Historia

Benito Juárez: quién fue, biografía, gobierno y aportes


¿Quién fue Benito Juárez?

Benito Juárez (1806-1872) fue un político y abogado mexicano, presidente de México desde 1858 hasta 1872, destacando su actuación durante la década de las Leyes de Reforma y la intervención francesa. Conocido como el Benemérito de las Américas, logró erradicar privilegios de las minorías reestableciendo así la libertad, el derecho y las virtudes mexicanas.

Juárez, abogado y político de origen indígena, es considerado por muchos como la figura más importante de México, siendo tal su relevancia que la fecha de su nacimiento es fiesta nacional. 

Biografía de Benito Juárez

Benito Pablo Juárez García nació el 21 de marzo de 1806 en el estado de Oaxaca, en un pueblo llamado San Pablo Guelatao, ubicado en el municipio Santo Tomás Ixtlán. Este era un poblado muy pequeño, pues solamente unas 20 familias zapotecas vivían allí.

Familia

Se tiene poca información sobre los padres de Benito Juárez, pero se sabe que sus nombres fueron Brígida García y Marcelino Juárez; estos datos se obtuvieron del acta de nacimiento de Benito.

Según las mismas palabras de Benito Juárez, sus padres eran indios nativos y trabajaban la tierra. En 1809, cuando Juarez tenía solo 3 años, ambos padres murieron; primero falleció su padre y luego su madre durante el parto de la hermana menor, María Alberta Longinos.

Además, Benito tenía dos hermanas mayores llamadas Rosa y Josefa. Al morir sus padres, estos tres hermanos quedaron bajo la tutela de sus abuelos por parte de padre, llamados Justa López y Pedro Juárez. 

Los abuelos paternos de Benito murieron tiempo después. En esa época ambas hermanas mayores de Juárez estaban desposadas, por lo que solo quedaba Benito por recibir acogida. Fue en este periodo cuando Benito pasó a vivir con su tío Bernardino Juárez.

Estadía con Bernardino

Desde que Benito se mudó junto a su tío Bernardino, comenzó a pastorear ovejas y a laborar como peón de campo. Su tío conocía bastante bien el idioma castellano y, al ver que Benito se entusiasmó por aprenderlo, le enseñó varias palabras y otros elementos del idioma.

En este proceso de aprendizaje del castellano, Benito tenía dos limitaciones principales, que nada tenían que ver con su habilidad para aprenderlo. 

En primer lugar, en el pueblo en donde estaba no se hablaba castellano, por lo que no había mucha ocasión de ponerlo en práctica y aprenderlo con más profundidad.

En segundo lugar, los trabajos a los que estaba dedicado resultaron muy exigentes y le hacían invertir mucho tiempo, por lo que no tenía mucha oportunidad de practicarlo.

Además, a este escenario se suma el hecho de que en el poblado donde Benito habitaba no había escuelas de ningún tipo. Solo aquellos que podían viajar a la ciudad lograban aprender el castellano y formarse académicamente.

Según las observaciones de Benito, estas personas que lograban viajar a la ciudad lo hacían pagándose a sí mismas una pensión, o trabajando como personal doméstico en las viviendas de las personas adineradas.

Benito tenía muchos deseos de ir a la ciudad, y muchas veces expresó esta inquietud a su tío Bernardino, quien no le hacía el menor caso.

Viaje a la ciudad

En diciembre de 1818 ocurrió un suceso que determinó en gran medida el futuro de Benito Juárez. Pastoreando las ovejas, se le perdió una. Algunas fuentes relatan que estaba temeroso por el castigo que su tío le impondría, por lo que decidió huir.

Esto ocurrió el día 17 de diciembre, cuando Benito contaba con 12 años. Gracias a la asistencia de un grupo de arrieros, llegó hasta el estado de Oaxaca.

Estando allí contactó a su hermana Josefa, quien trabajaba como cocinera en la vivienda de un hombre bien acomodado de origen extranjero llamado Antonio Maza. Benito le pidió quedarse allí y, con la aprobación de Maza, fue acogido.

En ese momento Benito solamente hablaba en lengua zapoteca; apenas contaba con los conocimientos generales y básicos del castellano, que le habían sido impartidos por su tío Bernardino.

