Historia

Fenicios: características, ubicación, sociedad, economía


¿Quiénes fueron los fenicios?

Los fenicios fueron un pueblo de origen semita que habitó principalmente la costa de las actuales Siria, Palestina, Israel y Líbano a partir del siglo XII a. C. No se tienen demasiados datos sobre su origen, aunque Heródoto afirmaba que procedían del océano Índico.

Fenicia, el territorio que habitaron, era también conocido como Canaán. Por ese motivo, los fenicios se denominaban a sí mismos como cananeos. Este pueblo nunca formó una entidad unificada, sino que establecieron una serie de ciudades-estado entre las que destacaron Sidón o Tiro. Cada una de ellas estaba gobernada por una monarquía y un consejo formado por las familias más ricas.

Los fenicios fueron un pueblo eminentemente marítimo y comercial. Sus barcos surcaron gran parte del Mediterráneo intercambiando productos. Igualmente, fundaron una serie de colonias de varios tipos que se extendieron desde el norte de África al sur de la península Ibérica.

El control de los fenicios sobre el Mediterráneo empezó a difuminarse a partir del año 333 a. C., cuando los grandes imperios de la época, el asirio y el persa, ocuparon sus territorios. No obstante, una de sus colonias más importantes, Cartago, sobrevivió y se convirtió en uno de las grandes rivales de Roma.

Origen e historia de los fenicios

Este pueblo de origen semita procedía probablemente de las costas del golfo Pérsico. Sus miembros se denominaban a sí mismos como cananeos o hijos de Canaán, nombre de la región que habitaron en el Levante mediterráneo.

A pesar de que existe bastante desconocimiento sobre su establecimiento en la costa mediterránea oriental, se sabe que ya la habitaban durante el segundo milenio a. C. Los restos de Biblos, una de sus primeras ciudades importantes, datan del 2700 a. C.

Sin embargo, su momento de mayor desarrollo se produjo tras las migraciones violentas de los denominados “Pueblos del Mar”, sobre el 1200 a. C. Estas invasiones acabaron con la civilización micénica griega y provocaron una época de inestabilidad en la zona. Los fenicios aprovecharon esa circunstancia para fortalecer su influencia.

Antecedentes

La zona de Canaán estaba habitada desde el 10000 a. C. por grupos que practicaban la pesca, la caza y la agricultura.

Ya en la Edad de Bronce, a partir del año 3200 a. C., las ciudades de la zona empezaron a adquirir una mayor complejidad organizativa. Una de esas localidades era Biblos, la primera ciudad-estado importante de Fenicia y que mantenía fuertes lazos comerciales con Egipto.

A partir del año 1800 a. C., los egipcios ganaron poder e invadieron el territorio dominado por los fenicios. Esa ocupación perduró hasta el año 1100 a. C.

Periodo de Sidón (siglo XV – XIII a.C.)

La ciudad de Sidón se convirtió en la más poderosa de Fenicia. Como principal centro marítimo y comercial de la zona, fue el origen de numerosos barcos que recorrieron la costa oriental del Mediterráneo.

Sus navíos intercambiaban productos en Chipre, Asia Menor, Grecia, Rodas, las islas del Egeo y las costas del mar Negro.

Sidón no llegó a formar colonias, aunque sí establecieron algunas concesiones en los países que consideraban civilizados y factorías en los bárbaros. En estas últimas obtenían esclavos, metales y pieles a cambio de los productos que ellos producían.

Esta etapa finalizó con el ataque de los filisteos a Sidón en el siglo XII a. C. Su lugar lo ocupó Tiro.

Periodo de Tiro (siglo XII – VII a. C.)

La ciudad de Tiro heredó la hegemonía comercial que antes había ejercido Sidón. En su caso, extendió las redes mercantiles hasta Europa occidental, incluido el sur de Italia, Malta, Cerdeña, Sicilia, Córcega, en sur de España y el norte de África. En sus viajes llegaron a cruzar el estrecho de Gibraltar.

