Tejido conectivo: características, funciones, clasificación, células
El tejido conectivo o conjuntivo es una clase de tejido que integra funcionalmente el cuerpo al formar un continuo con los tejidos epiteliales, musculares y nerviosos, así como con los componentes de otros tejidos conectivos.
Los tejidos conectivos y sus células se originan a partir de la migración de las células mesenquimatosas durante el desarrollo embrionario. Es conveniente recordar que el mesénquima es producto de la maduración de las células del mesodermo, una de las tres capas germinales del tejido embrionario.
Entre los tejidos que se forman con la migración de las células del mesénquima están los huesos, el cartílago, los tendones, cápsulas, las células sanguíneas y hematopoyéticas, y las células linfoides.
Los tejidos conectivos, como se verá más adelante, se clasifican en tejido conectivo embrionario, tejido conectivo propiamente dicho y tejido conectivo especializado, que incluye cartílago, huesos y sangre.
Su amplia distribución en el cuerpo y su importancia funcional hace que cualquier defecto en estos tejidos esenciales termine en serias patologías clínicas, relacionadas bien sea con sus procesos de formación y establecimiento desde el estado embrionario, o con enfermedades adquiridas en el transcurso de la vida.
Entre las diversas patologías asociadas con este tipo de tejidos se encuentran numerosos tipos de cáncer, capaces de afectar a huesos (carcinomas), sangre (leucemias), tejido adiposo (liposarcomas) y otros.
Índice del artículo
- 1 Características
- 2 Funciones
- 3 Clasificación
- 4 Células del tejido conectivo
- 5 Ejemplos de tejido conectivo
- 6 Referencias
Características
Absolutamente todos los tejidos conjuntivos están compuestos de células, fibras extracelulares y una sustancia amorfa o sustancia fundamental.
Las fibras extracelulares y la sustancia amorfa constituyen la matriz extracelular, esencial para el contacto y la comunicación intercelulares y determinante para las propiedades físicas del tejido.
-Componentes celulares
Las células del tejido conectivo pueden ser agruparse según su capacidad móvil en células residentes o fijas y células móviles, libres o transitorias.
Las células fijas son enormemente diversas y constituyen una población de células que se desarrolló y permaneció en su lugar dentro el tejido conectivo desde su formación; son células estables y longevas.
Las células móviles o libres se originan de la médula ósea y se encuentran principalmente en circulación. Son células de vida corta, reemplazadas constantemente y cuya función ejercen migrando hacia los tejidos tras la recepción de estímulos y señales específicas.
-Fibras extracelulares
Las fibras extracelulares de los tejidos conjuntivos son los componentes fundamentales de la matriz extracelular. Están representadas principalmente por las fibras de colágeno, las fibras elásticas y las reticulares.
Las fibras de colágeno no son elásticas, pero proporcionan al tejido fuerza de tensión y se conocen más de 15 tipos diferentes de fibras colagénicas, clasificadas en seis tipos diferentes, a saber:
-Colágeno tipo I: presente en el tejido conectivo propiamente dicho, en el hueso y la dentina
-Colágeno tipo II: en cartílagos hialinos y elásticos
-Colágeno tipo III: encontrado especialmente en las fibras reticulares
-Colágeno tipo IV: en la región densa de la membrana basal
-Colágeno tipo V: observado en la placenta
-Colágeno tipo VII: presente en las uniones entre la membrana basal y la reticular
Las fibras elásticas, por otra parte, se componen de la proteína elastina y de múltiples microfibrillas. Su elasticidad es tal que pueden estirarse más del 100% de su longitud en reposo.
-Sustancia amorfa o sustancia fundamental
La sustancia fundamental es una sustancia hidratada tipo gel y la que se encuentra en los tejidos conectivos está compuesta esencialmente de proteoglicanos, glucosaminoglicanos y glicoproteínas.
Glucosaminoglicanos
Los glucosaminoglicanos son largos polímeros no ramificados de unidades de disacáridos repetidos. Usualmente estas unidades están compuestas por un amino azúcar, que puede ser N-acetil glucosamina o N-acetilgalactosamina.
Se han descrito dos tipos de glucosaminoglicanos: los sulfatados y los no sulfatados. Los sulfatados presentan moléculas de sulfato de queratán, de heparán, heparina, sulfatos de condroitina y de dermatán, en tanto que los no sulfatados tienen residuos de ácido hialurónico.
Proteoglicanos
Los proteoglicanos no son más que núcleos proteicos a los que se enlazan glucosaminoglicanos.
Las características de gel de la sustancia fundamental y por lo tanto de la matriz extracelular del tejido conectivo están dadas por entramados entre proteoglicanos y moléculas de ácido hialurónico que forman voluminosas moléculas conocidas como agregados agrecán.
Glicoproteínas
Las glicoproteínas son grandes proteínas adherentes que funcionan en la fijación tanto de los componentes de la matriz como de algunos componentes de la membrana plasmática.
Existen diferentes tipos de glicoproteínas, entre ellas las lamininas (presentes en la membrana basal); la condronectina y la osteonectina en el cartílago y el hueso, respectivamente, y la fibronectina, dispersa por toda la matriz extracelular.
