Historia

Método histórico: características, pasos y ejemplos


El método histórico es la metodología utilizada por los historiadores para estudiar y analizar los hechos ocurridos en el pasado. Se utilizan fuentes primarias –libros escritos en la época, testimonios, objetos, etc.– y se apoyan en otras disciplinas para investigar una determinada época.

El método histórico tiene por objeto escribir la historia, es decir, producir la historiografía para establecer los acontecimientos de la forma más objetiva posible. Historiadores famosos de la antigüedad fueron el griego Heródoto y el romano Plinio el Viejo.

La epistemología y la filosofía de la historia (ramas de la filosofía) se encargan de reflexionar sobre su carácter científico y de darle una metodología que sea útil a la hora de acometer una investigación histórica.

Pero como ciencia social, la historia no es considerada una ciencia absoluta como tal, y quien investiga le aporta su propia visión al análisis. Un buen historiador intentará en lo posible ceñirse a los hechos.

El método histórico es importante para conocer los sucesos del mundo, de las regiones y de diversas etapas históricas, y de este modo comprender las manifestaciones actuales de las sociedades de nuestros días.

Índice del artículo

Características del método histórico

El método histórico es una combinación de técnicas que el historiador utiliza para investigar, describir y contar acontecimientos ocurridos en el pasado, en una determinada época.

El historiador debe analizar objetivamente las fuentes y toda la evidencia recopilada, e interrelacionar hechos presentes para ver si hay algún patrón que pueda repetirse en el futuro.

No es adecuado para el corto plazo

El método histórico no genera predicciones de ningún tipo en el corto plazo. Recordemos que las unidades de tiempo que estudia la historia tienden a ser más largas que los estudiados por otras disciplinas científicas, como la biología.

Por lo tanto, el análisis histórico se basa en periodos de más de una década, siglos y milenios.

Objetivo del método histórico

Uno de sus objetivos, aparte de contar cómo fueron las cosas, es generar hipótesis de por qué pudieron haber ocurrido determinados sucesos.

Materia prima

La materia prima del método histórico, es decir, las fuentes de que se vale son los testimonios de la época. Pueden ser libros escritos en el tiempo estudiado, memorias, diarios personales, documentos oficiales, objetos diversos, ropa, etc.

Revisión exhaustiva

Es necesario establecer la veracidad de las fuentes, y deberá probar que los libros utilizados fueron escritos efectivamente en la época, mediante la comprobación de la existencia de los autores, citas de los mismos, etc.

Además, en este aspecto es cuando se ayuda con otras disciplinas, como la arqueología o la paleografía, que permite determinar la datación de los objetos. Si hay dudas, se puede estudiar el papel, la tinta, la forma de escribir (la estilística) y todo cuanto sea necesario para comprobar que un libro o cualquier objeto pertenece a la época histórica estudiada.

Pasos para realizar una investigación con el método histórico

1- Heurística o la identificación de las fuentes

Si ya tienes un tema para investigar, a continuación debes establecer cuáles fuentes serán relevantes para tu estudio. Las evidencias se te pueden presentar entre fuentes primarias y secundarias.

Fuentes primarias

Son los datos de primera mano, información que se elaboró en la época objeto de estudio. Las bibliotecas nacionales, los archivos oficiales del país y demás instituciones gubernamentales son los depositarios de los documentos legales.

Asimismo, podrán ser fuentes primarias fotografías, cuadros y pinturas, daguerrotipos, diversos objetos de uso cotidiano, restos arqueológicos o grabaciones.

Fuentes secundarias

Es la información que ya otros historiadores han procesado, son publicaciones académicas, revistas, artículos y análisis elaborados por arqueólogos, sociólogos, filósofos, etc. Es el apoyo bibliográfico.

Tradición oral

Pueden ser consideradas primarias o secundarias, según sea el carácter de la investigación. La tradición oral son los cuentos, anécdotas, relatos transmitidos de generación en generación, característicos de las culturas con una tradición escrita inexistente o pobre.

2- Crítica o evaluación de las fuentes

Este paso suele llamarse también criticismo, y consiste en analizar de forma crítica las fuentes elegidas. Aquí es cuando se comprueba su autenticidad y confiabilidad, y el historiador deberá hacerse ciertas interrogantes con el fin de determinar su relevancia. Algunas de estas preguntas son:

  • ¿Cuándo se produjo la información?
  • ¿Dónde?
  • ¿Quién?
  • ¿Por qué se elaboró?
  • ¿Por qué es relevante para la investigación en curso?
  • ¿Contiene firmas, sellos, lacres o credenciales que contribuyan a certificar su autenticidad?

En este paso, el historiador tendrá que contextualizar las fuentes seleccionadas: cuál fue el contexto social, en el marco de qué corriente de pensamiento fueron escritas o las tendencias políticas que pudieron influir en el autor o autores.

Cuando se trata de documentación no escrita (como objetos antiguos), se hace uso de otras disciplinas para su datación histórica y establecimiento de la autenticidad, como la datación por carbono 14.

3- Síntesis y planteamientos de los argumentos

Esta es la parte en la que el historiador realiza sus hipótesis, basado en las fuentes recopiladas y en la evaluación de las mismas. Es lo que se llama razonamiento histórico.

