Historia

Porfiriato: origen, características, etapas, consecuencias


El porfiriato es el nombre del periodo histórico en México durante el que gobernó Porfirio Díaz. Comprende entre el 28 de noviembre de 1876 hasta el 25 de mayo de 1911. Dentro de esta etapa hubo cuatro años, de 1880 a 1884, en los que el presidente fue Manuel González, aunque los historiadores coinciden en que era Díaz quien manejaba el gobierno.

El protagonista indiscutible de toda esta etapa de la historia de México fue Porfirio Díaz, un militar y político que consiguió alcanzar el poder tras levantarse en armas contra el gobierno de Lerdo de Tejada. A pesar de que antes de conseguir el poder abogó por el no reeleccionismo, después consiguió perpetuarse en el poder.

Porfiriato

De hecho, su salida del poder no fue voluntaria, sino el resultado de un levantamiento liderado por Francisco I. Madero, considerado el inicio de la Revolución mexicana. Todos los expertos señalan los claroscuros de su gestión.

En lo positivo, la recuperación económica del país, la industrialización y la modernización de las infraestructuras. En lo negativo, que esta mejora solo llegó a una minoría de la población, la corrupción, el autoritarismo y la represión política que provocó varias matanzas.

Índice del artículo

Origen del porfiriato

¿Quién era Porfirio Díaz?

No se puede comprender el porfiriato sin conocer a hombre que lo hizo posible. Porfirio Díaz nació en Oaxaca de Juárez el 1830 y, antes de ocupar la presidencia, destacó por su labor militar.

Su participación en la Segunda Intervención Francesa, especialmente con la creación de guerrillas que combatieron a los europeos en el estado de Oaxaca, lo hicieron muy conocido en su país. Igualmente, fue uno de los protagonistas de la recuperación de Ciudad de México por parte del ejército republicano.

Sin embargo, el prestigio ganado no le sirvió para ganar las elecciones presidenciales a las que se presentó antes de tomar el poder. Estas derrotas le hicieron levantarse dos veces en armas contra los gobiernos elegidos.

Elecciones de 1867

La caída del emperador Maximiliano hizo que México recuperara su soberanía completa, sin interferencias del exterior. Benito Juárez ostentó la presidencia tras la derrota imperial.

Las siguientes elecciones fueron convocadas en 1867. Porfirio Díaz decidió presentarse contra Juárez. En ese momento Díaz era contrario a la reelección presidencial. Sin embargo, Juárez venció por amplia mayoría. La derrota afectó al militar, que dejó por un tiempo la vida política.

Plan de La Noria

Cuando llegó el momento de las elecciones de 1871, Díaz decidió volver a presentarse. De nuevo, Benito Juárez fue su rival y a este dúo se le unió un nuevo oponente: Sebastián Lerdo de Tejada. El resultado volvió a ser favorable a Juárez, quedando Díaz en segunda posición.

Sin embargo, en esta ocasión Porfirio no aceptó los resultados y comenzó a reclutar partidarios, especialmente entre los hacendados de su estado natal. El 8 de noviembre de ese mismo año proclamó el llamado Plan de La Noria, con el que instó a los militares mexicanos a derrocar a Juárez.

En un principio el avance de los rebeldes fue muy rápido, pero después empezaron las derrotas.

Elecciones extraordinarias

Cuando la derrota de Díaz parecía inevitable, se produjo la muerte de Benito Juárez. Lerdo de Tejada asumió la presidencia de manera provisional y Porfirio dejó las armas al no tener ya mucho sentido continuar la lucha.

De esta forma, se convocaron unas nuevas elecciones en octubre de 1872. Díaz y Lerdo se enfrentaron ante las urnas, resultando este último ganador.

La Revolución de Tuxtepec

La historia volvió a repetirse en parte en las elecciones de 1876. Lerdo de Tejada anunció su candidatura, al igual que Porfirio Díaz. Al mismo tiempo, los partidarios de Díaz —todavía contrario a la reelección— comenzaron a manifestarse contra Lerdo, siendo violentamente reprimidos.

