Botánica

Avellano: características, taxonomía, hábitat, usos


El avellano (Corylus avellana) es una especie arbórea caducifolia de porte bajo perteneciente a la familia Betulaceae. Conocido como avellana cordobesa, avellanal, avellana macho, avellanero, avellano común, avellano europeo, avillano, cascaruto, gambote, gárgola o nochizo, es una planta nativa de Europa y Asia.

Su nombre «Corylus» deriva del vocablo griego «korys», que significa capucha, en relación al recubrimiento de la cáscara del fruto o avellana. El adjetivo especifico «avellana» proviene de «avellanus-a-um» en alusión a la población de Avella Vecchia, cerca de Nápoles en Italia.

Es un arbusto o arbolillo caducifolio de 3-10 m de altura de corteza rugosa y copa irregular, compacta y extendida. El sistema radical es poco profundo, nudoso y ramificado, con numerosos hijuelos que nacen en la base del tallo principal.

Las hojas de forma acorazonada de márgenes aserrados son de color verde claro por el haz y tomentosas por el envés. El avellano es una especie monoica con flores masculinas en amentos cilíndricos de color amarillento y las femeninas agrupadas en pequeños brotes axilares.

El fruto es un aquenio en forma de copa de color canela llamado involucro, en cuyo interior se encuentra la semilla. Cuando el fruto madura, luego de ocho meses, el involucro se seca y se abre dejando libre la avellana.

A nivel comercial, la principal demanda de avellanas proviene de la industria alimenticia, seguida por su consumo directo, ambos con requerimientos específicos de calidad. En efecto, el manejo agronómico y las características agroclimáticas afectan las propiedades nutritivas y sensoriales de las avellanas, en consecuencia, su calidad y estabilidad.

Índice del artículo

Características generales

Apariencia

El avellano es un árbol caducifolio de porte bajo o un arbusto de 3-8 m de altura, que alcanza los 15 m bajo ciertas condiciones ambientales. Por lo regular se ramifica ampliamente desde la base formando una copa extendida, densa e irregular.

En las ramas jóvenes la corteza es de color pardo-rojizo, lisa y con abundantes lenticelas, ligeramente pubescente a nivel de los brotes foliares. Al madurar la corteza se fisura profundamente y se torna de color pardo-grisáceo, la madera rígida y compacta es muy flexible.

Hojas

Las grandes hojas simples, alternas y caducifolias son de forma redondeada, miden de 6-12 cm de largo y ancho. Los márgenes son lobulados o doblemente aserrados, la base es de forma acorazonada y el ápice apiculado o terminado en punta.

El peciolo es corto y tomentoso, con estípulas alargadas, obtusas, caducas y de color verde. Ligeramente pubescente a lo largo del haz y del envés, con los nervios evidentes y numerosas pilosidades.

Flores

La floración se presenta al finalizar el invierno o principios de la primavera, incluso antes de la aparición de las primeras hojas. El avellano es una especie monoica de flores unisexuales, con estructuras masculinas y femeninas separadas, pero sobre un mismo pie de planta.

Las flores masculinas se disponen en largos amentos colgantes de 6-12 cm de longitud, compactos, cilíndricos y de tonos amarillentos. Las femeninas muy pequeñas, con estigmas rojizos y parcialmente ocultas entre las yemas, una vez fecundadas darán origen a los frutos o avellanas.

Fruto

El fruto es una nuez seca e indehiscente de 2 cm, de forma globular y ovoide con un pericarpio de aspecto leñoso y color pardo-rojizo. Generalmente los frutos se agrupan en infrutescencias de 2-5 unidades que maduran a los 7-8 meses cuando se abren y liberan las avellanas.

La avellana es una núcula cubierta por una cáscara externa fibrosa y fina, que rodea una capa lisa que contiene en su interior la semilla. La avellana de cotiledones carnosos y grasos es un producto comestible de sabor agradable.

Taxonomía

– Reino: Plantae

– División: Magnoliophyta

– Clase: Magnoliopsida

– Orden: Fagales

– Familia: Betulaceae

– Género: Corylus

– Especie: Corylus avellana L.

Sinonimia

Corylus avellana subsp. memorabilis (Sennen) Sennen

Corylus memorabilis Sennen

C. mirabilis Sennen

C. sylvestris Salisb.

Variedades

Corylus avellana racemosa: árboles con numerosas hojas y ramas extensas e inclinadas. Las infrutescencias se disponen en racimos, las avellanas son de forma orbicular, robustas y ligeramente estriadas. Se conocen comúnmente como San Cono, San Juan, Santa María de Jesús o San Nicolás.

