Historia

Edad de Piedra: periodos, características, herramientas, armas


La Edad de Piedra, también denominada Etapa Lítica, fue el primer periodo en los que se ha dividido la Prehistoria para facilitar su estudio. Su característica principal fue el uso de herramientas elaboradas con piedras por parte de los primeros seres humanos. Otro aspecto destacable fue que los homínidos evolucionaron hasta aparecer el hombre moderno.

El concepto Edad de Piedra fue creado a finales del siglo XIX por Christian J. Thomsen, un historiador danés. Este estudioso fue el inventor del llamado Sistema de las Tres Edades, una división de la prehistoria humana basada en los avances tecnológicos. Esta división estableció tres etapas diferentes: la Edad de Piedra, la Edad de Bronce y la Edad de Hierro.

Por otra parte, la Edad de Piedra también está subdividida en tres periodos distintos. Estos son el Paleolítico (Piedra Antigua), el Mesolítico (Entre Piedras) y el Neolítico (Piedra Nueva).

El marco temporal más aceptado marca su comienzo hace 2,8 millones de años, cuando el ser humano fabricó su primera herramienta. El final se produjo en el 3000 a.C, cuando dio paso a la Edad de los Metales. Esta cronología, al estar basada en el uso de herramientas, presenta bastantes diferencias dependiendo de la parte del planeta.

Índice del artículo

Periodos

El acontecimiento que determinó el comienzo de la Edad de Piedra fue la elaboración de las primeras herramientas por parte del ser humano. La materia prima era, precisamente, la que da nombre al periodo: la piedra.

Se trata de una etapa muy extensa, aunque la fecha de su finalización depende mucho del desarrollo que los seres humanos hubieran alcanzado en cada zona del planeta. Así, cuando en Roma o Egipto ya habían pasado al siguiente periodo, la Edad de Bronce, en Gran Bretaña aún vivían inmersos en la Edad de Piedra.

En otras zonas, los seres humanos nunca comenzaron a trabajar los metales, por lo que, según la teoría, no abandonaron la Edad de Piedra hasta que no entraron en contacto con culturas más avanzadas en lo tecnológico.

El consenso actual señala que la Edad de Piedra comenzó hace unos 2,8 millones de años, en el continente africano, cuando el hombre creó los primeros utensilios. Este período está dividido entre el Paleolítico, el Mesolítico y el Neolítico, etapas que a su vez poseen sus propias subdivisiones temporales.

Al finalizar el Neolítico, el ser humano entró en la Edad de los Metales, más concretamente en la Edad del Bronce.

-Paleolítico

La primera fase en la que está dividida la Edad de Piedra se denomina Paleolítico (Piedra Antigua). Su inicio se sitúa hace aproximadamente 2.800.00 años, cuando el ser humano empezó a fabricar herramientas de piedra en África.

Para realizar estos utensilios, los diversos tipos de homínidos tallaban la piedra para intentar darle la forma que consideraban más adecuada para cada función.

El ser humano de esta época era cazador-recolector, aunque dada la gran extensión del periodo estas actividades pasaron por diversas etapas. Por otra parte, llevaban un estilo vida nómada, asentándose durante pequeños lapsos de tiempo en zonas cercanas a los ríos.

Uno de los acontecimientos más importantes de este periodo fue el descubrimiento del fuego, algo que afectó a la vida humana en todos los aspectos.

El Paleolítico se ha dividido en tres partes diferentes: el Inferior, el Medio y el Superior.

Etapas del Paleolítico

La primera etapa del Paleolítico ha sido bautizada como Paleolítico Inferior. Dentro de la división temporal, se trata del periodo más extenso, ya que duró hasta, aproximadamente, el 100.000 a.C.

El clima frío, en plena era glaciar, provocó que los primeros humanos debieran buscar refugio en cuevas para poder sobrevivir. La base de su alimentación era la recolección, aunque al final de esta etapa comenzó a cazar con más asiduidad.

Por otra parte, durante el Paleolítico Inferior el ser humano fue evolucionando. La aparición del Homo habilis acercó a los homínidos al hombre moderno, algo que se acentuó con el Homo erectus.