Por otra parte, también llegaron a las costas de Inglaterra, las Azores y las islas Canarias.

Los tirios no solo se limitaron a establecer relaciones comerciales, sino que fundaron numerosas colonias en lugares estratégicos.

El final de su hegemonía se produjo cuando los caldeos, persas y asirios los derrotaron militarmente. En su lugar surgieron otros pueblos comerciales, como Cartago, una de las colonias fenicias.

Periodo de Cartago (siglo IX – II a. C.)

Tras la decadencia de Tiro, Cartago pasó a convertirse en una de las ciudades más prósperas de todo el Mediterráneo. Esta antigua pequeña colonia fenicia logró un dominio comercial que abarcaba desde Sicilia hasta las costas españolas.

Mientras, la región de Fenicia fue conquistada por el Imperio aqueménida gobernado por Ciro II, en el 538 a. C. Esa ocupación se prolongó hasta el 345 a. C., cuando los fenicios se rebelaron contra sus dominadores. Sin embargo, la libertad duró poco, ya que los persas se hicieron con su territorio.

Finalmente, el antiguo territorio dominado por los fenicios fue conquistado en el 322 a. C. por Alejandro Magno.

Los cartagineses continuaron ejerciendo su hegemonía comercial durante dos siglos más, hasta que fueron derrotados por los romanos en las llamadas Guerras Púnicas. Cartago fue destruida en el 146 a. C.

Características de los fenicios

Los fenicios tuvieron una presencia ininterrumpida en el Levante mediterráneo durante casi 3 000 años. Los historiadores han identificado varias expresiones de su cultura:

– Fenicios cananeos (3300 a 330 a. C.)
– Fenicios occidentales (1200 a. C. a 46 a. C.): fenicios, púnicos, libiofenicios o cartagineses
– Fenicios grecorromanos (330 a. C. a 395 d. C.)
– Fenicios bizantinos (395 al 636 d. C.)

Este pueblo es considerado como bastante pacífico. Su principal interés era el comercial y fueron capaces de interactuar con otras culturas.

Denominación

El territorio que ocupaban los fenicios era conocido como Canaán. Por esa razón, ellos mismos se denominaban como cananeos (bin kenan, “hijos de Canaán”).

Sin embargo, otros pueblos les dieron diferentes nombres. Los antiguos griegos, por ejemplo, los llamaban phoínilkes (púrpuras o rojos), posiblemente por los tintes de ese color que vendían. Esa palabra griega en el origen del término poenus, de donde procede púnico.

Organización política

Los fenicios nunca establecieron un estado unificado. En lugar de eso, crearon una serie de ciudades-estado, cada una con un diferente nivel de riqueza y poder político. Durante su historia, la ciudad más importante de cada momento ejerció un cierto liderazgo político general.

Esas ciudades eran independientes unas de otras. Sus dominios eran bastante pequeños, aunque siempre contaban con recursos suficientes para alimentar a su población.

Una excepción por su carácter militar fue Cartago. No obstante, sus incursiones armadas no tenían como objetivo imponer un poder político, sino el dominio comercial.

Las ciudades-estado estaba gobernadas por un rey que procedía de las clases sociales más favorecidas. El poder del monarca no era absoluto, ya que tenía que compartirlo con un consejo de ancianos compuesto por miembros de las 100 familias más ricas de mercaderes.

Cultura de los fenicios

Aunque los fenicios alcanzaron una gran importancia comercial, apenas quedan datos sobre su cultura. La información sobre este pueblo proviene en su mayor parte de documentos y relatos de otros pueblos de la zona, así como por los restos de sus templos y obras de arte.

Los fenicios no están considerados como los creadores de una tradición cultural propia. En lugar de eso, actuaron como puente entre varias culturas y favorecieron la difusión y mezcla de las mismas.

