Quercus ilex: características, hábitat, cultivo, cuidados
Quercus ilex es una especie de árbol perennifolio perteneciente a la familia Fagaceae. Conocido como encina, carrasca, chaparro, alzina, artea, enciño o azinheira, es una especie forestal nativa de la región del mediterráneo.
Es un árbol que alcanza los 15-25 m de altura, hasta los 30 m dependiendo de su madurez, que puede llegar a los 700 años. De copa densa y frondosa, así como un follaje verde intenso es una especie floral característica de la península ibérica cultivada en diferentes ambientes desde la antigüedad.
Bajo ciertas condiciones climáticas o edáficas permanece en estado arbustivo, pero desarrolla un sistema radicular denso y extenso. El fuste corto, robusto y recto presenta una corteza delgada, lisa y grisácea cuando joven, parduzca y fisurada en ejemplares adultos.
La copa amplia y cerrada es ovalada en su estado natural, con numerosas ramificaciones a media altura sobre el nivel del suelo. Las ramas firmes y gruesas se disponen en posición ascendente en la parte media y alta de la copa.
La encina es un árbol poco exigente en relación al tipo de suelo, aunque prefiere los terrenos porosos y profundos. Requiere plena exposición solar o media sombra, siendo altamente resistente a la sequía eventual, los ambientes cálidos y las heladas.
En su fase inicial de crecimiento es muy sensible para adaptarse a las condiciones de trasplante, mientras desarrolla un robusto sistema radicular. Por otra parte, tolera muy bien las podas, ya que en estado silvestre rebrota fácilmente su raíz luego de incendios o talas severas.
Su madera es sólida, compacta y dura, siendo utilizada en la fabricación de herramientas resistentes al agua y en carpintería en general. La corteza contiene taninos útiles para la curtiembre de cueros, además las hojas y bellotas se emplean con fines medicinales. La leña es efectiva para obtener carbón vegetal debido a su gran poder calórico.
Índice del artículo
- 1 Características generales
- 2 Taxonomía
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Cultivo y cuidados
- 5 Plagas y enfermedades
- 6 Usos
- 7 Referencias
Quercus ilex es un árbol perennifolio de porte medio, de copa amplia y ovalada, que alcanza los 20-25 m de altura. El fuste posee la corteza gruesa, profundamente agrietada y quebradiza de color grisáceo, con las ramas tiernas cubiertas de abundantes pilosidades blanquecinas.
Las hojas simples y coriáceas presentan una gran variabilidad morfológica, desde lanceoladas, elípticas o redondeadas con el ápice agudo o romo. Por lo regular, los márgenes son lisos o ligeramente dentados, glabro y de color verde oscuro por el haz, así como tomentosa y grisáceo por el envés.
Esta gran variabilidad en forma y tamaño se presenta incluso en un mismo ejemplar, siendo mayor el contraste entre hojas jóvenes y adultas de luz o de sombra. Además, las hojas juveniles son más tomentosas que las adultas, y a plena exposición solar son más escleromorfas que a la sombra.
La encina es una planta monoica con flores unisexuales donde la abundancia de determinado sexo varía proporcionalmente de un año a otro. En efecto, en algunas encinas predominan las flores masculinas en detrimento de las flores femeninas.
Las flores masculinas se agrupan en la base de las ramas jóvenes como amentos colgantes de color ocre-amarillento. Las femeninas menos llamativas simples o en agrupaciones de 3-5 unidades se disponen en pedúnculos tomentosos. La polinización ocurre con la intervención del viento.
Los frutos son bellotas oblongas de 2-3 cm de longitud con una semilla única de color pardo-castaño brillante. Se encuentran unidas a las ramas a través de un pedúnculo muy corto de escamas planas y compactas. El fruto puede ser amargo o dulce según su estado de madurez.
– Reino: Plantae.
– Subreino: Tracheobionta.
– División: Magnoliophyta.
– Clase: Magnoliopsida.
– Subclase: Hamamelidae.
– Orden: Fagales.
– Familia: Fagaceae.
– Género: Quercus.
– Subgénero: Quercus.
– Sección: Quercus.
– Especie: Quercus ilex L.
