Historia

¿Por Qué la Historia es una Ciencia?


La historia es una ciencia porque emplea técnicas y métodos para esclarecer y determinar el contenido de sus funciones: la descripción y registros de eventos pasados; su interpretación y difusión; la vinculación con el presente y las conexiones entre sucesos que podrían considerarse aislados.

Aunque el estudio de algo que ya no es, sino que fue, puede parecer impropio de algo que se considere ciencia, en el caso de la historia, la utilización del método científico para el abordaje del pasado y la reconstrucción a través de vestigios brinda a este campo una necesidad técnica de meticulosidad e investigación.

La historia marca el presente de las sociedades y culturas, por lo tanto su construcción y difusión debe ser un proceso que englobe procedimientos objetivos, certeros y confiables. El fin es que el resultado no solo brinde una perspectiva más clara y profunda del pasado, sino también una mejor noción sobre el presente.

La reconstrucción histórica ha variado con el paso del tiempo. Han evolucionado sus técnicas, alejándose de lo literario y subjetivo, para centrarse en las descripciones y, en algunos casos, explicaciones sustentadas de los sucesos.

De igual manera, ha desarrollado sus propias técnicas para que la narración histórica refuerce su condición única, y no como una división literaria.

La metodología científica de la historia

El método histórico es el grupo de técnicas y lineamientos de conocimientos aplicados para la reconstrucción y narración de sucesos históricos. El conglomerado de técnicas utilizadas han evolucionado, y su constante renovación permite construcciones más acertadas.

Entre los recursos aplicados por el método histórico, se encuentran procesos investigativos que disminuyen cada vez más la especulación y permiten un mejor cotejo de las fuentes manejadas, incluso si parecen contradictorias.

Los profesionales de la historia trabajan con fuentes de información a las que pueden acceder por sí mismos, pero también se nutren de las evidencias e investigaciones de otras áreas como la arqueología.

Análisis y crítica de las fuentes

El primer paso de la historia hacia la reconstrucción de una nueva serie de eventos es localizar y estudiar minuciosamente las fuentes pertinentes.

Entre las herramientas del método histórico se encuentra una serie de preguntas que debe poder responder un historiador frente a alguna fuente. En esta primera etapa se permite verificar la aun aparente legitimidad de la fuente.

Esta técnica, impulsada por Gilbert Garraghan, permite revelar la validez y relevancia de la información obtenida. Pero no solo eso, ya que su análisis permite discernir sobre la manera en la que esa fuente puede ser aprovechada, y la construcción primaria de lo que será el documento histórico.

Entre las variantes de la técnica, se presentan recursos para enfrentarse a fuentes de información que presenten discrepancia o contradicciones con otra, permitiéndoles, mediante la aplicación de cuestionarios, evaluar la legitimidad de esa fuente, y por ende, confirmar si es útil para el objeto de la investigación.

Bajo esta mirada analítica se abordan y manejan fuentes relacionadas, contradictorias, testimonios aislados, registros de testigos, etc.

El énfasis en la procedencia y autenticidad de un documento histórico se conoce como alta crítica, o crítica radical; el análisis textual de textos históricos a través de sus copias y no del original, se conoce como baja crítica, o crítica textual.

Explicación histórica

Al momento de comenzar a trabajar sobre las fuentes de información, una vez que las fuentes son ubicadas en su debido contexto histórico, para su reconstrucción y redacción, se deben seguir algunos parámetros para garantizar la efectividad de las descripciones y explicaciones históricas planteadas.

Los recursos a utilizar son similares a los del análisis crítico: una serie de condiciones que deben cumplir los testimonios y registros consultados para poder fortalecer su validez y confiabilidad. Estos fortalecen los argumentos para elegir un desarrollo sobre otro.

Uno de estos recursos es el argumento a la mejor explicación, propuesto y aplicado por C. Began McCullagh, el cual consiste en someter a la fuente de información a una serie de condiciones en comparación con otras fuentes o registros.

Si las explicaciones consultadas abarcan una considerable cantidad de hechos y sus desenvolvimientos, frente a otras cuyos contenidos no tienen la misma sustancia factual, es muy probable que la primera sea considerada como cierta.

Los argumentos que brindarían la mejor explicación deben estar nutridos con datos e información, bajo consideraciones técnicas científicas.

Las inferencias estadísticas y las analogías son otras herramientas utilizadas para la construcción de la explicación y narración histórica.

Cada una surge del manejo de fuentes en formatos específicos que me permite reconstruir sucesos y escenarios con aspectos estadísticos y numéricos.

Las analogías y las relaciones ante situaciones similares han permitido a la reconstrucción histórica relacionar contextualmente hechos que vistos individualmente podían parecer aislados.

Su aplicación, sin embargo, está sujeta a las mismas condiciones estrictas de investigación que garanticen que todo el proceso se realice bajo un marco científico.

La historiografía

La historiografía reafirma la condición científico social de la historia y sus mecanismos; es el estudio de las técnicas y metodologías aplicadas por los historiadores en la reconstrucción y redacción del discurso histórico.

La historiografía aborda y reflexiona sobre las técnicas implementadas para la creación del discurso histórico alrededor del mundo.

Cada cultura buscó registrar su paso por el mundo de una manera distinta. La historiografía busca integrar las técnicas utilizadas por las distintas sociedades para registrar sus acciones a lo largo su existencia.

La historiografía aborda los tópicos que disciernen sobre la fidelidad de las fuentes, el análisis metahistórico, el revisionismo contra los métodos ortodoxos, las inquietudes morales que pueden surgir ante la consulta de sucesos específicos, entre otros.

De igual forma, ha evolucionado para contemplar los nuevos intereses específicos de la investigación histórica de parte de sus profesionales especializados.

A partir de nuevos escenarios se desarrollan nuevas técnicas y aproximaciones al trabajo de la reconstrucción histórica, y la historiografía se encarga de repensarlos.

También permite conocer cómo se abordan otros géneros históricos que complementarían la reconstrucción, o darían vida a discursos propios, como la historia política, social, o económica de una cultura.

Referencias

  1. Garraghan, G. J. (1946). A Guide to Historical Method. New York: Fordham University Press.
  2. Ginzburg, C. (2013). Clues, Myths, and the Historical Method. Baltimore: John Hopkins University Press.
  3. Lateiner, D. (1989). The Historical Method of Herodotus. Toronto: University of Toronto Press.
  4. Toynbee, A. J. (1974). A Study of History. New York: Dell Publishing.
  5. Woolf, D. (2011). A Global History of History. Cambridge University Press.