La actuación de las fuerzas gubernamentales hizo que Díaz volviera a levantarse en armas en enero de 1876. Muchos militares y la Iglesia católica apoyaron esta vez la llamada Revolución de Tuxtepec.

Después de casi un año de guerra civil, el bando porfirista entró en la capital mexicana en noviembre. El 21 de ese mes se erigió como presidente interino. El 5 de mayo de año siguiente, y después de haber ganado por fin unas elecciones, Porfirio Díaz se convirtió en presidente de México.

Historia del porfiriato

Primer mandato presidencial (1877- 1880)

Durante este primer periodo de Porfirio Díaz en la presidencia el político se esforzó en pacificar el país; su lema fue “orden, paz y justicia”. Para conseguir este objetivo logró que el Congreso le diera poderes extraordinarios y usó al ejército para acabar con los caciques.

De igual forma sustituyó a numerosos jefes militares por otros de su confianza, para acabar con posibles rebeliones. En tan solo un año, las medidas tuvieron efecto y el país quedó pacificado.

Presidencia de Manuel González (1880 – 1884)

Aunque en la legislatura que duró desde 1880 a 1884 el presidente del país fue Manuel González, lo cierto es que era Díaz quien siguió dirigiendo al gobierno.

González fue un militar que había participado junto a Díaz en el levantamiento contra Lerdo de Tejada. En 1879 fue declarado candidato para las elecciones y al año siguiente prometió el cargo.

Lo más destacado durante su mandato fue la gran inversión en infraestructuras destinadas a modernizar el país. Así, el gobierno promovió la implantación del ferrocarril, al igual que el telégrafo. En el ámbito económico destaca la creación de dos grandes bancos, que posteriormente se fusionaron formando el Banco Nacional de México.

Frente a estos aspectos, González tuvo que lidiar con continuas acusaciones de corrupción y casi llegó a estallar una revolución en su contra. Díaz intervino y salvó la situación.

25 años de porfiriato (1884 -1911)

Díaz recuperó la presidencia tras el intervalo de González. Fue en 1884 y ya no abandonaría el puesto hasta 1911.

Al principio, las noticias económicas dieron muchas alegrías al gobierno y ayudaron a mantener la paz y la estabilidad. Las infraestructuras continuaron creciendo y se impulsó la minería y la producción agropecuaria.

Sin embargo, al mismo tiempo el descontento iba creciendo. El autoritarismo de Díaz y la desigualdad en el reparto de las riquezas creadas puso a buena parte de la población en su contra. La actuación del ejército en las huelgas de Cananea y Río Blanco expandió el descontento.

A esto hay que unirle los efectos de la crisis económica internacional surgida en 1907, que también afectó a México. Esta recesión provocó que el descontento aumentara aún más. Así, en 1910 estalla la Revolución mexicana y, tras vencer a los partidarios de Díaz, se da por finalizado el porfiriato.

Etapas

La mayoría de los historiadores dividen el largo periodo de la presidencia de Porfirio Díaz (incluida la legislatura de González) en tres etapas:

Primera etapa

Esta primera etapa va desde su primera elección hasta la década de los 80. Se trató de una fase en la que Díaz intentó estabilizar el país y consolidar su gobierno. Formó un equipo de confianza a su alrededor y puso el orden y el progreso como objetivo nacional.

Ese objetivo no estuvo exento de polémica, ya que el porfiriato no dudó en recurrir a la violencia y a la represión contra todos sus opositores (incluida la prensa) para conseguirlo.

Segunda etapa

Esta etapa alcanzó hasta los primeros años del siglo XX. La economía fue la principal baza del gobierno. Fomentó la modernización de la minería, de la agricultura y del comercio. Empezaron a llegar inversiones millonaria desde el exterior, aunque fuera a costa de que, por ejemplo, las compañías mineras fueran propiedad de estadounidenses.

La construcción del ferrocarril y de muchas líneas telefónicas y telegráficas cambiaron las comunicaciones a nivel nacional.

Por otra parte, durante este periodo se acrecentó el autoritarismo de Díaz. Opositores, prensa y líderes obreros fueron arrestados. Los episodios más extremos de represión se dieron contra los yaquis y contra los huelguistas de Cananea y Río Blanco.

