Lengua y literatura

20 Poemas de Dos Estrofas para Jóvenes


Te dejo una lista de poemas de dos estrofas de temas tan variados como la escuela, juguetes, los sueños, las sonrisas, entre otros. Lo común es que las estrofas de estos textos poéticos se separen entre sí por un punto y aparte. Este tipo de manifestaciones literarias normalmente son usadas para la enseñanza de ideas y pensamientos de manera breve.

Los versos que componen las estrofas de estos poemas pueden o no estar sujetos a una métrica determinada o a un tipo de rima particular. Aunque es habitual verlos elaborados con tercetos, cuartetas, serventesios o quintillas y de vez en cuando en décimas. Todo lo antes mencionado está sujeto al gusto y expresividad del autor.

También es usual la presencia de poemas mixtos que contengan cuartetas mezcladas con tercetos, décimas con quintillas, y así. De igual manera, es común leer este tipo de manifestaciones literarias con versos de métrica variada y sin rima fija. Si se manejan con versos octosílabos y con rima consonante son estupendo para enseñar a los niños.

Lista de poemas de dos estrofas

– El autobús de la escuela (Juan Ortiz)

I

El autobús de la escuela

cada día va por mí,

muy temprano, sí que sí,

luego rueda, rueda y rueda.

II

El chófer va muy contento,

es cuidadoso y educado,

mira al frente, lado y lado,

así nos cuida, siempre atento.

– Los juguetes (Juan Ortiz)

I

Los juguetes son amigos

que nos regala la vida,

nos escuchan, son testigos,

de muchas cosas divertidas.

II

Están allí sin protestar,

nunca les escuchas “no”,

son fieles, a todo dar,

y muy dados al amor.

– Los sueños (Juan Ortiz)

I

Llegan de noche o de día,

justo al cerrarse los ojos,

vienen a dar alegrías,

a veces risas o enojos.

II

Algunos revelan secretos,

otros nos dan enseñanzas,

otros traen esperanzas,

cuán misteriosos los sueños.

– Las sonrisas (Juan Ortiz)

I

Llegan cuando cuentan chistes,

también con un buen recuerdo,

aun estando en desacuerdo,

incluso cuando estamos tristes.

Están, aunque te resistes,

y resultan contagiosas,

hilarantes, muy graciosas,

las sonrisas son así,

y cuando te tocan a ti

es que entiendes muchas cosas.

II

Sea de día o sea de noche,

en la casa o el trabajo,

estés alegre o cabizbajo,

caminando o en un coche,

llega ella y su derroche

de la luz que hay en el ser.

La sonrisa deja ver

lo mejor de cada humano,

hace al extraño hermano,

y a lo gris desvanecer.

– Los balones (Juan Ortiz)

I

¿Cuántos juegos se han creado

que funcionan con balones?,

los hay muchos, por montones,

baloncesto, yo he jugado.

II

También fútbol he intentado,

voleibol me hace bien,

kickingball jugué también,

y es que todos tienen algo

que al jugarlos más yo valgo,

ya que doy el cien por cien.

– La infancia (Juan Ortiz)

I

Es la etapa más hermosa

de la vida de los seres,

marca hondo lo que eres,

la infancia, sí que es otra cosa.

II

Ya quisiera yo volver

a andar por sus caminos,

por sus bosques peregrinos,

entre risas por doquier.

Infancia, virtud del ser,

añoro tus alegrías,

en ti viví bellos días

junto a mi madre y hermanos,

todos éramos cercanos,

cuán sano se crecía.

– A ducharse (Juan Ortiz)

I

El ducharse es necesario

para mantener la higiene,

quien se ducha se mantiene

limpio y pulcro a diario.

II

El ducharse nos ayuda

a cuidar nuestra salud,

es limpieza y pulcritud

a todo el que le acuda.

– A limpiar (Juan Ortiz)

I

A limpiar cada lugar,

la casa, el cuarto, el frente,

a no ser indiferente,

el limpiar es buen actuar.

II

Si limpiamos cada esquina

de manera cuidadosa

(y que brille cada cosa)

nuestra estancia será fina.

– El semáforo (Juan Ortiz)

Él se encarga de poner

las leyes en la vía,

si es verde, carro y tranvía

pasan con todo poder.

Mas si el rojo puedo ver,

siendo yo un peatón,

con permiso y con razón,

paso libre en el rallado,

mirando a cada lado,

muy atento a la ocasión.

II

El semáforo es un guía

que permite orientar,

cada hombre en su lugar,

cada carro en su vía.

