Abandono de las ciudades mayas: causas del colapso maya
El abandono de las ciudades mayas es uno de los enigmas que más se plantean los investigadores, y sobre el que más indagan constantemente. Algunas de las causas más probables están relacionadas con un cambio importante en el orden político y con el deterioro del medio ambiente, entre otras.
Durante tres mil años la civilización maya dominó grandes territorios de América central, edificando importantes ciudades, acumulando riquezas, construyendo monumentos religiosos de gran envergadura, fortaleciendo su economía, diversificando la producción agrícola y constituyendo poderes políticos y sistemas sociales muy sofisticados.
Arqueólogos y antropólogos han estudiado profundamente las características de los mayas para intentar explicar los motivos que los impulsaron al abandono de las ciudades que habitaban. Entre los posibles elementos determinantes destacan su cultura, sus dinámicas y otros elementos como el clima, las guerras, las enfermedades y las catástrofes naturales.
Aproximadamente en el 1000 a. C., la población maya alcanzó cerca de tres millones de personas, para luego desaparecer casi por completo dejando poca evidencia de su existencia. Cuando los españoles llegaron a las ciudades abandonadas, quemaron los únicos rastros (libros y documentos) que pudieran explicar el porqué de su desaparición.
Aun así, su vigorosa cultura dejó un legado de obras —especialmente arquitectónicas y algunos códices rescatados por los misioneros— que actualmente han servido de base para indagar sobre dicha civilización y comprender tanto su evolución como su extinción.
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Distintas teorías intentan explicar los múltiples factores que desencadenaron el abandono de las ciudades mayas. Algunas de estas se inclinan por los cambios climatológicos, sociales y políticos, la escasez de alimentos y la alteración ecológica.
Los mayas ocuparon gran parte del sur de la península de Yucatán en México, Guatemala y Belice. Ciudades como Copán pasaron de tener 25000 habitantes a 5000 entre los años 850 y 1100.
Se estima que el tránsito entre la decadencia y el ocaso de la civilización maya ocurrió durante el período posclásico, entre los años 900 y 1521 d. C.
Se produjo un proceso de militarización y divisiones sociales que provocaron, entre otros hechos, la desaparición de rituales y ceremonias como elementos de cohesión social.
Diferentes investigaciones muestran que una de las posibles causas del colapso maya fue el deterioro del medio ambiente, provocado por los propios habitantes.
La tala de árboles para la construcción y preparación de terreno para cultivos afectó considerablemente el ecosistema, provocando cambios en el clima y en otros elementos naturales.
Explotación agrícola
El aumento desmedido en la población produjo el crecimiento agrícola, ya que los cultivos debían ser suficientes para satisfacer la demanda de los habitantes. Para ello, los mayas lograron tener nuevas tierras aptas mediante sistemas enormes de canales para drenar y regar la siembra.
Las grandes construcciones a base de estuco —un yeso hecho de la quema de la piedra caliza— produjeron la explotación desmedida del valle y, con ello, gigantescas porciones de terrenos fueron deforestados.
Con el tiempo, este crecimiento demográfico y sus actividades provocaron largos períodos de sequías, que fueron acabando con cultivos y reduciendo dramáticamente los recursos naturales y alimenticios requeridos para alimentar a la mano de obra y a la población en general.
Se dice que estos períodos llegaron a durar décadas y se prolongaron en mayor o menor medida durante casi un siglo. Según expertos investigadores, esta pudo haber sido una de las causas más importantes de carácter natural que mermó a la civilización maya.
Desastres naturales
Otras hipótesis plantean como causas de su desaparición a los fenómenos y desastres naturales ocurridos a lo largo de su evolución, tales como seísmos, deslizamientos de tierra, inundaciones y huracanes.
Entre 987 y 1007 aproximadamente ocurrió un cambio importante en el orden político: se creó la llamada Liga de Mayapán (la triple alianza). Se trató de una confederación de tres grupos —los cocomes de Mayapán, los xiúes de Uxmal y los itzáes de Champotón— que sometieron y dominaron a los grupos sociales más frágiles.
Luego de 200 años de rivalidades y pugnas políticas entre los itzá y los cocomes, estos últimos resultaron vencedores y mantuvieron la dominación política durante más de dos siglos y medio.
Nueva alianza
Tras la tiranía insostenible de este gobierno centralizado, los cocomes y los xiúes conformaron una nueva alianza. Dieron fin al orden político establecido, pero esto produjo una desestabilización significativa en el ámbito político y social.
Este desequilibrio, extendido durante muchos siglos como resultado de las guerras entre ciudades-estado, llevó a la ruptura de todos los sistemas tradicionales y destruyó la base fundamental de la sociedad maya, pudiendo dar como resultado su desaparición repentina.
Durante esta debacle, los rituales, ceremonias y otros elementos sagrados también fueron abandonados. El caos reinó, diluyendo todas las formas de organización social y religiosa, mermando todas las capacidades sociales necesarias para restablecer nuevas comunidades.
Las dinámicas sociales fueron evolucionando a medida que el crecimiento poblacional se fue dando de manera imparable. Este crecimiento desmedido fue agotando y deteriorando progresivamente la cantidad y calidad de los recursos, impactando de forma negativa en la salud de los mayas.
El debilitamiento del sistema inmunológico permitió la aparición de epidemias y otras enfermedades que incrementaron el número de muertes. Los individuos fueron víctimas fáciles de enfermedades y agotamiento por el trabajo pesado de las construcciones y de la tierra.
Largos periodos de hambruna, miseria, plagas y enfermedades empezaron a azotar a los pobladores y extenderse por todas las ciudades. Esto generó un éxodo masivo en diferentes períodos, pues los pobladores buscaban mejores condiciones para vivir.
Delincuencia
La degradación social avanzó rápidamente dando paso a la destrucción, al robo y al saqueo de edificios, a la profanación de tumbas para obtener piedras y metales preciosos, y a la propagación de grupos que tomaron los palacios, una vez quedaron vacíos luego de la huida de los gobernantes que los ocupaban.
Los mayas abandonaron las grandes construcciones de monumentos con elaboradas inscripciones y se dio paso a la creación de chozas. Hasta las plazas fueron lugar de viviendas para vagabundos y delincuentes.
En 1517 los españoles zarparon hacia América Central con la intención de dominar a la población maya; sin embargo, ya los propios habitantes, el poder político y la naturaleza habían hecho su trabajo de destruirlos como civilización.
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