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Perritos de las praderas: características, hábitat, comportamiento


Los perritos de las praderas son roedores, cuyas especies conforman el género Cynomys. Tienen un cuerpo fornido, con unas extremidades cortas; en cuanto a la coloración, puede variar desde amarillo cenizo hasta marrón rojizo, que contrasta con el blanco del área ventral.

El clado Cynomys está formado por cinco especies: C. ludovicinus, C. leucurus, C. gunnisoni, C. parvidens y C. mexicanus. Con relación a la distribución, se encuentra en los prados, mesetas altas, llanuras y valles montados de Canadá, México y Estados Unidos.

Una de las características más resaltante es su lenguaje vocal. En recientes investigaciones, los especialistas identificaron algunas vocalizaciones especializadas que emiten los perritos de las praderas. Estas se encuentran asociadas a la identificación de algunos de sus depredadores.

Dichas llamadas le transmiten información al resto del grupo sobre el depredador que los acecha. Así, los miembros de las colonias pueden saber el tamaño y la distancia en la que este se encuentra de la colonia.

Las especies del género Cynomys son herbívoras y se alimentan de hierbas, flores, frutas, hojas y pastos. La dieta varía según las estaciones, por lo que, en verano, las semillas son sus alimentos favoritos. En el otoño y a principio de invierno, suelen comer tallos y raíces.

Índice del artículo

Características

– Dientes

Los perritos de la pradera tienen incisivos que crecen de manera continua. El esmalte y la dentina se encuentran depositados en la base de estos dientes, pero cada uno de forma diferente.

Así, la dentina está colocada en forma de cono a todo lo largo de la cavidad de la pulpa. En cuanto al esmalte, cubre la superficie externa del diente en crecimiento, ocultando de esta manera a la dentina. En el extremo de estos dientes, se encuentra una yema apical. Esta contiene células madre adultas que se renuevan por sí mismas.

En el período de hibernación, la depresión metabólica prolongada que ocurre en el organismo ocasiona una marca en los incisivos inferiores. Dicha huella es evidente en la dentina y en el esmalte, debido al mecanismo y la forma de crecimiento de dicho diente.

Así, durante la hibernación, la tasa de deposición de dentina es mucho menor. En cuanto al esmalte, es depuesto de manera irregular. Esto crea un engrosamiento que se distingue claramente del esmalte de prehibernación. Estas marcas en los incisivos son utilizadas por los investigadores para conocer detalles de este proceso metabólico.

– Cuerpo

Las diversas especies que conforman el género Cynomys tienen el cuerpo robusto, con unas extremidades cortas. En las patas, tienen garras afiladas, que utilizan para cavar hasta varios metros de profundidad. De esta manera construyen sus madrigueras en corto tiempo.

En cuanto a la cola, generalmente es corta y está cubierta de un pelaje denso. Sin embargo, existen variaciones entre las especies en cuanto al color y a la longitud. En la cabeza, tiene dos orejas pequeñas y redondeadas, que frecuentemente se encuentran escondidas entre el pelaje. La nariz es puntiaguda y de color negro.

Con relación a los ojos, están ubicados a los lados de la cara. Esto podría contribuir a ampliar el campo visual, permitiéndole detectar a sus presas más fácilmente.

– Tamaño

En el perrito de la pradera, el macho suele ser de mayor tamaño que la hembra y hasta un 10% más pesado que esta. Así, la masa corporal varía aproximadamente desde los 800 a los 1400 gramos. En cuanto al largo, puede medir entre 28 y 40 centímetros.

– Pelaje

El pelaje es corto y tiene un tono desde amarillo cenizo hasta canela rojiza. Las orejas suelen ser un poco más oscuras y el área ventral blanquecina.

En cuanto a la cola, algunas especies tienen la punta de color negro, como los perritos de las praderas mexicanos y los de cola negra. Mientras, los perritos de cola blanca y los de Utah, la tienen blanca.

– Hibernación

Los perros de las praderas presentan diversas estrategias para sobrevivir las bajas temperaturas del invierno. Los expertos señalan que las especies C. mexicanus y C. ludovicianus se encuentran activas durante todo el año. Esto sugiere que ambos animales no hibernan.

Sin embargo, las investigaciones señalan que, ante las bajas temperaturas externas, algunos C. ludovicianus son capaces de provocar un letargo facultativo y tal vez de hibernar.

En contraste, el C. gunnisoni, C. leucurus y el C. parvidens son hibernadores obligados. Estos cesan su actividad durante varios meses, reanudándolas al finalizar el invierno o en los inicios de la primavera.

