Cadena alimenticia terrestre: eslabones y ejemplo
La cadena alimenticia terrestre es el proceso de transferencia de nutrientes y de energía que ocurre entre las diferentes especies que habitan en un ecosistema terrestre. En esta cada eslabón se alimenta del que lo precede y a su vez es alimento del siguiente.
La secuencia de los enlaces se inicia con los organismos productores, que tienen la capacidad de crear compuestos orgánicos a partir de otros inorgánicos. Luego se encuentra el grupo de los consumidores, quienes obtienen su energía de elementos orgánicos.
Los organismos descomponedores cumplen la función de cerrar el ciclo. Así, la materia es devuelta al medio ambiente.
En la cadena alimenticia terrestre, si uno de los eslabones desaparece, los subsiguientes se quedarían sin alimento. Además, las especies que están en el nivel inmediato anterior, del nivel trófico desparecido, experimentan una superpoblación. Esto es debido a que los depredadores que las consumen ya no están presentes en el ecosistema.
En cada nivel trófico existe una energía acumulada, que es transferida al siguiente eslabón. No obstante, aproximadamente un 10% de esta se pierde en el paso de cada nivel. Así, desde el punto de vista energético, es menos eficiente un organismo consumidor de tercer orden que uno primario.
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La cadena alimentaria terrestre está estructurada en eslabones, donde cada uno obtiene su energía del nivel inmediato anterior. En el caso de los organismos productores, su fuente energética proviene de la luz solar o de reacciones químicas.
Este grupo constituye la base de la cadena trófica y está formado por organismos autótrofos. Estos tienen la capacidad de elaborar su propia materia orgánica, como lípidos, carbohidratos y proteínas, partiendo de nutrientes inorgánicos que toma del aire o del suelo.
Para la realización de dicho proceso, estos seres vivos emplean como fuente energética los rayos solares o las reacciones químicas de algunos minerales. De manera general, los productores pueden clasificarse en fotótrofos y quimiótrofos:
Fotótrofos
Dentro de esta agrupación se encuentran las plantas y algunas algas verdes. Estas tienen estructuras especializadas, los cloroplastos, donde ocurre el proceso de la fotosíntesis. Dichos orgánulos, que se encuentran a nivel celular, están rodeados de membranas.
En la parte interna de esta estructura existen diversos organelos, como los ribosomas, además de lípidos y gránulos de almidón. También, cuentan con los tilacoides, que son unos sacos en cuyas membranas están localizados los pigmentos fotosintéticos. Algunos de estos son la clorofila y los carotenoides.
Fases de la fotosíntesis
El proceso fotosintético ocurre en dos fases, la luminosa y la oscura. En la etapa luminosa intervienen el anhídrido carbónico, que es tomado del ambiente a través de los estomas, y las moléculas de agua. Sobre estos compuestos actúa la energía lumínica, absorbida por la clorofila.
Esta excita los electrones externos del cloroplasto, que transmite a su vez la excitación a las moléculas adyacentes. Así se produce una especie de corriente eléctrica, que se emplea en la síntesis del ATP y del NADPH.
Ambos compuestos son necesarios en la siguiente etapa, la fase oscura. En esta, la energía, en forma de ATP y NADPH, se utiliza para sintetizar azúcares. Estos serán la base para la producción de almidón y de sacarosa. Otro subproducto importante de este proceso en el oxígeno, que se libera a la atmósfera.
Quimiótrofos
Este grupo de organismos sintetizan sus alimentos a través de la oxidorreducción, donde un compuesto inorgánico, como el azufre, es reducido. De este proceso se obtiene la energía que se emplea en la respiración, entre otros procesos metabólicos.
Algunos representantes de este tipo de productores primarios son las bacterias de nitrógeno y las bacterias incoloras del azufre.
Los seres vivos heterótrofos conforman el grupo de los consumidores. Estos no están capacitados para producir su propio alimento, por lo que necesitan obtener la energía del consumo de materia orgánica de otros seres vivos.
