Historia

Conquista del Perú: descubrimiento, etapas y consecuencias


La conquista del Perú fue el periodo durante el cual el Imperio español se hizo con el control del actual territorio peruano. Aunque ya se habían producido algunas expediciones a esas tierras, se considera que la auténtica conquista se inició el 16 de noviembre de 1532, cuando los españoles y los incas se reunieron en Cajamarca.

Tas la conquista de Panamá, los conquistadores españoles comenzaron a recibir noticias acerca de la existencia de un imperio muy rico en oro. Los rumores afirmaban que la sede de dicho imperio era Birú o Pirú. Francisco Pizarro, Diego de Almagro y Hernando de Luque comenzaron los preparativos para llegar a dicho lugar.

En esos momentos, el pueblo indígena más importante en la zona era el inca. Este se había convertido en un gran imperio, controlando las mesetas andinas de las actuales Perú y Bolivia. La capital se encontraba en Cuzco.

La victoria de los conquistadores españoles sobre el inca significó el fin de ese imperio. A partir de entonces, fue la corona española quien controló el territorio. Después de una serie de guerras civiles entre los propios conquistadores, se creó el Virreinato del Perú, que duraría hasta el siglo XIX.

Índice del artículo

Descubrimiento

La primera zona que los españoles ocuparon en América después de los viajes de Cristóbal Colón fueron las islas de las Antillas. Desde allí, procedieron a explorar las costas del continente, a las que llamaron Tierra Firme. Esta fue dividida en 1508 por la corona española en dos partes diferentes, con el propósito de su futura colonización.

Una de esas circunscripciones fue la de Nueva Andalucía. Esta se extendía desde el este del golfo de Urabá hasta el Cabo de la Vela, en la Guajira colombiana. Esta zona fue concedida a Alonso de Ojeda.

Ojeda desembarcó en la actual Cartagena de Indias, fundando el fuerte de San Sebastían. Al haber sido herido combatiendo con los indígenas, tuvo que regresar a La Española, mientras que el fuerte quedó al mando de un soldado llamado Francisco Pizarro.

Desde La Española, Ojeda envió a Martín Fernández de Enciso para reforzar el fuerte. Entre sus miembros se encontraba Vasco Nuñez de Balboa. Antes de llegar a su destino, Enciso se encontró con un barco en el que iban Pizarro, quien, junto con otros miembros de la primera expedición de Ojeda, habían abandonado San Sebastián.

Pizarro se unió a Enciso, volviendo al continente. Cuando alcanzaron la costa, fundaron Santa María la Antigua del Darién.

El descubrimiento del Mar del Sur

Aunque Enciso se proclamó alcalde de la recién creada localidad, una serie de maniobras desembocaron en que Balboa acabara haciéndose con el mando Con esto, se convirtió en el jefe de los colonos de Tierra Firme.

Balboa empezó a recibir noticias sobre un imperio situado más al sur. El conquistador se tomó en serio esos rumores y organizó una expedición para encontrarlo. El 25 de septiembre de 1513, tras cruzar el istmo, los marinos encontraron un gran mar, al que bautizaron como Mar del Sur. Se trataba, en realidad, del Océano Pacífico.

A partir de ese momento, una de los objetivos de los españoles fue avanzar hacia el sur, buscando ese imperio rico en oro del que habían escuchado noticias.

Primeros intentos de llegar al Perú

Balboa recibió el título de Adelantado del Mar del Sur y comenzó a preparar una gran expedición. Sin embargo, no pudo concluir ese proyecto, ya que sus enemigos en España conspiraron contra él.

El primero fue Enciso, al que Balboa había depuesto como alcalde de La Antigua. La corona hizo caso a la denuncia y nombró a Pedro Arias Dávila como gobernador de los territorios conquistados. Este, conocido como Pedrarias, se las arregló para eliminar totalmente a Balboa, quien, acusado de conspiración, fue ejecutado.

Algo más tarde, en 1522, Pascual de Andagoya también trató de organizar la búsqueda de Birú. Sin embargo, su expedición terminó en un fracaso absoluto.

Primer viaje de Francisco Pizarro

Francisco Pizarro había establecido su residencia en Panamá. Desde allí, en 1523, comenzó a preparar su primera expedición en busca de Birú y su oro. Para ello, contó con Diego de Almagro y con el sacerdote Hernando de Luque, quien debía aportar la financiación necesaria.

