Psicología educativa

Teorías del aprendizaje principales: características y autores


Las teorías del aprendizaje explican los cambios que se producen en la conducta debido a la práctica y no a otros factores como el desarrollo fisiológico. Algunas de las teorías aparecieron como una reacción negativa a las anteriores, otras sirvieron de base para el desarrollo de posteriores teorías y otras tratan solo ciertos contextos específicos de aprendizaje.

Las distintas teorías del aprendizaje se pueden agrupar en 4 perspectivas: conductista (se centra en la conducta observable), cognitivista (el aprendizaje como un proceso puramente mental), humanista (las emociones y afectos tienen un papel en el aprendizaje) y la perspectiva del aprendizaje social (los seres humanos aprendemos mejor en actividades de grupo).

Índice del artículo

Teorías del aprendizaje según la perspectiva conductista

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Fundado por John B. Watson, el conductismo asume que el aprendiz es esencialmente pasivo y que tan solo responde a los estímulos del ambiente que le rodea. El aprendiz empieza como una tabula rasa, completamente vacía, y se da forma a la conducta a través del refuerzo positivo o negativo.

Ambos tipos de refuerzo aumentan la probabilidad de que el comportamiento que los preceda se repita de nuevo en el futuro. Por el contrario, el castigo (tanto positivo como negativo) disminuye la posibilidad de que el comportamiento vuelva a aparecer.

Una de las limitaciones más obvias de estas teorías consiste en el estudio de conductas únicamente observables, dejando de lado los procesos mentales que tanta importancia tienen a la hora de aprender.

La palabra “positivo” en este contexto implica la aplicación de un estímulo, y “negativo” implica la retirada de un estímulo. El aprendizaje, por tanto, se define desde esta perspectiva como un cambio en la conducta de quien aprende.

– Condicionamiento clásico

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Gran parte de las primeras investigaciones de los conductistas fue realizada con animales (por ejemplo, el trabajo de los perros de Pavlov) y generalizada a seres humanos. El conductismo, que fue un precursor de las teorías cognitivas, aportó teorías del aprendizaje como la del condicionamiento clásico y el condicionamiento operante.

El concepto de “condicionamiento clásico” ha tenido una influencia enorme en el campo de la psicología, aunque el hombre que lo descubrió no era psicólogo. Ivan Pavlov (1849–1903), fisiólogo ruso, descubrió este concepto mediante una serie de experimentos con el sistema digestivo de sus perros. Se dio cuenta de que los perros salivaban nada más ver a los asistentes del laboratorio, antes de ser alimentados.

Pero, ¿cómo explica exactamente el aprendizaje el condicionamiento clásico? Según Pavlov, se produce el aprendizaje cuando se forma una asociación entre un estímulo que previamente era neutral y un estímulo que ocurre de forma natural.

En sus experimentos, Pavlov asoció el estímulo natural que constituye la comida con el sonido de una campana. De esta forma, los perros comenzaban a salivar en respuesta a la comida pero, después de múltiples asociaciones, los perros salivaban sólo con el sonido de la campana.

– Condicionamiento operante

El condicionamiento operante, por su parte, fue descrito por primera vez por el psicólogo conductista B. F. Skinner. Skinner creía que el condicionamiento clásico no podía explicar todos los tipos de aprendizaje y estaba más interesado en aprender cómo las consecuencias de las acciones influyen en la conducta.

Igual que el condicionamiento clásico, el operante también trata con asociaciones. Sin embargo, en este tipo de condicionamiento, las asociaciones se hacen entre una conducta y las consecuencias de la misma.

Cuando un comportamiento lleva a consecuencias deseables, es más probable que se repita de nuevo en el futuro. Si las acciones llevan a un resultado negativo, entonces la conducta probablemente no se repita más.

Esta teoría la expuso a través del experimento de la caja de Skinner, donde introducía una rata que era expuesta a refuerzos positivos y negativos.

A medida que los investigadores descubrían problemas en los conceptos conductistas, nuevas teorías comenzaron a emerger, manteniendo algunos de los conceptos pero eliminando otros. Los neoconductistas añadieron nuevas ideas que, más tarde, fueron asociadas con la perspectiva cognitiva del aprendizaje.

