Historia

Asia entre los siglos XVII y XVIII: Imperios, dinastías y hechos


Asia, entre los siglos XVII y XVIII, estaba compuesta por multitud de culturas, con un desarrollo, muchas veces, comparable al de los estados europeos. En el continente se habían formado algunos grandes imperios y, además, reinaban importantes dinastías en varios países.

Los dos imperios más importantes durante esos siglos eran el Mogol de la India, que llegó a dominar un amplio territorio en el subcontinente indio. Por otra parte, destacó el Imperio otomano, a pesar de que parte de sus dominios se encontraban en Europa. Este último pasó por un periodo de debilidad durante el siglo XVII, aunque se recuperó en el siguiente.

Además, el siglo XVII significó el final de la dinastía Ming en China. Fue sustituida por la Qing, que sería la última de las grandes dinastías que dominaron el país durante siglos. Precisamente, la invasión de los manchúes que marcó el cambio entre esta dinastía fue uno de los acontecimientos más importantes acaecidos en Asia durante esos siglos.

Por otra parte, la llegada de los europeos, que buscaban nuevos mercados, fue consolidándose durante esa época. Como ocurrió con los ingleses, en muchos casos establecieron colonias y conquistaron diversos territorios asiáticos.

Índice del artículo

Principales Imperios/Dinastías

Algunos de los grandes imperio que existían en Asia durante los siglos XVII y XVIII se encontraban en su apogeo político y cultural. La mayoría se había conformado por la fuerza de las armas y su desarrollo económico se equiparaba al de los imperios que existían en Europa.

Imperio mogol

El Imperio mogol de la India, también llamado el Gran Mogol, fue un estado túrquico que profesaba el islam. Su formación se produjo en el siglo XVI y permaneció unido hasta el siglo XIX. Los expertos marcan el año 1707 como el momento cumbre en la historia de este Imperio.

En su momento de mayor esplendor, abarcó una gran extensión de terreno. Así, comprendía la actual India, así como Pakistán y Bangladesh.

Igualmente, también se extendió por zonas de Afganistán, Nepal, Bután y el este de Irán. El Gran Mogol se convirtió en la potencia económica del planeta durante muchas décadas.

Imperio otomano

Antes de convertirse en uno de los imperios más importantes durante varios siglos, los otomanos habían residido en pequeños estados turcos asiáticos. Poco a poco, tras la caída del Imperio Selyúcida, fueron ampliando su territorio.

La toma de Constantinopla, ocurrida en 1453, fue uno de los momentos más importantes de la historia. Los otomanos conquistaron la capital del Imperio bizantino y procedieron a expandir sus dominios mirando hacia Europa.

Después de la época de decadencia que siguió a la muerte de Solimán el Magnífico, los otomanos recuperaron parte de su poder. A pesar de la derrota sufrida en 1571 a manos de españoles y venecianos en la batalla de Lepanto, en el siglo XVII lograron reponerse. Su victoria ante los persas en 1638 les permitió aumentar su poderío en esa zona de Asia.

A finales del siglo XVII, los turcos llegaron hasta Viena, aunque no consiguieron consolidar su control sobre esos territorios.

A partir de ese momento, el Imperio Otomano comenzó a perder las tierras conquistadas en buena parte de Europa, iniciando una decadencia que le llevaría a plegarse a las potencias europeas en el siglo siguiente.

Dinastía Ming en China

La dinastía Ming, de origen Mongol, se había instalado en el poder en 1368 y fue derrocada en 1644. Para muchos historiadores, esta dinastía instauró uno de los gobiernos más disciplinados de la historia, otorgando una gran estabilidad al país.

China, ya en el siglo XVI, había establecido rutas comerciales con los europeos, especialmente con portugueses, holandeses y españoles. Esto proporcionó un gran auge económico durante varias décadas.

Sin embargo, ya en el siglo XVII, diversas circunstancias provocaron que ese comercio se estancara, afectando a la situación de la población.

El desgaste que supuso para los gobernantes Ming esa crisis económica fue una de las razones de la aparición de insurrecciones en su contra. Pekín, la capital, cayó en 1644 tras una rebelión liderada por Li Zicheng. Poco después, los manchúes se hicieron con el poder, estableciendo la dinastía Qing.

Dinastía Qing en China

La dinastía Qing, oficialmente Imperio del gran Qing, reemplazó en el poder a los Ming tras ser estos derrocados en el siglo XVII. Fue la última dinastía imperial del país y gobernó hasta 1912.