Particularidades

Durante este período, los animales exhiben una temperatura corporal propia de la hibernación, acompañado de un letargo profundo y prolongado, interrumpido por periódicas excitaciones.

El momento de emerger de la madriguera depende de varios factores. Entre estos se encuentran la edad, el sexo, la elevación del terreno y la especie. Así, el C. leucuruss sale de su madriguera invernal a principios del mes de febrero y de marzo, donde los machos suelen hacerlo dos o tres semanas antes que las hembras.

Por otra parte, el C. gunnisoni emerge durante los primeros días de marzo, cuando vive en terrenos situados entre 1750 y 1950 msnm. Sin embargo, si habita a 2850 msnm, lo hace a mediados de abril.

Importancia ecológica

Los perritos de las praderas desempeñan un papel muy importante en su ecosistema, como integrantes de la cadena alimentaria.

De hecho, son considerados piezas claves, ya que constituyen el alimento principal de muchos mamíferos, como el tejón y el hurón de patas negras, y de algunas aves rapaces, como los búhos de madrigueras y el águila real.

Además, los túneles de sus madrigueras ayudan en la prevención de la erosión y de la escorrentía del terreno, al dirigir el agua hacia la capa freática. También, contribuyen a revertir la compactación de los suelos, producto del pastoreo del ganado.

Así mismo, algunos animales como el bisonte y el venado, han demostrado tener preferencia por el pastoreo en la misma zona donde habitan los perritos de las praderas. Los expertos lo atribuyen a que son atraídos por las características de las especies vegetales del área, donde pudieran abundar los brotes frescos.

Por otra parte, la ardilla de tierra de manto dorado, el búho de madriguera y el chorlito de montaña, dependen de las madrigueras de los perritos de las praderas para utilizarlas como las áreas de anidación.

Taxonomía y subespecies

– Taxonomía

-Reino: Animal.

-Subreino: Bilateria.

-Filum: Cordado.

-Subfilum: Vertebrado.

-Infrafilum: Gnathostomata.

-Superclase: Tetrapoda.

-Clase: Mamífero.

-Subclase: Theria

-Infraclase; Eutheria.

-Orden: Rodentia.

-Suborden: Sciuromorpha.

-Familia: Sciuridae.

-Subfamilia: Xerinae.

-Tribu: Marmotini.

-Género: Cynomys

– Subgéneros y especies    

Subgénero: Cynomys (Cynomys)

Cynomys ludovicianus

El perrito de la pradera de cola negra tiene un pelaje color café, con un vientre más claro. El adulto puede pesar e 600 a 1300 gramos, con un cuerpo que mide entre 35 y 43 centímetros.

Esta especie se encuentra en las Grandes Llanuras de Norteamérica, abarcando desde la zona sur de Canadá hasta el área norte de México.

-Cynomys mexicanus

El pelo del perro de la pradera mexicano es amarillento, con las orejas más oscuras y el vientre de color blanco. A diferencia de otras especies, este mamífero carece de una línea marrón o negra sobre los ojos.

Con relación a la cola, que tiene un largo mayor del 20% del total de la longitud del cuerpo, posee pelos negros en los márgenes laterales y en el extremo. El peso de un adulto puede ser hasta de 1 kilogramo y el largo oscila entre 385 y 440 milímetros.

Subgénero: Cynomys (Leucocrossuromys)

Cynomys gunnisoni

El perrito de las praderas de Gunnison habita en matorrales y praderas de Estados Unidos. El color amarillento de su pelo es más pálido que el de las otras. Así mismo, tiene una cola más corta que la del resto de los de su género.

Cynomys leucurus

Las poblaciones de mayor tamaño del perrito de la pradera de cola blanca se encuentran en Wyoming. No obstante, también vive en Colorado, Montana y en algunas regiones al este de Utah.

En cuanto a su coloración, es de un tono de café claro, con los ojos oscuros y manchas negras en las mejillas y arriba y debajo de cada ojo. La longitud de su cuerpo va desde los 342 a los 399 milímetros y el peso se encuentra entre 750 y 1700 gramos.

Cynomys parvidens

El perrito de las praderas de Utah es el de menor tamaño de todos los de su género. El largo de este animal es de 305 a 360 milímetros. Su pelaje es de color canela, con una cola casi toda de color blanco.

Con relación a la cara, tiene una mancha marrón oscuro arriba y debajo de cada ojo. Además, el mentón y el labio superior son blancos.

Hábitat y distribución

– Distribución

Los perritos de las praderas se distribuyen al oeste de los Estados Unidos, al noroeste de México y al suroeste de Canadá. Dentro de su hábitat preferido se encuentran las delgadas bandas de llanuras secas extendidas desde Texas hasta Canadá.