Teorías según la perspectiva cognitivista

Los cognitivistas dan a la mente y a los procesos mentales la importancia que el conductismo no le dio; creían que la mente debía ser estudiada para llegar a entender cómo aprendemos. Para ellos, el aprendiz es un procesador de información, como un ordenador. Esta perspectiva sustituyó al conductismo como paradigma principal en la década de 1960.

Desde la perspectiva cognitiva, los procesos mentales como los pensamientos, la memoria y la resolución de problemas deben ser estudiados. El conocimiento puede ser visto como un esquema o como construcciones mentales simbólicas. El aprendizaje, de este modo, se define como un cambio en los esquemas del aprendiz.

Esta visión del aprendizaje surgió como una respuesta al conductismo: los seres humanos no somos “animales programados” que simplemente responden a los estímulos ambientales. Por el contrario, somos seres racionales que requieren participación activa para aprender y cuyas acciones son una consecuencia del pensamiento.

Se pueden observar cambios en la conducta, pero solo como un indicador de lo que sucede en la cabeza de la persona. El cognitivismo utiliza la metáfora de la mente como un ordenador: la información entra, se procesa y lleva a ciertos resultados en la conducta.

– Teoría del procesamiento de información de George A. Miller

Esta teoría del procesamiento de información, cuyo fundador fue el psicólogo americano George A. Miller (1920-2012), fue muy influyente en la elaboración de teorías posteriores. Discute cómo ocurre el aprendizaje, incluyendo conceptos como la atención y la memoria y comparando la mente con el funcionamiento de un ordenador.

Esta teoría se ha ampliado y desarrollado con los años. Por ejemplo, Craik y Lockhart enfatizaron que la información se procesa de varias formas (a través de la percepción, la atención, el etiquetado de conceptos y la formación de significados), que afectan a la habilidad para acceder a la información posteriormente.

– Teoría cognitiva del aprendizaje multimedia de Mayer

Otra de las teorías relativas al aprendizaje dentro de la perspectiva cognitivista es la teoría cognitiva del aprendizaje multimedia de Richard Mayer (1947). Esta teoría afirma que las personas aprenden de forma más profunda y significativa a partir de palabras combinadas con imágenes que a partir de palabras únicamente. Propone tres asunciones principales respecto al aprendizaje multimedia:

  1. Hay dos canales separados (auditivo y visual) para procesar la información.
  2. Cada canal tiene una capacidad limitada.
  3. El aprendizaje es un proceso activo de filtro, selección, organización e integración de la información basado en el conocimiento previo.

Los seres humanos podemos procesar una cantidad limitada de información por un canal en un determinado momento. Damos sentido a la información que recibimos creando de forma activa representaciones mentales.

La teoría cognitiva del aprendizaje multimedia presenta la idea de que el cerebro no interpreta una presentación multimedia de palabras, imágenes e información auditiva de forma exclusiva; al contrario, estos elementos son seleccionados y organizados de forma dinámica para producir constructos mentales lógicos.

Teorías según la perspectiva humanista

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El humanismo, un paradigma que surgió en la psicología de la década de 1960, se centra en la libertad, dignidad y potencial de los seres humanos. La suposición principal del humanismo, según Huitt, es que las personas actúan con intencionalidad y valores.

Esta noción se opone a lo que afirmaba la teoría del condicionamiento operante, que discute que todas las conductas son el resultado de la aplicación de las consecuencias, y la creencia de la psicología cognitivista respecto a la construcción del significado y el descubrimiento del conocimiento, que consideran central a la hora de aprender.

Los humanistas también creen que es necesario estudiar a cada persona como un todo, especialmente cómo crece y desarrolla como individuo a lo largo de su vida. Para el humanismo, el estudio del self, la motivación y los objetivos de cada persona son áreas de particular interés.

– Teoría de Car Rogers

Los defensores más conocidos del humanismo incluyen a Carl Rogers y a Abraham Maslow. Según Carl Rogers, uno de los propósitos principales del humanismo podría ser descrito como el desarrollo de personas autónomas y auto-actualizadas.

En el humanismo, el aprendizaje se centra en el estudiante y es personalizado. En este contexto, el rol del educador es el de facilitar el aprendizaje. Las necesidades afectivas y cognitivas son clave, y el objetivo es desarrollar personas auto-actualizadas en un ambiente cooperativo y de apoyo.