– Las palabras (Juan Ortiz)

I

Ellas son las piezas claves

que permiten expresar

si se llora o se ha de amar,

son las necesarias llaves.

En el aire van, cual aves,

de las bocas al oído

las palabras, ricos nidos,

y sus mensajes del alma

que pueden conciliar calma

o traer molestos ruidos.

II

Si las usas como debes

muchas puertas abrirán,

las palabras te serán

bendición adonde llegues.

Callado nunca te quedes,

en ellas hay gran poder,

eso sí, pon de tu ser

y estúdialas bien a fondo

porque quien les sabe hondo,

incluso magia podrá hacer.

– El descanso (Juan Ortiz)

I

Que no todo es trabajar,

jugar o andar en bicicleta,

quien quiera lograr su meta

entonces debe descansar.

II

El descanso nos ayuda

a reponer la energía

para rendir día a día

como se debe, sin duda.

– El avión (Juan Ortiz)

I

Por sus alas increíbles

podemos andar el cielo,

y es que es gracias a su vuelo

que no hay distancia imposible.

II

El avión nos ha ayudado

a que el tiempo nos ahorremos,

nuevos lugares conocemos,

todo ya está conectado.

– A caminar (Juan Ortiz)

I

Caminemos cada día,

una cuadra, dos o tres,

caminemos mucho, pues,

nos da calma y alegría.

Caminar riega, rocía

la mente y el corazón

de grata imaginación,

hace brotar las ideas

hazlo tú, para que veas

como aumenta tu intuición.

II

Caminar mantiene en forma,

es muy sano y sin impacto,

caminar es un buen acto

que el pensamiento transforma.

Si haces que esto sea una norma:

caminar una hora, al menos,

tu creación no tendrá frenos,

rendirás en cada oficio,

cuán genial este artificio,

caminar nos hace buenos.

– Escribir (Juan Ortiz)

I

Escribir es buena acción

nos permite crear mundos,

hacer poemas rotundos,

o ensayos con intención.

II

Al hacerlo das razón,

cuerpo y voz al pensamiento,

se expresa el sentimiento

más profundo que tengamos;

nunca, pues, nos detengamos

de escribir, da crecimiento.

– El libro (Juan Ortiz)

I

Es la puerta abierta a mundos,

a sentires por doquier,

expresión real del ser,

el libro es pozo profundo.

II

Quien lee a diario, siempre aprende,

crece un poco, se reinventa,

hace más que quien no intenta,

y de cada cosa entiende.

Al leer, pues, se comprende

que somos parte de un todo,

y que andando codo a codo

se llega, seguro, más lejos,

se eliminan los complejos,

y todo mal tiene acomodo.

– Rima L

Lo que el salvaje que con torpe mano 
hace de un tronco a su capricho un dios, 
y luego ante su obra se arrodilla, 
eso hicimos tú y yo. 

Dimos formas reales a un fantasma, 
de la mente ridícula invención, 
y hecho el ídolo ya, sacrificamos 
en su altar nuestro amor.

Autor: Gustavo Adolfo Bécquer

– El Pájaro

En el silencio transparente

el día reposaba:

la transparencia del espacio

era la transparencia del silencio.

La inmóvil luz del cielo sosegaba

el crecimiento de las yerbas.

Los bichos de la tierra, entre las piedras,

bajo la luz idéntica, eran piedras.

El tiempo en el minuto se saciaba.

En la quietud absorta

se consumaba el mediodía.

 

Y un pájaro cantó, delgada flecha.

Pecho de plata herido vibró el cielo,

se movieron las hojas,

las yerbas despertaron…

Y sentí que la muerte era una flecha

que no se sabe quién dispara

y en un abrir los ojos nos morimos.

Autor: Octavio Paz

– Deidad

Como duerme la chispa en el guijarro

y la estatua en el barro,

en ti duerme la divinidad.

Tan sólo en un dolor constante y fuerte

al choque, brota de la piedra inerte

el relámpago de la deidad.

No te quejes, por tanto, del destino,

pues lo que en tu interior hay de divino

sólo surge merced a él.

 

Soporta, si es posible, sonriendo,

la vida que el artista va esculpiendo,

el duro choque del cincel.

¿Qué importan para ti las horas malas,

si cada hora en tus nacientes alas

pone una pluma bella más?

Ya verás al cóndor en plena altura,

ya verás concluida la escultura,

ya verás, alma, ya verás…

Autor: Amado Nervo

– Si yo nací campesino…

Si yo nací campesino,

si yo nací marinero,

¿por qué me tenéis aquí,

si este aquí yo no lo quiero?