Su principal legado fue la invención del alfabeto fonético, que luego fue adaptado por los griegos y que fue la base de los alfabetos occidentales.

Arte

La arquitectura fenicia utilizó como principal material la roca nativa. Sus viviendas, tumbas y templos fueron construidos con ese tipo de piedras o con roca calcárea.

Sus casas tenían estructuras abiertas y planta rectangular. Las ciudades estaban fortificadas y contenían estructuras residenciales adosadas entre sí.

Por otra parte, su arte era artesanal y estaba dedicado en gran parte al intercambio comercial. Su influencia alcanzó a culturas como la asiria, la siria o la egipcia. Sus artesanos fueron muy hábiles en fijarse en los gustos de esos lugares para realizar sus obras y que fueran más apreciadas.

Colonización

Una de las características más relevantes de la cultura fenicia fue su actividad colonizadora. Esta estaba unida al comercio, ya que los fenicios buscaban extender sus redes mercantiles por todo el Mediterráneo.

Este pueblo utilizó tres sistemas de colonización diferentes:

  • Concesiones: los fenicios negociaban con los países civilizados para poder asentarse en algún barrio o lugar de una ciudad. Allí instalaban sus bazares, mercados y depósitos.
  • Factorías: estaba ubicadas en los países bárbaros. Se trataba de fundaciones fortificadas dedicadas a realizar el trueque.
  • Colonias: estas ciudades o asentamientos estaban situadas en territorios extranjeros y debían lealtad a los fenicios. Entre las más conocidas se encontraban Gades (la actual Cádiz, en España), Málaga (también en España) o Cartago, en el norte de África.

Ubicación geográfica de los fenicios

Los fenicios se establecieron en Asia Menor, en las orillas del mar Mediterráneo y en el oeste de Siria. Buena parte de su territorio se encuentra en el actual Líbano.

Ese territorio estaba compuesto por una estrecha franja de terreno, con unos 50 kilómetros de ancho y 200 de largo. Por el norte limitaba con Siria; por el sur con Palestina (Monte Carmelo); con las montañas del Líbano por el este; y con el Mediterráneo por el sur.

Se trataba de un terreno abrupto y repleto de pequeños golfos, lo que hacía muy complicado desarrollar la agricultura. Sin embargo, se trataba de una zona que favorecía el comercio marítimo, con un gran número de puertos como los de Biblos, Sidón, Tiro o Arad. Los bosques que existían en la zona les proporcionaron la madera necesaria para fabricar sus barcos.

Sociedad

La sociedad fenicia estaba gobernada mediante monarquías hereditarias en las que el rey asumía también funciones sacerdotales. Sin embargo, su poder no era absoluto, ya que lo compartía con un consejo de ancianos.

Entre los altos funcionarios destacaba el sufete, un magistrado con importantes funciones en las colonias occidentales.

Los monarcas, además de su papel religioso, debían mantener el equilibrio entre la oligarquía comercial, cada vez más poderosa, y la nobleza tradicional relacionada con la agricultura.

Estructura social

La pirámide social fenicia estaba encabezada por el rey, aunque tenía que compartir el poder con el consejo de ancianos.

En el segundo escalón se encontraban los nobles, que pertenecían a las familias fundadoras de la ciudad. Normalmente ocupaban importantes cargos administrativos y muchos de ellos poseían empresas mercantiles.

Los comerciantes estaban prácticamente al mismo nivel que los nobles dada la importancia de su actividad para la ciudad.

La siguiente clase social era la compuesta por los artesanos y los agricultores. Los primeros se encargaban de manufacturar la materia prima que conseguían los mercaderes. Los productos eran más adelante vendidos en mercados de todo el Mediterráneo.

El último escalón estaba ocupado por los esclavos. Muchos procedían de los intercambios comerciales y trabajaban en las casas de los más ricos o en los templos.