Tercera etapa

Aunque cada vez quedaba menos oposición política y prensa libre, el descontento social no paraba de crecer. Además, el crecimiento económico se ralentizó, lo que afectó a muchas capas de la sociedad.

Características principales del Porfiriato

Artes

Durante el mandato de Porfirio Díaz existió un auge en las diversas áreas de expresión artística, y en general, estas se pueden dividir en dos períodos dentro del porfiriato.

Durante el primer período, de 1876 a 1888, la inclinación fue hacia el nacionalismo; y más tarde, de 1888 a 1911, la tendencia fue una preferencia hacia Francia y su cultura.

La literatura fue el arte, y campo cultural, con mayores avances durante el porfiriato. El escritor Ignacio Manuel Altamirano y Costilla creó grupos de estudio para la historia de México, los idiomas de México, y a su vez impulsó el estudio de la cultura universal.

Posteriormente, los escritores mexicanos “abandonaron” el orgullo nacionalista y recibieron la influencia de la literatura francesa con el modernismo.

Fueron influenciados por el poeta nicaragüense Rubén Darío, quien proponía libertad artística bajo el cumplimiento de ciertas reglas. De esta forma, los autores se inclinaron hacia el sentimentalismo.

En las artes visuales de la época, destacó el pintor José María Velasco, quién dedicó la mayoría de su labor como pintor al paisajismo, retratando el Valle de México, haciendas, volcanes y personajes de la sociedad mexicana. Además, otra parte de su trabajo la dedicó a retratar escenas provinciales de Oaxaca.

En cuanto al teatro, una forma de teatro popular, de género nacionalista muy popular fue el teatro chico mexicano. Sin embargo, este género tiene su origen en factores económicos y sociales, la nueva comercialización del teatro y su masificación, que llevaron a diferenciar dos géneros: el género chico español y el teatro popular mexicano.

La mayoría de las actividades teatrales del país se desarrollaban en dos espacios socio-culturales principales. Uno de ellos fue el dominante, perteneciente al denominado teatro culto, destinado a las clases medias y altas. Pero a su vez, surgía una cultura popular que realizaba actividades escénicas, como forma de entretenimiento para la clase trabajadora.

Educación

En el porfiriato imperaba en México la filosofía positivista. De esta manera, se dio gran importancia al estudio de la historia.

El gobierno de Porfirio Díaz necesitaba lograr la unión nacional, debido a que aún existían grupos conservadores. Así, el Ministerio de Instrucción Pública usó la historia patria para lograr este fin, dándole gran importancia a la Segunda Intervención Francesa.

Se inauguró en 1887 la exhibición de monolitos prehispánicos en el museo nacional. Además, en 1901, el secretario de instrucción pública Justo Sierra creó en el museo los departamentos de etnografía y arqueología.

En el año 1904 se presentó la Escuela Mexicana de Arqueología, Historia y Etnografía, que presentó muestras de la cultura prehispánica al mundo.

Para el año 1891, se promulgó la Ley Reglamentaria de Educación, que establecía la educación como laica, gratuita y obligatoria. A su vez, para controlar que los padres y tutores cumplieran la obligación de llevar a los nilos a la escuela, se establecieron los Comités de Vigilancia.

El 26 de mayo de 1900 fue promulgada la ley que proclamaba la creación de la Universidad Nacional de México (Actualmente UNAM), iniciativa presentada por Justo Sierra. De esta forma, las escuelas de Medicina, Ingeniería y Jurisprudencia, que había funcionado por separado durante más de 40 años se reunían, junto con la Escuela Nacional Preparatoria, en una sola institución.

La Iglesia católica

Durante la Guerra de los Tres Años (1858-1861) en México, se expidieron un conjunto de leyes, conocidas como las leyes de reforma, cuyo objetivo fue separar a la iglesia del gobierno.

No obstante, la Iglesia católica recuperó gran parte del poder perdido con estas leyes. Porfirio Díaz se declaraba católico, aunque ya existía un auge del protestantismo.