– Teoría de Abraham Maslow

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Por su parte, Abraham Maslow, considerado el padre de la psicología humanista, desarrolló una teoría basada en la noción de que la experiencia es el fenómeno principal en el estudio de la conducta y el aprendizaje humano.

Puso mucho énfasis en cualidades que nos distinguen como seres humanos (valores, creatividad, capacidad de elección), rechazando así los puntos de vista conductistas debido a lo reduccionistas que eran.

Maslow es famoso por sugerir que la motivación humana está basada en una jerarquía de necesidades. El nivel más bajo de necesidades son aquellas necesidades fisiológicas básicas y de supervivencia como el hambre y la sed. Los niveles más altos incluyen la pertenencia a un grupo, el amor y la autoestima.

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En lugar de reducir la conducta a una respuesta del ambiente, como hicieron los conductistas, Maslow adoptó una perspectiva holística respecto al aprendizaje y la educación. Maslow pretende ver todas las cualidades intelectuales, sociales, emocionales y físicas de un individuo y comprender cómo afectan al aprendizaje.

Las aplicaciones de su jerarquía de necesidades al trabajo en las aulas son obvias: antes de que las necesidades cognitivas de un estudiante puedan ser satisfechas, habrá que satisfacer sus necesidades más básicas.

La teoría del aprendizaje de Maslow enfatiza las diferencias entre el conocimiento experiencial y el conocimiento de espectador, que consideraba inferior. El aprendizaje experiencial es considerado el aprendizaje “auténtico”, que provoca cambios significativos en la conducta, actitudes y personalidad de las personas.

Este tipo de aprendizaje ocurre cuando el estudiante se da cuenta de que el tipo de material a aprender le servirá para alcanzar las metas que se ha propuesto. Este aprendizaje se adquiere más por práctica que por teoría, y comienza de forma espontánea. Las propiedades del aprendizaje experiencial incluyen:

  • La inmersión en la experiencia sin tener consciencia del paso del tiempo.
  • Dejar de ser auto-consciente de forma momentánea.
  • Trascender al tiempo, el lugar, la historia y la sociedad sin dejarse afectar por ellos.
  • Fusionarse con aquello que se esté experimentando.
  • Ser inocentemente receptivo, como un niño, sin criticar.
  • Suspender temporalmente la evaluación de la experiencia en términos de su importancia.
  • Una falta de inhibición.
  • Suspender las críticas, la validación y la evaluación de la experiencia.
  • Confiar en la experiencia dejando que ocurra pasivamente, sin dejarse influir por nociones preconcebidas.
  • Desconectarse de actividades racionales, lógicas y analíticas.

Teoría del aprendizaje social de Bandura

Albert Bandura, psicólogo y pedagogo canadiense, creía que las asociaciones y los refuerzos directos no podían explicar todos los tipos de aprendizaje. Según su teoría del aprendizaje social, las interacciones entre personas son fundamentales para aprender.

Bandura razonó que el aprendizaje sería mucho más complicado si las personas nos basáramos únicamente en los resultados de nuestras propias acciones para saber cómo actuar.

Para este psicólogo, gran parte del aprendizaje tiene lugar a través de la observación. Los niños observan las acciones de quienes los rodean, especialmente de sus cuidadores primarios y sus hermanos, y luego imitan estas conductas.

En uno de sus experimentos más conocidos, Bandura reveló la facilidad que tienen los niños para imitar conductas, incluso negativas. La mayoría de los niños que vieron un video de un adulto golpeando a un muñeco imitaron este comportamiento cuando se les dio la oportunidad.

Una de las aportaciones más importantes del trabajo de Bandura consistió en desmentir una de las afirmaciones del conductismo; señaló que aprender algo no tiene por qué resultar en un cambio en la conducta.

Los niños aprenden con frecuencia cosas nuevas a través de la observación, pero no tienen por qué llevar a cabo esas conductas hasta que hay necesidad o motivación para utilizar la información.

La siguiente afirmación constituye un buen resumen de esta perspectiva:

“Observando a un modelo que lleva a cabo la conducta que se desea aprender, un individuo se forma una idea de cómo los componentes de respuesta deben ser combinados y secuenciados para producir la nueva conducta. En otras palabras, las personas dejan guiar sus acciones por nociones que han aprendido previamente en lugar de confiar en los resultados de sus propias conductas.”