– Quercus ilex subsp. ilex: esta especie se caracteriza por sus hojas lanceoladas con 7-14 pares de nervios secundarios. Asimismo, se distribuye al sur de Francia, a lo largo de la costa cantábrica y del litoral mediterráneo, Italia y las islas Baleares.
– Quercus ilex subsp. ballota: las hojas tienden a ser redondeadas con 5-8 pares de nervios secundarios, adaptada al clima continental y de bellotas con mayor valor comercial. Se localiza en las regiones interiores del continente europeo y en las islas Baleares.
Quercus ilex es una especie rústica poco exigente en cuanto a la calidad del suelo, no obstante, se asienta sobre suelos franco-arenosos. Suele formar bosques puros o dehesas de grandes extensiones, siendo fuertemente resistente a los ambientes secos y las temperaturas extremas.
En condiciones naturales se localiza en ambientes costeros de clima suave, así como en áreas continentales hasta los 1.400 msnm y de clima extremo. Es una especie que se adapta a los climas estivales, heladas de hasta -12 ºC, sequías prolongadas y alta radiación solar.
Por otra parte, se adapta a condiciones urbanas o espacios con cierto grado de contaminación ambiental sobre bosques o matorrales conurbanos. Debido a la capacidad de desarrollarse sobre suelos húmedo, pero bien drenados, ha prosperado ocasionalmente en zonas como la laurisilva canaria.
La subespecie Quercus ilex ballota es más tolerante a los climas fríos, la sequía y las altas temperaturas, por lo que se adapta a regiones continentales. Por lo regular, es más rústica que la subespecie Quercus ilex ilex, que prefiere los ambientes litorales y es más exigente en cuanto a humedad.
Las encinas constituyen una de las especies arbóreas más comunes de la península Ibérica y las islas Baleares. Forma parte de bosques únicos o dehesas, en asociación con trepadoras o matorrales espesos sobre una gran variedad de suelos.
De manera general se distribuyen a lo largo de la región mediterránea, desde donde fue trasladada a las islas Canarias. En la actualidad se encuentra esporádicamente de forma silvestre en Gran Canaria, La Gomera, La Palma y Tenerife.
Las encinas son especies monoicas que se reproducen efectivamente a través de semillas (reproducción sexual) como por brotes de la raíz (reproducción vegetativa). Florece durante los meses de marzo-mayo o junio-julio, luego de un periodo de estrés. Cuando se presenta un promedio de 20 ºC y 10 horas de radiación solar al día.
La dispersión del polen y posterior polinización es anemófila, es decir, ocurre gracias a la intervención del viento como agente polinizador principal. En Quercus ilex ocurre autogamia o autopolinización en un mismo individuo, y alogamia o reproducción entre individuos diferentes.
Los frutos son bellotas secas e indehiscentes de color verde claro cuando tiernos y pardo oscuro en la madurez. Los encinos inician su producción a los 15-20 años de edad, y sus frutos maduran por lo general durante los meses de octubre-noviembre.
Como ya se ha reseñado, Quercus ilex se multiplica tanto por semillas como por brotes de raíz durante la primavera. Para la propagación por semilla se requiere la selección de material fresco proveniente de plantas sanas y productivas, libres de plagas o enfermedades.
La siembra se realiza bajo condiciones de vivero en bolsas de polietileno utilizando un sustrato fértil, de buen drenaje y desinfectado. Las semillas, de 1-2 unidades, se colocan en el centro del sustrato húmedo procurando cubrir con una fina capa de tierra.
Posteriormente se espolvorea la superficie de siembra con azufre o cobre, con el objeto de prevenir la aparición de enfermedades fúngicas o plagas. Se vuelve a cubrir con sustrato suelto y se riega esta vez con un sistema por aspersión, evitando inundar el sustrato.
Los recipientes se colocan bajo polisombra 65%, procurando las condiciones de humedad y temperatura adecuadas. De esta forma, las semillas iniciarán el proceso de germinación entre los 45-60 días después de la siembra.
La propagación a través de brotes radiculares se realiza seleccionando las yemas vigorosas que aparecen en la base de la planta madre. Para separar los brotes es preciso realizar una zanja alrededor y extraerlo con un corte limpio evitando dañar las raíces.