Los Qing, provenientes de Manchuria, aprovecharon la rebelión que había derrotado a los Ming para tomar el poder. Durante cuatro décadas se dedicaron a expandir sus territorios y, tras controlar todo el país, extendieron su control a Asia Central.

El momento de mayor auge de la dinastía Qing se produjo durante el reinado del emperador Qianlong, entre los años 1735 y 1796. El imperio llegó a tener 400 millones de habitantes.

La decadencia posterior vino provocada por el bajo crecimiento económico y la corrupción. La intervención de las potencias europeas y la guerra del Opio fueron factores fundamentales para que el Imperio se debilitara.

Acontecimientos importantes

Asia era uno de los continentes más productivos del planeta durante los siglos XVII y XVIII. Gran parte de sus productos se vendían en Europa, especialmente en Francia e Inglaterra. Sus grandes imperios podían competir en todos los aspectos con los europeos.

Sin embargo, las grandes potencias de Europa pasaron de ser clientes o vendedores a buscar establecer su dominio político en el continente. Ese fue, sin duda, el acontecimiento que más cambió la situación asiática durante esos siglos.

Compañía de las Indias Orientales

El primer viaje de los holandeses a la isla de la Sonda se produjo a principios del siglo XVII. Viendo el potencial comercial, en 1602 se creó en Ámsterdam la Compañía de las Indias Orientales, dedicada únicamente al comercio con esa zona del mundo.

Los holandeses tuvieron que competir con los portugueses y, sobre todo, con los británicos, que crearon su propia Compañía con el mismo nombre que la holandesa. Por otra parte, la presencia francesa empezó a aumentar.

Shogunato Tokugawa

En Japón se produjo un cambio político que marcó la historia del país casi hasta el siglo XX. En 1603, Tokugawa Ieyasu tomó el poder en el país, estableciendo el llamado Shogunato Tokugawa.

A pesar de que, en algunos aspectos, modernizó el país, en otros prefirieron mantener el aislamiento frente a los extranjeros. En este sentido, destaca la ley promulgada en 1641 que estableció la expulsión de los no japoneses y la prohibición de su entrada en Japón.

Invasión manchú de China

dinastía Ming vio como su poder disminuía y que los eunucos eran realmente quienes manejaban la política del país.

Por otra parte, en Manchuria, los tanguts habían reunificado a las tribus de la zona. Nurhaci se había declarado Khan en 1616 y había creado la dinastía que acabaría conquistando China.

En 1629, los manchúes atravesaron la Gran Muralla y comenzaron a acercar sus tropas a Pekín. Al mismo tiempo, los Ming tenían que enfrentarse a continuos motines provocados por las malas cosechas y la crisis económica que sufría el país, lo que debilitó las defensas ante los manchúes.

Finalmente, tras un costo periodo en el que reinó la dinastía Shun, los manchúes lograron ocupar el trono chino, inaugurando la dinastía Qing.

Guerras ruso-turcas

Aunque la mayoría de los enfrentamientos entre el Imperio Otomano y Rusia se desarrollaron en territorio europeo, la guerra entre ambas potencias tenía muchas repercusiones en Asia. Entre estas, el control del Mar Negro, el principal paso marítimo entre ambos continentes.

Durante los siglos XVII y XVIII se produjeron varias guerras entre los dos imperios. Al final, la última guerra, entre 1768 y 1774, acabó confirmando el control ruso de Crimea, antes controlada por los otomanos.

Colonización británica de la India

A finales del siglo XVIII se produjo la llamada segunda era de la colonización en Asia. El caso más importante fue la conquista británica de la India, que se completó durante el siglo siguiente.

Como se señalaba anteriormente, los británicos habían fundado su Compañía de las Indias Orientales en el siglo XVII. Mediante esta empresa, crearon una red de puestos comerciales en lugares como Calcuta, Bombay o Madrás.

Los británicos aprovecharon la falta de líderes fuertes en la India durante ese periodo y fueron pasando de la actividad comercial al dominio político.

En 1767, las tropas británicas derrotaron a las fuerzas indias cerca de Bengala. Tras esto, Warren Hasting se convirtió en el primer gobernador general en 1774. En pocos años, todo el subcontinente indio quedó en manos de la Compañía de las Indias Orientales.

Referencias

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  2. Pellini, Claudio. La Dinastía Manchú Gobierno de los Qing en China. Fin dinastía Ming. Obtenido de historiaybiografias.com
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  5. Frederick, William H. History of Southeast Asia. Obtenido de britannica.com
  6. Major, Andrea. The East India Company: How a trading corporation became an imperial ruler. Obtenido de historyextra.com
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