Bajo el mandato de Porfirio Díaz, la Iglesia católica pudo seguir obteniendo diezmos. Esta práctica afectó a los pequeños propietarios, debido a que la iglesia recibía semillas como diezmo de indígenas y los mismos pequeños propietarios.

De esta forma, la iglesia podía vender a precios bajos las semillas, prefiriendo los compradores sus precios a los de los productores.

Economía

Cuando Porfirio Díaz llegó al poder, heredó deudas considerables, nacionales y con el extranjero, además de una hacienda pública en quiebra. Por ello, los ministros de hacienda realizaron acciones para el arreglo de las finanzas, entre las cuales se encuentran: creación de nuevos impuestos que no obstaculizan el comercio, mayor control de ingresos o reducción del gasto público, entre otras.

La administración de los recursos del país se hacía con participación pública y privada. En 1882 surgió el Banco Nacional de México, como resultado de la unión del Banco Mercantil Mexicano y el Banco Nacional Mexicano.

En este banco se recaudaban impuestos, se encargaban de la Tesorería General y otorgaba préstamos al gobierno. El objetivo era que México ingresase a la economía internacional como exportador de productos agrícolas o minerales.

De esta forma, México se convirtió en un exportador importante de materias primas y se produjo en el país la primera Revolución industrial.

Actividad marítima y portuaria

Entre los años 1884 y 1889, la marina se encontraba en un estado “deplorable”. Para el año 1897 se inauguró la Escuela Naval Militar, la cual preparaba oficiales para la marina de guerra. De la misma forma, se crearon las compañías Transatlántica Mexicana, la Mexicana de Navegación y la Naviera del Pacífico.

Debido al aumento del tráfico marítimo, que se hacía insuficiente para los puertos, se acondicionaron otros como los de Veracruz, Manzanillo, Tampico, entre otros. Durante el gobierno de Díaz, la labor en el sector marítimo y portuario se hizo de manera continua.

Se inició la creación de diversos faros en las costas mexicanas, se estudió la mejor localización para el puerto de Campeche, y se crearon mejoras en el puerto de Manzanillo.

Sociedad durante el porfiriato

La principal característica de la sociedad mexicana durante el porfiriato fue la profunda desigualdad que había en su seno. La estabilidad económica fue lograda, pero a costa de dejar a buena parte de la población atrás y de la supresión de la libertad.

Por una parte, Ciudad de México se consolidó como el centro cultural y político del país. Grandes obras arquitectónica empezaron a aparecer y la alta sociedad disfrutaba de la cultura.

En contraparte, los trabajadores nunca notaron la mejora económica. La explotación laboral era la norma, ya fuera en las fábricas o en las haciendas; lo que ganaban casi no bastaba para sobrevivir.  Un cálculo aproximado cifra en 860 mil obreros solo en el ámbito industrial y minero.

Por último, los pueblos indígenas también vieron disminuidos sus derechos. Parte de sus tierras les fueron arrebatadas y fueron vendidas a capitales extranjeros.

Gobierno de Porfirio Díaz

El largo gobierno de Porfirio Díaz afectó a todos los ámbitos sociales, económicos y políticos. Desde la educación hasta las relaciones con la Iglesia se vieron afectadas por las características propias del porfiriato.

Economía

La mejora económica en los primeros años del porfiriato fueron evidentes. El país llegó a conseguir superávit y a saldar la deuda con los Estados Unidos. Igualmente, se procedió a una industrialización que dejó en segundo plano a la agricultura.

El precio a pagar fue la desigualdad social y la pérdida de derechos laborales. Los trabajadores de las haciendas o de la industria minera tenían sueldos muy bajos, así como largas jornadas interminables. Además, parte de las nuevas industrias y de las tierras pasaron a manos extranjeras.

Represión y autoritarismo

La represión violenta fue ampliamente utilizada, primero con la excusa de pacificar el país y, después, para proteger el sistema económico creado por el porfiriato frente a las protestas de los trabajadores.

Por otra parte, una de las características más pronunciadas de este periodo fue el marcado autoritarismo y personalismo con el que Díaz llevó a cabo las tareas de gobierno.

