Historia

Hermila Galindo: biografía de una luchadora feminista


Hermila Galindo (1886-1954) fue una política, feminista, periodista y maestra durante la época posrevolucionaria en México. Nacida en la localidad de Villa Juárez, desde muy joven mostró su apoyo a los opositores a Porfirio Díaz. Primero, simpatizó con Bernardo Reyes, después con Francisco I. Madero y, por último, con Venustiano Carranza.

Con 15 años, Hermila Galindo se trasladó a Ciudad de México. En la capital entró en contacto con varios grupos liberales, destacando por su gran oratoria y brillantez. En esa época se distinguió por su apoyo a Madero. Tras la Decena Trágica y la guerra para expulsar a Victoriano Huerta, Galindo comenzó a trabajar directamente para Venustiano Carranza.

Como colaboradora de Carranza, Hermila Galindo viajó a varios Estados para promover la política del nuevo gobierno. Participó en el Congreso Constituyente, aunque su propuesta para lograr el sufragio femenino no fue aprobada por sus compañeros.

Aparte de su labor política, la aportación más importante de Hermila Galindo fue su lucha por los derechos de la mujer. Desde su revista, La Mujer Moderna, y en los diversos foros creados en el país, Galindo abogó por la igualdad y denunció el papel de la Iglesia en la discriminación sufrida históricamente por las mujeres.

Índice del artículo

Biografía

Hermila Galindo Acosta, conocida de manera más general como Hermila Galindo de Topete, nació en Villa Juárez, en el municipio de Lerdo (México). Vino al mundo el 2 de junio de 1886, siendo registrada como hija natural.

Hermila quedó huérfana de madre muy pronto, con tan solo tres días. Esto hizo que fuera entregada a su padre, Rosario Galindo, y criada por una hermana de este, Angela Galindo.

Su educación se desarrolló en Villa Lerdo, pasando luego a estudiar en Chihuahua, en una Escuela Industrial. En este centró aprendió contabilidad, telegrafía, mecanografía, taquigrafía e inglés.

Entrada en la política

En 1902, Hermila sufrió la pérdida de su padre. Eso la obligó, cuando contaba con 13 años, a regresar a su casa. La joven tuvo que comenzar a trabajar, impartiendo clases privadas de mecanografía y taquigrafía a niños de la zona.

Siendo todavía estudiante, Hermila ya había demostrado su interés social, mostrando su oposición al régimen de Porfirio Díaz. Como otros jóvenes de su época, empezó siendo reyista, para pasar con los años a apoyar a Madero y, finalmente, a Carranza.

Su entrada en la política se debió a una casualidad. Un abogado y periodista, Francisco Martínez Ortiz, escribió un discurso en 1909 en apoyo de Benito Juárez y en contra de Porfirio Día. Hermila Galindo fue la encargada de transcribirlo, gracias a sus conocimientos de mecanografía.

El alcalde de Torreón, al conocer el contenido del discurso, ordenó confiscar todas las copias del discurso, pero Galindo escondió la suya.

Esto cobró importancia cuando el hijo de Juárez, en una celebración local en honor de su padre, se enteró de la existencia de esa copia. Contactó con Hermila y distribuyeron el texto con el propósito de incrementar el ambiente contrario al gobierno de Porfirio Díaz.

En Ciudad de México

En 1911, cuando tenía 15 años, Galindo se marchó a Ciudad de México. Allí entró en contacto con el Club Liberal Abraham González. Junto con otros muchos compañeros, empezaron a realizar acciones y debates para mejorar la situación política del país, inmerso en una gran inestabilidad.

En la capital, Hermila se convirtió en secretaria del general Eduardo Hay. Este había sido uno de los fundadores del Partido Antirreeleccionista de Francisco I. Madero, causa que la joven apoyó totalmente.

A pesar de la caída de Porfirio Díaz, la situación en México no se estabilizó. La presidencia de Madero terminó con la Decena Trágica y con las llegada al poder de Huertas. Galindo se quedó sin trabajo fijo y tuvo que impartir cursos de taquigrafía en una escuela de Ciudad de México.

Apoyo a Carranza

La guerra civil declarada en México entre los partidarios del presidente Victoriano Huerta y las fuerzas revolucionarias y constitucionalistas llevó el caos al país. Finalmente, en 1914, Huerta se vio obligado a renunciar. Venustiano Carranza, líder de los constitucionalistas, entró en Ciudad de México.

