Literatura del siglo XX: contexto histórico, características, temas, autores
La literatura del siglo XX se desarrolló dentro de un contexto histórico marcado por la Primera y Segunda Guerra Mundial, por la llegada de la Revolución Industrial y como consecuencia por el modernismo. Además, un buen número de intelectuales coincidieron con la necesidad de cambios en las normas académicas de la época.
En la literatura del siglo XX nacieron una serie de movimientos que modificaron la forma en que se hacía poesía y narrativa. En ese sentido, los textos fueron más libres y creativos, cargados de expresividad y un carácter personal e intimista. Al mismo tiempo, los escritores desarrollaron temas sobre la existencia, la religión y lo social.
Dentro de los movimientos literarios que surgieron en el siglo XX destacan el surrealismo, el creacionismo, el expresionismo, el dadaísmo y el modernismo. Cada tendencia con características específicas, pero todas enfocados en romper con los parámetros estrictos y adornados de estilos literarios anteriores.
Fueron muchos los intelectuales que sobresalieron en el campo literario del siglo XX, en casi todos los países hubo representantes destacados de todas las vanguardias. Algunos de los autores más destacados fueron: Rubén Darío, Antonio Machado, Juan Ramón Jiménez, Miguel Unamuno, Rómulo Gallegos, Andrés Eloy Blanco y Miguel Otero Silva.
Índice del artículo
- 1 Contexto histórico
- 2 Características de la literatura del siglo XX
- 3 Temas
- 4 Autores representantes y sus obras
Contexto histórico
La literatura del siglo XX se abrió paso en un mundo convulsionado por las guerras, los avances tecnológicos e industriales. En este sentido muchos escritores se apegaron al movimiento surrealista como una forma de despojarse de las consecuencias de los conflictos bélicos.
Más tarde los autores se ajustaron a las diferentes revoluciones políticas. En consecuencia, la literatura llegó a tener cierto tinte social y político, al mismo tiempo se volvió más reflexiva. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial los autores se enfocaron en temas vinculados con la existencia del hombre.
Posteriormente se inició el auge del feminismo y los intelectuales se centraron en temas relacionados con la mujer.
Ahora bien, en el caso de las sociedades de España y América Latina, estas transitaron de la dictadura a la democracia. Así que la literatura pasó por una etapa de censura hasta alcanzar una libertad expresiva que le permitió a los escritores a desarrollar temas diversos en todas las áreas.
Características de la literatura del siglo XX
La literatura del siglo XX se caracterizó por los siguientes aspectos:
Origen
La literatura del siglo XX nació en medio de diferentes conflictos que hicieron reaccionar a los autores respecto a la percepción del mundo y de la vida. Además, se desarrolló en pleno crecimiento de los avances científicos y tecnológicos, lo que produjo que los textos poéticos, teatrales y narrativos tuviesen considerables aires modernistas.
Rompimiento de normas
Los cambios políticos y sociales despertaron una nueva conciencia y pensamiento en los escritores del siglo XX. Como consecuencia, estos se enfocaron en temas sensibles relacionados con el hombre y se alejaron de los academicismos que imperaron hasta entonces. De tal forma que la literatura pasó a ser más libre.
Atrás quedó la rima y la métrica para muchos autores, y se impuso la temática y el mensaje por encima de la belleza las formas. El poemario Eternidades (1918) de Juan Ramón Jiménez es prueba de la ruptura de los versos y estrofas, tanto en métrica como en rima. La libertad poética que el autor se plantea en esta obra es total.
Movimientos
En la literatura del siglo XX se experimentó con nuevas formas de creación y fue así como surgieron variedad de movimientos en diferentes épocas. Cada corriente literaria trajo consigo nuevos métodos, modificaciones, contenidos y rasgos característicos.
Algunos de estos movimientos fueron: el surrealismo, novecentismo, creacionismo, el realismo mágico y otras vanguardias. Quizá el mayor representante del realismo mágico fue el ganador del Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez, siendo Cien años de soledad (1967) su obra cumbre.
Temática
Los principales temas desarrollados por los autores de la literatura del siglo XX estuvieron relacionados con el estado de angustia y desesperación del hombre ante los diferentes cambios y guerras. Así que los textos se convirtieron en un reflejo de la búsqueda de identidad y del sentido de pertenencia.