Enseguida comenzó a trabajar en la granja de Antonio Maza, labor por la cual recibía un salario de 2 reales. En esa casa también conoció a la que posteriormente se convirtió en su esposa: Margarita Maza, la hija adoptiva de Antonio Maza.

Influencia de Antonio Salanueva

Benito siguió trabajando en la granja de Maza, y por esa misma época conoció al cura franciscano Antonio Salanueva, quien se dedicaba a encuadernar y empastar libros. Este fraile aceptó a Benito como aprendiz de encuadernador.

Solo pasaron 21 días tras este encuentro, cuando Benito Juárez fue admitido en la casa de Salanueva, así como en su taller. Esto ocurrió el 7 de enero de 1819. Así mismo, el sacerdote le brindó la opción de llevarle a la escuela y fue su padrino en su confirmación.

Más adelante Benito Juárez describió a este cura como un hombre a quien le interesaba hacer que los niños y jóvenes tuvieran acceso a la educación.

Muchas veces Salanueva intentó convencerle de que se hiciera cura, pues según el punto de vista de Salanueva, el sacerdocio era uno de los mejores futuros a los que un joven de escasos recursos y raíces indias podía aspirar.

Salanueva enseñó a Juárez a escribir y a leer en castellano, centrándose especialmente en la doctrina religiosa.

La Escuela Real

Benito comenzó a asistir a una escuela, aunque al poco tiempo decidió cambiarse porque él mismo sentía que su aprendizaje estaba estancado y no avanzaba tan rápido como quería. Entonces, asistió a La Escuela Real, institución en donde tuvo como maestro a José Domingo González.

Al llegar a esta escuela, fue preguntado por su maestro sobre cuál era el tipo de escala sobre la cual se basaba para escribir. Él respondió que en la cuarta y González le mandó una tarea.

La tarea de Benito estaba mal realizada, con muchos vicios y errores, consecuencia de no haber aprendido el castellano correctamente. Cuando González la vio, decidió regañarlo fuertemente y castigarlo, en lugar de explicarle cuáles habían sido sus errores.

Esta situación ocurrió en un contexto particular, y es que La Escuela Real era muy racista; los jóvenes acomodados gozaban de ventajas y consideraciones académicas importantes, además de una formación mucho más completa.

En cambio, los jóvenes indios o de escasos recursos recibían indicaciones de profesores de segunda, no interesados realmente en enseñarles, sino con actitudes arrogantes e irrespetuosas.

Después de este improperio cometido por José Domingo González, Juárez decidió irse de la Escuela Real y comenzar a formarse con sus propios métodos.

Estudios en el seminario

Benito Juárez estaba determinado a obtener una formación de calidad, así que comenzó a medir cuáles eran sus posibilidades. Analizando los distintos escenarios, se percató de que los jóvenes que estudiaban en el seminario recibían mucho respeto por parte de las demás personas.

Entonces, decidió ingresar como estudiante externo —pues nunca tuvo la intención de ser sacerdote— en el seminario de Santa Clara.

Esta era la única institución con enseñanza de nivel secundario presente en el estado de Oaxaca. Benito formalizó su ingreso en este seminario el 18 de octubre de 1821, año en el que México se convirtió en una nación independiente.

Ese mismo mes Benito comenzó a estudiar latín; posteriormente, en 1824, se inscribió en un curso de filosofía. Terminó ambos estudios en 1827 y sus calificaciones fueron sobresalientes.

Así siguió Benito, obteniendo notas excelentes en todos los cursos en los que se inscribía. En agosto de 1824 recibió una calificación notable en un examen de gramática latina y un año después, el 1 de agosto de 1825, presentó el examen final del primer año de filosofía, que le salió tan bien que incluso se le premió con la posibilidad de dirigir un acto público.

En 1827 Benito Juárez comenzó a estudiar teología. Estando en el seminario, la única opción de carrera en el ámbito superior era el sacerdocio.

Instituto de Ciencias y Artes

En 1827 el Partido Liberal lideraba la nación y su gobierno, en manos de Valentín Gómez Farías, decretó que en todos los estados de México debía existir un instituto de ciencias y artes, con la intención de poder enseñar la doctrina liberal a los jóvenes.