Este periodo dio paso al Paleolítico Medio. Esta etapa fue más corta y terminó sobre el 35000 a.C. El ser humano continuó con su evolución, tanto física como mental. Uno de los hitos en este aspecto fue la aparición del Hombre de Neardental, con una capacidad craneal similar a la del Homo sapiens.

La última etapa de este periodo fue el Paleolítico Superior, con una duración de unos 20000 años. Es entonces cuando apareció el Homo sapiens sapiens, cuya mayor inteligencia le permitió mejorar la fabricación de herramientas y de útiles para cazar y pescar.

-Mesolítico

Sobre el año 10000 a.C, el Paleolítico dio paso al siguiente periodo de la Edad de Piedra: el Mesolítico (Entre Piedras). Esta nueva etapa solo duraría 5000 años, pero el cambio climático que comenzó a producirse la convierte en muy importante para el desarrollo de la especie humana.

De esta forma, las glaciaciones que habían caracterizado el periodo anterior empiezan a remitir. El clima se va haciendo más estable y el ser humano puede comenzar a abandonar las cuevas para instalarse al aire libre, aunque sin abandonar el nomadismo.

Este cambio en el clima también provocó que la vegetación aumentara en buena parte del mundo y aparecieron nuevos alimentos vegetales que el ser humano pudo aprovechar.

Aunque muchos grandes animales se habían extinguido, el ser humano encontró más sencillo cazar a las presas más pequeñas. La mejora en la fabricación de las armas también ayudó en este sentido. Igualmente, las nuevas herramientas permitieron que la pesca fuera cobrando mayor importancia.

Etapas del Mesolítico

Al igual que el Paleolítico, el Mesolítico también ha sido dividido en varias etapas por los historiadores.

La primera es denominada Epipaleolítico, esto es, “después del Paleolítico”. Por su parte, la segunda fase recibe el nombre de Protoneolítico, “antes del Neolítico”.

-Neolítico

El Neolítico (Piedra Nueva) fue la última etapa de la Edad de Piedra. Aunque su duración no fue excesiva, la importancia de los hechos que ocurrieron en ella han provocado que se hable de una “revolución neolítica”.

Fue durante este periodo cuando el ser humano abandonó el nomadismo para convertirse en sedentario. Esto vino propiciado por el descubrimiento de la agricultura y la ganadería, que permitían a los distintos grupos no tener que abandonar sus asentamientos para buscar recursos.

Otro factor que contribuyó a los cambios en el comportamiento de la especie humana fue la creciente moderación del clima. La desaparición del frío glaciar permitió a los seres humanos asentarse en el exterior sin problemas, además del beneficio que supuso para las cosechas.

Por otra parte, el nombre de este periodo proviene de una nueva manera de trabajar las piedras. A partir de este momento, el ser humano comienza a pulir este material, lo que le permite poder elaborar nuevas y mejores herramientas.

Etapas del Neolítico

El Neolítico estuvo conformado por tres etapas distintas: la Inicial, desde el 6000 a.C al 3500 a.C, la Media, entre el 3000 a.C y el 2800 a.C y la Final, que duró hasta el 2300 a.C.

Tras esta etapa, el ser humano inició un nuevo periodo histórico: la Edad de los Metales.

Características

Muchos antropólogos consideran a la Edad de Piedra como la etapa más importante de la Prehistoria, por delante de la de los Metales.

Esto se debe a las grandes transformaciones sufridas por el ser humano en todos los ámbitos. Para empezar, los homínidos evolucionaron hasta que se produjo la aparición del Homo sapiens, que pasó a dominar el planeta.

Además, los avances en la fabricación de herramientas, el descubrimiento de cómo controlar el fuego y la aparición de la agricultura fueron factores que cambiaron totalmente la forma de vida de los primeros humanos.

Evolución del ser humano

Como se ha señalado, la evolución del ser humano, tanto física como intelectual, fue la principal característica de este periodo. Un buen ejemplo es el aumento de la capacidad craneal desde el Homo habilis al Homo sapiens.