Si bien los dos pasos anteriores deben ser metodológicamente objetivos, el último paso, la síntesis y elaboración de las conclusiones, es naturalmente subjetivo, ya que las hipótesis planteadas son producto de las ideas y pensamientos del investigador.

Es por eso que la comunidad científica no considera que la historia en rigor sea una ciencia, como las matemáticas, la biología o la física.

Sin embargo, los historiadores no pretenden establecer absolutos sobre los hechos pasados, sino interpretaciones y argumentos dirigidos a explicarlos de forma coherente: significa que estos argumentos se basan en abundante evidencia y muy pocos supuestos.

No hay un solo método histórico, pero en esencia todos comparten el establecimiento de las fuentes y su corroboración rigurosa. Y todos requieren que el último paso sea publicado en revistas y publicaciones arbitradas y legítimas.

Ejemplos de investigaciones históricas

Las dagas en la tumba de Tutankamón

En 1922 se descubrió la tumba de Tutankamón. Además de todas las riquezas encontradas y de ser la tumba de uno de los faraones más jóvenes del antiguo Egipto, los arqueólogos se encontraron con dos dagas que desde aquel momento generaron todo un misterio alrededor.

Las dagas estaban elaboradas en un material poco común en aquella época y en aquella región. Se trataba de hierro.

¿Cómo utilizaron el método histórico?

En Egipto no había minas de hierro, y en algunos papiros antiguos se decía que había un material que “caía del cielo”. Para aquel momento Egipto no contaba con una tecnología del hierro, y era probable que desde tierras lejanas, donde sí se trabajaba muy bien este material, se llevasen objetos de hierro.

Con toda la información recopilada, con el descubrimiento de un cráter, el Kamil –hecho por meteoritos–, y con técnicas modernas de fluorescencia de rayos X (que no dañan los objetos), pudieron analizar las dagas sin afectar su estado.

Analizaron la composición del hierro de las dagas (10% de níquel y 0.6% de cobalto, concentraciones que no son comunes en el hierro terrestre) y los compararon con los meteoritos del cráter, y encontraron niveles similares.

La respuesta al misterio fue que las dagas se hicieron con el hierro que venía incrustado en meteoritos que caían en el desierto egipcio (y que aún hoy sigue sucediendo). Los historiadores y arqueólogos lograron establecer la procedencia del material, eliminando las antiguas hipótesis de que eran “objetos hechos por extraterrestres”.

El papel de la mujer en la cultura mesopotámica

Gracias al descubrimiento de al menos 42 tablillas bien conservadas procedentes de Ur y Nippur, antiguas ciudades mesopotámicas, hace algunos años se logró establecer la autoría de poemas importantes a Inanna, la diosa mesopotámica de la guerra y del amor, de las reglas de conducta, la herrería, la agricultura y la escritura.

Estos poemas llevaban el nombre de su autor, que resultó autora: Enheduanna, hija del rey Sargón I de Acadia (que unificó por primera vez a Mesopotamia) y sacerdotisa del dios Nanna. Es la primera vez en la historia que se conoce la autoría de poemas tan antiguos.

Esto dio pie a los historiadores a buscar evidencias de la vida cotidiana de las mujeres en las civilizaciones más antiguas, y a replantearse cómo se educaban en la antigua Mesopotamia.

Gracias a nueva información encontrada en restos arqueológicos y a la revisión de fuentes ya detectadas, pudieron determinar que allí ellas gozaron de más libertades y derechos, podían adoptar hijos y divorciarse (y conservar sus bienes) y trabajar sin necesidad de permiso de nadie.

Tablillas de la época sobre adopciones y sobre contratos han dejado testimonios de esta forma de vida de la mujer en Mesopotamia.

La invención de la escritura y la elaboración de la cerveza

Una hipótesis formulada casi en broma ha dado pie a investigaciones más serias: que la escritura se inventó para dejar asentado cómo se elaboraba la cerveza, una de las bebidas más antiguas de la humanidad.

En Godin Tepe, un puesto comercial en los montes Zagros, se descubrió hace pocos años una especie de depósito con innumerables vasijas de almacenamiento, que contenían residuos microscópicos de cerveza de cebada y milenios de antigüedad.

Sumeria, región en la que se encontraba este sitio, fue donde se inventó la escritura. Gracias a las tablillas encontradas y al descifrado de la escritura cuneiforme, detectaron que el pictograma de la cerveza es uno que se repite con mayor frecuencia, reforzando la hipótesis planteada.

Referencias

  1. Marías, J. (1949). El método histórico de las generaciones. Madrid: Revista de Occidente, pp. 169-178. Tomado de cervantesvirtual.com.
  2. Torres, P.R. (1993). Los discursos del método histórico. Tomado de jstor.org.
  3. Pasamar Alzuria, G.V. (1994). La invención del método histórico y la historia metódica en el siglo XIX. Tomado de addi.ehu.es.
  4. Howell, M.C., Prevenier W. (2001). From Reliable Sources: An Introduction to Historical Methods. Tomado de books.google.com.
  5. Lange, M. (2012). Comparative Historical Methods. Tomado de academia.edu.