Ese mismo año se fundó en Oaxaca el Instituto de Ciencias y Artes. Muchos estudiantes estaban en la misma situación de Juárez, dado que querían formarse pero no querían ser hombres de la Iglesia.

Entonces, en cuanto el Instituto de Ciencias y Artes abrió sus puertas, muchos estudiantes del seminario se retiraron y se inscribieron en el instituto. Benito tuvo deseos de hacerlo, pero tuvo consideración de su padrino Salanueva y se mantuvo en el seminario casi 2 años más.

Finalmente, en 1828 convenció a Salanueva sobre su interés en estudiar en el instituto, por lo que ese mismo año renunció al seminario e ingresó al Instituto de Ciencias y Artes para estudiar jurisprudencia.

Instituto mal visto

Esta estampida de jóvenes del seminario al instituto no fue vista con buenos ojos por las autoridades de la Iglesia.

De hecho, todos los jóvenes que dejaron el seminario por el instituto fueron excomulgados, y el centro recibió muchos insultos e improperios de parte de varios miembros del clero y del público en general.

Formación liberal

El Instituto de Ciencias y Artes fue una iniciativa del Partido Liberal, por lo que la formación que allí se ofrecía tenía corte liberal. Esto fue muy importante para Benito, dado que venía de una formación bastante conservadora, y pasó repentinamente a interactuar en un ámbito más abierto.

Parte primordial de la motivación del centro estaba vinculada con el deseo de diversificar la enseñanza y evitar que solo el clero tuviera el monopolio de esta.

Salanueva sabía que Juárez no quería ser sacerdote, por lo que estuvo de acuerdo con que estudiara en el instituto, pero sí le indicó que de ahí en más debía mantenerse por sus propios medios.

En esta época Benito Juárez estudiaba en las mañanas, trabajaba por las tardes y estudiaba por las noches. En 1834 obtuvo su título de abogado, otorgado por la Corte de Justicia del estado de Oaxaca.

Vida política

Una vez obtuvo su título como abogado, Juárez se dedicó a defender a algunas poblaciones indígenas desfavorecidas, razón por la cual se dedicó a viajar mucho de una población a la otra y de estas a Oaxaca.

En este momento comprendía perfectamente textos escritos en inglés, francés y latín, y además manejaba a profundidad tanto el derecho civil como el derecho canónico.

A partir de mayo de 1830 Juárez fue encargado del Aula de Física del Instituto de Ciencias y Artes. Un año después, en 1831, se convirtió en rector del instituto.

A final de ese mismo año, recibió noticias directamente del ayuntamiento de Oaxaca, según las cuales el próximo regidor del estado sería él. El periodo que le correspondería comenzaba el 1 de enero del año de 1832.

Así comenzó Benito Juárez su vida en la política, profundizando su accionar posteriormente. El 25 de agosto de 1832 fue nombrado ministro suplente en la Corte de Justicia del estado de Oaxaca.

El 11 de febrero de 1833 se convirtió en diputado de la localidad, dado que fue oficialmente nombrado como diputado de la Honorable Legislatura de Oaxaca.

Otros nombramientos

Posterior a esto Juárez siguió escalando posiciones y recibiendo más nombramientos. Algunos de los cargos o nombramientos que recibió fueron los siguientes:

-En 1833 fue nombrado capitán de la quinta compañía del Primer Batallón de Milicia Cívica de Oaxaca.

-El 3 de febrero de 1834 fue nombrado miembro de la Junta de Sanidad de Oaxaca.

-Unos días después, el 7 de febrero, fue nombrado ministro interino de la Corte de Justicia de Oaxaca.

-El 7 de abril de 1834 formó parte de la Junta Calificadora y Premiadora, enmarcada en el reconocimiento de los participantes de los sucesos ocurridos en el fuerte de Santo Domingo.

-Cuatro años más tarde, el 6 de abril de 1838, fue nombrado secretario interino de la Primera Sala del Tribunal Superior de Justicia de Oaxaca.

-Terminando 1839 fue nombrado ministro suplente del Tribunal Superior de Justicia, posición que repitió un año después, en 1840.

-En julio de 1841 obtuvo un despacho de juez en el ámbito civil en Oaxaca.

-El 3 de octubre de 1843 fue nombrado segundo vocal suplente de la Junta Electoral.