Una vez tuvieron todo listo, Pizarro partió hacia el sur de América el 13 de septiembre de 1524. Almagro se había quedado buscando más tripulación y debía partir más adelante para reunirse con su compañero.

Los problemas no tardaron en aparecer, demostrando la dificultad de la empresa. Así, en las costas colombianas, se quedaron se provisiones, lo que, unido al clima, provocó que los expedicionarios se debilitaran.

Esperando más provisiones, tuvieron que permanecer allí durante 47 días. El lugar recibió el nombre de Puerto de Hambre. Treinta tripulantes fallecieron por ese motivo.

Meses después, algo recuperados, consiguieron alcanzar Perú. Sin embargo, no pudieron, tan siquiera, desembarcar, ya que un grupo de indígenas lo impidió al atacarlos con flechas y piedras. Pizarro decidió regresar a Panamá.

El segundo viaje de Pizarro

En 1526, Pizarro emprendió la segunda de sus expediciones. Tras un año de navegación, alcanzaron la bahía de San Mateo, desde donde penetraron en el río Santiago. Los hombres desembarcaron y dos navíos fueron enviados de vuelta a Panamá para buscar más provisiones.

Sin embargo, la travesía había sido muy dura y uno de los expedicionarios aprovechó para enviar una petición de ayuda al gobernador.

Fue en esa parte del viaje, cuando se encontraban en la Isla del Gallo, cuando Pizarro tuvo que enfrentarse a la desesperación de sus hombres. El conquistador, ante las quejas, trazó una línea en la arena y pidió a los que deseasen continuar el viaje que la cruzaran y se pusieran a su lado. Tan solo 13 tripulantes lo hicieron.

Con ellos, llamados los trece del gallo, Pizarro puso rumbo a la Isla de Gorgona, donde esperaron durante seis meses a que llegaran nuevos refuerzos.

El nuevo grupo consiguió avanzar hasta la isla Santa Clara, a un asentamiento llamado Tumbes, al noroeste de Perú. Allí, los españoles vieron, por primera vez, construcciones erigidas por el Imperio Inca.

Las murallas y restos encontrados parecieron confirmar la idea de la riqueza de ese Imperio. Pizarro ordenó regresar a Panamá para buscar más recursos.

La capitulación de Toledo (1529)

En Panamá, Pizarro se encontró con la negativa del gobernador para ayudarle a emprender un nuevo viaje. Ante esto, el conquistador solicitó audiencia con Carlos V, en España.

El monarca y Pizarra se reunieron en Toledo. Pizarro relató sus anteriores viajes y regaló al rey oro, plata y tejidos de Perú.

Carlos V no solo autorizó a Pizarro a realizar una nueva, y mayor, expedición, sino que lo nombró alguacil mayor, gobernador y capitán general del territorio que cubría 200 leguas al sur de Ecuador. A cambio, la corona española obtendría el 20 % de las riquezas halladas

Etapas

La conquista propiamente dicha comenzó con el tercer viaje de Francisco Pizarro. Este fue eminentemente terrestre y acabó con su enfrentamiento con el Imperio Inca.

Situación del Imperio incaico

Antes de que el conquistador español partiera hacia Perú, los incas estaban viviendo un periodo de gran inestabilidad política. En 1527, el inca Huayna Cápac y su heredero habían fallecido de una extraña enfermedad, lo que desató la lucha por ocupar por el poder.

Tras la muerte del Inca, Huáscar asumió el gobierno al ser nombrado por los orejones de Cuzco. Estos, una especie de nobleza, consideraban que su experiencia como vice-gobernante lo hacía más valido que su hermano Atahualpa. Este se había hecho fuerte en la región de Quito.

Huáscar ordenó a Atahualpa que le rindiera vasallaje, recibiendo una negativa por su parte. Ambos dirigentes organización sus ejércitos y comenzaron una guerra civil que duró tres años. El vencedor fue Atahualpa.

El tercer viaje de Pizarro

Pizarro y sus hombres partieron desde la bahía de San Mateo en enero de 1531. Cuando alcanzaron la isla Puná, los españoles se enteraron de la guerra civil que había enfrentado a los incas y decidieron aprovechar la situación.

Después de dejar la isla, los conquistadores llegaron a Tumbes y, desde allí, pusieron rumbo al Valle de Chira. En ese lugar, Pizarro, que iba acompañado de 176 hombres, fundó la primera ciudad: San Miguel.