Posteriormente se abordó el tema religioso, el cual se enfocó en la existencia o no de Dios. El debate surgió entre algunos escritores debido a las diferentes tragedias que sufrió la humanidad. Luego la literatura pasó por una etapa de reflexión, libertad y cuestionamientos sobre la capacidad creadora y la función de la literatura.
Si hubo un autor cuya obra plasmó su inconformidad con el gobierno autoritario de turno, ese fue Federico García Lorca. Su obra La casa de Bernarda Alba (1936) es prueba de ello. Hay estudiosos que consideran que su desaparición se debió al contenido de dicho texto.
Universalidad
Si bien la literatura ha sido conocida a lo largo de la historia, también es cierto que fue un privilegio de pocos. Durante el siglo XX adoptó un carácter más universal, eso se debió a que fue más libre en cuanto a estilo y creación. En este sentido los escritores intercambiaron rasgos culturales y los plasmaron en varias de sus obras.
La obra de Miguel Unamuno resulta una de las más grandes muestras de la universalidad de la literatura española. Tanto en Niebla (1914) y San Manuel Bueno, mártir (1930) se puede percibir esta cualidad.
Vínculo con otras artes
Los rasgos característicos de la literatura del siglo XX tuvieron influencia en otras artes. Eso significó que la pintura, la música o la escultura reflejaron los diferentes estilos y libertad de creación que se manifestó en la narrativa, la poesía y teatro.
La no cronología lineal temporal y verbal
Muchos de los autores de la literatura del siglo XX desarrollaron sus obras sin un sentido lógico del tiempo. Es decir, que el contenido de algunos textos no se produjo en orden cronológico. En este sentido, las obras se expusieron en una mezcla de pasado, presente y futuro.
Un ejemplo certero de la no cronología lineal temporal lo demuestra Deshoras (1982) de Julio Cortázar. En el libro el autor no solo juega con la no linealidad, sino que mezcla los tiempos entre sí. Esta estrategia narrativa juega con la mente de los lectores y al mismo tiempo demuestra la genialidad del escritor.
Narrador
En la literatura del siglo XX, los autores hicieron uso de diferentes tipos de narradores (protagonista, testigo, en segunda persona). Esto permitió el desarrollo de textos más dinámicos y empáticos con el lector. Al mismo tiempo la versatilidad en la narración proporcionó perspectivas distintas con respecto a diferentes temáticas.
Un ejemplo claro y magistral lo representa Pedro Páramo de Juan Rulfo. En la obra el autor hace uso de diversos tipos de narrador, destacando el narrador protagonista y en tercera persona. Por esa cualidad, su novela es considerada una obra de carácter polifónico en su narrativa.
Temas
Tal como se mencionó en líneas anteriores, las obras de la literatura del siglo XX desarrollaron temas relacionados con la soledad, la confusión, la desesperanza, la angustia, la alienación y la desesperación del hombre ante los cambios políticos y sociales.
Los escritores reflejaron la ausencia de identidad y sus textos fueron el camino para encontrarla. Con el paso del tiempo, la literatura se proyectó hacia el encuentro del ser humano consigo mismo, es decir, que fue más reflexiva y profunda. Este enfoque produjo un universo de fantasía a mitad de siglo.
También se escribió sobre la amistad, la cultura, la política, la sociedad, el protagonismo de la mujer y las nuevas tendencias tecnológicas.
Autores representantes y sus obras
A continuación se mencionan los autores y representantes más destacados del siglo XX:
– España
Federico García Lorca
– Poema del cante jondo (1921).
– Romancero gitano (1928).
– Bodas de sangre (1933).
– Yerma (1934).
– Doña Rosita la soltera o El lenguaje de las flores (1935).
– La casa de Bernarda Alba (1936).
Antonio Machado
– Soledades. Galerías. Otros poemas (1907).
– Campos de Castilla (1912).
– Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936).
– Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926).
– Las adelfas (1928).
– La duquesa de Benamejí (1932).
Rafael Alberti
– Marinero en tierra (1925).
– Sobre los ángeles (1929).
– Pleamar 1942-1944 (1944).
– El hombre deshabitado (1930).
– De un momento a otro (1938).
– Noche de guerra en el Museo del Prado (1956).
Miguel de Unamuno
– Amor y pedagogía (1902).
– Niebla (1914).
– San Manuel Bueno, mártir (1930).