-En 1853 recibió otro despacho, en este caso de catedrático suplente en la materia de Derecho Civil impartida en el Instituto de Ciencias y Artes de Oaxaca.

-Cinco años más tarde, el 30 de septiembre de 1858, fue nombrado socio honorario del Conservatorio Dramático Mexicano.

En 1858 Juárez participó junto con el liberal Valentín Gómez Farías en una acción para quitar fuerza al clero, pero en 1859 la dirección de México volvió a tornarse centralista, así que se vio obligado a huir hacia Puebla, en donde permaneció 2 años antes de regresar a Oaxaca.

Al llegar a Oaxaca, Juárez (quien tenía 37 años) fue juez de primera instancia y se casó con Margarita Maza (de 17 años), la hija adoptiva de Antonio Maza. Previo a esta unión, Juárez tuvo dos hijos con otra mujer, que no reconoció.

En medio de escenarios políticos muy diversos, Juárez fue gobernador de Oaxaca y, varios años después, presidente de México por dos periodos constitucionales que abarcaron desde 1858 hasta 1872. 

Fallecimiento

El 2 de enero de 1871 había fallecido su esposa, Margarita, y este episodio afectó en gran medida a Juárez. Un año después, en julio de 1872, comenzó a presentar síntomas de enfermedad.

El médico de la familia fue a revisarlo y se percató de que tenía pulso bajo, calambres fuertes y latidos muy débiles. Benito Juárez murió el 18 de julio de 1872 como consecuencia de una angina de pecho.

El cuerpo de Juárez fue inhumado y reposa actualmente en el Museo Panteón de San Fernando, ubicado en Ciudad de México.

Gobierno de Benito Juárez

Benito Juárez fue presidente de México durante dos periodos constitucionales. El primer periodo inició en 1858, como consecuencia de traiciones de diversos personajes hacia Ignacio Comonfort, quien dio un autogolpe de estado.

Dado este contexto, el gobierno de Juárez no pudo mantenerse en un mismo sitio, sino que pasó de ciudad en ciudad, huyendo de los miembros del ejército federal y con muy pocos recursos que administrar.

Al mismo tiempo que Juárez, se disputaban la presidencia Ignacio Comonfort y Félix María Zuloaga, quien recibía el apoyo de la Iglesia y el ejército.

Viaje a Guanajuato

En medio de esta situación, Juárez viajó hacia Guanajuato y allí oficializó su gobierno. En este momento intentó organizar lo que era su gabinete de gobierno, que estuvo integrado por Manuel Ruiz en el área de Justicia y Melchor Ocampo en el departamento de Relaciones y Guerra.

También participaron Guillemo Prieto en el gabinete de Hacienda, Anastasio Parrodi como jefe principal del ejército, León Guzmán en el área de Fomento y como ministro de gobernación, Santos Degollado.

El 19 de enero de 1858 ocurrió el primer acto representativo de Juárez como presidente electo; dirigirse a la nación a través de un comunicado en el que pedía al pueblo que apoyara su gobierno, que era el único con características constitucionales.

El 13 de febrero Juárez tuvo que movilizarse hacia Guadalajara como consecuencia del asedio del que estaba siendo objeto. Llegó a esta ciudad el 14 de febrero de 1858 junto con todo su gabinete, y las autoridades de Guadalajara les recibieron, demostrando su apoyo.

Traición

Mientras estaban en Guadalajara, en la sede del Palacio Municipal, un oficial salió de las filas junto con otros oficiales y ordenó que le dispararan.

Juárez se puso de pie ante estos oficiales y el encargado de Hacienda, Guillermo Prieto, se puso delante de Juárez, indicándoles que le dispararan a él. Ante esto, el oficial retiró la orden y se marchó junto con los demás.

Estadía en Veracruz

Las tropas federales seguían persiguiendo a Juárez, quien no tuvo otra opción que partir hacia Panamá, pasando por La Habana hasta llegar a Nueva Orleans.

Seguidamente, el 4 de mayo de 1858, regresó a México, específicamente a Veracruz. Allí fue recibido con admiración y reconocimiento tanto por las autoridades como por los habitantes. En el puerto le esperaban su esposa e hijos.