Consumidores primarios
Estos se alimentan fundamentalmente de los organismos productores. Así, los herbívoros, como también son conocidos, pueden consumir diferentes partes de las plantas, como las flores, frutos, tallo, hojas, raíces o las semillas.
Además, existe un grupo de animales, entre los que se encuentran las abejas, que se nutren de sustancias elaboradas por las especies vegetales, como el néctar de las flores. Algunos ejemplos de este eslabón alimentario es el conejo, la liebre, el oso panda, el venado, la vaca y las ovejas.
Consumidores secundarios
Los consumidores de segundo orden son aquellos animales que se nutren de los herbívoros o consumidores primarios. A este grupo pertenecen los carnívoros, cuyos cuerpos están anatómicamente y fisiológicamente adaptados para una dieta a base de carne.
Algunos consumidores secundarios son el zorro, el lobo, el tigre, la hiena, el puma, la comadreja, el gato montés y el lince.
Consumidores terciarios
Este eslabón de la cadena alimentaria está integrado por los animales que, de manera habitual, incluyen en su dieta a las especies consumidoras de segundo orden. Las aves de rapiña, como el águila o el buitre, son ejemplos de este grupo trófico.
Algunos expertos consideran a los organismos descomponedores como un nivel alimenticio, mientras que otros los ubican dentro de grupo de los consumidores. En cualquiera de los casos, estos son los encargados de degradar los desechos orgánicos y transformarlos en sustancias asimilables por las plantas.
El flujo energético a través de la cadena alimenticia ocurre de manera ascendente y lineal. Sin embargo, en el paso de un nivel a otro se producen pérdidas. Así, un consumidor cuaternario recibe menos energía que uno terciario.
En el momento que la energía ingresa a un nivel trófico, gran parte se almacena como biomasa, formado así parte del cuerpo del organismo. Dicha energía está disponible para el siguiente nivel trófico, puesto que será consumida por los organismos que lo integran.
De manera general, la energía almacenada no se transmite íntegramente al siguiente eslabón. Esta transferencia parcial restringe la longitud de las cadenas alimentarias terrestres. Así, después del tercer nivel trófico, la energía que fluye es relativamente poca, lo que impide el efectivo mantenimiento de las poblaciones.
Causas
Una de las razones que explica esta ineficiencia en la transmisión energética es la pérdida de calor. Esto ocurre principalmente en la respiración y en otros procesos de metabolización de la materia orgánica.
Además, una buena parte de los organismos que conforman un eslabón no son devorados por los depredadores del siguiente nivel. Estos pueden morir sin haber sido consumidos. Sin embargo, la materia muerta es alimento para los descomponedores, por lo que esa energía no se pierde.
Así mismo, pocas veces los consumidores ingieren todo el alimento que han cazado. Esto ocasiona la pérdida de una buena parte de la masa orgánica y por ende de energía.
En los diferentes ecosistemas terrestres existe una amplia diversidad de cadenas alimentarias. Una de estas se inicia con la planta anual perteneciente a la familia Brassicaceae, la rúcula silvestre (Eruca vesicaria).
Este productor primario es consumido por el conejo común (Oryctolagus cuniculus), que devora sus suculentas hojas, constituyendo así un consumidor primario.
Este animal herbívoro forma parte de la dieta del zorro rojo (Vulpes vulpes), que, dentro de la cadena alimentaria terrestre, está ubicado en el nivel de consumidor secundario. En cuanto al último eslabón trófico, está el halcón, integrante de la familia Falconidae. Esta ave rapaz persigue y caza al zorro, para consumir su carne.
Cuando algunos de estos seres vivos mueren, actúan los organismos descomponedores, como las bacterias y los hongos. Así, estos degradan los cadáveres y los productos de las excreciones, y los transforman en elementos asimilables por las plantas.
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