Historia

Revolución neolítica: origen, características, agricultura, ganadería


La revolución neolítica es un término creado por el antropólogo y filólogo australiano Vere Gordon Childe en 1941 para designar a las transformaciones que tuvieron lugar durante el Neolítico. En esa etapa de la prehistoria, el ser humano pasó de ser nómada a sedentario y empezó a practicar la agricultura y la ganadería.

Este proceso de cambio comenzó hace unos 9000 años. Una de las hipótesis para explicar estas transformaciones afirmar que los seres humanos se vieron obligados a cambiar su forma de vida por el final de la Era Glacial y la consiguiente moderación de las temperaturas.

Esta revolución no se produjo al mismo tiempo en todo el planeta. Su inició tuvo lugar en el llamado Creciente fértil, una zona que incluye parte del valle del Nilo, Mesopotamia, el Levante mediterráneo y áreas de la actual Turquía.

Aparte de la introducción de la agricultura y la ganadería, esta etapa también se caracterizó por una nueva forma de trabajar la piedra, además de aprender a hacerlos más pequeños. Esto ayudó a mejorar los utensilios que destinaban a las labores agrícolas y las armas. Algunos de los inventos que aparecieron fueron la rueda, las hoces o el molino de vaivén.

Índice del artículo

Origen

El Neolítico fue el periodo de la prehistoria que comenzó tras el Mesolítico. Este cambio de fase histórica no tuvo lugar al mismo tiempo en todo el planeta, por lo que existen bastantes diferencias cronológicas según la zona del mundo.

Según los hallazgos arqueológicos, la primera zona en la que se inició la revolución neolítica fue el Próximo Oriente, hace unos 9000 a. C.

El estudio de esos yacimientos arqueológicos a partir del siglo XX permitieron que aparecieran teorías sobre el origen de la humanidad. Entre los antropólogos que desarrollaron hipótesis se encontraba Gordon Childe, que creó el término revolución neolítica y aportó sus propias ideas sobre las causas de esas transformaciones.

Hipótesis del oasis

Como se ha señalado, el australiano Gordon Childe aportó su propia teoría sobre el comienzo de la revolución neolítica. Aunque existen otras hipótesis, la del oasis se convirtió en una de las más seguidas.

Según este antropólogo, los seres humanos del final del Pleistoceno tuvieron que establecerse en las zonas más fértiles y con abundancia de agua. El motivo fue el final de la Era Glacial, que provocó un aumento de las temperaturas.

En esos lugares, denominados “oasis”, proliferaron diversas especies animales y vegetales. El ser humano aprovechó esa presencia para domesticarlas y aprender a reproducirlas en su provecho. Esto favoreció el sedentarismo y fue el inició de una forma de vida agrícola y ganadera.

La teoría de Gordon Childe afirma que la neolitización se extendió por otras zonas desde el Creciente fértil. De esta forma, los avances llegaron primero al Mediterráneo y a Europa.

En cambio, autores como Braidwood niegan que ese cambio climático fuera la causa de la revolución neolítica. Este científico, que también rechaza la idea de que comenzara en Mesopotamia, afirma que la transformación se debió al avance natural de la humanidad.

Teoría de las áreas nucleares

El mencionado Robert J. Braidwood aportó otra teoría sobre el inicio de la revolución neolítica. Según este autor, en el Próximo Oriente aparecieron áreas nucleares en las que se encontraban las especies vegetales y animales en estado salvaje. Los seres humanos comenzaron a residir en esas zonas y, con el paso de los siglos, aprendieron a domesticarlas.

Teoría de la presión demográfica

Expertos como Ester Boserup pensaban que los cambios surgidos en el Neolítico fueron causados por la creciente presión demográfica.

Durante el Mesolítico se produjo un importante aumento de población, lo que provocó la aparición de las áreas nucleares defendidas por Braidwood.

Características de la revolución neolítica

El Neolítico fue la tercera y última etapa de la Edad de Piedra, tras el Paleolítico y el Mesolítico. Esta periodización está basada en la manera con la que se tallaba el principal material que el ser humano utilizaba para construir sus herramientas: la piedra.