En Veracruz permaneció un tiempo. Allí recibió a Robert MacLane, embajador de Estados Unidos, y decretó la Ley de nacionalización de los bienes eclesiásticos, según la cual impedía a la Iglesia católica tener propiedades en territorio mexicano.

Poderes especiales

Una característica importante de este periodo fue que Juárez solicitó al Congreso la posibilidad de tener poderes extraordinarios para poder combatir a los militares Leonardo Márquez y Félix María Zuloaga, dado que su gobierno estaba en una posición muy débil y susceptible.

En principio varios miembros del Congreso se negaron, bajo el argumento de que era fundamental mantener y defender la Constitución tal cual existía. Sin embargo, eventualmente acordaron brindarle dichas facultades.

Invasión francesa

En diciembre de 1861 México sufrió el asedio de tropas españolas, inglesas y francesas, como consecuencia de un impago de grandes cantidades de dinero.

Tras negociaciones, las tropas inglesas y españolas salieron de territorio mexicano, aunque no así las tropas francesas, lideradas por Napoleón III, que estaba empeñado en invadir México para así crear el Segundo Imperio mexicano. 

Tras sufrir un revés en Puebla el 5 de mayo de 1862, los franceses continuaron la expedición que los llevó a ocupar Ciudad de México el 10 de junio de 1863. El gobierno de la República, con Juárez al frente, comenzó desde entonces un peregrinar por varios puntos del país, mientras los franceses seguían ocupando la capital.

Las tropas francesas comenzaron a retirarse gracias a los ataques mexicanos a partir de 1866, ante la inminencia de una guerra entre Francia y Prusia y la derrota de los confederados en la Guerra de Secesión estadounidense en 1865, que respaldaron en todo momento a Napoleón III.

Entre 1863 y 1867 se daría el Segundo Imperio mexicano, con Maximiliano de Habsburgo como emperador de México.

La Iglesia católica estaba disgustada con el gobierno de Juárez por las reformas aplicadas anteriormente, por lo que se declararon a favor de los franceses.

Gobierno hacia el norte

El 31 de mayo de 1863 Juárez partió hacia el norte, para resguardar el gobierno y visitar diferentes ciudades emblemáticas.

Viajó en una caravana en la cual también iban varios de los principales ministros, así como documentos importantes que conformaban el registro de México. Esta caravana iba bien custodiada por al menos 300 soldados.

La caravana pasó por Guanajuato y llegó hasta San Luis de Potosí. En esta última ciudad intentó instaurar nuevamente la sede de su gobierno.

Es importante puntualizar el contexto en el que se encontraba el gobierno en ese momento: el 25 de enero de 1862 Juárez había decretado una ley según la cual quienes apoyaran al gobierno alterno serían considerados traidores, así como toda persona que se quejara con relación a las Leyes de Reforma que su gobierno estaba implantando.

Traslados constantes

El gobierno de Juárez siguió en movimiento, tratando de resguardarse de los franceses. Pasó primero por Monterrey y luego por Saltillo. Maximiliano de Habsburgo se dirigió a Juárez a través de una carta, en la cual le dijo que estaba invitado a formar parte del gobierno del imperio.

El 1 de marzo de 1864 Benito Juárez le respondió a Maximiliano negándose a participar en su gobierno, y acusándolo de ser cómplice de los planes conquistadores de Napoleón III.

Tras esta interacción, Juárez y su gobierno se trasladaron hacia diferentes ciudades del estado de Coahuila. En la población de Gatuño, ordenó esconder los archivos de la nación.

De allí el gobierno se movió hacia Durango. El 15 de septiembre de 1864 llegaron a la pequeña población de Cuatillos, donde Juárez reafirmó la independencia de México con su famoso grito.

Mientras Juárez seguía desplazándose en Durango, Maximiliano y su esposa habían llegado a Ciudad de México, tras una gira por varios países europeos.

Nueva sede del gobierno

En ese mismo año Benito Juárez viajó a Chihuahua con algunos de sus ministros, en donde intentaron instalar nuevamente la sede del gobierno.

En esos años falleció uno de sus hijos, que se encontraba con el resto de sus hermanos y con su madre en Estados Unidos. Esto fue devastador para Juárez quien, sin embargo, una semana luego de enterarse de la noticia ya estaba de nuevo cumpliendo con su rol.