Economía

La actividad económica más importante entre los fenicios era el comercio, el auténtico eje vertebral de su sociedad.

Las tierras de cultivo eran bastante escasas, aunque producían lo suficiente para la alimentación e, incluso, generaban excedentes usados en el comercio.

Agricultura y explotación forestal

La accidentada orografía de Fenicia dificultó el desarrollo de la agricultura. Sin embargo, los fenicios aprovecharon las zonas más propicias: las laderas de las montañas.

Entre los productos más cultivados se encontraban las palmas y las vides. De las primeras extrajeron algunos tipos de aceite, mientras que de las segundas obtuvieron uno de sus productos más destacados: el vino.

La producción vitivinícola no se limitó a Fenicia, sino que sus colonos también lo elaboraban en países como Egipto, Grecia, España o Italia.

Por otra parte, la zona en la que vivían contaba con grandes extensiones de bosque y los fenicios utilizaron la madera obtenida para construir sus barcos.

Industria

La industria fenicia estaba muy centrada en la producción de artículos para el comercio. Así, fueron grandes maestros en la cerámica, el vidrio coloreado y los tejidos de lana. Estos últimos eran teñidos con púrpura de Tiro, un tinte extraído de un molusco.

Otros artículos de lujo que tenían una demanda importante eran las joyas, cosméticos o perfumes.

Comercio y navegación

El mar fue la salida que encontraron los fenicios para que su sociedad prosperara. Así, se convirtieron en los mejores marinos y comerciantes de la época.

Los barcos fenicios navegaban siguiendo la costa y no dudaban en hacerlo de noche si era necesario. Sus comerciantes mantenían en secreto las rutas marítimas para asegurar que no tuvieran competencia.

Su dominio del Mediterráneo les permitió establecer un sistema de colonización basado en tres modalidades diferentes: las concesiones, las factorías y las colonias.

Los fenicios practicaban el trueque de mercancías. Ellos vendían los productos que elaboraban, desde espejos de metal a joyas de oro, pasando por armas de bronce, peines, telas o estatuillas, entre otros. A cambio obtenían plomo y estaño de España, oro y plumas de África, especias de oriente o lana de Sicilia.

Aunque su fama procedía del comercio marítimo, los fenicios también establecieron algunas rutas terrestres. Estas atravesaban Arabia, Mesopotamia y Persia hasta llegar a la India.

Los intercambios tenían lugar en los templos, considerados los lugares más seguros. Estos templos llegaron a funcionar como bancos para efectuar transacciones económicas.

Religión

La religión fenicia contaban con un gran número de dioses. Entre estos los había comunes a todas las ciudades, como Baal, Dagón o Astarté, y otros que solo eran adorados en una localidad. Algunos de sus dioses fueron la base de algunos de los adorados por los antiguos griegos.

Entre sus costumbres religiosas se encontraba la obligación de las mujeres de ofrecer su virginidad a los sacerdotes del templo Ashtart. Además, realizaban sacrificios de niños.

Dioses principales

Astarté comenzó siendo la diosa principal de Sidón y después su presencia se extendió a otras ciudades fenicias. Era la diosa de la fecundidad, aunque según la ciudad también se le consideraba como la diosa de la guerra, de la caza o como patrona de los navegantes.

Otro de los dioses comunes era Baal, posiblemente relacionado con el Sol. Este dios era adorado por varios pueblos del Asia Menor además de por los fenicios, como los caldeos, los filisteos o los babilonios.

Baal era el dios de la guerra y la lluvia y aparece en la Biblia como uno de los falsos dioses a los que se rendía culto en la época.

Reshef, un dios de carácter guerrero y relacionado con las calamidades estaba relacionado con Astarté y fue muy adorado en Egipto durante el reinado de Amenofis II.

Entre los dioses comunes destacaba también Melkart, cuyo culto nació en la ciudad de Tiro. Se trataba en sus orígenes de un dios agrícola del que dependía la fertilidad y que estaba relacionado con la primavera. Su culto incluía ritos de muerte y resurrección que coincidían con las estaciones del año.