Los pasos más importantes en este proceso evolutivo comenzaron con la aparición del Homo habilis. Esta especie de homínido sabía ya manejar las herramientas de piedra. Aunque no eran cazadores, sí aprovechaban los restos de los animales muertos.

El segundo gran paso se produjo con la llegada del Homo erectus. La capacidad craneal aumentó de manera importante, pero su aspecto físico tenía importantes diferencias con el del hombre actual. En cambio, se trató del primer homínido en caminar erguido.

El Hombre de Neandertal, aunque acabó extinguiéndose por causas desconocidas, representó otro paso importante en la evolución. Su capacidad craneal era similar a la del hombre moderno, aunque se desconoce si era capaz de hablar.

Por último, durante el Paleolítico Medio apareció el Homo sapiens sapiens. Además del aumento de las habilidades mentales y físicas, se diferenció de los anteriores tipos de homínidos por su inteligencia emocional.

Organización social

Los grupos humanos que se formaron al principio de la Edad de Piedra tenían una organización interna muy simple. Aunque es probable que existiera una figura dominante, no existía ni una estructura jerárquica ni división del trabajo.

Estos grupos eran nómadas y se desplazaban de un lugar a otro en busca de recursos. Este nomadismo fue uno de los factores que propició la expansión del ser humano por todo el planeta, especialmente cuando el clima empezó a ser más benigno.

Conforme la Edad de Piedra avanzaba y el tiempo mejoraba, los grupos humanos fueron ampliándose al unirse varios de ellos. Comenzaba así una nueva forma de organización social, con rasgos tribales.

Con la agricultura y el sedentarismo, ya en el Neolítico, se produjo la aparición del concepto de propiedad privada. Algunos individuos empezaron a acumular más bienes, lo que desembocó en que adquirieran más poder económico y político.

Alimentación

A comienzos del Paleolítico, primera etapa de la Edad de Piedra, la población existente era, principalmente, recolectora. El único consumo de carne provenía de los animales muertos o enfermos que encontraban a su alrededor.

Con el tiempo, estos grupos empezaron a mejorar sus capacidades y fueron adaptándose al medio con más eficacia. Sus principales alimentos eran los frutos, las raíces y las semillas que iban recolectando.

Fue el Homo erectus quien comenzó a dedicarse a la caza, aunque parece que todavía era una actividad secundaria. Los siguientes tipos de homínidos fueron mejorando las técnicas de caza y el ser humano se convirtió en cazador-recolector.

Además, un descubrimiento cambió en gran medida la forma de alimentarse que tenían estos grupos: el fuego. Una vez que lograron controlarlo, pudieron empezar a cocinar los alimentos, algo que supuso una mejor absorción de nutrientes y que la comida se mantuviera en buen estado durante más tiempo.

Ya con el Homo sapiens como género dominante, las técnicas de caza y de recolección fueron mejoradas de manera notable. Uno de los factores más importante fue la fabricación de armas más efectivas, lo que permitió capturar más piezas.

Finalmente, el ser humano descubrió la agricultura y la ganadería. La caza, aunque aún importante, dejó de ser imprescindible para sobrevivir y, por lo tanto, los diversos grupos podían asentarse en lugares fijos y esperar a recoger las cosechas.

Economía

Como se ha señalado, el ser humano del Paleolítico basaban toda su economía en la recolección y, a partir de cierto momento, en la caza. Se trataba de un modo de vida que solo buscaba la subsistencia, sin que hubiera ningún otro tipo de actividad económica.

La evolución del ser humano y el cambio climático provocaron un gran cambio que comenzó a notarse en el Mesolítico. La aparición de la agricultura y la ganadería dio paso a un nuevo sistema social y económico.

Ambas actividades provocaron que comenzaran a producirse excedentes. Esto, junto a la fabricación de utensilios más avanzados, dio lugar a que apareciera, por primera vez, el comercio, que funcionaba mediante el trueque.

Por otra parte, estas nuevas circunstancias hicieron que apareciera un concepto desconocido hasta entonces. Si los humanos anteriores compartían todos los recursos, cuando estos empezaron a ser más abundantes surgió la propiedad privada.