Aunque no se conocen demasiados datos sobre las actividades de Galindo durante esa época, sus biógrafos afirman que es muy probable que siguiera en contacto durante esos años con los clubes revolucionarios. De hecho, fue elegida por uno de ellos como parte del comité que iba a recibir a Carranza en la capital.

El discurso de la joven, comparando a Carranza con Juárez, impresionó a todo el auditorio. Al finalizar, el propio Carranza le pidió que trabajara con él como su secretaria privada, aceptando ella la oferta. Desde ese momento, Galindo trabajó a favor del nuevo gobernante.

Parte de su labor fue recorrer todo el país organizando clubes revolucionarios en todo el territorio. Hermila se dedicó a promover los ideales carrancistas, basados en la defensa de la soberanía nacional y en la necesidad de realizar una reforma de la sociedad.

Mujer moderna

Aparte de dedicarse a estas labores de propaganda, Hermila Galindo también destinó gran parte de su esfuerzo a promover la igualdad para las mujeres en el país. Para ella, el feminismo debía formar parte de los logros de la revolución.

Galindo formó parte de un grupo de feministas que, en septiembre de 1915, fundó la revista La Mujer Moderna. El propósito de esta publicación era promover la igualdad de género, la educación laica y la educación sexual. Estos temas empezaron a provocar que la Iglesia reaccionara en su contra.

En algunos de sus escritos, la autora señaló las leyes discriminadoras que aparecían en la legislación mexicana. Como ejemplo, el Código Civil de 1884 reconocía los mismos derechos a las mujeres solteras que a los hombres, pero cuando se casaban perdían dichos derechos y pasaban a depender de sus maridos.

Congreso feminista

La ponencia que Galindo envió en 1916 al Primer Congreso Feminista de Yucatán provocó mucho revuelo en los sectores más conservadores del país e, incluso, entre muchas feministas. El título de su trabajo fue La Mujer en el porvenir y la autora explicaba por qué era necesaria la igualdad entre mujeres y hombres.

En la ponencia, Galindo afirmaba que era necesario crear un plan de educación sexual y acusaba a la religión, y a la Iglesia, de ser responsable de la ignorancia de la población sobre el tema.

Esas opiniones relacionadas con la sexualidad de las mujeres fueron consideradas como muy radicales. Los sectores más conservadores del país reaccionaron a sus escritos y respondieron con una declaración que apoyaba el papel tradicional de las mujeres, oponiéndose a que recibieran educación.

Primera diplomática

Hermila Galindo también fue pionera en otro aspecto relacionado con las relaciones exteriores. Carranza tenía interés en que su obra se conociera en el extranjero y envió a Galindo como su representante en Cuba y Colombia para propagar sus ideas. De esta manera, se convirtió en la primera mujer en realizar labores diplomáticas en el país.

Asimismo, durante su estancia en esos dos países, Galindo mostró su rechazo a la política intervencionista de los Estados Unidos en México.

Como muestra de su apoyo a las tesis de Carranza, Hermila Galindo escribió el libro titulado La doctrina Carranza y el acercamiento indolatino.

Propuesta de cambio en la Constitución

Los trabajos para elaborar una nueva constitución comenzaron a finales de 1916. Galindo intentó que quedaran recogidos los derechos de la mujer. Con solo 20 años, fue la mujer que adquirió más visibilidad durante el Congreso Constituyente celebrado en Querétaro.

Sus discursos mantuvieron el alto nivel que siempre caracterizaron a Hermila. Su argumento, que sería usado de nuevo por otras feministas, fue el siguiente:

“Es de estricta justicia que la mujer tenga el voto en las elecciones de las autoridades, porque si ella tiene obligaciones con el grupo social, razonable es, que no carezca de derechos.

Las leyes se aplican por igual a hombres y mujeres: la mujer paga contribuciones, la mujer, especialmente la independiente, ayuda a los gastos de la comunidad, obedece las disposiciones gubernativas y, por si acaso delinque, sufre las mismas penas que el hombre culpado.

Así pues, para las obligaciones, la ley la considera igual que al hombre, solamente al tratarse de prerrogativas, la desconoce y no le concede ninguna de las que goza el varón.”

Con esta defensa de la igualdad, Hermila pretendía que se reconociera el derecho a voto de las mujeres y que quedara reflejado en el nuevo texto constitucional.

Rechazo de su propuesta

El intento de Hermila Galindo no obtuvo el respaldo del Congreso Constituyente. Sus palabras, de hecho, fueron recibidas con risas o directamente ignoradas, recibiendo el apoyo de muy pocos participantes.

