Zorro gris patagónico: características, hábitat, peligro extinción
El zorro gris patagónico (Lycalopex griseus) es un mamífero placentario perteneciente a la familia Canidae. Se encuentra distribuido en ambos lados de la cordillera de los Andes, abarcando los países de Chile y Argentina. Fue introducido en 1953 en la isla Tierra de Fuego. La intención era la de controlar a los conejos europeos que se habían constituido en una especie dañina para ecología de la zona.
Sin embargo, este animal ha impactado sobre la fauna de esta región, compitiendo por el territorio y el alimento con el Zorro culpeo. Suele habitar una variedad de regiones, pudiendo estar desde el nivel del mar hasta los 3000 metros de altitud. Dentro de este rango prefiere estepas, matorrales abiertos, áreas costaneras y desiertos.
El tamaño del zorro gris patagónico puede oscilar entre 70 y 96 centímetros, incluyendo la cola. El pelaje es gris amarillento, teniendo en el dorso pelos blancos y negros. Sus patas son de color marrón rojizo y presenta en el muslo una mancha oscura que caracteriza a la especie.
Además de por zorro gris patagónico, este animal también es conocido como zorro gris chico, zorro pampa, chilla o zorro gris pampeano.
Índice del artículo
- 1 Comportamiento
- 2 Características
- 3 Hábitat y distribución
- 4 Peligro de extinción
- 5 Reproducción
- 6 Nutrición
- 7 Referencias
Generalmente, este cánido presenta hábitos solitarios. Sin embargo, en la época de apareamiento el macho se une a la hembra para criar juntos a los cachorros. El zorro gris patagónico puede estar activo durante todo el día, pero la mayor parte del tiempo realiza sus actividades en la noche o durante el crepúsculo.
La organización social es una pareja monógama, pudiendo estar complementada por otras hembras que ayudan con la crianza. En ese grupo también viven algunos machos, pudiendo ocurrir relaciones poligámicas.
El Lycalopex griseus tiene un cuerpo alargado, cuya longitud, sin incluir la cola, puede variar de 40 a 68 centímetros. El peso oscila entre 2,5 y 4,5 kilogramos. La cola es tupida y larga, representando alrededor del 40% de total del largo del animal.
El esqueleto es delgado, con las extremidades alargadas. Las posteriores son más largas que la de otras especies de cánidos, proporcionándole al animal un impulso adicional cuando necesita abalanzarse sobre una presa.
Todas las patas tienen almohadillas que le permiten amortiguar las caídas y los golpes, protegiendo así las articulaciones y los huesos de las extremidades. Además, estas estructuras previenen la pérdida de calor corporal, a la vez que pudieran ofrecerle cierta información sensorial que podrían utilizan para la caza.
Para contribuir con el mantenimiento del calor interno del organismo, el pelo más corto cubre casi el 30% del cuerpo del zorro gris patagónico. Así, este puede encontrarse en algunas partes de la cara, como la boca, la zona superior de la cabeza y alrededor de los ojos.
Además de estas áreas, donde la pérdida de calor ayuda a que el cuerpo del animal se enfríe, el pelaje corto también se localiza en las patas y las orejas.
El pelaje es de color gris amarillento, aunque en el dorso suele tener algunos pelos blancos y negros. Algunos de estos tienen la particularidad de ser blancos en la base y negros en el extremo.
Las patas del zorro gris patagónico son de un tono marrón rojizo, con una mancha oscura en cada muslo. La cola es espesa y de gran longitud, presentando una franja dorsal y una mancha en la punta de color negro. El vientre es gris pálido.
La cabeza está orlada con blanco y el hocico tiene una tonalidad gris oscuro. La zona de la mandíbula presenta una mancha negra muy marcada.
La cara es angosta. En ella se encuentran dos orejas grandes y un hocico puntiagudo. Los ojos están ubicados en la parte frontal, proporcionándole al animal una visión binocular, muy importante para la caza de sus presas.
Los dientes molares son grandes, teniendo el hipocono pronunciado. Esto, conjuntamente con el cíngulum lingual, les dan a estos dientes una forma curvada. Los dientes carnasiales presentan un protocono sobresaliente, en comparación con las dimensiones del resto del diente.
Es una especie que pertenece al Cono Sur de Suramérica. Geográficamente, el Lycalopex griseus ocupa una franja a los lados de la cordillera de las Andes, abarcando Chile y Argentina.
En Argentina, se ubica en la zona semiárida occidental, desde las estribaciones andinas hasta el meridiano de 66° oeste, ampliándose hacia la parte sur del Río Grande, llegando hasta la costa atlántica.
Esta especie se localiza en las provincias argentinas de Salta, Jujuy, Catamarca, Tucumán, La Rioja, Santiago del Estero y San Juan. Además, habitan al oeste de La Pampa y de San Luis, Mendoza, Neuquén, Santa Cruz, Río Negro, Chubut y Tierra del Fuego.
La distribución en el territorio chileno abarca desde la provincia de Atacama hasta el estrecho de Magallanes y Tierra del Fuego, donde fue introducido en 1951 para tratar de controlar la infestación del Oryctolagus cuniculus.
La presencia del Lycalopex griseus en la costa sur de Perú podría sugerir una nueva subespecie, debido a que se encuentra más al norte de su ubicación tradicional. Además de esto, se encuentra separada de las otras subespecies, debido a la barrera biogeográfica que constituye el desierto de Atacama, al norte de Chile.