A su vez, con la propiedad privada aparecieron las primeras clases sociales. Los que más poseían acapararon también el poder político, con lo que la sociedad se encaminó hacia una organización más piramidal.

Herramientas 

Como indica el propio nombre de esta parte de la Prehistoria, la materia prima principal para la fabricación de herramientas era la piedra. Entre ellas destacó el uso del sílex, ya que era fácil de tallar y presentaba una resistencia que lo hacía muy útil para la caza y otras actividades.

Entre los utensilios elaborados con ese material destacaron el hacha, los martillos, los bifaces, las puntas de lanzar o las puntas Clovis.

El siguiente paso en la fabricación de herramientas se produjo cuando el ser humano aprendió a pulirla. Con esta nueva técnica pudo mejorar la calidad de los utensilios y empezó a elaborar hoces, azadas y otros útiles para la agricultura.

Además de la piedra, los primeros humanos también usaron otros materiales. El hueso fue muy utilizado para fabricar armas y la incorporación de mangos de madera permitió mejorarlas al poder sujetarlas mejor.

Arte

La manifestación artística más conocida de la Edad de Piedra fue la pintura rupestre. Muchas de ellas se realizaban en el interior de las cuevas, usando las paredes como lienzo. Las escenas de caza era la temática más habitual, seguido por la representación de la vida cotidiana.

Aparte de esto, los seres humanos también se dedicaron a elaborar figuras dedicadas a la fertilidad. Estas figurillas que representaban a las mujeres parecen estar muy ligadas a las creencias religiosas de sus autores.

Con el paso del tiempo, los humanos empezaron a fabricar objetos con una función puramente ornamental. Muchos utensilios se adornaban con pinturas y tallas, lo que también fue una manera de personalizarlos cuando nació la propiedad privada.

Arquitectura

Durante los primeros periodos del Paleolítico no es posible hablar de la existencia de ningún tipo de arquitectura. El ser humano tenía que vivir dentro de las cuevas y los pocos asentamientos exteriores que construía eran muy simples: bastaban unas ramas y unas pocas pieles de animales para levantar sus chozas.

No fue hasta que el ser humano abandonó el nomadismo cuando comenzó a preocuparse por mejorar sus alojamientos. Al habitar asentamientos fijos, debió construir viviendas que aseguraran su seguridad y que fueran duraderas.

Los primeros materiales utilizados para construir las viviendas fueron el adobe y las ramas. Con el tiempo, los humanos empezaron a incorporar piedras para fortalecer la estructura de las casas.

Creencias religiosas

Muchos autores consideran que el hecho religioso nació justo al mismo tiempo que el ser humano. Según muchas teorías, basadas en los restos encontrados, las creencias religiosas en el Paleolítico eran animistas. Dada la importancia de la caza, los humanos le dieron un sentido totémico a los animales.

Con la evolución intelectual del ser humano y con la aparición de la agricultura, el objeto de adoración cambió. A partir de ese momento se comenzó a creer en la Diosa Madre, responsable de la fertilidad de la tierra.

Igualmente, los seres humanos del Neolítico rendían culto a todo lo relacionado con la naturaleza, desde el sol a los ríos. En este sentido, se puede afirmar que no abandonaron el animismo.

Revolución neolítica

Como se ha podido comprobar en todos los puntos anteriores, el paso del Mesolítico al Neolítico representó cambios en todos los ámbitos de la vida de los primeros humanos. Por ese motivo, muchos antropólogos han creado el concepto “revolución neolítica” para describir la magnitud de esas transformaciones.

El fin de las glaciaciones permitió al ser humano cambiar su modo de vida. Su antigua existencia como nómada recolector y cazador empezó a ser abandonada. En su lugar, los clanes existentes empezaron a cultivar la tierra y a domesticar animales, lo que provocó que pudieran permitirse asentarse en lugares fijos en lugar de vagar en búsqueda de recursos.

Otro factor importante fue el descubrimiento de la técnica de pulido para elaborar las herramientas. Estas dejaron de ser tan toscas como en el pasado y pasaron a ser fundamentales para trabajar la tierra.