Melkart también era una deidad marina y con el tiempo pasó a ser el dios de la colonización y el guía de los viajes marítimos.

Otros dioses

La esposa de Baal, Anat, era adorada como diosa de la fertilidad y la guerra. Algunos expertos la relacionan con Atenea y se sabe que los egipcios le rendían culto.

La deidad más sanguinaria entre los fenicios era Moloch. Se representaba con cabeza de toro y cuerpo de hombre. En una ceremonia anual, se realizaban sacrificios a este dios: un grupo de jóvenes era encerrado en una estatua hueca que representaba al dios y después eran quemados vivos.

Lengua y escritura

El idioma hablado por el pueblo fenicio era una lengua semítica incluida en el subgrupo del cananeo. La lengua se había extendido desde Tiro y Sidón al resto de la región de Fenicia. Durante la historia de este pueblo existieron muchas variantes. Entre ellas el denominado púnico, término con el que se denominaba a las variedades de fenicio occidentales del siglo IV a. C.

Según los expertos, el fenicio era un idioma con similitudes al hebreo antiguo y al amorreo. Los 22 grafemas consonánticos del alfabeto fenicio fueron después heredados directamente por el hebrero.

Los fenicios escribían de derecha a izquierda de manera lineal y se han podido recuperar una serie de breves inscripciones de temática religiosa y oficial, así como algunos comentarios sobre libros escritos en otras lenguas.

Uno de esos hallazgos son los Cippi de Melqart encontrados en Malta en el año 1694. Sus inscripciones aparecen tanto en griego antiguo como en púnico, lo que permitió que el francés Abbé Barthelemy pudiera descifrar el texto. El mismo año apareció un acuerdo comercial suscrito por los etruscos y los fenicios.

Alfabeto

Uno de los grandes legados de los fenicios fue la invención del alfabeto. En un primer momento, este fue simplemente una serie de ideogramas, es decir, de símbolos que representaban objetos y animales.

Los fenicios asignaros a esos ideogramas un valor fonético de acuerdo al nombre que daban al objeto o animal representado.

El alfabeto fenicio solo tenía consonantes, 22 en total. Se trataba de un sistema simple, lo que ayudó a que los contenidos escritos llegaran a más población.

Más adelante, los griegos modificaron el alfabeto inventado por los fenicios para utilizarlo en su idioma. Entre otros cambios, dieron a algunas letras valor de vocal. Además, cambiaron la pronunciación de algunos de los caracteres y añadieron otros para representar sonidos que los fenicios no utilizaban.

Los etruscos también adaptaron el alfabeto fenicio y de esa adaptación surgió más adelante el latino.

Aportaciones a la ciencia y la cultura

Entre otros legados, los fenicios fueron fundamentales en la historia de la religión en occidente. El propio nombre de la Biblia está relacionado con la ciudad de Biblos. Fueron ellos, además, quienes construyeron el templo del rey Salomón.

Los fenicios aparecen en numerosas secciones del Antiguo Testamento, hasta el punto de que este libro está considerado como una importante fuente de información sobre ellos.

Por otra parte, tal y como se ha señalado, el gran legado de los fenicios fue el alfabeto. Este sirvió de base para alfabetos como el hebreo, griego, etrusco, latino o cirílico.

Más allá de los avances introducidos en la navegación, su faceta de grandes marinos los convirtió además en difusores de las culturas que visitaban. Su labor puso en contacto a varios pueblos y fue fundamental para que unas culturas influyeran en otras.

También destacó su labor como fundadores de importantes ciudades, tanto en la zona oriental como en la occidental del Mediterráneo.

Referencias

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  2. Romero Real, Fernando. Origen e historia de los fenicios – Resumen. Obtenido de unprofesor.com
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