Dentro del rango de distribución, cada especie está localizada en regiones particulares. En este sentido, el perrito de las praderas de cola negra vive en las Grandes Llanuras, abarcando desde el norte de México hasta Canadá.

El perro de las praderas de Gunnison se extiende en los territorios de Colorado, Arizona, Utah y Nuevo México. A su vez, el perrito de las praderas mexicano tiene su hábitat al norte de México. Con respecto al perrito de las praderas de Utah, está restringido al área sur de dicho estado.

Por su parte, el perrito de las praderas de cola blanca se encuentra desde la zona este de Wyoming, a través de los valles de las Montañas Rocosas, hasta la Gran Cuenca.

– Hábitat

Las especies del género Cynomys prefieren habitar en praderas de hierba corta, evitando aquellas regiones muy densas o con hierbas muy altas. Sin embargo, la deforestación de regiones como las Grandes Llanuras, ha ocasionado que las poblaciones se encuentren desplazadas a otras áreas.

En cuanto a la altura de las regiones donde viven, oscilan entre 600 y 3000 msnm. La temperatura puede tener grandes variaciones, pudiendo llegar hasta 38 °C en verano y a -37 °C durante la época de invierno.

– Las madrigueras

Los perritos de las praderas pasan gran parte de su vida en madrigueras. Estas le sirven de refugio ante la amenaza de los depredadores y como protección de las variaciones climáticas, inundaciones y otros eventos de carácter natural.

Dichos refugios contribuyen con la termorregulación corporal del animal, ya que en el verano tienen una temperatura entre 15 y 25 °C y en invierno la mantienen en un rango de 5 a 10 °C.

También cumplen una función ecológica, puesto que los sistemas de túneles encausan el agua de lluvia hacia la capa freática, evitando así la erosión. Además, pudiera modificar la composición del terreno, al revertir su compactación, producto del pastoreo.

Características

La madriguera del perrito de las praderas puede medir entre 5 y 10 metros de largo y de 2 a 3 metros de profundidad. Esta pudiera tener hasta seis agujeros de entrada, cada uno con un diámetro aproximado de 10 a 30 centímetros.

Las entradas pueden ser simples agujeros planos, mientras que otras veces se encuentran rodeadas de montículos de tierra, en cuyo alrededor el animal ha despejado toda la hierba que lo rodea. Este promontorio pudiera tener de 20 a 30 centímetros de altura, conocido como cráter de cúpula. Cuando la elevación de tierra mide hasta un metro, es llamado cráter de borde.

Ambas estructuras cumplen la función de puesto de observación, donde el perrito de la pradera se sube para visualizar el área y detectar la presencia de cualquier depredador. Así mismo, los montículos protegen la madriguera de posibles inundaciones.

En cuanto a los agujeros, proporcionan ventilación al refugio, ya que el aire ingresa a través del cráter del domo y sale por el cráter del borde.

Las madrigueras tienen varias cámaras, que suelen estar revestidas de hierbas. Los espacios laterales generalmente son utilizados como dormitorios y como espacios de almacenamiento.

Estado de conservación

Algunas de las poblaciones de perritos de las praderas han disminuido. Esta situación ha ocasionado que la UICN haya categorizado a varias especies dentro de grupo de animales en riesgo de extinguirse.

Así, el Cynomys gunnisoni y el Cynomys ludovicianus se encuentran en bajo riesgo, mientras que el Cynomys mexicanus y el Cynomys parvidens están el grave peligro de extinción.

– Amenazas

Enfermedad exótica

La peste selvática es ocasionada por la bacteria Yersinia pestis, la misma que puede causar la enfermedad en el hombre. El perrito de las praderas se infecta por la picadura de las pulgas y puede transmitir la afección al ser humano, aunque las probabilidades que esto ocurra es baja.

Esta peste constituye una grave amenaza que las especies que forman el género Cynomys, debido a que pudiera matar en poco tiempo a una colonia completa.

Pérdida de hábitat

En el pasado, la fragmentación del hábitat impactó notablemente las poblaciones de los perritos de las praderas. Así, las regiones donde vivían fueron empleadas para tierras de cultivo y urbanismos.

Del mismo modo, se extinguieron las colonias que se encontraban en las terrazas de los ríos, como consecuencia de las actividades agrícolas. Actualmente, las tierras de cultivos en que fueron convertidas las praderas no afectan en mayor grado al perrito de la pradera.

Este roedor puede vivir en campos urbanos vacíos, sin embargo, pudieran representar un riesgo, al ser transmisor de enfermedades. Además, los granjeros no toleran su presencia en los campos, siendo considerados como plagas que dañan los cultivos.