La mineralización de la sustancia amorfa en el tejido conectivo contribuye a la dureza de tejidos mineralizados como el hueso, la dentina y el esmalte.
Funciones
Conocidos también como tejidos de soporte o de sostén, los tejidos conectivos cumplen diversas funciones, que usualmente dependen del sitio donde se encuentren.
El tejido conectivo que constituye las cápsulas que encierran los órganos y el estroma que conforma la estructura de estos tiene funciones de apoyo y sostén mecánico.
Los músculos esqueléticos se unen entre sí gracias a la presencia de tejidos conectivos y a su vez se unen a los huesos por los ligamentos y tendones, que también son una clase especializada de tejido conectivo.
Una función esencial de estos tejidos es también la de proporcionar un medio adecuado para el intercambio entre las células y los tejidos, es decir, para la comunicación celular por medio de distintos mecanismos moleculares (desechos metabólicos, nutrientes, oxígeno, entre otros).
Contribuyen a la defensa y protección del cuerpo gracias a la participación de las células fagocíticas, las células productoras de anticuerpos que trabajan para el sistema inmune y otras células que participan en la secreción de sustancias “farmacológicas” durante la respuesta inflamatoria.
También incluyen tejidos que representan una de las mayores reservas energéticas del cuerpo: los depósitos de lípidos en el tejido adiposo.
Clasificación
La clasificación tradicional de los tejidos conectivos comprende el tejido conectivo embrionario, el tejido conectivo propiamente dicho y los tejidos conectivos especializados.
-Tejido conectivo embrionario
En este grupo se encuentran los tejidos mesenquimatoso y mucoso. El primero está presente únicamente en el embrión y consiste en células mesenquimatosas embebidas en una sustancia amorfa compuesta de fibras reticulares desordenadas.
Las células presentes en este tejido poseen un núcleo con forma de óvalo, con poco citoplasma. Estas células dan origen a muchas células de otros tejidos conectivos y no existen en el organismo adulto, excepto en la pulpa dental.
El tejido mucoso, como podría inferirse, es un tejido conectivo de aspecto amorfo y laxo, cuya matriz consiste principalmente en ácido hialurónico con escaso contenido de colágeno. Se encuentra solamente en el cordón umbilical y en el tejido subdérmico del embrión.
-Tejidos conectivos propiamente dichos
Tejido conectivo laxo o aerolar
Este tipo de tejido conectivo “llena” los espacios del cuerpo en la profundidad de la piel. Se encuentra recubriendo las cavidades corporales internas, rodeando el parénquima de las glándulas y en la capa adventicia de los vasos sanguíneos.
En las membranas mucosas como las del tubo digestivo se encuentra un tipo especial de tejido laxo conocido como “lámina propia”.
El tejido laxo se caracteriza por su abundante sustancia fundamental y líquido extracelular. Normalmente contiene gran variedad de células, tanto fijas como móviles. De las primeras puede tener fibroblastos, células adiposas, macrófagos y células cebadas, así como células indiferenciadas.
Además, este tejido posee pocas fibras reticulares, elásticas y colagénicas entrecruzadas laxamente. Las células del tejido conectivo laxo se mantienen gracias a los aportes de oxígeno y nutrientes que provienen de pequeños vasos sanguíneos y fibras nerviosas pequeñas.
Ya que está ubicado inmediatamente por debajo de los epitelios delgados de las vías digestivas y respiratorias, es el primer sitio del cuerpo atacado por antígenos y microorganismos invasores, por lo que posee muchas células móviles que participan en las respuestas inmunitarias, inflamatorias y alérgicas.
Tejido conectivo denso
Como su nombre lo indica, este tipo de tejido se observa histológicamente como un tejido más compacto. Esencialmente posee los mismos componentes que el tejido conectivo laxo, con un mayor número de fibras extracelulares por unidad de volumen y menor número de células.
De acuerdo con la orientación y el ordenamiento de las fibras extracelulares que lo componen, el tejido conectivo denso puede clasificarse aún más en tejido conectivo denso regular e irregular.
Tejido conectivo denso regular
Este tipo de tejido denso posee un gran número de fibras extracelulares arregladas en patrones regulares. Ejemplos de este tipo de tejidos son los ligamentos, los tendones y el estroma de la córnea.
Se divide en dos tipos de tejidos: el tejido colagenoso y el elástico, que se diferencian en las proporciones y el arreglo de las fibras colagénicas y elásticas.
Tejido conectivo denso irregular
Los tejidos conectivos densos irregulares también poseen gran número de fibras extracelulares, especialmente colagénicas, pero estas se arreglan en patrones azarosos y desordenados. Son ricos células tipo fibroblastos.
Esta forma de tejido conectivo está especialmente presente en la piel, las cápsulas o revestimiento de los órganos como el hígado y el bazo y en el tejido periostio que rodea los huesos.
Tejido reticular
Compuesto principalmente por fibras reticulares (fibras de colágeno tipo III secretadas por fibroblastos), el tejido conectivo reticular es un tejido conjuntivo especial que existe sólo en algunos canales vasculares delgados del hígado, el bazo, los nódulos linfáticos y la matriz ósea.