Corylus avellana glandulosa: la planta presenta un desarrollo arbóreo, las avellanas son frutos pequeños, gruesos y coniformes. La cubierta es rústica, firme y persistente, comprimida en la base y el ápice hundido. Se conocen como avellano común, avellano de España, baccilara, cannellina, ghiannusa, nepulli y piattiddara.

Corylus avellana máxima: planta de apariencia arbórea de porte alto con numerosas ramificaciones y hojas particulares. El fruto es redondeado, robusto, mediano y cáscara resistente. Se conocen comúnmente como avellana de Inglaterra, avellano estriado, Badarau Bertosa, cerro, San Elmo, San Giorgio, pigra o rizzo.

Hábitat y distribución

Corylus avellana es una especie de clima templado, originario de Europa y Asia, en la actualidad cuenta con una gran área de distribución. Es una planta adaptada a climas cálidos, con alta humedad relativa y buena aireación, condiciones que favorecen el desarrollo de las avellanas.

Su distribución geográfica se ubica desde Siberia en Asia Septentrional y Rusia, hasta Alemania, Austria, Francia, Italia y España. Su hábitat natural se localiza en el sotobosque de abetos y se ubica en diversos ambientes, desde laderas, vegas, peñascos o praderas.

El límite septentrional se sitúa bajo el paralelo 63º, por el sur el Norte de África y el Cáucaso por el este. La temperatura óptima ronda los 12-16 ºC, tolera bien los fríos invernales con temperaturas hasta -8 ºC, pero no soporta las sequías estivales.

En la península ibérica se localiza desde el nivel del mar hasta los 1.900 msnm, siendo más abundante en la región septentrional. Hacia el sur su presencia se limita a terrenos protegidos, como riberas y márgenes de arroyos, quebradas o riachuelos.

Crece sobre suelos fértiles y profundos, de naturaleza calcárea o silícea, pH entre 5,5-7,8, ligeramente arcillosos, pero de buen drenaje. Es una especie muy sensible a la ausencia de humedad, la cual se incrementa en suelos arenosos y calcáreos.

El avellano crece en cañadas, barrancos o valles de forma aislada o en asociación con otras especies formando rodales o pequeños bosques. Se desarrolla sobre diversos tipos de suelo, mientras no sea muy arenoso o de baja fertilidad, siendo necesaria humedad constante.

Usos, propiedades y beneficios

Propiedades

La avellana es un alimento de alto nivel nutritivo, contiene vitamina E, tiamina (vitamina B1), piridoxina (vitamina B6) y ácido fólico (vitamina B9). Además, minerales como calcio, cobre, hierro, magnesio, manganeso y potasio; su contenido de calcio es mayor que ciertos frutos secos, a excepción de las almendras.

De su peso total, un 13-15% corresponde a proteínas, 7-8% a fibras y 60% a grasas. El contenido graso se distribuye en grasas monoinsaturadas u oleicas (55%), polinsaturadas como ácido linoleico omega 6 (15%), otros poliinsaturadas (25%) y saturadas (5%).

Beneficios

La presencia de diversos metabolitos secundarios le aportan propiedades antioxidantes beneficiosas para prevenir el cáncer y estabilizar la presión sanguínea. Además, contribuye con el buen funcionamiento de los sistemas inmunológico y nervioso, normalizando el nivel de colesterol y triglicéridos en la sangre.

Por otra parte, su consumo habitual contribuye con la salud de la piel y de la vista, la producción de glóbulos rojos y el sistema hormonal. Asimismo, mejora el sistema digestivo, previene el estreñimiento y la anemia, y aporta beneficios al sistema cardiovascular.

Usos

Se cultiva principalmente por la producción de frutos comestibles debido a su alto valor nutritivo, siendo consumidos como fruto seco y utilizado en repostería. De las semillas se extrae un aceite que se usa para la elaboración de alimentos, productos cosméticos y lubricantes.

La madera del avellano es liviana, densa y manejable, siendo empleada en marquetería y ebanistería para confeccionar piezas como asas, mangos o cribas. Las ramas y tiras de maderas son tan flexibles que se utilizan en cestería y tonelería, así como la producción de carbón vegetal.

Esta especie también se utiliza como ornamental y en la reforestación de ambientes erosionados. De igual forma como protector de cultivos hortícolas o árboles frutales, creando barreras vivas o rompevientos.

Cultivo

Requerimientos

En manejo agronómico de una plantación comercial de avellano requiere bajo mantenimiento siempre que se cultive sobre el suelo adecuado. Esta especie se desarrolla efectivamente sobre suelos franco-arcillosos, sueltos, de naturaleza caliza o silícea, pH (6-7,5), fértiles y bien drenados.

