprovecharon la delicada situación económica para organizar levantamientos armados.

La falta de éxito de estos hizo al rey comprender que la única forma de recuperar sus poderes era teniendo ayuda del exterior. Esta llegó en 1823, cuando la Francia absolutista de Luis XVIII envió a los Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército que tenía la misión de acabar con las instituciones liberales.

Década ominosa

A pesar del intento de resistencia liberal, su último bastión, Cádiz, se rindió el 30 de septiembre de 1823. Fernando VII promulgó un decreto en el que prometía una amnistía general y otro que derogaba la Constitución y todas las leyes aprobadas durante la etapa en la que había estado vigente.

La promesa de perdón del rey fue incumplida desde el primer momento. La persecución contra los constitucionalistas se extendió por todo el país. Algunos pudieron salir al exilio, pero otros muchos fueron ejecutados.

Fernando VII volvió a Madrid el 13 de septiembre de 1823, donde fue recibido por parte del pueblo con gritos como “¡Vivan las cadenas!” o “Muera la libertad y vivan las cadenas, Viva el rey absoluto y vivan las cadenas”,

Dio comienzo entonces la última etapa del reinado de Fernando VII, la Década Ominosa. Esos diez años se caracterizaron por la vuelta del absolutismo político y la represión.

Últimos años

Su tercera esposa, María Amalia de Sajonia, murió el 18 de mayo de 1829. En diciembre, Fernando VII volvió a casarse, esta vez con María Cristina de Borbón, una prima suya.

Aunque este matrimonio le otorgó bastante popularidad, los ultraconservadores católicos se organizaron en torno a Carlos María Isidro, el hermano del rey. Este sector había sido ignorado por Fernando VII y habían protagonizado algunos levantamientos para poder imponer sus ideas sobre un gobierno en el que el clero tuviera mucho más poder.

Para evitar que su hermano pudiera acceder al trono ante la falta de herederos directos, Fernando VII promulgó la Pragmática Sanción, el 29 de marzo de 1830. Esta ley permitía a las mujeres ocupar el trono.

Fernando VII y su esposa tuvieron una niña el 10 de diciembre de 1830. El nacimiento de la futura Isabel II causó que la tensión con los seguidores de Carlos María Isidro aumentara.

Muerte

El rey enfermó de gravedad en septiembre de 1832 y acabó aceptando las peticiones de los ultraconservadores católicos para que anulara la Pragmática Sanción.

Recuperado de la enfermedad, Fernando VII volvió a recuperar la ley que permitía a las mujeres acceder al trono, pero los partidarios de su hermano, que pronto fueron conocidos como “carlistas”, no lo aceptaron.

Fernando VII falleció el 29 de septiembre de 1833, sin que su sucesión estuviera clara. En un primer momento, su esposa asumió la regencia en nombre de su hija, que solo tenía 3 años.

Referencias

  1. Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. Biografía de Fernando VII. Obtenido de biografiasyvidas.com
  2. Sánchez Mantero, Rafael. Las etapas del reinado de Fernando VII. Obtenido de artehistoria.com
  3. The Editors of Encyclopaedia Britannica. Ferdinand VII. Obtenido de britannica.com
  4. Hiles Burkholder, Suzanne. Ferdinand VII Of Spain (1784–1833). Obtenido de encyclopedia.com
  5. The Biography. Biography of Fernando VII. King of España (1784-1833). Obtenido de thebiography.us