Medio ambiente

Erosión eólica: factores, tipos, consecuencias, ejemplos


La erosión eólica es el desgaste provocado por la acción del viento sobre una superficie expuesta al mismo. Este desgaste se da en función de la velocidad del viento, las partículas que arrastra y la resistencia del sustrato sobre el que actúa.

Para cada superficie erosionable existe una velocidad de viento mínima requerida para que exista erosión. La misma depende del tamaño, la densidad y la cohesión de las partículas que componen el sustrato.

Si un suelo está compuesto de partículas poco cohesionadas entre sí y más ligeras, son arrastradas por vientos relativamente débiles. Mientras que factores como la vegetación, el clima, las características del suelo y la topografía inciden en la acción de la erosión eólica.

Dependiendo de cómo se expresen dichos factores se presentan diversos tipos de erosión eólica, que son efluxión, extrusión, detrusión, eflación y abrasión eólica. La acción cualquiera de estas formas o su combinación trae graves consecuencias.

Algunas son la pérdida de suelos y desertificación, el deterioro de infraestructuras y equipos y la contaminación ambiental. Esto último acarrea a su vez problemas de salud pública.

Índice del artículo

Factores que condicionan la erosión eólica

La erosión eólica se inicia con el desprendimiento de las partículas por la acción de empuje del viento. Luego, dichas partículas son arrastradas a determinada distancia, para ser finalmente depositadas (sedimentación).

Este proceso es a su vez afectado por factores tales como el clima, la vegetación, la forma del terreno (topografía) y las características del sustrato.

Clima

La temperatura y la humedad son los elementos del clima más relevantes en relación a la erosión eólica. La primera incide tanto en la formación de las corrientes de viento como en la cohesión de las partículas erosionables.

En el primer caso, los vientos se forman cuando en un área las altas temperaturas calientan las masas de aire. Al elevarse estas forman una zona de baja presión hacia la que fluyen las masas de aire formando vientos.

Las altas temperaturas provocan la pérdida de humedad del suelo y las rocas, lo cual debilita su cohesión. Además, las diferencias de temperatura entre el día (altas) y la noche (bajas) provocan expansiones y contracciones que resquebrajan las rocas y facilitan la acción erosiva del viento.

Por tanto, en los climas secos y cálidos donde se dan estas altas fluctuaciones entre las temperaturas diurnas y nocturnas, hay una mayor la erosión eólica.

Vegetación

La cobertura vegetal protege al suelo del arrastre del viento y en el caso de vegetación alta, disminuye la velocidad de los vientos. Además el sistema radical de las plantas y sus aportes de materia orgánica, contribuyen a dar cohesión a las partículas del suelo.

Topografía

Dependiendo de la forma del terreno, la erosión eólica será menor o mayor por la facilidad de movimiento del viento. Así, en un terreno plano sin muchos obstáculos, la velocidad del viento es alta y aumenta su poder erosivo.

Por su parte, los grandes obstáculos geográficos disminuyen la velocidad de los vientos, pero si su altura es poca pueden generar turbulencias. Las turbulencias dependen de la velocidad inicial de los vientos y de la forma del terreno.

Estas turbulencias elevan las partículas más finas a grandes altitudes, pudiendo ser transportadas a grandes distancias.

Suelo o sustrato

La cohesión o grado de unión entre las partículas que conforman el suelo, una roca o cualquier superficie es fundamental, porque cuando la cohesión es menor, se requieren vientos de menor intensidad para erosionar la estructura.

Por otro lado, el tamaño de las partículas susceptibles de la acción del viento también influye. En general se establece que para partículas entre 0,1 a 0,5 mm se requieren vientos de al menos 15 Km/h a una altura de 30 cm para desplazarlas.

En la medida en que las partículas son de mayor tamaño, hacen falta vientos de mayor velocidad para desplazarlas. Por otra parte, el tamaño de las partículas del suelo o de los fragmentos de rocas, determina el tipo de erosión eólica que actúa.

Tipos de erosión eólica

Efluxión

Es la remoción directa de las partículas pequeñas (0,1 a 0,5 mm) por la presión del viento, que va empujando a saltos dichas partículas. Mientras que las más pequeñas pueden incluso quedar en suspensión.

Extrusión

En este caso se trata de partículas más gruesas que no pueden ser removidas directamente por el viento. Sin embargo, el empuje de las partículas más pequeñas provoca su desplazamiento.

Detrición

En este proceso son las partículas de las crestas de irregularidades del terreno las que son removidas por el viento. Aquí se combina la fuerza de empuje del viento con el efecto de gravedad de las pendientes.

Deflación o eflación

Consiste en el levantamiento de partículas finas del suelo que se incorporan a la turbulencia del viento. De esta forma alcanzan grandes altitudes y son transportadas a grandes distancias.

Las partículas más finas se mantienen en suspensión representando un serio problema de contaminación. Por otra parte, en las zonas erosionadas se forman depresiones llamadas depresiones de deflación.