Marcha a Cajamarca

El siguiente destino de Pizarro, una vez reforzó su retaguardia, fue Cajamarca. Según el conquistador, el Inca ya sabía que había dejado San Miguel e, incluso, le había enviado mensajes para mantener un encuentro.

El 8 de noviembre de 1532, la expedición empezó a ascender por la cordillera. Pizarro dividió su ejército en dos grupos: uno, la vanguardia, liderado por él mismo y otro al mando de su hermano Hernando, que debía cubrir la retaguardia. Sin embargo, tras solo un día de marcha, ambos grupos se reunificaron.

El día 9 de noviembre, Pizarro recibió a unos enviados de Atahualpa. Estos llevaban unas llamas como regalo y avisaron al español que el Inca se encontraba a cinco días de Cajamarca.

Dos días después, cuando los conquistadores se encontraban en Pallaques, una nueva embajada incaica ratificó la intención de Atahualpa de reunirse con ellos en son de paz.

Por fin, el 15 de noviembre los españoles alcanzaron Cajamarca. Cuando entraron en la ciudad, se encontraron con que Atahualpa había acampado a media legua de allí.

La captura de Atahualpa

Ambos bandos acordaron que el encuentro se desarrollaría el día 16 de noviembre. Atahualpa, una vez concertada la fecha, ordenó rodear Cajamarca con veinte mil soldados.

En el día elegido, el Inca de Tahuantinsuyo entró en la plaza central de Cajamarca, escoltado por 7000 soldados. Nada más llegar, un fraile español se acercó para entregarle una Biblia, pero Atahualpa no la aceptó. Igualmente, acusó a los conquistadores de haber ocupado su territorio.

En ese momento comenzó la captura del Inca. En solo media hora, se produjeron 2200 muertos, especialmente por las avalanchas que se provocaron cuando muchos de los presentes trataron de huir. Otros, especialmente nobles incaicos, fueron asesinados por los españoles.

Según algunos cronistas, el propio Pizarro recibió una herida de cuchillo al evitar que sus hombres asesinaran a Atahualpa. Este, vencido, fue encerrado en un edificio de la ciudad.

El rescate y la muerte de Atahualpa

Después de la captura, Atahualpa ofreció a Pizarro un gran botín a cambio de su liberación. El conquistador aceptó y pronto llegaron a Cajamarca grandes cantidades de oro y plata, aunque insuficientes para el español.

Ante esto, el Inca dio permiso a los españoles para que entraran en el templo de Pachacamac y en la capital, Cuzco, para que tomaran las riquezas que quisieran.

A pesar del acuerdo, Atahualpa no fue puesto en libertad. Aprovechando la ausencia de Hernando Pizarro y Hernando Soto, Francisco sometió a juicio al Inca. De acuerdo con las escasas crónicas de la época, el juicio duró todo un día y tuvo como resultado una sentencia a morir quemado.

Antes de que se procediera a cumplir la pena, Atahualpa se convirtió al cristianismo para evitar ser quemado en la hoguera. En lugar de esto, fue ajusticiado con el garrote vil el 26 de julio de 1533.

El avance de Almagro

Mientras Pizarro se encontraba en Cajamarca, seis barcos llegaron al puerto de Manta, en el actual Ecuador. Tres de ellos habían salido desde Panamá, al mando de Diego de Almagro. Pizarro recibió noticias sobre esta llegada en enero de 1533.

Los otros tres navíos venían desde Nicaragua. En total, entre todos los barcos, llegaron 150 hombres para reforzar a los españoles.

Con esto comenzaba una nueva etapa en la conquista, aunque, tras la derrota del Inca, se trató de un periodo de consolidación del triunfo y de reparto del botín de guerra.

Fin de la conquista del Perú

A pesar de que el norte de lo que había sido el Imperio Inca estaba bajo manos españolas, aún quedaban algunos focos de resistencia. Pizarro, para acabar con estos grupos, inició una marcha hacia Cuzco.

Durante su camino, las tropas indígenas trataron de detener a los conquistadores, muchas veces con tácticas de guerrilla.