Crece sobre terrenos planos hasta niveles altitudinales entre 1.600-1.900 msnm, a plena exposición solar o bajo el dosel del bosque. Algunas variedades se han adaptado a vivir bajo sombra siempre que cuente con abundante humus, en suelos pH ácido o alcalino y altos niveles de contaminación.

El cultivo de avellano requiere la atención de aspectos relacionados con el acondicionamiento del terreno que favorezca el desarrollo de la plantación. En este caso, eliminación de obstáculos, nivelación del terreno, mecanización (arado y rastra) y diseño de estructuras que favorezcan el drenaje.

Suelos

Esta especie requiere suelos profundos (40-50 cm), de textura franco-arcillosa, arcillo-limosa, limo-arcillosa o areno-limosa, con menos del 65% de limo. Son recomendables los suelos porosos, que favorezcan la aireación y retención de humedad, así como niveles de pH entre 6 a 7,5.

Clima

El avellano es una especie muy tolerante a las condiciones climáticas, resiste el frío extremo durante el invierno y las sequías estivales. No obstante, la mejor producción se obtiene en suelos húmedos, profundos, bien drenados y a plena exposición solar.

Durante el invierno, la temperatura óptima promedio anual se ubica entre los 12-16 ºC, siendo muy resistente al frío. En la floración, las inflorescencias femeninas toleran hasta -10 ºC y las masculinas -16 ºC durante el desarrollo y -7 ºC al florecer.

Durante el verano, la temperatura diurna debe fluctuar entre 23-27 ºC y las nocturnas entre 16-18 ºC. Variaciones superiores a los 35 ºC aunado a baja humedad puede ocasionar marchitamiento del follaje.

En relación con aportes de humedad, el avellano es un cultivo que no requiere riego en localidades con precipitación superior a 800 mm anual. Durante el verano, en zonas con períodos secos muy prolongados el cultivo requiere riegos ocasionales.

Valores de humedad relativa entre 70-80% favorecen el desarrollo del cultivo durante el periodo vegetativo. En efecto, bajos niveles de humedad relativa influyen en el decrecimiento de la planta y la aparición de daños fisiológicos en las hojas.

Por lo contrario, durante la polinización es conveniente que la humedad relativa sea baja. En avellano la polinización es anemófila y requiere un ambiente seco que favorezca la diseminación del polen.

Manejo

Una vez establecido el cultivo, las plantas requieren diferentes podas de formación, mantenimiento, fructificación o sanidad. Durante los primeros años es necesario realizar podas de formación y mantenimiento para aclarar la copa y equilibrar su desarrollo.

En plantas adultas en plena producción, es recomendable, cada 3-5 años, eliminar brotes, ramas dañadas, enfermas, débiles o de crecimiento extremo. Así como los hijuelos que crecen desde la base y tienden a reducir la productividad y calidad de los frutos.

Plagas y enfermedades

Plagas

Las plagas más comunes son los áfidos o pulgones que afectan los brotes o yemas sobre todo durante la primavera. Algunas especies, como el Mysus persicae se aloja bajo el envés de las hojas y sobre los brotes tiernos.

El otiorrinco (Otiorhynchus cribricollis) es un coleóptero que ocasiona daños foliares, aunque es la larva quien ocasiona los mayores daños económicos. Por otra parte, la larva del balanino (Curculio mucum) causa graves daños en las semillas, la cual constituye su principal fuente alimenticia.

En los frutos es común la incidencia de los chinches del avellano (Gonocerus acuteangulatus o Palomena prasina). Las picaduras ocasionan el aborto o vaciado del fruto y el «enchinchado» reduciendo drásticamente la calidad de las avellanas.

Enfermedades

Entre las enfermedades, el mal del desagarro (Cytospora corylicola) es una de las más graves ocasionando daños a nivel de las ramas. Esta enfermedad tiene un tiempo de incubación de 4-5 años, que finaliza con la rotura y muerte de las ramas infectadas.

La enfermedad denominada gloesporiosis del avellano (Gloesporium corylii) actúa sobre las inflorescencias, los tejidos se necrosan reduciendo considerablemente la producción de polen. Este hongo fitopatógeno tiene la capacidad de permanecer activo en el suelo, infectando las nuevas inflorescencias al próximo año.

Finalmente, el oídio (Phyllartinia corylea) es un hongo ectoparásito que afecta el follaje en climas templados secos de baja humedad atmosférica. La enfermedad se caracteriza por las pústulas voluminosas de color blanco-grisáceo que cubren las hojas, en casos severos provocan la caída de los frutos.

Referencias

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  2. Corylus avellana (2018) Sistema Nacional Argentino de Vigilancia y Monitoreo de Plagas. Recuperado en: sinavimo.gov.ar
  3. El Cultivo de la Avellana (2018) © Copyright Infoagro Systems, S.L. Recuperado en: infoagro.com
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