Animales

Lophiiformes: características, taxonomía, reproducción, nutrición


Lophiiformes es un orden de peces que habitan principalmente en las profundidades abisales de los océanos. Presentan un aspecto temible, con una gran boca, en la cual se pueden ver dientes filosos. Su tamaño es variado, pudiendo alcanzar una longitud de más de 1 metro y medio y un peso superior a los 30 kilogramos.

Son un orden de peces que, en muchos aspectos, permanecen desconocidos para los especialistas. Esto se debe a que el lugar en donde habitan los hace prácticamente inaccesibles.

Es por esto que cada día son más quienes intentan dilucidar aspectos referentes a estos peces, los cuales son considerados unos de los miembros más enigmáticos del reino animal por sus extraordinarias características.

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Taxonomía

La clasificación taxonómica de los Lophiiformes es la siguiente:

-Dominio: Eukarya

-Reino: Animalia

-Clase: Actinopterygii

-Subclase: Neopterygii

-Infraclase: Teleostei

-Superorden: Paracanthopterygii

-Orden: Lophiiformes

Características

Los Lophiiformes son un orden de peces que, como todo miembro del reino animal, son eucariotas pluricelulares. Esto quiere decir que en sus células, el material genético se encuentra organizado dentro del núcleo, formando los cromosomas. Así mismo, son pluricelulares porque están constituidos por varios tipos de células diferentes, cada una con funciones específicas.

Durante su desarrollo embrionario, se puede observar que se hacen presentes las tres capas germinativas, conocidas como mesodermo, endodermo y ectodermo. Las células de esas capas se especializan y diferencian en diversos tipos de células, para formar así a los órganos internos del animal.

Además son deuterostomados, ya que en su desarrollo, el ano se forma a partir de una estructura conocida como blastoporo, en tanto que la boca se forma secundariamente en otro lugar. Así mismo, son celomados, presentando una especie de cavidad interna en la que se pueden encontrar algunos de sus órganos internos.

Se reproducen de forma sexual, con fecundación interna, ya que ocurre en el interior del cuerpo de la hembra y presentan un desarrollo indirecto porque de los huevos emergen larvas que deben atravesar ciertas transformaciones hasta convertirse en un individuo adulto.

Los Lophiiformes son organismos heterótrofos que se alimentan principalmente de otros peces, por lo que son carnívoros depredadores. Son cazadores muy eficientes en los abismos en los que habitan, por lo que, a pesar de que es un lugar en el que naturalmente hay poca disponibilidad de alimento, logran subsistir eficientemente.

Morfología

Estos son peces que presentan una morfología particular. Son de color oscuro, ya sea marrón o negro. Esto les sirve para camuflarse con el entorno.

Tienen un cuerpo de forma aplanada y una cabeza que es bastante ancha. En ocasiones la cabeza luce desproporcionada con respecto al tronco. En la medida en que se va acercando a la cola, el cuerpo se va haciendo más estrecho.

Su boca ocupa gran parte de su cabeza. Es bastante amplia y tiene forma de medialuna. En ella se pueden observar sus dientes, los cuales son bastante afilados y se encuentran orientados hacia el interior de la cavidad bucal.

El elemento que quizás representa mejor a estos peces es un apéndice que sale directamente de su cabeza, como una especie de “antena”, que en su extremo distal presenta bioluminiscencia. Esta estructura es de gran importancia en el proceso de captura de las presas, ya que las atrae.

Reproducción

El proceso de reproducción de los Lophiiformes es uno de los más curiosos del reino animal. A los científicos les costó dilucidar el proceso en sí, ya que, como se sabe, estos animales habitan en lugares que son prácticamente inaccesibles, lo cual ha dificultado el acceso a ellos.

A pesar de esto, gracias a los especímenes que se han recuperado, se ha logrado establecer sin lugar a dudas cómo es la reproducción en estos peces.

Es importante destacar que en estos animales, el dimorfismo sexual está más que marcado. Los ejemplares de animales adultos que se ha logrado recuperar han sido todos de sexo femenino, con una característica en común: presentaban en su superficie un tipo de parásitos fuertemente adheridos a ella.

