Cóndor de los Andes: características, hábitat, reproducción
El cóndor de los Andes (Vultur gryphus) es un ave que forma parte de la familia Cathartidae. Este buitre suramericano es negro, con un distintivo collar de plumas blancas, que rodea el cuello. La cabeza y el cuello tienen muy pocas plumas, estando casi desnudos.
Así, en esas áreas, puede verse su piel, de color rosado pálido. Este tono varía, como respuesta al estado emocional en que se encuentre el ave. El macho tiene una especie de cresta carnosa, que parte desde la zona media de la cabeza y cubre hasta el pico.
Con relación a las alas, estas son grandes, con una envergadura de hasta 3,3 metros. Además, tienen una mancha blanca, que luce más notoria en los machos. En cuanto a las dimensiones corporales, el macho es más grande que la hembra.
Esta especie se distribuye en la cordillera andina sudamericana, abarcando Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú, Chile y Argentina. En estos países, habita en zonas abiertas y en regiones alpinas elevadas.
Es un animal que se alimenta principalmente de carroña. Así, es una parte importante dentro del ecosistema, ya que consume la carne descompuesta de los animales muertos, antes que esta pudiera convertirse en un riesgo de salud.
Índice del artículo
- 1 Características del cóndor de los Andes
- 2 Importancia cultural
- 3 Taxonomía
- 4 Hábitat y distribución
- 5 Estado de conservación
- 6 Reproducción
- 7 Alimentación
- 8 Comportamiento
- 9 Referencias
El macho alcanza un peso que oscila de 11 a 15 kilogramos, mientras que la hembra tiene una masa corporal de 8 a 11 kilogramos. En cuanto a la longitud total, esta puede variar de 100 a 130 centímetros.
Con relación al ala, la envergadura es de 270 a 320 centímetros y la cuerda mide entre 75,7 y 85,2 centímetros. La cola tiene un largo de 33 a 38 centímetros y el tarso es de 11,5 a 12,5 centímetros.
El adulto presenta un plumaje negro uniforme, excepto por un collar blanco que rodea la base del cuello. En las crías, las plumas son gris claro, mientras que los jóvenes son marrones o gris oliva.
El cóndor de los Andes carece de plumas en la cabeza y en el cuello, por lo que la piel queda expuesta. La coloración de la piel en esta área del cuerpo varía, de acuerdo al estado emocional del animal.
Así, puede enrojecerse cuando está emocionado o agresivo. De esta manera, puede comunicarse con el resto del grupo, además de ser utilizado por el macho como una exhibición durante el cortejo.
Los expertos señalan que, probablemente, dicha calvicie es una adaptación higiénica. Esto es debido a que la piel desnuda es mucho más fácil de limpiar y de mantenerla aseada, luego de comer carroña. Además, el exponer la piel directamente a los rayos solares, ayuda a que los rayos ultravioletas eliminen cualquier bacteria residual.
Por otra parte, las alas tienen bandas de color blanco que aparecen después de la primera muda. Al momento de extenderlas, entre las puntas de las alas primarias se abre un espacio. Este es una adaptación para poder elevarse con mayor eficiencia.
Los dedos de las patas del Vultur gryphus son diferentes a los de la mayoría de las aves rapaces. Así, el del medio es largo y el trasero está muy poco desarrollado. En cuanto a las garras, son rectas y romas.
Estas características están adaptadas a su estilo de vida, por lo que puede caminar sobre el terreno con facilidad, además de hurgar en la carroña. En este sentido, sus patas y garras no son empleadas como órgano de defensa, como en casi todos los buitres y las aves de rapiña.
El cóndor de los Andes tiene un pico fuerte, con forma de gancho. Los bordes son afilados y cortantes, que le facilitan rasgar la carne descompuesta de los animales. En cuanto al color, las bases que están en las mandíbulas, tanto en la inferior como en la superior, son oscuras. El resto del pico es de color marfil. En el siguiente video se pueden apreciar las características de estas aves:
En esta especie, el dimorfismo sexual es marcado. Así, el macho es mucho más grande que la hembra, aspecto contrario a lo que ocurre en la mayoría de las aves de rapiña.
Además, los machos presentan una gran cresta carnosa o carúncula, que se ubica desde la línea media de la cabeza y llega hasta la frente. En el color de los ojos también existe diferencia. Los machos tienen el iris de un tono marrón, mientras que el de las hembras es rojo.
El cóndor de los Andes invierte largas horas al día volando. Esta ave se eleva con las alas sostenidas horizontalmente y con las plumas primarias con las puntas dobladas hacia arriba. Así, agita las alas al levantarse del terreno hasta alcanzar una moderada elevación. Luego, valiéndose de las corrientes térmicas, se mantiene en el aire.