En Chile, el zorro gris patagónico pudiera vivir cerca de las áreas urbanizadas. Sin embargo, prefiere los sectores rurales del sur y centro del país. Esto incluye tanto a los que se encuentran cercanos a la costa como aquellos que están en la región de la precordillera.
Esta especie suele habitar matorrales, pastizales, montañas bajas y llanuras, en donde se encuentre vegetación como la Stipa spp., Festuca spp. o Nothofagus antárctica. En algunas oportunidades se ha divisado en localidades con alturas comprendidas entre 3500 y 4000 metros.
También se localiza en regiones semiáridas y áridas. Aunque no es común ver al zorro gris patagónico en ecosistemas de vegetación densa o en barrancos, suele frecuentarlos en búsqueda de algunas frutas.
Las chillas, como también se le conoce al Lycalopex griseus son tolerantes a las variaciones climáticas extremas. Esto se evidencia por su capacidad de desarrollarse tanto en áreas secas y cálidas, como en regiones húmedas y frías. Tal es el caso de la Tierra del Fuego, con una temperatura promedio anual de 7ºC.
La población del zorro gris patagónico ha disminuido progresivamente. En consecuencia, los organismos internacionales de protección de los seres vivos, incluyen a este animal dentro de las especies que ameritan atención especial.
Es por esto que el Lycalopex griseus aparece integrando la lista roja de la UICN, catalogada como un cánido en estado de menor riesgo.
Existen varias causas que han motivado este decrecimiento poblacional. En primer lugar, estos animales son cazados para vender sus pieles en el mercado. Se estima que entre 1980 y 1983, desde Argentina fueron exportadas más de 382.000 pieles. La mayoría de estas fueron enviadas a Suiza, Italia y Alemania Occidental.
También, el zorro gris patagónico es considerado por los granjeros como una amenaza, por lo que es cazado. El motivo de esta acción es que este animal ataca a los corderos, aves de corral y ganado de las granjas cercanas a su hábitat natural.
El zorro gris patagónico se encuentra incluido en el apéndice II de CITES. En Argentina está totalmente protegido en San Luis y en Catamarca. Sin embargo, en las 5 provincias continentales de la Tierra de Fuego y la Patagonia la caza y la comercialización de la piel son actividades legales.
Según la ley chilena, todas las poblaciones del Lycalopex griseus de ese país están protegidas, con la excepción de las que viven en la Tierra de Fuego. Allí son considerados como una especie que causa graves daños, puesto que ataca a otros animales, ocasionando un desequilibrio ecológico.
Esta especie alcanza la madurez sexual aproximadamente al año de haber nacido. El apareamiento generalmente ocurre entre los meses de agosto y octubre. La gestación suele durar alrededor de 53 y 58 días, después de los cuales nacen entre 4 y 6 crías.
Al mes de nacidas, las crías comienzan a dejar la madriguera. Sin embargo, no es sino hasta los 6 o 7 meses cuando se movilizan a otras áreas. Al igual que el resto de los animales mamíferos, la hembra de esta especie amamanta a sus cachorros, aproximadamente por 4 o 5 meses.
Los estudios realizados en la Patagonia sobre el proceso reproductivo de L. griseus indican que el sistema de apareamiento es monógamo. En este, una pareja se une para reproducirse, manteniendo su territorio por largo tiempo. Las otras hembras del grupo podrían colaborar en la crianza de los cachorros.
Además, en este sistema de crianza cooperativa, ambos padres están involucrados en el cuidado de los cachorros. El macho también colabora proporcionando comida para toda la familia que está en crecimiento.
Estas conductas de integración benefician al grupo, permitiendo así, entre otras cosas, que puedan sobrevivir más cachorros en una camada.
Los zorros grises patagónicos son omnívoros. Dentro de las especies que forman su dieta se encuentra diversos animales, como por ejemplo conejos, aves, insectos, lagartos, escorpiones, roedores y ranas. El ganado caprino y ovino no es parte esencial de la dieta del zorro gris patagónico, aunque puede comer su carroña.
La dieta del Lycalopex griseus se complementa con semillas y algunas frutas, entre las que se encuentran Lithraea caustica, Cryptocarya alba y Prosopanche spp. Además, consumen gramíneas y dicotiledóneas.
Los especialistas en la ecología alimentaria señalan que algunas poblaciones de esta especie son oportunistas tróficos. Así, el zorro gris patagónico toma el alimento acorde a la disponibilidad de estos en el hábitat.
Otros grupos demuestran un comportamiento selectivo frente a las presas. Por consiguiente, la consumen en abundancia, sin importar la cantidad que exista. Inclusive, es factible que una población pueda tener ambas conductas, dependiendo de las circunstancias del ambiente donde se encuentre.
Su alimentación pudiera cambiar estacionalmente. Durante el invierno, posiblemente los armadillos y los roedores sean sus presas predilectas, aunque también pudiera comer carroñas. En otoño, las bayas son unas de las comidas favoritas.
También varía en cada uno de los diferentes espacios geográficos que habita. En las Malvinas, el 80% de la dieta de este animal está representado por los mamíferos y las aves. Al norte y centro de Chile la dieta está formada particularmente por roedores.
En la Tierra de Fuego, los principales integrantes de la dieta son los frutos de Berberis buxifolia y animales pequeños. Cuando habita en las praderas, consume liebres y carroña, mientras que en aquellas áreas de menor latitud come roedores.
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