A esta plántula se le puede agregar un enraizante natural o fitohormona, y se siembra en bolsa de polietileno con sustrato fértil y húmedo. Bajo condiciones de vivero, procurando iluminación, humedad y temperatura constante, las plantas se establecerán en pocas semanas.
Los encinos crecen en espacios abiertos a plena exposición solar o semisombra. No desarrollan raíces invasivas, pero se recomienda su plantación a 5-6 m de separación de construcciones, tuberías, caminos pavimentados u otras especies arbustivas.
Se adaptan a terrenos planos, suelos sueltos y bien drenados, de origen calizo o silíceos con buen contenido de materia orgánica. Para el establecimiento de la plantación se recomienda el empleo de un sustrato fértil de buena retención de humedad y un 30% de perlita.
Esta especie en particular es tolerante a ciertos periodos de sequía, sin llegar a los extremos de falta de humedad. En efecto, durante el verano requiere riego frecuente evitando que el terreno se seque totalmente.
Para su establecimiento y desarrollo se requiere una frecuencia de riego cada 4-5 días. De todas formas, es conveniente mantener un monitoreo constante de la humedad del terreno principalmente en las fases de desarrollo, floración y fructificación.
En cuanto a las necesidades de fertilización, la aplicación de abonos orgánicos se realiza durante la primavera hasta principios de otoño. El encino responde satisfactoriamente a la aplicación de abonos con alto contenido de fósforo y nitrógeno durante la fase productiva.
Las labores de poda de mantenimiento y saneamiento se pueden realizar a finales de invierno. Esta práctica consiste en eliminar las ramas secas, débiles o enfermas, así como recortar las ramas que presenten un crecimiento irregular o disparejo.
Esta especie por lo general es muy resistente al ataque de plagas o enfermedades. No obstante, es susceptible al ataque de orugas defoliadoras, como Tortrix viridana y Lymantria dispar, así como la seca de la encina.
Tortrix viridana o piral del roble y de la encina es un lepidóptero nocturno de la familia Tortricidae cuyas orugas ocasionan la defoliación. La Lymantria dispar es un lepidóptero de la familia Erebidae con un alto potencial invasivo y constituye una grave amenaza para las especies forestales.
La seca de la encina es causada por el hongo fitopatógeno Phytophthora cinnamomi que provoca el decaimiento y muerte de las encinas. Por lo general, los síntomas se presentan cuando la planta sufre un déficit hídrico extremo, contaminación ambiental o manejo inadecuado.
Un efectivo manejo agronómico es vital para obtener un espécimen fuerte y vigoroso. Para ello es indispensable la aplicación efectiva de riego y suplir las necesidades nutricionales con abonos orgánicos, evitando las podas severas.
La madera de buena calidad, grano fino, dura, pesada y resistente se emplea para la fabricación de instrumentos agrícolas y carpintería en general. Es ideal para fabricar piezas que soporten manejo continuo como carruchas, arados o parquets, así como herramientas hidráulicas, vigas o pilares.
La leña de la encina es muy valiosa para la obtención de carbón vegetal. Además, la corteza contiene taninos utilizados para el proceso de curtiembre de cueros, en especial en la región de Marruecos.
Quercus ilex es un árbol de importancia paisajística y es una de las principales especies de las dehesas rurales y alrededor de las ciudades. En efecto, las encinas son plantas decorativas que proporcionan una excelente sombra en espacios abiertos, siendo utilizados ampliamente para elaborar bonsáis.
Las bellotas son empleadas como suplemento alimenticio para alimentar ganado porcino de la raza ibérica. Igualmente son usadas para consumo humano, tostadas como frutos secos, o molidas para obtener harina para la elaboración productos de panificación.
La encina contiene ciertos compuestos orgánicos como taninos, ácido gálico y ácido querecitánico que le proporcionan propiedades medicinales de carácter astringente y antiséptico. Además, las bellotas poseen almidones, grasas, azúcares y taninos empleados para uso medicinal o alimenticio.
Generalmente las partes utilizadas para uso medicinal son la corteza, las hojas y las bellotas, ya sean secadas, trituradas o molidas. Los cocimientos de la corteza se emplean como antidiarreico; como vulnerario se emplea para aliviar heridas, almorranas o hemorragias nasales; asimismo se aplica de manera tópica sobre el cuero cabelludo para controlar la caspa.
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