En medio de este contexto, Maximiliano declaró a Napoleón III que México estaba prácticamente controlado, y que solo quedaba el foco opuesto en Chihuahua, que pronto sería controlado también.

Ante estas noticias, Napoleón III decidió retirar gran parte de las tropas, dado que este movimiento resultaba muy costoso. Luego se confirmó que, eventualmente, este retiro fue provechoso para lograr el triunfo entre octubre de 1866 y enero de 1867, año en que el emperador decidió que no abdicaría y fue ejecutado.

Ataque en Chihuahua

Las tropas francesas atacaron Chihuahua. Previo a este ataque, Juárez había ordenado destruir los archivos más importantes, con información más sensible relacionada con la nación, de manera que no cayera en manos de los invasores.

El ataque se perpetró en mayo de 1865. La batalla fue ardua, pero finalmente resultaron vencedores los franceses. En medio del conflicto, tanto Juárez como los miembros de su gabinete habían sido evacuados con éxito, por lo que no fueron apresados, sino que se dirigieron hacia Villa Paso del Norte, en el mismo estado de Chihuahua.

El sitio en donde se estableció Juárez y su gobierno era un espacio abandonado, lleno de maleza y serpientes; las opciones eran quedarse allí escondidos o huir a Estados Unidos, lo que Juárez consideraba propicio.

Entonces allí se ubicaron, y cuando llegaron los franceses se les dijo que Juárez y su equipo de gobierno habían cruzado la frontera, por lo que se consideró finalizada la contienda.

Esta información fue la que llegó a Ciudad de México, cuando realmente Juárez y su gabinete se habían establecido en Villa Paso del Norte. Esto se hizo oficial el 14 de agosto de 1865.

Posteriormente hubo varios intentos de los republicanos de tomar de nuevo la ciudad de Chihuahua, aunque resultaron estériles.

Finalmente, el 25 de marzo de 1866 los republicanos recuperaron la ciudad de Chihuahua, tras un enfrentamiento dirigido del lado mexicano por el general Luis Terrazas Fuentes.

Avances progresivos

Progresivamente, los republicanos fueron avanzando cada vez más, hasta llegar al estado de Durango. En este contexto, el clero había retirado su apoyo a Maximiliano I dado que este no había rechazado las Leyes de la Reforma, que eran contraproducentes para la Iglesia.

Así mismo, Francia habia retirado gran parte de sus tropas, y las que quedaban en México tenían como fecha tope de retirada los primeros meses de 1867.

Muchos países apoyaron a Juárez y a su gobierno, y en este escenario se decretó que, dado el periodo bélico, su periodo de gobierno se extendería hasta que México volviera a ser un país republicano y se llamaran a elecciones presidenciales.

Por todo el país se movilizaban los adeptos a Juárez y su gobierno, e iban ganando más espacio. En vista del poder que se estaba recuperando, Juárez decidió mover su gabinete hacia Durango en 1867.

Previo a esto, en 1866 Maximiliano ya había considerado abdicar, pero una comitiva organizada por el padre Agustín Fischer le convenció de lo contrario.

Recuperación de Matamoros

Paralelo a lo anterior, los republicanos liberales plantearon la toma de la ciudad de Matamoros, que era el único espacio que aún estaba ocupado por fuerzas del Imperio.

Tras una lucha estratégica, la ciudad quedó en manos de los liberales, victoria que implicó que toda la región del norte de México era republicana.

Maximiliano seguía dudando entre abdicar o no, y recibió indicaciones incluso de su madre, exhortándolo a que no abdicara.

El gobierno de Juárez, que se encontraba en Zacatecas, se trasladó a San Luis Potosí, mientras que Maximiliano había salido de Ciudad de México y se dirigió a Querétaro junto con un contingente.

Rendición de Maximiliano

Finalmente, Maximiliano I decidió rendirse, y envió sus condiciones a Juárez a través de un emisario.

Entre las condiciones dispuestas estaba que se le otorgara un salvoconducto para retirarse de la nación mexicana, a la cual no regresaría nunca, y que los miembros de las tropas vieran respetados tanto sus vidas como sus bienes.

Juárez recibió esta comunicación y respondió ofreciendo únicamente la posibilidad de una rendición incondicional.