El término neolítico significa “piedra nueva”, ya que fue entonces cuando el ser humano empezó a pulir ese material.

Cambio climático

El clima en el Paleolítico había estado marcado por una serie de glaciaciones que habían obligado a los grupos humanos a resguardarse en las cuevas. Hace unos 10000 años, el clima comenzó a cambiar y las temperaturas se hicieron más calidad.

Esta mejora climática provocó que los seres humanos fueran cambiando su estilo de vida. Sin el frío extremo anterior, pudieron comenzar a practicar la agricultura y la ganadería y fueron abandonando el nomadismo para instalarse en asentamientos estables.

Sedentarismo e inicio de la agricultura

El ser humano, gracias al desarrollo de la agricultura, comenzó a poder obtener alimentos sin depender tan solo de los que cazaba y recolectaba. Por ese motivo, ya no necesitaba trasladarse continuamente en busca de mejores presas y comenzó a instalarse en sitios estables.

Estos primeros asentamientos constaban simplemente con unas pocas chozas, pero con el tiempo fueron convirtiéndose en aldeas y pueblos.

El descubrimiento de la agricultura y el abandono del nomadismo fueron dos hechos directamente relacionados. A partir del momento en que el ser humano podía obtener alimentos sin depender solo de la caza, dejó de ser necesario trasladarse para buscar nuevas presas.

Viviendas

Una de las consecuencias del incipiente sedentarismo fue la mejora de la calidad de las viviendas. Así, los seres humanos empezaron a usar nuevos materiales, como el adobe.

Los asentamientos se ubicaban en las cercanías de fuentes de agua, donde el suelo solía ser más fértil. Poco a poco, empezaron a crecer en tamaño.

Esta evolución se aceleró cuando la agricultura permitió obtener excedentes y los seres humanos debieron levantar edificios para almacenarlos. Por otra parte, el aumento de complejidad de esas sociedades provocó que se construyeran edificios dedicados a la administración.

División del trabajo

El aumento de la población y la mayor dedicación a tareas como la agricultura, la ganadería, la textilería o la alfarería fueron algunos de los factores que provocaron la aparición de la división del trabajo.

La sociedad empezó a dividirse entre los que trabajaban la tierra, los que cosechaban las cosechas, los que pulían las piedras o los que utilizaban los telares, entre otros oficios. Con los excedentes, además, comenzaron a intercambiarse bienes mediante el trueque, el primer tipo de comercio.

Todos estos factores también fueron el origen de la propiedad privada y, con el tiempo, de la diferenciación de clases.

Religión animista

La religión también se vio afectada por la aparición de la agricultura. A partir de ese momento, los seres humanos mantuvieron una relación especial con la tierra que les daba alimentos. Por ese motivo, se adoraba a la diosa-madre que representaba la fertilidad.

Agricultura

El gran cambio que surgió en el Neolítico fue la aparición de la agricultura. Por primera vez, el ser humano no dependía de lo que diera la naturaleza, sino que era capaz de generar sus alimentos.

Los cereales, sobre todo el centeno, el trigo y la cebada, cobraron una especial relevancia. Sin embargo, los expertos afirman que los primeros vegetales en ser cultivados fueron las legumbres y algunos árboles frutales en Asia.

Domesticación

La introducción de la agricultura no se produjo al mismo tiempo en todas las zonas, sino que fue un lento proceso con grandes diferencias cronológicos. Así, durante mucho tiempo convivieron sociedades agrícolas y sedentarias con otras que mantenían el modo de vida del Paleolítico.

Algunos restos encontrados permiten afirmar que los primeros cereales se cultivaron en el IX milenio a. C., en la zona de Levante del Creciente fértil, práctica que fue extendiéndose por otros lugares.

Ganadería

Con la excepción del perro, que fue domesticado bastante antes, los seres humanos comenzaron a practicar la ganadería al mismo tiempo que la agricultura. Fue en ese periodo cuando se domesticaron especies ovinas, caprinas y bovinas, también en el Creciente fértil.