Iglesia

Los anteriores gobiernos habían eliminado muchos de los privilegios históricos de la Iglesia católica. Con Porfirio Díaz esta institución recuperó parte de ese poder.

Uno de los aspectos más importantes fue la posibilidad de obtener diezmos. Los pequeños propietarios fueron los más afectados por ese pago obligatorio a la Iglesia.

Educación y cultura

La educación y la cultura también vivieron cambios, empezando por la filosofía que las sustentaban.

Estos campos se inspiraron en el positivismo, muy en boga en la época. La historia y su reflejo se convirtieron en una parte fundamental en los dos terrenos.

Crisis

A principios del siglo XX el porfiriato comenzó a dar muestras de agotamiento. El clima social, así como la ralentización de la economía, hicieron que cada vez hubiera más descontentos.

El presidente pareció dar muestras de aceptar unas elecciones democráticas. Así, en una célebre entrevista con el periodista estadounidense James Creelman concedida en 1908, afirmó que para las elecciones de 1910 era posible que se permitiera participar a algún partido de la oposición.

Estas palabras animaron a los contrarios al régimen y comenzaron a aparecer movimientos políticos para constituirse en partidos.

Francisco I. Madero

Entre los opositores destacó Francisco Ignacio Madero, quien se puso al frente del movimiento antiporfiriato. Presentó su candidatura a principios de 1910 y su campaña electoral fue un auténtico éxito.

Sin embargo, las palabras de Díaz no fueron más que un espejismo. Cuando el gobierno se dio cuenta de que Madero podía ser un rival muy difícil, empezó a arrestar a sus partidarios y, finalmente, al propio candidato.

Elecciones

Con esta situación, Porfirio vence en las votaciones. Madero tiene que exiliarse a los Estados Unidos, desde donde lanza el Plan de San Luis.

En su proclama desconoce a Díaz como presidente y anima a los mexicanos a levantarse contra él. La fecha elegida para el inicio de la revuelta fue el 20 de noviembre.

Fin del porfiriato

Las fuerzas de seguridad del gobierno reaccionan al plan arrestando o asesinando a algunos de sus líderes, como Aquiles Serdán. Sin embargo, el levantamiento fue casi general, logrando grandes avances en pocos meses.

En abril de 2011 casi todos los estados tenían grupos revolucionarios activos. La batalla de Ciudad Juárez, con victoria de los opositores, hace que Díaz comience a plantearse su renuncia. De hecho, a finales de mayo dimitió su gobierno en pleno.

Por fin, el 25 de mayo, con más de 1000 personas manifestándose, la Cámara de Representantes aprobó la renuncia del presidente, que acabó teniéndose que exiliar. El porfiriato había terminado y comenzaba la Revolución mexicana.

Consecuencias del porfiriato

Estabilidad política

El porfiriato impuso de manera autoritaria el orden y la paz. Convencido de que la actividad política era un obstáculo para el progreso, Díaz la redujo al mínimo. Implementó la política “pan o palo”, ofreciendo a sus oponentes cargos en la administración pública.

Modernización

El porfiriato se propuso como objetivo la construcción de ferrocarriles. Así, utilizando fondos de inversión extranjera, se construyeron unos 24.000 km de vía férrea.

Además, el suministro de electricidad a las ciudades, la creación de complejos industriales, la rehabilitación de instalaciones portuarias y el desarrollo de la minería de metales industriales abrieron las puertas a la modernización del país.

Crecimiento económico

La solidez de las finanzas mexicanas, el establecimiento de una moneda estable y la tranquilidad política y social atrajeron la inversión extranjera. Así, los fondos europeos y estadounidenses permitieron la construcción de la infraestructura requerida.

Distribución desigual de la riqueza

A pesar del éxito económico de México durante el Porfiriato, sus consecuencias sociales fueron negativas. El ingreso real per cápita era muy bajo y los niveles de desempleo aumentaron debido a la mecanización. El capital estaba concentrado en pocas manos, especialmente inversores locales y extranjeros. 

Referencias

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  4. Department of History, College of Arts. The Porfiriato: The stability and growth Mexico needed. Obtenido de journal.lib.uoguelph.ca
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