Animales

Sanguijuelas: características, respiración, reproducción


Las sanguijuelas son animales de la clase Hirudinea. Se trata de una clase perteneciente al filo annelida cuyos integrantes se conocen mundialmente como chupadores de sangre. Se caracterizan por tener un cuerpo aplanado y segmentado con unas ventosas que les permiten fijarse al huésped.

Esta clase fue descrita por primera vez en 1818 por Jean Baptiste Lamarck. Así mismo, algunos ejemplares pertenecientes a esta clase constituyen parásitos conocidos de algunos vertebrados como peces, reptiles y anfibios.

En el campo de la medicina, los hirudineos han sido utilizados en procedimientos especiales como por ejemplo los sangrados. De igual forma, las sustancias que sintetizan y que están presentes en su saliva tienen numerosas aplicaciones, como por ejemplo analgésicos y anticoagulantes, entre otros.

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Taxonomía

La clasificación taxonómica de los hirudineos es la siguiente:

– Dominio: Eukarya.

– Reino: Animalia.

– Filo: Annelida.

– Clase: Clitellata.

– Subclase: Hirudinea.

Características

Los hirudineos son organismos eucariotas pluricelulares, lo cual significa que su material genético (ADN) se encuentra encerrado en el núcleo celular conformando los cromosomas. Así mismo, presentan células que han experimentado un proceso de diferenciación y se han especializado en diversas funciones.

Durante su desarrollo embrionario aparecen tres capas germinativas: ectodermo, endodermo y mesodermo. A partir de estas capas se forman todos los órganos que conformarán al animal adulto.

Estos animales presentan coloraciones variables: los hay negros, pardos e incluso rojos. Además se caracterizan por presentar una estructura conocida como clitelo, la cual participa activamente en el proceso de reproducción.

Son individuos heterótrofos, puesto que no son capaces de sintetizar sus propios nutrientes, sino que se alimentan principalmente de otros seres vivos o de sus fluidos.

En lo referente a la simetría, los hirudineos presentan simetría bilateral, es decir, si se traza una línea por el plano medio del cuerpo, se obtienen dos mitades exactamente iguales.

Morfología

Los hirudíneos presentan un cuerpo aplanado en sentido dorso ventral, con un tamaño que va desde los 5mm hasta los 45 cm.

Al igual que todos los miembros del filo annelida, los hirudineos tienen un cuerpo segmentado. Dependiendo de las especies, el número de segmentos va a variar. Los hay de 15, 30 y 34 segmentos. Cada segmento se conoce con el nombre de metámero.

Su cuerpo se encuentra dividido en tres áreas o zonas: cabeza, tronco y pigidio. Así mismo, la segmentación externa no se compagina con la interna, ya que cada metámero abarca internamente varios anillos.

Uno de los elementos característicos de los hirudineos son las ventosas. Presentan dos, una a nivel del polo cefálico, en la boca, y otra posterior, en el extremo opuesto del animal. Las ventosas son útiles tanto para la alimentación como para la locomoción.

Opuesto a lo que ocurre con los demás anélidos, los cuerpos de los hirudineos no presentan ningún tipo de prolongación. No tienen quetas ni podios.

A ambos lados del cuerpo presentan una serie de poros que son la desembocadura de los metanefridios. Esos poros se denominan nefridioporos.

Pared del animal

La pared del cuerpo de los hirudineos está conformada por varias capas:

– Cutícula: es la cobertura más externa. Es la típica cutícula anelidiana. Tiene fines protectores y es producida por la epidermis. Presenta células epiteliales, entre las que se cuentan glandulares y sensoriales.

– Membrana basal: se encuentra por debajo de la cutícula. Es muy delgada.

– Musculatura circular y longitudinal: conformada por fibras musculares que tienen como función contraerse y relajarse para propiciar el movimiento del animal.

Celoma

Es una cavidad típica de los animales llamados celomados. Esta tiene diferentes configuraciones, dependiendo del grupo animal. En este sentido, en los hirudineos el celoma es bastante reducido y se encuentra lleno con un tipo de tejido denominado botrioidal o celénquima.

Así mismo, en los hirudineos, el celoma se limita a ser un conjunto de canales estrechos.

Sistema digestivo

El sistema digestivo de los hirudineos está conformado por un tubo completo que abarca toda la longitud del animal.

Ese tubo se encuentra dividido en áreas funcionales tales como boca, faringe, esófago, buche (estómago), intestino y recto. Es importante destacar que el buche presenta unas prolongaciones a modo de saco que se conocen como ciegos. Estos son de gran importancia, ya que le proporcionan al animal la capacidad de almacenar grandes cantidades de alimentos.

El sistema digestivo se divide en regiones: Estomodeo (anterior), constituido por boca, mandíbulas (en las especies que las tienen), faringe y esófago; una región media, conformada por el intestino; y finalmente el proctodeo (posterior), que contiene al recto y al ano.