Otro animal cuya domesticación supuso un gran cambio para el ser humano fue el caballo. Los primeros que los utilizaron fueron los habitantes de Asia Central, mientras que en otras zonas optaron por camellos, dromedarios, alpacas y llamas.

Selección de los ejemplares domesticados

Los humanos cazadores del Mesolítico comenzaron a elegir sus presas en función de la edad y el sexto de los animales. A esto se unió la costumbre de guardar a manadas de bóvidos en recintos cerrados. Con estas dos acciones pretendían tener una reserva de carne a su disposición para no tener que cazar continuamente.

Los hallazgos arqueológicos demuestran que la cabra fue el primer animal domesticado para alimentación. Los mismos restos muestran que esos animales eran de menor tamaño que sus parientes salvajes.

Los investigadores señalan que desde el comienzo de la ganadería, los pastores empezaron a seleccionar a los ejemplares más dóciles y pequeños, con lo que se fue modificando la genética de los animales. Los mismo ocurrió con el resto de los animales y vegetales domesticados.

Herramientas utilizadas

La industria lítica, aquella que utilizaba la piedra como principal materia prima, alcanzó su máximo esplendor en el Neolítico. Tras este periodo comenzó la Edad del Cobre y los metales empezaron a sustituir a la piedra para la fabricación de herramientas.

En el Neolítico, como indica su nombre (piedra nueva), se empezó a usar un nuevo método para trabajar la piedra. Hasta ese momento se utilizaba la percusión, sistema que fue sustituido por el pulido. Esto permitió que los filos de las armas fueran más cortantes y los utensilios más resistentes.

Otro de los cambios en la elaboración de herramientas fue que el sílex, el tipo de piedra más utilizado hasta ese momento, fue reemplazado paulatinamente por otras rocas más duras.

Por último, los humanos aprendieron a fabricar utensilios más pequeñas, lo que permitió que fueran más fáciles de utilizar. Además, empezaron a producir de manera estandarizada para poder crear una cantidad de herramientas mayor.

Útiles de labranza

En los inicios del Neolítico, los humanos siguieron usando el sílex para fabricar puntas de flechas, raspadores o cuchillos. Cuando la agricultura comenzó a imponerse, los hombres de Neolítico tuvieron que ingeniar nuevas herramientas más resistentes.

Para conseguirlo incrustaban dientes de sílex en piezas de maderas o en los cuernos de animales. Un ejemplo muy importante fueron las primeras hoces y azadas destinadas al cultivo, que consistían en hachas que se unían a palos resistentes.

El uso de los cuernos y de los huesos permitió la fabricación de azagayas para la caza o arpones para la pesca, actividades que continuaron practicándose. Igualmente, también elaboraban utensilios como palas para cavar, agujas para coser o punzones para perforar.

Invención de la textilería

Los restos de vestimentas elaboradas con lino y lana han llevado a los expertos a afirmar que los animales domesticados no solo estaban destinados a la alimentación. Durante la revolución neolítica, además, se inventaron los telares para mejorar la textilería.

Nuevos inventos

Entre los inventos que aparecieron en la revolución neolítica destacó la rueda. Este elemento, cuya aparición está datada en el 3500 a. C. aproximadamente, comenzó a usarse para los trabajos agrícolas y para la alfarería. Solo más tarde se destinó a los transportes.

La agricultura, por otra parte, se vio favorecida por la invención del molino de vaivén. Este aparato, que servía para moler el grano, se convirtió en uno de los inventos más importantes de este periodo.

Referencias

  1. Altares, Guillermo. Esta sí fue una auténtica revolución. Obtenido de elpais.com
  2. Palanca, José. La revolución neolítica. Obtenido de lacrisisdelahistoria.com
  3. Íñigo Fernández, Luis Enrique. La revolución neolítica. Obtenido de anatomiadelahistoria.com
  4. History.com Editors. Neolithic Revolution. Obtenido de history.com
  5. Blakemore, Erin. What was the Neolithic Revolution?. Obtenido de nationalgeographic.com
  6. German, Senta. The Neolithic Revolution. Obtenido de khanacademy.org
  7. Violatti, Cristian. Neolithic Period. Obtenido de ancient.eu