Desde el punto de vista fisiológico, esta ave se caracteriza por tener un esternón de tamaño pequeño, por lo que carece de una fuerte base ósea para anclar los fuertes músculos de vuelo.
El Vultur gryphus es un animal muy importante dentro de la cultura andina. Así, es el ave emblemática de Colombia, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Perú, Chile y Argentina. De esta manera, esta especie se encuentra asociada a la riqueza natural de los paisajes andinos.
Además, desempeña un importante papel importante en la mitología y en el folklore suramericano. En este sentido, el cóndor andino ha estado representado en el arte local, desde 2.500 a. C., al igual que forma parte de algunas religiones indígenas.
Con relación a la mitología andina, dicha especie está asociada con la deidad del sol, y se le asocia como el gobernante del mundo superior. También es considerado como un símbolo de salud y poder, por lo que a sus huesos y órganos les son atribuidos propiedades medicinales.
En Chile, es muy conocido el personaje de tira cómica conocido como Condorito. Este representa un cóndor antropomórfico, que habita en una típica ciudad provincial. También su imagen ha aparecido en algunos billetes y monedas de Colombia y de Chile y en los escudos de armas, como un símbolo relacionado con las montañas andinas.
-Reino: Animal.
-Subreino: Bilateria.
-Filum: Cordado.
-Subfilum: Vertebrado.
-Infrafilum: Gnathostomata.
-Superclase: Tetrapoda.
-Clase: Aves.
-Orden: Accipitriformes.
-Familia: Cathartidae.
-Género: Vultur.
-Especie: Vultur gryphus.
El cóndor andino, como también se le conoce a esta especie, se distribuye en la cordillera andina suramericana. Así, al norte, su rango comienza en Colombia y en Venezuela. Luego baja al sur, a todo lo largo de los Andes de Perú, Ecuador y Chile, a través de Bolivia. Finalmente, se extiende hasta Tierra del Fuego, en Argentina.
Colombia
Originalmente, se localizó ampliamente en regiones geográficas con una altura entre 1.800 a 5.200 metros, exceptuando en la Sierra Nevada, en Santa Marta. Las poblaciones decrecieron drásticamente en dicho rango geográfico, afectado a las comunidades que habitaban en Cocuy, Puracé, Huila y en el norte de Tolima.
Desde los inicios de la década de 1990, han sido introducidos alrededor de 50 aves de esta especie. La intención es complementar las comunidades que están remanentes.
Venezuela
En épocas anteriores, el Vultur gryphus ocurría en áreas a una altitud de 2000 y 5000 msnm, como en la Sierra de Perijá, en el estado Zulia y desde la parte sur de Táchira hasta Mérida. En 1990 fueron reintroducidas varias aves, en las zonas aledañas a Apartaderos (Mérida). No obstante, algunas de estos animales fueron cazados.
Ecuador
El cóndor de los Andes se registra principalmente de 2.000 a 4.000 msnm. Sin embargo, ocasionalmente puede ubicarse a menor altura, tan bajo como a 1.700 msnm, o tan alto como a 4000 – 500 msnm.
Actualmente es poco avistado en la región de Quito. Así mismo, solo pequeños grupos sobreviven en las laderas de los volcanes Cayambe, Antisana y Pichincha y en el Parque Nacional Cajas, en Azuay.
Bolivia
Esta ave rapaz es presumiblemente residente en las cordilleras orientales y occidentales, a una altitud de 300 a 4500 msnm.
Perú
Su distribución está generalizada en las montañas andinas. En años pasados, solía descender de manera habitual a la península de Paracas, que se encuentra a nivel del mar.
Chile
El Vultur gryphus es residente a todo lo largo de los Andes, abarcando desde Atacama hasta Tierra del Fuego. También suele descender a la costa, en las regiones más septentrionales de Fuegian y Atacama.
El cóndor de los Andes atraviesa, durante el invierno, el Valle Central. Debido a esto, pueden ser vistos en la Cordillera Costera. Los investigadores han localizado al sur de Chile nuevas áreas de descanso, por lo que consideran que existe una población numérica y demográficamente estable.
Tierra del Fuego
Esta especie se distribuye principalmente en la zona montañosa ubicada al sur de Isla Grande. No existen registros hacia el noreste de dicha isla.
Brasil
La localización en el territorio brasileño es estacional, encontrándose al oeste de Cáceres, al oeste de Mato Grosso y en la región del río Juruá. Tiene preferencia con la Isla Buitre, donde puede alimentarse de la carroña acumulada durante el verano.
Paraguay
Probablemente, el cóndor de los Andes es vagabundo durante la temporada no reproductiva, pudiendo encontrarse en el Chacho Superior y en el centro de Paraguay.