El emisario del Imperio involucrado en estas comunicaciones fue instigado por el general Mariano Escobedo para traicionar y entregar al emperador, lo cual haría que se le perdonara su vida y la de otros oficiales del Imperio; este emisario aceptó.

A través de acciones llevadas a cabo con este emisario, Maximiliano fue capturado. En ese momento Maximiliano continuó pidiendo piedad para sus tropas y argumentó que, si era necesario, solo lo asesinaran a él.

Por consejo del político Sebastián Lerdo de Tejada, Juárez creó un tribunal militar a través del cual se juzgara a Maximiliano y a dos de sus principales generales. El tribunal determinó que los tres debían morir fusilados.

Diversas personalidades alrededor del mundo le pidieron a Juárez que no llevara a cabo esta sentencia. Sin embargo, finalmente se realizó el fusilamiento de los tres personajes del Imperio, el 19 de junio de 1867.

Regreso a Ciudad de México

Tras el fusilamiento de Maximiliano I, Benito Juárez comenzó su traslado a Ciudad de México. Llegó a esta ciudad el 15 de julio de 1867, luego de hacer varias paradas en sitios simbólicos para la consolidación de su gobierno.

En este momento Juárez también propició que se generara la reconciliación del pueblo, pues ordenó que se liberara a los detenidos que habían dado su apoyo a Maximiliano y a su Imperio.

Entre las primeras acciones de Juárez fue plantear la convocatoria a elecciones, para legitimar su gobierno. Dichas elecciones fueron convocadas por Sebastián Lerdo de Tejada, y el 16 de enero de 1868 Juárez fue electo presidente constitucional de México.

Segunda presidencia

Este segundo periodo se considera mucho más tranquilo que el anterior, pues había un poco más de estabilidad política.

Uno de los puntos fuertes de este periodo fue el fomento de los ámbitos educativo e industrial. El gobierno de Juárez construyó muchas escuelas alrededor del país, y la intención fue que la educación laica fuese gratuita.

Así mismo, se realizó un gran plan de alfabetización y se negoció la deuda externa con varias naciones (entre las cuales estaba Inglaterra).

Sin embargo, el contexto inestable volvió a plasmarse en este periodo, pues algunas acciones de Juárez, como demoler varios templos de la ciudad, entre los que había unos que eran usados por conspiradores, le restaron popularidad.

Durante 1868 y 1869 se llevaron a cabo diversos levantamientos en contra de Juárez, así como brotes de corrupción y malversación de fondos.

Elecciones de 1871

Juárez se presentó para las elecciones de 1871, en las que participó contra Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz. Juárez resultó ganador, aunque se denunció fraude en las elecciones.

Ante estas reclamaciones, Porfirio Díaz aprovechó la oportunidad y proclamó el famoso Plan de la Noria, a través del cual llamaba a desconocer el gobierno de Juárez argumentando que no debía darse la reelección de un presidente.

Los diferentes altercados fueron resueltos por el gobierno, pero eran reflejo inequívoco de la inestabilidad tan grande que había en el gobierno, la cual se profundizó tras la muerte de Juárez.

Aportes de Benito Juárez

El Plan de Ayutla

Cuando el ejército estadounidense invadió territorio nacional, el presidente Antonio López de Santa Anna buscó refugio en Oaxaca.

Juárez, siendo gobernador, le negó el acceso, por lo que al regresar a la presidencia tras la guerra, Santa Anna ordenó su destierro. Juárez llegó a Nueva Orleans, donde estuvo en contacto con otros exiliados como Melchor Ocampo, con quienes compartía ideales liberales.

Se formó el Plan de Ayutla en 1854, con el cual se derrocaba a Santa Anna, y el nuevo presidente, Juan Álvarez, nombró a Juárez ministro de justicia y posteriormente ascendió a juez de la Suprema Corte de Justicia.

En este puesto, Benito promovió la llamada Ley Juárez, que abolía los tribunales especiales para clérigos y militares, negándoles el fuero.

De igual manera, con su apoyo, fue aprobada una nueva constitución federal de corte liberal en 1857, que buscaba consolidar a México como un Estado laico, moderno y progresista. 

