Iodamoeba bütschlii: características, morfología, ciclo biológico
Iodamoeba bütschlii es un protozoario de vida libre que pertenece al filo Amoebozoa y es considerado como no patógeno para el ser humano. Fue descrito por Stanislaws von Prowazek, un científico checo. Su nombre se debe a la afinidad que tiene con el yodo como colorante y en honor a Otto Bütschili, un zoólogo alemán.
A pesar de que Iodamoeba bütschlii es un organismo que regularmente no ocasiona ningún tipo de enfermedad en los seres humanos, sí es de gran utilidad como marcador de contaminación oral fecal en ciertas comunidades.
Índice del artículo
- 1 Taxonomía
- 2 Características generales
- 3 Morfología
- 4 Ciclo biológico
- 5 Infección
- 6 Transmisión
- 7 Sintomatología
- 8 Diagnóstico
- 9 Tratamiento
- 10 Prevención
- 11 Referencias
Taxonomía
La clasificación taxonómica de Iodamoeba bütschlii es la siguiente:
- Reino: Protista
- Filo: Amoebozoa
- Clase: Archamoebae
- Orden: Entamoebida
- Familia: Entamoebidae
- Género:Iodamoeba
- Especie:Iodamoeba bütschlii
Características generales
Es un organismo eucariota
Iodamoeba bütschlii es un organismo unicelular eucariota. Esto quiere decir que en su célula el material genético se encuentra encerrado dentro de una estructura conocida como núcleo celular.
Es inocuo
En condiciones normales, Iodamoeba bütschlii es un protozoario que no ocasiona ningún tipo de patología en el ser humano, por lo que es considerado inofensivo.
Sin embargo, en individuos comprometidos inmunológicamente, con frecuencia causan infecciones intestinales acompañadas de cuadros diarreicos.
Hábitat
Desde el punto de vista geográfico, Iodamoeba bütschlii es más frecuente en zonas rurales. En el huésped (ser humano) se ubica principalmente a nivel del ciego, la porción del intestino grueso que establece comunicación con el intestino delgado.
Nutrición
Iodamoeba bütschlii es un organismo heterótrofo, lo que implica que no es capaz de sintetizar sus nutrientes. Por el contrario, se alimenta de otros seres vivos o bien de sustancias fabricadas por otros.
La principal forma de alimentación de este protozoario es a través de la fagocitosis de partículas alimenticias. Estas son procesadas y digeridas por las enzimas y bacterias que se encuentran en las vacuolas alimenticias que abundan en su citoplasma.
Reproducción
Se reproduce de forma asexual, la cual no requiere el intercambio de material genético ni fusión de gametos.
El proceso específico de reproducción se conoce como fisión binaria y consiste en la división de una única célula en dos exactamente iguales.
Para el proceso de fisión binaria, lo primero que ocurre es la duplicación de contenido genético de la célula a dividirse. Posteriormente, cada copia se dirige hacia polos opuestos de la célula, la cual comienza a alargarse hasta que el citoplasma experimenta una especie de estrangulación para poder dividirse. Finalmente se obtienen dos células que genéticamente son exactamente iguales a la célula progenitora.
Morfología
Como ocurre con muchos protozoarios parásitos, Iodamoeba büschlii presenta dos formas de vida: quiste y trofozoito.
Quiste
Es la forma infectante de este protozoario, a pesar de que no es considerado patógeno para el ser humano.
No tiene una forma específica; sus formas abarcan un amplio rango, desde ovaladas y redondas hasta elípticas. Tienen un tamaño promedio de entre 8 y 10 micras. Tienen un único núcleo, el cual contiene un cariosoma que es grande y excéntrico, el cual se encuentra enmarcado o rodeado de gránulos acromáticos.
Así mismo, cuando se observa una muestra en el microscopio, en su citoplasma se observa una estructura amplia, que ocupa casi todo su espacio, una vacuola.
Esta contiene glucógeno, el cual es un polisacárido de reserva, frecuente en organismos unicelulares. Esta vacuola es afín a las tinciones de yodo, de manera tal que al ponerla en contacto con un pigmento yodado, adquiere un color pardo.
Trofozoito
Es la forma vegetativa del protozoario.
Es mucho más grande que los quistes. Tiene un tamaño promedio de entre 11-16 micras. Presenta un solo núcleo, rodeado por una membrana nuclear muy delgada.
Así mismo, tiene un cariosoma de gran tamaño, el cual se encuentra rodeado por varios gránulos acromáticos. En ocasiones, estos gránulos forman un anillo que separa al cariosoma de la membrana nuclear.
El citoplasma de la célula contiene varios gránulos. Así mismo, se evidencia la presencia de vacuolas de tipo alimenticio que contienen bacterias y levaduras que contribuyen con la degradación y procesamiento de los nutrientes.
El citoplasma emite ciertas prolongaciones cortas y romas, de tipo hialino, que se conocen como pseudópodos. Estas estructuras contribuyen con el proceso de locomoción del protozoario, el cual es bastante lento y no progresivo.
Ciclo biológico
Al igual que ocurre con muchas amebas que no son patógenas, el ciclo de vida de Iodamoeba bütshclii es de tipo directo (monoxénico). Esto quiere decir que para su desarrollo, este parásito solo requiere de un huésped: el ser humano.