En las diferentes órdenes que integran a esta subclase, la configuración del sistema digestivo puede variar. Por ejemplo hay algunos que presentan fuertes mandíbulas, así como otros cuya faringe es tan fuerte que puede triturar animales, o faringes especializadas en la succión.

En el interior del tracto digestivo están presentes varias especies bacterianas que tienen como finalidad ayudar a los hirudineos en la digestión y degradación de proteínas. Esto es gracias a la síntesis de unas enzimas especializadas para tal fin.

Sistema nervioso

El sistema nervioso de los hirudineos es primitivo y está conformado básicamente por agrupaciones neuronales conocidas como ganglios.

Presentan dos ganglios cerebrales, dos cordones nerviosos ventrales, un collar periesofágico y ganglios metaméricos. Las neuronas que integran al sistema nervioso son de tipo folicular.

Igualmente tienen órganos sensoriales, primitivos pero funcionales. Entre estos están los ojos, que tienen forma de copa y tienen como función captar los estímulos visuales. También presentan terminaciones nerviosas libres que sirven como receptores táctiles y de vibración.

Sistema reproductor

Como es bien sabido, los miembros de la subclase hirudinea son hermafroditas. Esto quiere decir que un mismo ejemplar tiene órganos reproductores femeninos y masculinos.

El sistema reproductor femenino está conformado por un par de ovarios que se encuentran localizados en unas especies de bolsas llamadas ovisacos. De cada ovisaco se desprenden unos conductos denominados oviductos, los cuales desembocan en una vagina primitiva. Esa vagina se abre al espacio exterior a través de un poro que se localiza en la mayoría de los especímenes en el segmento 11.

Por otra parte, el sistema reproductor masculino está constituido por varios pares de testículos. De cada testículo sale un conducto, el canal eferente. Esos canales eferentes forman un conducto mayor, el canal deferente. Hay dos canales deferentes. Estos a su vez se fusionan en la línea media del animal para formar una estructura ancha, conocida como vesícula seminal.

De la vesícula seminal parte un conducto, el conducto eyaculador, el cual desemboca en otro ensanchamiento denominado atrio, que se abre al exterior a través del poro genital masculino.

Sistema excretor

Está conformado por unos órganos excretores denominados metanefridios. Se localizan en pares, en número de entre 15 y 18 pares.

Estos presentan una vesícula nefridiana y se abren al exterior a través de un nefridioporo.

Sistema circulatorio

Los hirudineos presentan un sistema circulatorio abierto. Además tienen dos corazones y dos vasos sanguíneos que transportan la sangre en sentidos opuestos. Uno de ellos hacia la cabeza y el otro hacia el polo opuesto del animal.

Ambos vasos se mantienen conectados a través de una laguna o seno vascular. Igualmente, el animal presenta un muy desarrollado plexo sanguíneo a nivel de la capa más superficial del animal.

Respiración

El tipo de respiración que presentan los hirudineos es cutánea. Esta se realiza a través de difusión simple por medio de la piel.

Es importante destacar que la piel de los hirudineos presenta una amplia red de vasos sanguíneos. Es por la sangre por donde circulan los gases como el oxígeno (O2) y el dióxido de carbono (CO2).

Mediante el transporte pasivo, específicamente la difusión, los gases difunden a través de la piel del animal hacia los vasos sanguíneos. El fundamento del proceso de difusión es que una sustancia atraviesa una membrana a favor de un gradiente de concentración. Esto último quiere decir que la sustancia pasa desde un sitio en el que está muy concentrada hacia otro en el que está poco concentrada.

Tomando en cuenta esto, el oxígeno pasa desde el exterior del animal hacia el interior de los vasos sanguíneos, en tanto que el dióxido de carbono se difunde en el sentido contrario.

Cabe mencionar que hay especies en las que el tipo de respiración no es cutánea sino branquial. Esto se debe a que habitan en ecosistemas acuáticos como parásitos de peces.

Gracias a esto, experimentaron ciertas modificaciones que les permitieron desarrollar branquias, mediante las cuales pueden tomar el oxígeno directamente del agua.

Alimentación

Los hirudineos son organismos heterótrofos, algunos de los cuales son depredadores de pequeños invertebrados. Así mismo, hay algunos hirudineos que son hematófagos, es decir, se alimentan de sangre.

Para la alimentación, las especies que son depredadoras, capturan a sus presas haciendo uso de sus mandíbulas. Posteriormente las engullen en su totalidad. En el caso de las especies que se alimentan de sangre, estas se fijan al hospedador a través de su ventosa anterior y comienzan a succionar la sangre.

Generalmente el hospedador no se da cuenta porque la hirudinea secreta una sustancia analgésica que no le permite a la víctima sentir dolor.

En su tracto digestivo, los hirudineos no secretan enzimas endopectidasas, por lo que no tienen la capacidad de degradar las proteínas de su alimento. Sin embargo, este escollo es superado gracias a la presencia de unas bacterias (Aeromonas liquefasciens), las cuales realizan este trabajo.