El hábitat del Vultur gryphus está integrado principalmente por praderas abiertas y zonas alpinas de una elevación hasta de 5.000 msnm. Dentro de sus áreas. prefiere las zonas abiertas, no boscosas, que le facilite visualizar la carroña desde el aire. Así, vive en el páramo y en las regiones montañosas y rocosas.
Ocasionalmente puede extenderse a las tierras bajas, al este de Bolivia, al suroeste de Brasil y al norte de Perú. También desciende a los desiertos de Perú y de Chile.
Con relación a la zona sur de la Patagonia, es una región rica en herbívoros, por lo que es atractiva para el ave. En esa área, habita en los bosques de hayas y en los prados, utilizando los acantilados para descansar y anidar.
El cóndor Andino se encuentra amenazado en todo su rango, por la caza indiscriminada y por la pérdida de su hábitat. Debido a esta situación, la UICN ha catalogado a esta especie como un animal muy cercano a ser vulnerable de extinguirse.
Las poblaciones del Vultur gryphus están en peligro principalmente en la región norte de su distribución, especialmente en Colombia y en Venezuela, donde anualmente experimentan disminuciones importantes. En cuanto a Ecuador, no es la excepción de esta situación. Actualmente, en ese país, la especie está clasificada con en estado crítico de extinguirse.
El hecho que esta ave suramericana tenga una baja tasa reproductiva, hace que sea extremadamente vulnerable a las acciones de los seres humanos.
Así, los criadores de animales ven al cóndor de los Andes como un peligro, puesto que son de la creencia que ataca y mata al ganado. Esto trae como consecuencia que cazan al ave de manera indiscriminada.
Algunos de los factores que aquejan al cóndor andino es el tamaño pequeño de su población y la extracción de los recursos naturales, que contribuye en la pérdida y fragmentación del hábitat. También, ocurre el envenenamiento secundario, por la ingesta de plomo, contenido en la carne de carroña que consume esta ave.
Por otra parte, recientemente los especialistas han evidenciado la competencia interespecífica con los buitres negros (Coragyps atratus). Esto ocurre porque han comenzado a compartir el mismo hábitat, por lo que hay enfrentamiento por los cadáveres de los animales.
El Vultur gryphus se encuentra incluido en el Apéndice I de CITES y en el Apéndice II de la Convención sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres.
Los planes de recuperación de esta especie incluyen la introducción de cóndores andinos criados en cautiverio en zoológicos de Norteamérica. Así, en 1989 fueron liberados las primeras aves, en Colombia, Venezuela y Argentina. Dichos pájaros son rastreados satelitalmente, a fin de observar y monitorear sus movimientos.
La madurez sexual del cóndor de los Andes ocurre cuando tiene entre 5 y 6 años. Cuando estas aves forman pareja, lo hacen de por vida. Con relación a la época de apareamiento, varía geográficamente. Sin embargo, generalmente ocurre de febrero a junio.
Además, el intervalo de apareamiento también es variable, puesto que depende de la disponibilidad de los alimentos y de la calidad del hábitat.
En cuanto al cortejo, incluye una gran variedad de exhibiciones. Inclusive, el macho realiza varios comportamientos previos a este.
Así, el macho frota su cuello y su cabeza contra un árbol. Además, este le da a la hembra pequeñas ramitas, que ambos guardan en las plumas del ala. Posterior a esto, el macho inicial el ritual de enamoramiento.
En las exhibiciones de cortejo, la piel que cubre el cuello del macho se infla y cambia de color, se torna amarillo brillante. Luego, poco a poco va acercándose a la hembra.
Mientras camina, con el cuello extendido y siseando, el macho alterna los pasos con pequeños giros a la derecha y hacia la izquierda. Posteriormente, extiende las alas y chasquea con la lengua.
Otras exhibiciones de cortejo incluyen chasquidos y silbidos, acompañados de brincos y bailes, con las alas parcialmente extendidas. Si la hembra acepta al macho, inclina levemente su cuerpo, manteniendo la cabeza al mismo nivel de los hombros. En el siguiente video se puede apreciar cómo se aparea una pareja de condores:
El Vultur gryphus prefiere reproducirse y descansar en áreas con elevaciones entre 3.000 y 5.000 msnm. El nido no es muy elaborado, por lo que el ave solo coloca unos pocos palos alrededor de los huevos, creando una especie de barrera protectora.
No obstante, en las regiones costeras de Perú, donde los acantilados no son muy frecuentes, algunos nidos son solo grietas que existen en las rocas de las laderas. El cóndor de los Andes puede seleccionar un nido y posarse cerca de este casi dos meses antes del apareamiento.
Cuando se acerca el momento de poner el huevo, la hembra comienza a acercarse al borde del nido, hasta que se posa y deposita uno o dos huevos. Estos tienen un tono blanco azulado, pesan 280 gramos y miden entre 75 y 100 milímetros. Si el huevo se rompe, la hembra pone otro.