Los quistes son la forma infectiva de este protozoario, los cuales son ingeridos por el individuo. A través del tránsito intestinal, recorren el tracto digestivo hasta que llegan al lugar ideal para su desarrollo: el colon, específicamente en el ciego.
Allí ocurre la ruptura del quiste y el consiguiente desarrollo de la forma vegetativa, el trofozoito. Estos emprenden su proceso de reproducción, dando origen a nuevos quistes, los cuales son liberados del huésped a través de las heces.
Esos quistes son ingeridos por otro huésped, pasan a su intestino grueso y allí se desarrollan para generar nuevos quistes y así continuar de manera ininterrumpida el ciclo.
Es importante destacar que Iodamoeba bütschlii se encuentra frecuentemente en el intestino del ser humano. Vive allí en una relación de comensalismo, es decir, se beneficia y obtiene sus recursos alimenticios allí, pero no le causa ningún tipo de daño o patología al hombre.
Infección
Iodamoeba bütschlii era considerada hasta hace poco como un parásito comensal, que no causaba ningún tipo de daño al huésped (ser humano). Sin embargo, desde hace algún tiempo, y a criterio de los especialistas en el tema, pasó a formar parte de los protozoarios intestinales de patogenicidad discutida.
Esto es así porque se ha demostrado que Iodamoeba bütschlii sí es capaz de generar cierta patología intestinal en algunos casos especiales, como por ejemplo en individuos cuyo sistema inmunológico se encuentra debilitado.
En este caso, se crean las condiciones orgánicas necesarias para que este parásito prolifere en el intestino grueso, ocasione un desequilibrio en la flora intestinal y se desencadene un síndrome diarreico agudo.
Transmisión
La forma en la que se transmite este protozoario es a través del mecanismo oral fecal. Se da principalmente por la ingestión de agua o alimentos que se encuentran contaminados por partículas fecales microscópicas en las cuales se encuentran contenidos los quistes.
Esto ocurre principalmente porque las personas infectadas no observan las medidas de higiene básicas, como por ejemplo lavarse las manos tras ir al baño o antes de preparar algún alimento.
Sintomatología
Iodamoeba bütschlii es un parásito que en la mayoría de los casos no ocasiona ninguna patología. Sin embargo, en casos especiales, puede traer como consecuencia que se desarrolle un proceso patológico de tipo diarreico.
En este caso, se presentan los siguientes síntomas:
- Evacuaciones frecuentes, en algunos casos de consistencia líquida.
- Dolor abdominal agudo
- Cefalea intensa
- Malestar general
- Flatulencia
- Distensión abdominal
Diagnóstico
El diagnóstico de la infección por Iodamoeba bütschlii se realiza mediante un examen de heces, en el que a través de la observación en el microscopio es posible detectar las formas infecciosas del protozoario, es decir, los quistes.
Así mismo, existen otros procedimientos un poco más específicos, en los cuales a través de técnicas de sedimentación y de centrifugación se pueden obtener ejemplares, ya sea de quistes o de trofozoitos.
Es importante destacar que la realización de un único examen de heces con resultados negativos no excluye totalmente la presencia del parásito. Es de vital importancia la realización de exámenes seriados, de manera tal que la especificidad sea mayor y así llegar a un diagnóstico acertado.
Así mismo, la pericia y experiencia de la persona encargada de la realización del examen es un factor determinante en el logro de un diagnóstico correcto.
Tratamiento
Iodamoeba bütschlii es un protozoario que, de manera general, no causa ningún tipo de sintomatología en el ser humano. Cuando su hallazgo en algún examen de heces es casual y no está relacionado a ningún síntoma, la opción a seguir es no recomendar ningún tratamiento.
Por el contrario, cuando se encuentra asociado a síntomas intestinales como los mencionados anteriormente, el patrón de tratamiento a seguir es similar al de otras patologías causadas por parásitos intestinales.
En este caso, los fármacos de elección son los llamados derivados imidazólicos, específicamente el metronidazol y el tinidazol. Estos medicamentos han demostrado ser altamente eficaces en la eliminación de una gran gama de parásitos intestinales.
Prevención
La prevención de la infección por Iodamoeba bütschlii está determinada por la corrección de ciertas conductas de riesgo. Entre las medidas de prevención se pueden mencionar:
- Lavarse las manos antes de comer y luego de ir al baño.
- Consumir agua potable o en su defecto, hervir el agua antes de consumirla.
- Lavar adecuadamente todas las frutas y verduras.
- Reducir al mínimo los contactos sexuales de tipo oral – anal.
Referencias
- Acuña, A., Combol, A., Fernández, N., Alfonso, A., González, M. y Zanetta, E. (2001). Parasitosis intestinales en población VIH+/SIDA. Jorn Brasil Patología. 37 (4). 99
- Becerril, M. (2014). Parasitología médica. Mc.Graw-Hill/ Interamericana Editores.
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- Iglesias S. y Failoc, V. (2018). Iodamoeba bütschlii. Revista chilena de infectología. 35 (6). 669-670
- Zaman, H. (1998). Ultraestructure of the nucleus of the Iodamoeba bütschili cyst. Parasitol Res. 84. 421-422