El argumento de los congresistas para rechazar la propuesta fue el siguiente:

“El hecho de que algunas mujeres excepcionalmente tengan las condiciones necesarias para ejercer satisfactoriamente los derechos políticos no funda la conclusión de que éstos deben concederse a las mujeres como clase […]

[…] la actividad de la mujer no ha salido del círculo del hogar doméstico, ni sus intereses se han desvinculado de los de los miembros masculinos de la familia; no ha llegado entre nosotros a romperse la unidad de la familia, como llega a suceder con el avance de la civilización; las mujeres no sienten pues, la necesidad de participar en los asuntos públicos, como lo demuestra la falta de todo movimiento colectivo en ese sentido”.

Candidata

A pesar de ese fracaso, Hermila Galindo no estaba dispuesta a rendirse. Así, aprovechó que la ley no prohibía directamente la participación de las mujeres en política, consiguió presentarse a las elecciones.

De esta forma, Galindo se postuló como candidata a diputada por uno de los distritos de Ciudad de México en las elecciones de 1917. Durante su campaña, declaró que no tenía esperanza de conseguir salir elegida y que solo quería presentar la causa del sufragio femenino ante todo el país.

Sin embargo, de manera sorprendente, Hermila Galindo consiguió los votos necesarios para salir elegida. No obstante, la Cámara de Diputados de México no le permitió jurar el cargo por ser mujer.

Carrera como escritora

Durante los años siguientes, Galindo continuó con su labor como escritora y editora, siempre centrada en su lucha por la igualdad de las mujeres y en el apoyo al gobierno de Carranza.

Aparte de su trabajo en la revista La Mujer Moderna, Hermila Galindo fue la autora de cinco libros en los que trataba temas relacionados con la revolución mexicana. Igualmente, fue la autora de una biografía de Venustiano Carranza.

Sin embargo, la presidencia de Carranza empezaba a dar muestras de estar llegando a su fin. Parte del pueblo estaba desilusionado, ya que las reformas prometidas no llegaban, especialmente la agraria. Pronto, empezaron a producirse levantamientos armados en su contra.

Retirada provisional de la política

El fin violento del régimen carrancistas significó el final de la primera fase del feminismo en México. Hermila Galindo decidió también retirarse de la vida pública, aunque continuó publicando textos pidiendo la igualdad de género y el aumento de los derechos para las mujeres.

Galindo prefirió, con 24 años, vivir de una manera más tranquila, fuera de la escena política. Se casó en 1923 con Manuel de Topete y tuvo dos hijas. El matrimonio vivió durante algunos años en los Estados Unidos, regresando después a México.

Primera mujer congresista

A pesar de esa retirada, México no se había olvidado de Hermila Galindo. En 1952 se convirtió en la primera mujer en ocupar un escaño en el Congreso Federal del país. Al año siguiente, el Congreso aprobó la reforma del artículo 34 de la Constitución para incluir en el a las mujeres.

De esta forma, se recuperaba en gran parte la propuesta que Galindo había llevado al Constituyente de 1917. El artículo, una vez reformado, quedó de las siguiente manera:

“Son ciudadanos de la República los varones y mujeres que, teniendo la calidad de mexicanos reúnan además los siguientes requisitos: haber cumplido 18 años de edad, siendo casados, o 21 si no lo son y tener un modo honesto de vivir”.

Fallecimiento

Hermila Galindo de Topete sufrió un infarto agudo de miocardio el 19 de agosto de 1954 en Ciudad de México. El ataque le provocó la muerte y no pudo ver como, en 1958, las mujeres mexicanas recibieron la plena igualdad política.

Referencias

  1. López, Alberto. Hermila Galindo, pionera feminista y primera candidata a diputada federal. Obtenido de elpais.com
  2. Valles Ruiz, Rosa María. Hermila Galindo y los orígenes del feminismo en México. Recuperado de revistas.unam.mx
  3. Cruz Jaimes, Guadalupe. Hermila Galindo, una feminista en la Constituyente de 1917. Obtenido de cimacnoticias.com.mx
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  5. Dulles, John W. F. Yesterday in Mexico: A Chronicle of the Revolution, 1919–1936. Recuperado de books.google.es
  6. Maciaş, Anna. Women and the Mexican Revolution, 1910-1920. Recuperado de muse.jhu.edu
  7. Wikipedia. Hermila Galindo. Obtenido de en.wikipedia.org