Poco después de comenzar la marcha, Pizarro re reunió con Manco Inca, un hermano de Huáscar y, por lo tanto, familiar del Inca. Su propósito era conseguir su ayuda para entrar en Cuzco sin problemas. Gracias a ese servicio, Manco Inca fue nombrado Inca, aunque tuvo que declararse vasallo del rey de España.

El 23 de marzo de 1534, Pizarro fundó la ciudad española de Cuzco. Después, dedicó sus fuerzas a pacificar toda la zona. A pesar de sus esfuerzos, hasta finales del siglo XVII se produjeron levantamientos indígenas contra los españoles.

Consecuencias

La capital fue trasladada desde Cuzco hasta Lima, ya que la primera resultaba insegura para los españoles. Lima tenía la ventaja de permitir la comunicación con otros dominios españoles, ya que se ubicaba en la costa del Pacífico.

Guerra civil entre los conquistadores

La toma de Cuzco, en 1534, marcó el final de la conquista española del Perú. Tras esto, comenzó el dominio español en el antiguo territorio del Inca.

Sin embargo, esto no llevó la paz a la zona. Muy pronto se desató una guerra civil entre Francisco Pizarro y a Diego de Almagro por el dominio de los nuevos territorios.

En un primer momento, fueron los hombres de Pizarro los que se hicieron con la victoria. Almagro fue ejecutado en 1538, sin que eso supusiera el fin de la guerra.

Diego de Almagro, el Mozo, ocupó el puesto de su padre y, en 1541, sus partidarios asesinaron a Francisco Pizarro. Enseguida se autoproclamó gobernador de Perú y se rebeló contra las autoridades nombradas por el rey de España.

Finalmente, Diego de Almagro el Mozo fue derrotado en la batalla de Chupas. Tras ser juzgado por traición, fue condenado a muerte.

Este conflicto, que se prolongó aún más en el tiempo, fue la causa principal de la creación del Virreinato. El rey, entre otras cosas, pretendía poner punto final a las disputas de poder en la zona.

Virreinato del Perú

Mediante una Cédula Real, emitida en 1534, la Corona española estableció un Virreianto. Además de pretender consolidar su autoridad en la zona, Carlos I quiso acabar con los frecuentes abusos a los que eran sometidos los indígenas. Por ello, promulgó las Leyes Nuevas, con las que creó la Real Audiencia para administrar la justicia civil y penal.

Estas leyes prohibían el trabajo forzado de los nativos, además de abolir las encomiendas hereditarias.

La capital del Virreinato del Perú fue establecida en Lima y su primer Virrey fue Blasco Núñez de Vela.

En su momento de mayor extensión, el Virreinato del Perú ocupó los actuales Perú, Ecuador, Colombia, Bolivia y parte de Argentina y Chile. Las Reformas borbónicas hicieron que perdiera parte de esos territorios en favor de nuevos virreinatos.

Antes de eso, el Virreinato del Perú era la principal posesión del Imperio español. Sus riquezas, especialmente los minerales extraídos, eran una de las principales fuentes de beneficios de la corona española.

A principios del siglo XIX comenzaron las rebeliones contra la metrópolis. Estas desembocaron en una guerra de independencia y, tras algunos años de conflicto, los diversos territorios del Virreinato se convirtieron en nuevos países.

Organización social

Una de las características del Virreinato del Perú fue el establecimiento de dos Repúblicas: la de los españoles y la de los Indios. Ambas fueron creadas mediante las Leyes Nuevas de 1542.

Como en el resto de las colonias españolas en América, la sociedad del Perú era totalmente estamental. En la cúspide se encontraban los blancos españoles y, un escalón por debajo, los blancos nacido ya en la colonia. Indígenas y mestizos formaban la clase baja.

Referencias

  1. Historia del Nuevo Mundo. La Conquista Del Perú (I): El Final De Un Imperio. Obtenido de historiadelnuevomundo.com
  2. EducaRed. La Conquista del Perú. Obtenido de educared.fundaciontelefonica.com.pe
  3. Icarito. Conquista de Perú. Obtenido de icarito.cl
  4. Spanish Wars. The Conquest of the Inca Empire. Obtenido de spanishwars.net
  5. Heritage History. Spanish Conquest of Peru. Obtenido de heritage-history.com
  6. Ballesteros-Gaibrois, Manuel. Francisco Pizarro. Obtenido de britannica.com
  7. Cartwright, Mark. Pizarro & the Fall of the Inca Empire. Obtenido de ancient.eu