Economía en el porfiriato: desarrollo económico y actividades
La economía en el porfiriato se refiere al modelo de producción y comercio establecido por el gobierno de Porfirio Díaz durante su mandato. Esta economía estuvo constituida por la expansión mercantil, el desarrollo comercial y los avances de las actividades lucrativas. Durante esa etapa, México transitó de un estado precario a uno capitalista.
A medida que progresaba el mercado externo gracias a los aportes nacionales, algunos sectores internos dejaron de funcionar debido a la falta de inversión. Además, los campesinos tuvieron que trabajar como esclavos en sus propias tierras para incrementar la producción.
Esta labor no era retribuida. De tal manera, se percibe que este gobierno se caracterizó por forjar la política de desigualdad, ya que ocasionó que la sociedad se jerarquizara a través de la injusticia financiera.
El crecimiento capital solo favoreció a los burgueses y limitó la calidad de vida de las personas de bajos recursos. Ahora bien, este período surgió en 1877. En ese año, el caudillo Porfirio Díaz (1830-1915) obtuvo la victoria y derrotó al partido de Sebastián Lerdo (1823-1889).
A partir de ese momento, Díaz se dedicó a instaurar un proyecto que diera como resultado la evolución de la economía. Para ello se enfocó en dos principios: la ampliación del área agropecuaria y la construcción de industrias.
Sin embargo, en 1910 se inició un conflicto bélico. La Revolución mexicana fue una respuesta a la exclusión e inestabilidad en la que vivieron los habitantes alrededor de tres décadas. Dicha manifestación ocasionó que en 1911 cesara la dictadura del porfiriato.
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Historia
Después de la Guerra de Independencia (1810-1821), México contaba con una economía decadente. Estaba restringido el comercio y los medios de transporte eran exiguos, ya que las personas se trasladaban en burros o caminando.
Ese suceso generaba que los viajes se tornaran infinitos y que los mensajes no llegaran a tiempo. Los honorarios de los empleados eran escasos, no existía el derecho de propiedad, la labor manufacturera era mínima y los precios elevados.
En 1857 se creó el primer plan mercantil. Con el objetivo de fortalecer el progreso sociopolítico, la nación pretendía edificar compañías a través del capital privado, innovar el campo tecnológico e incluir a la población para que contribuyese con los cultivos.
También con la elaboración de prendas tejidas, pero la iglesia se opuso a la estrategia estatal. Por ello el programa no se materializó. No debe olvidarse que a mediados del siglo XIX la institución eclesiástica era la única con la capacidad de movilizar e influenciar a las personas.
República restauradora e inicio del porfiriato
Como el país seguía sumido en la devastación, se proclamó otra ley económica con el fin de suprimir los obstáculos erigidos por la colonización. Este Código Civil fue promulgado en 1870 y establecía la unión entre la iglesia y el Estado.
Dicho código reconocía los bienes particulares de cada individuo y proponía colocar el capital interno en los centros agrícolas con el propósito de obtener ingresos que impulsaran el desarrollo de la sociedad; aunque ese estatuto no se ejerció porque carecía de una reforma rentable.
Así se encontraba la economía cuando Porfirio Díaz obtuvo el poder, motivo por el cual manifestó que se centraría en la administración y no en la política. Mediante su planificación estatal, este general buscó imponer el orden y la paz; pero en realidad consiguió implantar la opresión.
Características
La economía en el porfiriato se caracterizó por implementar un control sobre los gastos públicos. Este aspecto benefició la creación de impuestos que no afectaban al mercado ni a las importaciones. Además, se logró aumentar el salario de algunos trabajadores.
Además, invirtió en estructuras y artefactos que representaban el progreso, tales como las plantas eléctricas, gramófonos, automóviles, teléfonos e incorporó salas de cine. Dicho hecho simbolizaba la modernización de la nación.
A su vez, aumentaron los institutos pedagógicos, que eran laicos y gratuitos. Sin embargo la mayoría de los habitantes no podían inscribirse en las escuelas porque sus jefes no se los permitían. Por eso, a principios del siglo XX, gran parte de la población aún era analfabeta.
Tanto los indígenas como los campesinos fueron despojados de sus tierras para que trabajaran en los latifundios que adquirían los hacendados mexicanos o extranjeros. Dicho acontecimiento causó que la mano de obra interna fuese esclavizada.
Desarrollo económico
Luego de superar el desequilibrio económico que imperaba en el país, el gobierno diseñó una política que tuvo como propósito centralizar el mercado nacional. El Estado suprimió las alcabalas y las tarifas municipales.
También redujo los activos que estaban destinados para el ejército, modificando de ese modo la organización militar. Reestructuró la hacienda pública, organismo que determinó el pago del IVA. Las personas tenían que abonar el 1% de las compras o ventas de los inmuebles.