Es importante destacar que el tracto digestivo cuenta con una gran cantidad de espacios denominados ciegos en los cuales el animal puede almacenar parte de los nutrientes que ingiere. En el caso de los hirudineos que se alimentan de sangre, pueden llegar a chupar tanta sangre como 5 ó 6 veces su peso corporal.

Una vez que los nutrientes son absorbidos y pasan a la circulación del animal, las sustancias de desecho son excretadas a través del ano.

Reproducción

Los hirudineos se reproducen solo de manera sexual. Esta reproducción requiere de la unión de los gametos femeninos y los masculinos. La fecundación es de tipo interna y puede ocurrir mediante la copulación de dos ejemplares distintos o bien por otros mecanismos.

En el primero de los casos (copulación), dos ejemplares se alinean de manera tal que el poro femenino y masculino se encuentran y entran en contacto. Inmediatamente el pene de uno de los ejemplares se introduce en la vagina del otro, depositando de esta manera el esperma. Los espermatozoides encuentran a los óvulos y los fecundan.

Otro mecanismo de reproducción es la impregnación hipodérmica. En las especies que tienen este tipo de reproducción, los espermatozoides se almacenan en espermatóforos. Para el proceso reproductivo, dos ejemplares se sujetan uno al otro mediante las ventosas anteriores, y posteriormente los espermatóforos son liberados en la zona del clitelo del compañero.

Finalmente los espermatozoides atraviesan la pared del animal y se desplazan hacia los ovarios a través de diversos canales. Eventualmente ocurre la fecundación. Mientras todo esto ocurre, a nivel del clitelo del animal se produce un capullo, que es donde se van a almacenar y desarrollar los huevos fecundados. En algunas especies hay un solo huevo por capullo, en tanto que en otras especies hay más de uno.

Si la especie es terrestre, esos capullos se depositan en la tierra, mientras que si se habla de hirudineos acuáticos, el capullo puede ser depositado en el fondo marino o en alguna de las muchas algas que hay.

El desarrollo del individuo es directo, es decir, del capullo emerge un individuo que presenta las características de un hirudineo adulto, con la salvedad de que es mucho más pequeño.

Clasificación

La subclase hirudinea se divide  en dos infraclases: Acanthobdellida y Euhirudinea. Esta última se clasifica a su vez en dos órdenes: Arhynchobdellida y Rhynchobdellida.

-Acanthobdellida

Está conformada por especies parásitos exclusivos de peces. Este es un grupo de organismos muy interesantes porque presenta características primitivas que los acercan a los oligoquetos, como por ejemplo quetas en los segmentos anteriores y un celoma metamérico rodeando al canal intestinal.

Sin embargo, también presentan ciertas características que los asemejan a los hirudineos, como por ejemplo el estilo de vida parasitario.

-Euhirudinea

Se consideran las verdaderas sanguijuelas.

Arhynchobdellida

Este grupo de organismos nos presenta probóscide. Se encuentran en hábitats de agua dulce y pueden ser anfibios. La mayoría de estas especies se alimentan de pequeños invertebrados, pero también hay otras que son hematófagas. Estas pueden tener dientes o no.

Rynchobdellida

Son sanguijuelas que no presentan mandíbulas, pero sí unas probóscides. Dependiendo de la especie, pueden habitar ecosistemas de agua dulce o marinos. Así mismo presentan una ventosa anterior que en algunas está bien desarrollada y en otras apenas está definida. Su característica más resaltante es su muy bien desarrollada probóscide. Son de vida parasitaria.

Especies representativas

Hirudo medicinalis

La especie más representativa de la clase hirudinea es Hirudo medicinalis. Esta pertenece al orden Arhynchobdellidae. No es fácil de distinguir del resto de los hirudineos, sin embargo es ampliamente utilizada en el campo médico, tanto en los sangrados como por la utilidad de las sustancias que sintetiza. También se conoce con el nombre de sangonera o chupasangres.

Referencias

  1. Brusca, R. C. & Brusca, G. J., (2005). Invertebrados, 2ª edición. McGraw-Hill-Interamericana, Madrid
  2. Curtis, H., Barnes, S., Schneck, A. y Massarini, A. (2008). Biología. Editorial Médica Panamericana. 7° edición
  3. Hickman, C. P., Roberts, L. S., Larson, A., Ober, W. C., & Garrison, C. (2001). Integrated principles of zoology (Vol. 15). McGraw-Hill.
  4. Manrique, M., Ortega, S. y Yanguas, P. (2008). La sanguijuela, un gusano en la historia de la salud. Index de enfermería. 17 (4)
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  6. Vera, C., Blu, A. y Torres, M. (2005). Sanguijuelas, parásitos presentes ayer y hoy. Revista chilena de infectología. 22 (1).