Abrasión eólica

El efecto erosivo es generado por las partículas que arrastra el viento e impactan sobre las superficies. Puede ser sobre el propio suelo desprendiendo partículas adicionales, sobre rocas o sobre infraestructuras.

Esta lluvia horizontal de partículas actúa como una lija que desgasta las superficies y al volverse en tormentas de arena, causa daños graves. En ocasiones esculpen las rocas de formas peculiares, llamadas ventifactos o artefactos hechos por el viento.

Consecuencias de la erosión eólica

Pérdida de suelos agrícolas y desertización

En casos graves la erosión eólica termina arrastrando la capa fértil de los suelos agrícolas, dejando las partículas más gruesas. Esto a su vez provoca la pérdida de fertilidad de los suelos y la desertización, con el consiguiente impacto en la producción de alimentos.

Cuando el viento se ha llevado todas las partículas finas dejando únicamente el material grueso, se alcanza el nivel más alto de erosión eólica. Ese material de granos gruesos forma una capa continua que recibe el nombre de pavimento desértico.

Deterioro de infraestructuras y equipos

Cuando el transporte de partículas de suelo es muy grande, la sedimentación posterior puede llegar a interrumpir carreteras y afectar áreas de cultivo, zonas industriales y urbanas. Por otra parte, el efecto abrasivo de las partículas deteriora equipos y construcciones al desgastar materiales.

Contaminación ambiental y problemas de salud

Las partículas finas en suspensión son contaminantes y una de las causas de afecciones respiratorias. De hecho, uno de los parámetros que se miden al definir la contaminación atmosférica son las partículas en suspensión, tanto su cantidad como su tamaño.

Son denominadas PM10, PM5 o PM2,5, refiriéndose a partículas materiales de 10, 5 p 2,5 µm respectivamente. Las más pequeñas penetran profundamente en los alvéolos pulmonares causando serios problemas de salud.

Ejemplos de erosión eólica

El Dust Bowl o Cuenco de Polvo (EE.UU.)

Este fue un gigantesco proceso de erosión eólica que se convirtió en uno de los peores desastres ecológicos del siglo XX. Afectó toda la región central de los Estados Unidos de Norteamérica, incluyendo Texas, Nebraska, Nuevo México, Oklahoma, Kansas y Colorado.

Esto ocurrió entre 1932 y 1939 y fue uno de los factores que agravó la Gran Depresión económica de esa época. La causa fue la combinación de un período previo de lluvias excepcionales y una sobreexplotación de los campos agrícolas.

Posteriormente siguió un largo período de fuerte sequía, que dejó los suelos expuestos a la acción del viento. Al ser una región de grandes planicies, los vientos alcanzaron grandes velocidades generando tormentas de arena que causaron la desertificación de extensas zonas del centro de los EEUU.

Producto de este fenómeno, más de 3 millones de personas abandonaron sus granjas y muchas emigraron, especialmente al oeste del país. En algunas zonas se formaron depresiones de deflación por una reducción de hasta 1 m de profundidad.

La Patagonia y la Pampa semiárida (Argentina)

En la Patagonia argentina hay alrededor de 4.000.000 de hectáreas de médanos y pavimentos desérticos, la fase más aguda de la erosión eólica. Al sumar otros grados de erosión se alcanza la cifra de 13.000.000 ha afectadas.

En este caso se combina el clima seco, con el sobrepastoreo por ganado ovino y entre 1957 y 1988 se calculó la tasa de erosión eólica en 175.000 ha por año. En la Pampa semiárida con una superficie cercana de 24.000.000 ha, se estima que un 46% de esta área esta afectada por erosión eólica.

En esta zona la deforestación, el sobrepastoreo y las labores agrícolas inadecuadas han propiciado la acción de la erosión eólica.

Las nubes de polvo del Sahara

Las regiones áridas del norte de África son la mayor fuente de polvo del mundo, donde los vientos arrastran grandes nubes de polvo hacia el oeste que llegan hasta América. De hecho, a mediados de 2020 una nube de polvo proveniente del Sahara oscureció los cielos en diversas áreas del Caribe.

En lugares como Martinica, Guadalupe y Puerto Rico decretaron alerta máxima por los niveles inusuales de contaminación del aire con partículas en suspensión (PM10). Se registraron niveles entre 400 y 500 µg/m3, siendo 10 veces por encima de lo aceptable.

Aunque este fenómeno es anual, en esta oportunidad se le señaló como el más intenso en 50 años.

Referencias

  1. Aimar, S.B., Buschiazzo, D.E. y Casagrande, G. (1996). Cuantificaciones de campo de la erosión eólica en suelos de la región semiárida pampeana Central Argentina. Actas del XV Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, Santa Rosa.
  2. Bilbro, J.D. and Fryrear, D.W. (1994). Wind erosion losses as related to plant silhouette and soil cover. Agron. J.
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  6. Tarbuck, E.J. and Lutgens, F.K. (2005). Ciencias de la Tierra. Una introducción a la geología física. 8ª Edición. Pearson Prentice Hall.