El nuevo tipo de sociedad (sedentaria, agrícola y con excedentes) tuvo que organizarse de una manera más compleja. Aparecieron la propiedad privada, la división del trabajo y el intercambio de bienes, con lo que también surgió, por primera vez, una clase social caracterizada por poseer más recursos.

Herramientas e inventos

Aunque no puede considerarse un invento en si mismo, el aprendizaje de cómo encender, controlar y conservar el fuego fue uno de los acontecimientos más importantes de la historia de la especie humana.

Sin embargo, los primeros humanos de la Edad de Piedra también inventaron muchos otros utensilios claves para que la civilización avanzara. Entre estos, las hachas, los martillos, los bifaces y otras herramientas que les permitieron sobrevivir.

Todos estos instrumentos fueron fundamentales para que el ser humano mejorara sus técnicas de caza, primero, y de pesca, después. Con el tiempo, también desarrollaron útiles que les ayudaron a desarrollar la agricultura y convertirse en sociedades sedentarias.

Herramientas y otras creaciones con piedra

La protagonista principal de este periodo fue, sin duda, la piedra. Las excavaciones que se han realizado a lo largo del planeta han mostrado la enorme variedad de herramientas fabricadas con este material que presentaba varias ventajas evidentes: la facilidad de conseguirlo, su cantidad y la facilidad para ser talladas y pulidas.

De esta forma, la Edad de Piedra, como su propio nombre indica, se caracterizó por el establecimiento de una especie de industria lítica. Como el mismo ser humano, esta industria evolucionó a lo largo del tiempo, desde las piedras toscamente talladas del Paleolítico a las cuidadosamente pulidas del Neolítico.

El fuego

Aunque es imposible dar una fecha exacta, los investigadores que han estudiado los restos arqueológicos afirman que el primer tipo de homínido en utilizar el fuego fue el Homo erectus, hace unos 1.600.000 años. En esos momentos, sin embargo, no sabían cómo encenderlo.

De acuerdo con los antropólogos, lo más probable es que aprovecharan cualquier incendio que se produjera para obtener fuego, como, por ejemplo, la caída de un rayo durante una tormenta. Tras esto, debían cuidarlo para que durara lo máximo posible encendido e, incluso, transportarlo de un lugar a otro.

Más adelante, los seres humanos encontraron técnicas para encender el fuego por ellos mismos. La más básica era frotar un palo con madera seca hasta que se produjeran las primeras chispas.

Su primer uso fue calentar el interior de las cuevas, algo fundamental en una época en la que se sucedían las glaciaciones. Por otra parte, empezaron a utilizarlo para cocinar la carne, lo que mejoró de manera importante la alimentación. Por último, era también un buen sistema para defenderse de los depredadores.

La rueda

Junto con el descubrimiento del fuego, el invento de la rueda fue uno de los más importantes de toda la Edad de Piedra. No se han encontrado ninguna evidencia que permita afirmar cuándo y cómo empezó a utilizarse, aunque la mayoría de los expertos coinciden que debió ser en el Neolítico.

Al principio, la rueda no se usaba para nada relacionado con el transporte. Se trataba de un componente más de las herramientas fabricadas para la alfarería o la agricultura. Los primeros ejemplos eran, simplemente, un disco de piedra que tenía un agujero en medio.

El molino

La aparición de la agricultura hizo necesario que los humanos tuvieran que crear nuevas herramientas para sacar el máximo partido a las cosechas. Uno de los inventos más importantes fue el molino.

Los primeros eran muy simples, fabricados con madera y con funcionamiento manual. Estaban destinados a moler el trigo y los cereales.

Ropa

El frío característico del Paleolítico obligó a los seres humanos a cubrirse. Las primeras prendas eran, simplemente, pieles de animales. Después, se añadió cuero e, incluso, hojas.

Con los años, la vestimenta fue evolucionado, así como las herramientas usadas para su confección. El telar, por ejemplo, apareció en el Neolítico, lo que permitió fabricar ropa más compleja y con otros materiales.

Lámpara

Según se ha descubierto en algunos yacimientos, las primeras lámparas pudieron aparecer durante el Neolítico. Estaban fabricadas con piedra, a la que se añadía un líquido que ardía al contacto con el fuego. Para poder transportarlas se añadía un mango elaborado con madera.