– El Cristo de Velásquez (1920).
– El otro (1926).
– El hermano Juan o El mundo es teatro (1929).
Rosa Chacel
– Estación. Ida y vuelta (1930).
– Teresa (1941).
– Sobre el piélago (1952).
– Balaam y otros cuentos (1989).
– A la orilla de un pozo (1936).
– Versos prohibidos (1978).
Juan Ramón Jiménez
– Elegías lamentables (1910).
– Baladas de primavera (1910).
– Laberinto (1913).
– Platero y yo (1914).
– Eternidades (1918).
– La estación total (1946).
– México
Octavio Paz
– Piedra de sol(1957).
– Libertad bajo palabra. Obra poética 1935-1957 (1960).
– Salamandra (1962).
– El laberinto de la soledad (1950).
– Posdata (1970).
– La llama doble (1993).
Juan Rulfo
– La vida no es mu seria en sus cosas (1945).
– El llano en llamas (1953).
– Un pedazo de noche (1959).
– Pedro Páramo (1955).
– El gallo de oro (1980).
Rosario Castellano
– Balún Canán (1957).
– Oficio de tinieblas (1962).
– Álbum de familia (1971).
– El rescate del mundo (1952).
– Al pie de la letra (1959).
– El mar y sus pescaditos (1975).
José Emilio Pacheco
– Los elementos de la noche (1963).
– Irás y no volverás (1973).
– El viento distante (1963).
– El principio del placer (1972).
– Morirás lejos (1967).
– Las batallas en el desierto (1981).
Amparo Dávila
– Tiempo destrozado (1959).
– Árboles petrificados (1977).
– Muerte en el bosque (1985).
– Salmos bajo la luna (1950).
– Meditaciones a la orilla del sueño (1954).
– Perfil de soledades (1954).
Juan José Arreola
– Varia invención (1949).
– Confabulario (1952).
– Palíndroma (1971).
– Bestiario (1972).
– La feria (1963).
– La palabra educación (1973).
– Colombia
Gabriel García Márquez
– Cien años de soledad (1967).
– El otoño del patriarca (1975).
– El amor en los tiempos del cólera (1985).
– Del amor y otros demonios (1994).
– Los funerales de la Mamá Grande (1962).
– Doce cuentos peregrinos (1992).
Mercedes Carranza
– Vainas y otros poemas (1972).
– Tengo miedo (1983).
– Maneras de desamor (1993).
– Hola, soledad (1987).
– El canto de las moscas (1997).
– La patria y otras ruinas (Edición póstuma, 2004).
Andrés Caicedo
– ¡Qué viva la música! (1977).
– Noche sin fortuna (1976).
– La estatua del soldadito de plomo (1967).
– Destinos fatales (1984).
– Maternidad (1974).
– El pretendiente (1972).
Fernando Vallejo
– El río del tiempo (1985-1993).
– Los días azules (1985).
– El fuego secreto (1987).
– Los caminos a Roma (1988).
– Entre fantasmas (1993).
– Años de indulgencia (1989).
– Argentina
Jorge Luis Borges
– Luna de enfrente (1925).
– El hacedor (1960).
– El Aleph (1949).
– El libro de arena (1975).
Julio Cortázar
– Rayuela (1963).
– 62 Modelo para armar (1968).
– Bestiario (1951).
– Deshoras (1982).
Graciela Beatriz Cabal
– Jacinto (1977).
– La Constitución es una cosa seria (1986).
– El derecho a aprender (1986).
– Cosquillas en el ombligo (1990).
Ricardo Piglia
– Plata quemada (1997).
– La invasión (1967).
– Nombre falso (1975).
– Venezuela
Rómulo Gallegos
– La trepadora (1925).
– Doña Bárbara (1929).
– Canaima (1935).
– Pobre negro (1937).
Rufino Blanco Fombona
– La espada y el samurái (1924).
– La bella y la fiera (1931).
– El secreto de la felicidad (1933).
– Mazorcas de oro (1943).
Andrés Eloy Blanco
– Tierras que me oyeron (1921).
– Poda (1934).
– Giraluna (1955).
– La hilandera (1954).
Antonieta Madrid
– Nomenclatura cotidiana (1971).
– Reliquias de trapo (1972).
– No es tiempo para rosas rojas (1975).
– Ojo de pez (1990).