Con relación a la incubación, la realizan ambos padres, turnándose en dicha tarea. Esta etapa dura entre 54 y 58 días.
Los recién nacidos están cubiertos por un plumón grisáceo, el cual persiste hasta la edad juvenil, cuando adquieren el plumaje propio del adulto. Estos comienzan a volar después de los seis meses, pero se mantienen junto a sus padres aproximadamente hasta los dos años.
Los padres comparten el cuidado de las crías. Durante los primeros meses, uno de estos siempre está presente en el nido. Sin embargo, gradualmente, pasan más tiempo fuera del nido, pero siempre cerca de este.
El cóndor andino se alimenta principalmente de carroña. Esta ave puede viajar más de 200 kilómetros diarios para buscar animales muertos, que otros depredadores hayan dejado en el terreno.
Generalmente prefiere los cadáveres de animales de gran tamaño, como llamas (Lama glama), Guanacos (Lama guanicoe), alpacas (Vicugna pacos), armadillos y ciervos. También, podría complementar su dieta con vegetales frescos.
No obstante, actualmente, la gran mayoría de las poblaciones del cóndor andino consume carroña de animales domésticos. Así, su dieta está conformada por ganado (Bos primigenius taurus), burros (Equus africanus asinus) y caballos (Equus ferus caballus).
También come cerdos (Sus scrofa domesticus), mulas, cabras (Capra aegagrus hircus), ovejas (Ovis aries) y perros (Canis lupus familiaris). Además, suele alimentarse de otras especies, como jabalíes (Sus scrofa), zorros (Vulpes vulpes), conejos (Oryctolagus cuniculus) y ciervos (Cervus elaphus).
Aquellos que habitan en regiones cercanas a la costa, su dieta consiste fundamentalmente en carroña de mamíferos marinos, como los cetáceos. Así mismo, toman los huevos de los nidos de aves más pequeñas.
Los expertos han observado al cóndor de los Andes cazar pequeños animales vivos, como pájaros, roedores y conejos. Para matarlos, generalmente lo hacen pinchando repetidamente el cuerpo con su pico.
Dicha técnica, poco común en las aves rapaces, es empleada debido a que este animal carece de unas patas poderosas y de garras afiladas, que puedan usar para someter a la presa y causar su muerte.
Cuando el Vultur gryphus está en el acantilado, utiliza las corrientes térmicas. Estas le permiten elevarse y salir de esa área de gran altura. De esta manera, con poco gasto energético, salen en búsqueda de carroña.
También, para localizar los cadáveres de los animales, puede seguir a otras aves carroñeras. En este sentido, persigue a los buitres pertenecientes al género Cathartes, como el buitre de pavo (C. aura), el buitre de cabeza amarilla mayor (C. melambrotus) y el buitre de cabeza amarilla menor (C. burrovianus).
Con estas especies, el cóndor de los Andes establece una relación de ayuda mutua. Los buitres de Cathartes, por ser de menor tamaño, no pueden atravesar con sus picos las pieles duras de los grandes animales. Sin embargo, detectan con rapidez la presencia de un cadáver.
Debido a esto, el cóndor los sigue y al encontrar la carroña, corta con su fuerte pico la piel, dejando al descubierto la carne y las vísceras, que los buitres aprovechan.
El Vultur gryphus tiene hábitos diurnos. Cuando no está descansando en los acantilados, se encuentra volando, en búsqueda de carroña. En climas fríos, esta ave permanece casi inmóvil, con muy pocas interacciones en el grupo.
Sin embargo, en el momento que el ambiente comienza a volverse cálido, expone sus cuellos coloridos, iniciando así las interacciones sociales, como el cortejo. Dentro de las agrupaciones, existe una estructura social desarrollada. Para determinar el orden jerárquico, se basan en los comportamientos competitivos y en las vocalizaciones.
Así, los machos dominan sobre las hembras y los adultos sobre los jóvenes. De manera general, los machos adultos, que han alcanzado la madurez sexual, ocupan los rangos superiores. De esta manera, se alimentan primero, seguidos de los machos inmaduros, que lo hacen después que los adultos se dispersan.
También, este comportamiento produce segregación en los sitios de descanso. De esta manera, los machos dominantes ocupan sitios preferenciales, donde existe una óptima exposición al sol y a la vez haya protección contra el viento.
El cóndor de los Andes asea su cara y cuello después de alimentarse. Así, rozan estas partes de su cuerpo contra el suelo, eliminando así cualquier resto de comida en descomposición que haya quedado.
Además, puede pasar largo tiempo limpiando su cuerpo. Para esto, suele sumergirse en cuerpos de agua, de los cual sale y entra varias veces. Luego de esto, duran entre dos y tres horas acicalándose y tomando sol, hasta que las plumas estén bien secas.
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