El macho: pequeño parásito

Luego de numerosos estudios, se determinó que esos pequeños parásitos son en realidad los ejemplares macho de esta especie de peces.

Lo que ocurre en el proceso de reproducción es lo siguiente: cuando nacen los machos, no presentan un sistema digestivo, pero sí tienen un sentido de olfato altamente desarrollado para captar cualquier tipo de señal química en el medio. Gracias a que las hembras van dejando un rastro de feromonas, los machos son capaces de identificarlas, para posteriormente fijarse a ellas.

Una vez ocurre esto, el cuerpo de los machos experimenta un proceso de involución, atrofiándose, dejando funcional únicamente sus gónadas. En estas se almacenará el semen hasta que llegue el momento de apareamiento.

Cuando este momento llega, en el cuerpo de la hembra ocurren una serie de cambios que disparan un señalizaciones químicas, las cuales son captadas por las gónadas del macho remanente para que ocurra el proceso de fecundación.

Después de la fecundación

Luego de que ocurre la fecundación, los huevos, cada cual en su propia cavidad, se mantienen unidos mediante un material de contextura gelatinosa que puede llegar a tener gran envergadura, alcanzando medidas de hasta varios metros. Son expulsados al mar, donde luego del tiempo requerido eclosionan, liberando las larvas que se desplazan libremente por el medio.

Es importante destacar que este tipo de reproducción está diseñado para asegurar que los peces de este orden realmente puedan reproducirse y sigan subsistiendo. Todo ello tomando en cuenta el ambiente hostil en el que ellos se desempeñan, en el que las condiciones ambientales no permiten grandes rituales de cortejo.

Así pues, el organismo de los machos está equipado para poder fijarse al cuerpo de la hembra. Entre esas adaptaciones está la segregación de ciertas sustancias químicas que tienen como función vencer la barrera que supone la piel de la hembra, la cual es disuelta, permitiéndole al macho fusionarse totalmente con ella y convirtiéndose así en un parásito.

Nutrición

Los peces que pertenecen a este orden son heterótrofos, por lo que deben alimentarse de otros seres vivos. En este sentido, estos peces son unos depredadores altamente eficientes, ya que cuentan con mecanismos específicos para poder capturar a sus presas.

Esto debe ser así porque en el ambiente en el que habitan estos peces, la biodiversidad es escasa, por lo que hay pocas presas. Con base en esto, los animales allí deben estar atentos y listos para capturar y así alimentarse de cualquier presa potencial.

El principal mecanismo para atraer a las presas es una especie de apéndice que tienen en el centro de la cabeza, el cual tiene un extremo que es bioluminiscente. La función de esa estructura es atraer a los demás peces que puede haber en el ecosistema en el cual habitan estos peces.

Debido a que los peces Lophiiformes son de colores oscuros y opacos, se mimetizan perfectamente con el medio oscuro, por lo que no son percibidos por las presas hasta que ya se encuentran muy cerca y les es imposible escapar.

Cuando la presa se encuentra muy cerca, el animal es capaz de engullirla rápidamente con un movimiento inesperado que la sorprende. Estos peces se encuentran dotados con una boca muy flexible y que puede abrirse ampliamente, lo que le permite ingerir presas más grandes y largas que él.

Algunas especies de estos peces permanecen enterradas en el lecho marino, en espera de que las presas se acerquen atraídas por su apéndice y así poder capturarlas.

Referencias

  1. Anderson, M. (2001). Review of the deep-sea anglerfishes (Lophiiformes: Ceratioidei) of southern Africa. Ichtyological Bulletin of the J.L.B. Smith Institute of Ichtyology. 70.
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  3. Broad, W. (2019). The Creepy Anglerfish comes to light. (Just don’t get too close). Obtenido de: https://nytimes.com/2019/07/29/science/anglerfish-bioluminescence-deep-sea.html
  4. Brusca, R. C. & Brusca, G. J., (2005). Invertebrados, 2ª edición. McGraw-Hill-Interamericana, Madrid
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