– Acciones

Muchas de las colonias se encuentran protegidas en parques nacionales y estadales, en las diferentes regiones donde habitan. Los organismos encargados de su conservación sugieren que es importante la realización de inventarios donde se determine la localización, el tamaño y las características de las poblaciones.

De esta manera se podrán realizar las planificaciones pertinentes para eliminar los factores que están aquejando al perrito de las praderas.

Además, es imperiosa la realización de un trabajo genético donde se evalúe el hecho si las poblaciones actualmente reducidas y la fragmentación del hábitat pudieran causar endogamia.

Reproducción

Los perritos de las praderas inician su actividad sexual alrededor de los dos años de edad. No obstante, ocasionalmente la hembra de un año de edad podría entrar en celo y comenzar a reproducirse.

Durante la etapa de celo, la hembra tiene algunos comportamientos muy particulares. Entre estos se encuentra el hecho que lame sus genitales, toma baños de polvo y entra a la madriguera muy tarde en la noche.

Por su parte, el macho emite un particular ladrido, que está formado por un grupo de 2 a 25 ladridos, que repite cada 3 a 15 segundos. De esta manera, envía señales que son interpretadas por el grupo como un aviso de apareamiento.

La copulación ocurre dentro de la madriguera, reduciendo así el riesgo de cualquier amenaza por parte de un depredador. Además, de esta manera se evita que otro macho pueda interrumpir el proceso reproductivo.

Una vez que la pareja termina la cópula, el macho ya no se muestra interesado sexualmente en la hembra. En cuanto a la gestación, tiene una duración de 28 a 32 días. Cuando el proceso de alumbramiento está próximo, la hembra entra en la madriguera y nacen entre 1 y 8 crías.

Las crías

Al nacer, las crías carecen de pelaje y tienen los ojos cerrados, que abrirán pocos días después. La hembra se dedica a cuidar y a amamantar al joven, además de proteger el hogar donde conviven. El macho defiende el territorio y a la madriguera.

Los jóvenes permanecen por 6 semanas en el refugio, y luego del destete, comienzan a salir en búsqueda de alimentos. Cuando tienen 5 meses ya están completamente desarrollados y se valen por sí mismos.

Alimentación

Los perros de las praderas salen de sus madrigueras durante el día para alimentarse. Son animales herbívoros, sin embargo, pudieran ingerir eventualmente algunos insectos. El agua que consumen proviene principalmente de los alimentos.

La dieta suele estar integrada por raíces, hierbas, pastos, brotes, flores y semillas. Las herbáceas y las gramíneas conforman el 90% de la alimentación de estos animales, siendo las más relevantes Muhlenbergia villosa, Bouteloua chasei y Bouteloua dactyloides.

No obstante, las semillas y las flores son sus preferidas, ya que son ricas en grasas y proteínas. La alimentación puede tener variaciones según la estación del año. Así, durante el otoño, comen hierbas de hojas anchas. En el invierno, las hembras embarazadas y las lactantes suelen comer nieve para incrementar su ingesta de agua.

También, cada especie muestra predilección por algunas especies vegetales. De esta manera, los perritos de las praderas de cola negra que viven en Dakota del Sur, comen grama azul, pasto y hierba de búfalo.

Por otra parte, los perritos de las praderas de Gunnison comen plantas rodadoras, cepillo de conejo, dientes de león, cactus, dientes de sal y cactus, además de grama azul y de hierba de búfalo.

Comportamiento

Los miembros del género Cynomys viven en colonias, que pueden localizarse en cientos de acres. La unidad básica de la sociedad es el grupo familiar, formado por un macho reproductor, dos o tres hembras maduras sexualmente y las crías.

El territorio promedio de estos roedores, abarca entre 0,05 y 1 hectárea. Estas zonas tienen sus fronteras bien establecidas, que coinciden con algunas barreras físicas, como los árboles y las rocas. El macho defiende el área donde vive y tendrá conductas antagónicas con otro macho que intente acceder a su terreno.

Cuando dos machos se encuentran en el borde del territorio, se miran, chasquean sus dientes y huelen la glándula de olor. En el caso que se enfrenten, suelen morderse, patearse y chocar sus cuerpos.

Los perritos de las praderas tienen un sistema de comunicación vocal especializado, con el cual pueden describir al depredador que los amenaza. En dichas llamadas, la colonia obtiene información importante del atacante, como su tamaño y la rapidez con que se acerca al grupo.

Según la opinión de los expertos, esas vocalizaciones relacionas con un depredador específico implican que el roedor posee habilidades cognitivas para interpretarlas.

Referencias

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