Proporcionó varios sistemas bancarios para que fabricaran monedas, supervisaran el avance empresarial y equilibraran el intercambio mercantil. La inclusión de las bancas se realizó por un convenio que tenía Díaz con corporaciones europeas. El fin era reducir la deuda externa.
Siguiendo la tendencia positivista, aprobó recursos para que se restablecieran las academias y los museos. No obstante, el elemento más importante para que progresara la economía en el porfiriato fue la inversión extranjera.
Inversiones europeas
En 1880, Inglaterra aportó 36,907 miles de libras para la construcción de ferrocarriles, tranvías y la expansión del campo minero. En 1905 –después de que se encontrara petróleo– empezó a edificar compañías comerciales, constructoras, hipotecarias y de almacenamiento.
También negoció fábricas de cauchos, haciendas y plantaciones de azúcar. Al igual que el país inglés, Francia percibió que México poseía un mercado que garantizaba la evolución financiera y no contaba con instrumentos tecnológicos.
Por ello le otorgó al pueblo centroamericano diversos bonos para que terminara de erigir el Banco Nacional, estructura que se inauguró en 1884. Además, participó en operaciones industriales y de bienes raíces.
En cambio Alemania fundó algunas bancas, que fueron Deutsche, Disconto Gesellschaft y Dresdner. Aparte, desde el decenio de los ochenta fue incorporando las agencias que se encargaban de distribuir energía eléctrica.
Inversiones norteamericanas
La inversión estadounidense tuvo la misma orientación que la inglesa. Comenzó a finales de la época decimonónica concediendo préstamos al gobierno mexicano. La finalidad era ampliar el mercado para obtener ganancias más elevadas y establecer vínculos directos con la política.
Así mismo, forjó tres asociaciones ferrocarrileras y colocó capital en el sector minero. En cuanto a Canadá, este país acreditó 54 millones de dólares para crear una empresa de transporte público, que llevaba por nombre Mexico Tramways Company.
Actividades económicas
El desarrollo económico durante el porfiriato dependía de las industrias exteriores, por eso las actividades lucrativas se inclinaban hacia las áreas de exportación. La construcción, fabricar productos con materiales naturales y procesar minerales eran las labores mejores recompensadas.
Debido a ello se generó un movimiento de migración masivo, ya que las personas querían asentarse en regiones centrales con el objetivo de conseguir mayores beneficios; pero la mano de obra nacional no solía ser apta para los trabajos manufactureros.
Esto fue porque la población no conocía ni dominaba la maquinaria. Ese suceso generó que las empresas buscaran trabajadores extranjeros. De ese modo se aprecia que el progreso de México fue macroeconómico, ya que únicamente incrementó el valor de las compañías comerciales.
Sin embargo, los habitantes continuaban viviendo en situaciones precarias porque los ingresos externos no eran utilizados para la prosperidad comunal.
Dicho acontecimiento demostró que el crecimiento económico no era sinónimo de evolución social. Resulta conveniente mencionar los principales sectores de producción:
Sector agropecuario
Gracias al campo agrario se amplió la demanda de objetos tanto nacional como internacionalmente. El café, garbanzo, caña de azúcar y algodón se volvieron productos de primera necesidad. Con el transcurrir del tiempo no solo se cultivaban alimentos.
También se fabricaban colorantes, tabacos, vainillas y en ciertas haciendas se criaban ganados. Esta actividad surgió porque en los estados del norte los hombres consideraban que la cosecha era el elemento fundamental para la subsistencia.
Vale destacar que en esta área productiva fue escasa la intervención del exterior y se destacó por la inclusión de empleados mexicanos.
Transporte
Durante este período, se creó el ferrocarril con el propósito de trasladar productos, entregar los correos a tiempo y asegurar el recorrido de los individuos. Este transporte sobresalía por sus bajas tarifas y por expandir el comercio.
El rol de este sector era acelerar la conversión de las heredades tradicionales en fincas operativas, por eso se trazaban rutas y construían trenes cerca de las tierras labradas. Además, apoyó la progresión del sistema bancario y la industria textil.
Este medio tuvo gran relevancia porque no solo conectó las distintas zonas centroamericanas, sino que comunicó a México con Estados Unidos y Canadá.
Minería
En 1887 fue decretada la Ley de Zona. Este estatuto permitía que el gobierno y los empresarios aumentaran la extracción de minerales. A partir de ese instante se amplificó la importación de tecnología para manipular los yacimientos.
El objetivo era encontrar oro, perlas y plata; de igual modo se produjo metales no ferrosos como plomo, cobre, zinc y mercurio. Una vez hallado el petróleo, los agentes estadounidenses lo procesaron para crear combustible.
Tales avances ocasionaron que se extendiera el mercado y que se modificara la estructura paisajista de México debido al proceso de explotación.
Referencias
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