Armas

La lucha por la supervivencia del ser humano durante la Edad de Piedra, sobre todo en sus primeros periodos, era muy dura. Para aumentar sus posibilidades, muy pronto comenzaron a elaborar herramientas que les sirvieran para protegerse de los ataques de los depredadores. Igualmente, debieron inventar utensilios que facilitara la caza de sus presas.

Según los expertos, durante este periodo de la historia de la humanidad no existía el concepto de guerra. La densidad de población durante el Paleolítico era muy escasa y tampoco había lucha por los recursos naturales. Por ese motivo, las primeras armas inventadas no tenían como propósito el ser usadas contra otros humanos.

Las armas de este periodo estaban elaboradas con piedra. Entre ellas destacaron el hacha, la lanza y, más adelante, el arco y la flecha.

Armas en el Paleolítico

Los primeros humanos tallaron la piedra para crear sus primeras armas. Durante el Paleolítico, con técnicas de talla menos eficientes, las armas más numerosas fueron las hachas de mano, los bifaces y algunas herramientas cortantes o penetrantes.

El sílex era el material más utilizado para fabricar estas armas, aunque también se han encontrado algunas elaboradas con astas de ciervo o huesos.

Cuando el Homo erectus aprendió a manejar el fuego, uno de los usos que le dio fue endurecer las puntas de las ramas que habían afilado con el fin de crear lanzas. Más tarde, unieron a esos palos puntas fabricadas con sílex.

Armas en el Neolítico

El hombre del Neolítico aprendió a pulir la piedra, lo que le permitió reducir el tamaño de las puntas de sílex. Gracias a esto, pudieron adaptarlas a empuñaduras hechas de madera o hueso y construir armas más eficaces.

Una novedad importante de esta época fueron los arcos, elaborados con tendones. Las flechas eran elaboradas con piedras talladas hasta conseguir la forma deseada. Igualmente, también se han encontrado algunas flechas construidas con hueso.

El hacha

El hacha, ya fuera de mano o con empuñadura, fue una de las armas más utilizadas por los humanos de la Edad de Piedra. Una de sus ventajas era su versatilidad de uso, ya que podía usarse tanto para cortar todo tipo de material, como para matar animales. Era además, una herramienta fácil de transportar y muy sencilla de utilizar.

Para fabricarla solo hacía falta afilar una piedra hasta darle una forma similar a la de una flecha. Las primeras eran de mano, sin empuñadura. Más adelante, se le añadió un trozo de madera para poder sujetarla y hacer aún más sencillo su uso.

Lanza

La lanza representó una gran ventaja a la hora de cazar. Gracias a su mayor alcance, el ser humano no tenía que acercarse tanto a los animales, lo que hacía la actividad mucho menos peligrosa.

Las primeras eran, simplemente, varas de madera afiladas y endurecidas mediante la aplicación de una llama. Más adelante, se incorporó una punta de piedra afilada, aumentando mucho su efectividad.

Garrote

La simplicidad de su fabricación y su facilidad de uso convirtieron al garrote en una de las armas más utilizadas durante toda la prehistoria. Para conseguir uno, tan solo era necesario cortar una rama pesada y robusta de algún árbol.

Este tipo de armas presentaba, no obstante, una importante desventaja. Para utilizarla en las partidas de caza, su poseedor debía acercarse hasta la presa para poder golpearla. Esto provocaba que el animal pudiera defenderse de su atacante.

Arco y flecha

El arco y la flecha fueron el arma más avanzada entre las que el ser humano inventó durante la Edad de Piedra. Fue un invento que llegó al final de Neolítico, justo antes de que comenzara la Edad de los Metales.

Su principal ventaja era su alcance, mayor incluso que el de las lanzas. Gracias a su uso, los seres humanos podían cazar a una distancia mucho mayor y, aunque era más complicada de manejar, supuso un adelanto muy importante.

Ya en la Edad de los Metales, la punta de las flechas, originalmente de piedra, comenzaron a ser elaboradas con hierro, mejorando su efectividad.

Referencias

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