 

El mejor día, ciudad

a quien jamás he querido,

el mejor día  —¡silencio!—

habré desaparecido.

Autor: Rafael Alberti

– El Miedo

En el eco de mis muertes

aún hay miedo.

¿Sabes tú del miedo?

Sé del miedo cuando digo mi nombre.

 

Es el miedo,

el miedo con sombrero negro

escondiendo ratas en mi sangre,

o el miedo con labios muertos

bebiendo mis deseos.

Sí. En el eco de mis muertes

aún hay miedo.

Autor: Alejandra Pizarnik

– Adolescencia

Vinieras y te fueras dulcemente,

de otro camino

a otro camino. Verte,

y ya otra vez no verte.

 

Pasar por un puente a otro puente.

—El pie breve,

la luz vencida alegre—.

Muchacho que sería yo mirando

aguas abajo la corriente,

y en el espejo tu pasaje

fluir, desvanecerse.

Autor: Vicente Aleixandre

– Bajo tu Clara Sombra

Un cuerpo, un cuerpo solo, un sólo cuerpo

un cuerpo como día derramado

y noche devorada;

la luz de unos cabellos

que no apaciguan nunca

la sombra de mi tacto;

una garganta, un vientre que amanece

como el mar que se enciende

cuando toca la frente de la aurora;

unos tobillos, puentes del verano;

unos muslos nocturnos que se hunden

en la música verde de la tarde;

un pecho que se alza

y arrasa las espumas;

un cuello, sólo un cuello,

unas manos tan sólo,

unas palabras lentas que descienden

como arena caída en otra arena….

 

Esto que se me escapa,

agua y delicia obscura,

mar naciendo o muriendo;

estos labios y dientes,

estos ojos hambrientos,

me desnudan de mí

y su furiosa gracia me levanta

hasta los quietos cielos

donde vibra el instante;

la cima de los besos,

la plenitud del mundo y de sus formas.

Autor: Octavio Paz

– Desvelada

Como soy reina y fui mendiga, ahora

vivo en puro temblor de que me dejes,

y te pregunto, pálida, a cada hora:

«¿Estás conmigo aún? ¡Ay, no te alejes!»

 

Quisiera hacer las marchas sonriendo

y confiando ahora que has venido;

pero hasta en el dormir estoy temiendo

y pregunto entre sueños: «¿No te has ido?»

Autor: Gabriela Mistral

– Nunca perseguí la gloria

Nunca perseguí la gloria

ni dejar en la memoria

de los hombres mi canciòn;

yo amo los mundos sutiles,

ingrávidos y gentiles

como pompas de jabón.

 

Me gusta verlos pintarse

de sol y grana, volar

bajo el cielo azul, temblar

súbitamente y quebrarse.

Autor: Antonio Machado

– Espejo

Soy plateado y exacto. No tengo preconceptos.

Cuanto veo, lo trago inmediatamente

Tal cual es, sin empañar por amor o desagrado.

No soy cruel, sólo veraz:

Ojo de un pequeño dios, cuadrangular.

Casi todo el tiempo medito en la pared de enfrente.

Es rosada, con lunares. La he mirado tanto tiempo

Que creo que es parte de mi corazón. Pero fluctúa.

 

Las caras y la oscuridad nos separan una y otra vez.

Ahora soy un lago. Una mujer se inclina sobre mí,

Buscando en mi extensión lo que ella es en realidad.

Luego se vuelve hacia esas mentirosas, las bujías o la luna.

Veo su espalda y la reflejo fielmente.

Me recompensa con lágrimas y agitando las manos.

Soy importante para ella. Que viene y se va.

Todas las mañanas su cara reemplaza la oscuridad.

En mí ella ahogó a una muchachita y en mí una vieja

Se alza hacia ella día tras día, como un pez feroz.

Autor: Sylvia Plath

Temas de interés

Calaveritas literarias para niños y maestros.

Referencias

  1. Poema y sus elementos: estrofa, verso, rima. Recuperado de portaleducativo.net
  2. Poema. Recuperado de es.wikipedia.org
  3. Poemas de Gustavo Adolfo Bécquer y Alejandra Pizarnik. Recuperado de poemas-del-alma.com
  4. Poemas de Octavio Paz, Amado Nervo, Octavio Paz y Antonio Machado. Recuperado de los-poetas.com
  5. Poemas de Rafael Alberti y Vicente Aleixandre. Recuperado de poesi.as
  6. Poemas de Gabriela Mistral. Recuperado de amediavoz.com
  7. Poemas de Sylvia Plath. Recuperado de poeticas.com.ar.