La Guerra de los Tres Años 

En diciembre de 1857, los conservadores, en un intento de derrocar la nueva Constitución, planearon un golpe denominado el Plan de Tacubaya, al que se adhirió el propio presidente Ignacio Comonfort en un autogolpe de estado.

La ley entonces ordenaba que el presidente de la Suprema Corte tomara el poder, por lo que Benito Juárez llegó a la presidencia en 1858.

Los conservadores, por su parte, nombraron a Félix María Zuloaga como presidente. Esto desataría la Guerra de los Tres Años.

Durante este tiempo, la presidencia de Juárez tuvo que descentralizarse y establecerse en distintos puntos del país. En 1859, desde el puerto de Veracruz, el presidente Juárez expedía el paquete de Leyes de Reforma, cuyo propósito esencial era separar la iglesia del Estado.

Las Leyes de Reforma 

México era hasta ese entonces heredero de las costumbres coloniales. El clero y la milicia intervenían en asuntos civiles y la Iglesia católica estaba en una posición privilegiada.

En los intentos liberales de modernizar a la nación, implementar la libertad de culto, un amplio acceso a la educación y al cese de privilegios de algunas instituciones, se promulgaron las Leyes de Reforma.

Una de ellas, la ley de nacionalización de bienes eclesiásticos de 1859, exigía a la iglesia que cediera sus propiedades al país.

La iglesia católica contaba en ese entonces con el 52% de los bienes inmobiliarios nacionales, sin embargo, estos no eran laborados.

Estos bienes fueron expropiados en beneficio de la nación, pues se pretendía su entrega a civiles con la esperanza de crear una clase media trabajadora, similar a la norteamericana.

La Ley del Matrimonio Civil, aprobada en 1859, convirtió el matrimonio y sus actas en un contrato civil con el Estado, anulando la validez oficial del matrimonio religioso y evitando la intervención forzosa de la iglesia y el cobro de sacerdotes.

De manera similar, data del mismo año la Ley Orgánica del Registro Civil, donde el gobierno pasaba a estar cargo de las declaraciones de nacimiento, defunción y estado civil.

La iglesia dejó de estar a cargo de otros aspectos civiles con órdenes como:

  • El Decreto de Secularización de Cementerios, donde el clero ya no tenía la oportunidad de intervenir.
  • El Decreto de Supresión de Festividades Religiosas, donde en los días declarados festivos no era obligatoria la santificación de las festividades.
  • La Ley sobre Libertad de Cultos, establecida en 1860, en donde la religión católica dejaba de ser obligatoria y la única permitida, además de establecer que toda ceremonia religiosa debía mantenerse en los límites de templos y catedrales.

El nuevo México tras la reforma 

En 1861, tras la victoria de la última batalla contra los conservadores, Benito Juárez volvió victorioso a la capital del país.

La reforma se había implementado, y los conservadores buscaron imponer un Segundo Imperio en suelo mexicano, logrando que en plena intervención francesa, Napoleón III llamara al trono al emperador Maximiliano de Habsburgo y su esposa Carlota. Sin embargo, en un desplante liberal, los emperadores mantuvieron las leyes de reforma.

Bajo mandato de Juárez se promulgaron muchas de las garantías civiles modernas y vanguardistas de la historia de México.

El acceso a la educación laica, sin intervención del clero, abrió las posibilidades de un fuerte sistema de educación pública libre de instrucción religiosa, estableciendo así una amplia libertad de enseñanza.

La implementación de una escuela mixta generó también un espacio de empoderamiento para las mujeres, dejando de lado la visión conservadora de su no-valía.

Actualmente, se le adjudica a Juárez la anulación de las costumbres virreinales y los cimientos del cambio liberal.

Con una visión pacífica, abogando por la dignidad humana, la libertad de credo, acceso a la educación y reforzamiento de la economía, el ‘Benemérito de las Américas’ sentó las bases del México moderno.

Referencias

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  2. Pantoja, D. M. (2008). La Constitución de 1857 y su Interludio Parlamentario. Historia Americana, 57(4), pp.1051-1054.
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  4. Tuck, J. (1999). Mexico’s Lincoln: The ecstasy and agony of Benito Juarez. Recuperado de mexconnect.com.
  5. Villanueva, S. P. (2015). Aportaciones de Benito Juárez. Recuperado de inehrm.gob.mx.