Tejido adiposo
De esta clase de tejidos se conocen dos tipos: el tejido adiposo blanco y marrón. El primero se caracteriza por la presencia de adipocitos uniloculares (con una gran vacuola grasa), mientras que el segundo contiene adipocitos multiloculares (con muchas vacuolas grasas pequeñas).
En el tejido adiposo se encuentra una gran proporción de adipocitos. Tienen escaso número de fibras de colágeno, fibroblastos, leucocitos y macrófagos. Se encuentra en los compartimientos subcutáneos y es particularmente abundante en el área del abdomen y alrededor de las caderas y glúteos.
El tejido adiposo marrón o pardo es un tejido muy vascularizado. Es particularmente abundante en mamíferos que hibernan y en lactantes, pero no ha sido completamente dilucidada su presencia en los humanos adultos.
-Tejidos conectivos especializados
En este grupo de tejidos conectivos se encuentran la sangre, los huesos y el cartílago.
Cartílago y hueso
El cartílago es rico en células denominadas condrocitos. La sustancia de este tejido no está vascularizada ni posee terminaciones nerviosas o vasos linfáticos, por lo que la nutrición de sus células se da a través de vasos sanguíneos de tejidos circundantes por difusión.
El cartílago se subdivide en cartílago hialino, rico en colágeno tipo II; cartílago elástico, con abundantes fibras elásticas y colágeno tipo II y fibrocartílago, con gruesas fibras de colágeno tipo I.
El hueso es un tejido conectivo especializado cuya matriz extracelular está calcificada. Proporciona soporte estructural para el cuerpo, protección de órganos vitales y los sitios de unión para los músculos esqueléticos.
Almacena 99% del calcio corporal. En su cavidad central se aloja la médula ósea, un tejido hematopoyético (que da lugar a células sanguíneas). Sus componentes celulares principales son las células osteoprogenitoras y los osteoblastos.
Sangre
La sangre es un tejido conectivo especializado líquido que se distribuye por todo el cuerpo. Como todos los tejidos conectivos contiene células, fibras y sustancia fundamental.
Sus componentes celulares incluyen eritrocitos, leucocitos y plaquetas. Posee fibras “potenciales” llamadas fibrinógeno y la sustancia fundamental, junto con sus proteínas, conforma la región fluida o el plasma sanguíneo.
Su función principal es la del transporte de oxígeno y nutrientes, así como los productos de desecho hacia los riñones y pulmones, y el mantenimiento de la homeostasis corporal.
Células del tejido conectivo
Las células de tejido conectivo fijas son:
-Fibroblastos: el tipo más abundante, a cargo de la síntesis de la matriz extracelular
-Pericitos: rodean las células endoteliales de capilares y venas pequeñas
-Células adiposas: presentes en el tejido adiposo, funcionan en la síntesis, almacenamiento y metabolismo de grasas
-Células cebadas: el tipo de mayor tamaño; funcionan en los procesos inflamatorios y reacciones hipersensibles
-Macrófagos: pueden ser fijos o móviles. Funcionan en la eliminación de desechos celulares y en la protección contra agentes extraños (presentadores de antígenos)
Las células del tejido conectivo móviles son:
-Células plasmáticas: derivan de los linfocitos B, producen y secretan anticuerpos
-Leucocitos: glóbulos blancos circulantes que participan en los procesos inflamatorios y la respuesta inmune
-Macrófagos: los macrófagos móviles participan en la presentación de los antígenos a las células productoras de anticuerpos
Los tejidos conjuntivos especializados también poseen sus células específicas, los condrocitos (tejido cartilaginoso), los osteocitos (tejido óseo) y las células sanguíneas (que se clasifican dentro de las células móviles).
Ejemplos de tejido conectivo
Buenos ejemplos de tejidos conectivos han sido nombrados con anterioridad:
-Los huesos y la sangre, ambos con funciones primordiales en el cuerpo humano
-Los cartílagos, que están presentes en la nariz, laringe, bronquios, orejas, conductos auditivos, discos intervertebrales, uniones entre huesos, etc.
-Las membranas mucosas del tubo digestivo
-Las cápsulas que recubren y dan su forma característica a los órganos internos, así como los tejidos adiposos que almacenan energía en forma de grasas, también son excelentes ejemplos
Referencias
- Alberts, B., Johnson, A., Lewis, J., Raff, M., Roberts, K., & Walter, P. (2008). Molecular Biology of The Cell (5th ed.). New York: Garland Science, Taylor & Francis Group.
- Dudek, R. W. (1950). High-Yield Histology (2nd ed.). Philadelphia, Pennsylvania: Lippincott Williams & Wilkins.
- Gartner, L., & Hiatt, J. (2002). Texto Atlas de Histología (2nd ed.). México D.F.: McGraw-Hill Interamericana Editores.
- Johnson, K. (1991). Histology and Cell Biology (2nd ed.). Baltimore, Maryland: The National medical series for independent study.
- Kuehnel, W. (2003). Color Atlas of Cytology, Histology, and Microscopic Anatomy (4th ed.). New York: Thieme.