Arte rupestre: origen, características, ejemplos
El arte rupestre o pinturas rupestres hace referencia a los dibujos, pinturas o grabados realizados durante la prehistoria en rocas, especialmente dentro de cuevas. Las hipótesis sobre el motivo que llevó a los habitantes de la época a adornar así las rocas son variadas y no incompatibles entre sí.
De esta forma, se les atribuye una cierta importancia mágico-religiosa, con el fin de atraer la caza. Igualmente, también demuestran la intención de sus creadores de comunicarse con otras personas y, por último, la inclinación por la representación artística de su vida cotidiana propia de los seres humanos.
Durante mucho tiempo, se afirmó que las primeras manifestaciones de arte rupestre se remontaban a hace unos 40 000 años, datación de muchas de las halladas en cuevas de Francia y España. Sin embargo, recientes investigaciones han atrasado la fecha debido al descubrimiento de pinturas que se remontan a hace más de 60 000 años, por lo que sus autores habrían sido neardentales.
Este tipo de manifestaciones culturales se han encontrado en todos los continentes, con la excepción de la Antártida. Las más conocidas son las que se encuentran en España y Francia, como las de Altamira o Lascaux.
Índice del artículo
- 1 Origen
- 2 Características del arte rupestre
- 3 Tipos de arte rupestre
- 4 Ejemplos de lugares del mundo con pinturas ruprestres
- 5 Referencias
Desde su aparición en el planeta, los seres humanos dejaron prueba de su paso en cuevas y paredes rocosas. En estos primeros ejemplos de arte rupestre dejaron plasmadas representaciones de objetos, plantas, animales, signos o escenas de su vida cotidiana.
Algunas modernas investigaciones sugieren que, además de otros motivos, esta pintura fue el antecedente de la propia lengua oral y, obviamente, de la escritura.
El uso de este tipo de arte como forma de expresión se desarrolló por todo el mundo y durante varios periodos, incluso entre los neardentales.
Conocer con exactitud el origen de las pinturas rupestres es una tarea complicada. Por una parte, el estado de conservación de muchas rocas y cuevas no ayuda a datar con precisión su edad y, por otra, nuevos descubrimientos han ido atrasando la fecha de las primeras obras.
Solo el avance tecnológico está permitiendo que los análisis de datación sean cada vez más precisos.
Durante mucho tiempo, en Europa se habían encontrado en el interior de algunas cuevas muchos restos prehistóricos, la mayoría utensilios de piedra o hueso. Algunos de ellos, estaban adornados con representaciones talladas de animales.
Sin embargo, el hallazgo del primer conjunto pictórico prehistórico de gran extensión no tuvo lugar hasta 1879. Ese año, Marcelino Sanz de Sautuola, descubrió en la cueva de Altamira, Santander (España) un grupo de bisontes dibujados en uno de sus techos.
El descubrimiento se presentó ante los científicos de la época en 1880. La primera reacción fue de incredulidad e, incluso, se llegó a negar la autenticidad de las pinturas, ya que se pensaba que su realización estaba fuera del alcance de la capacidad mental de los habitantes de la prehistoria.
Hicieron falta nuevos descubrimientos en España y Francia para que la existencia del arte rupestre comenzara a ser tomada en serio.
Durante muchas décadas, se consideró que el origen de la pintura rupestre se situaba hace unos 40 000 años, durante el último periodo glaciar.
En Europa, las representaciones más antiguas, encontradas en España, tienen casi 38 000 años de antigüedad, lo que coincide con la época de llegada de los primeros Homo sapiens al continente.
El estudio de pinturas de otros continentes, sin embargo, ha ido atrasando la fecha de su posible origen, hasta el punto de atribuir parte de las obras a los neardentales.
La creencia que situaba el origen del arte rupestre hace 40 000 años se vio superada con el descubrimiento y estudio de las pinturas de otras cuevas.
En febrero de 2018, un artículo publicado en Science afirmaba que las pinturas encontradas en la cueva de La Pasiega (España) habían sido realizadas por neardentales y no por el Homo sapiens. La datación retrasaba en casi 20 000 años el origen de este tipo de arte, ya que se habían realizado hace más de 64 8000 años.
Otros estudios, realizados en otras cuevas españolas, como Ardales (Málaga) o Maltravieso (Cáceres) confirmaron esas dataciones y su autoría neandertal.
Por otra parte, unos investigadores de la Universidad de Witwatersrand, en Sudáfrica, hallaron dibujos en una piedra que, según los análisis, fueron realizados hace unos 73 000 años.
El arte rupestre ha sido practicado en todos los periodos de la historia de la humanidad, así como todos los continentes, con la excepción de la Antártida. Francia y España solo los países que cuentan con más ejemplos de este tipo de arte.
Las pinturas solían realizarse en las zonas más oscuras de las cuevas. Se piensa que sus creadores utilizaban pequeñas lámparas fabricadas con piedra y alimentadas con tuétano para iluminarse mientras trabajaban.
La temática de la pintura rupestre es, más o menos, homogénea, aunque existen algunas diferencias entre la originada en el Paleolítico y las del Neolítico.
Las primeras suelen representar a animales salvajes o estar compuestas por líneas. Las segundas, por su parte, también muestran animales, pero añaden más seres humanos, su medio ambiente, manos y escenas de la vida cotidiana. En este último periodo, además, comenzaron a representar a sus dioses.
Los animales que aparecen en las pinturas suelen ser caballos, mamuts, ciervos, bisontes y renos. En algunas ocasiones, se representaban heridos por flechas o lanzas.
El arte rupestre solía ser monocromo (un color) o bicolor (dos colores). Los colores más habituales eran el negro, rojo, amarillo y ocre, con diferentes tonalidades.
Los pigmentos para obtener los colores eran de origen vegetal, aunque también los extraían de los desechos y fluidos corporales o de minerales.
Para aplicar el color, los artistas de la época utilizaban directamente los dedos, aunque en ocasiones los escupían en la roca o los soplaban con una caña fina ahuecada. Con el tiempo, comenzaron a utilizar rudimentarios pinceles.
Sus lápices se elaboraban con ramas quemadas y bolas de colorante mineral aglutinadas con resina. Los desniveles y hendiduras en las paredes les servían para dotar al dibujo de volumen y realismo.
Los expertos han dividido en arte rupestre en tres tipos: pictogramas, petroglifos y figuras de tierra.
Los primeros se plasmaban encima de las superficies rocosas, tal y como se puede contemplar en las cuevas como Altamira. El material para la pintura se extraía de los minerales y de otros componentes naturales.
Los petroglifos, por su parte, eran las talladuras que se realizaban en las rocas. Para ello, usaban rocas más pequeñas y duras con la que golpeaban la superficie en la que querían realizar su obra. En algunas ocasiones, se utilizaba una segunda piedra para tallar, como si fuera un cincel.
Por último, las figuras de tierra eran diseños creados en superficies rocosas. Estos dibujos tenían, sobre todo, motivaciones religiosas, aunque su temática podía ser de otro tipo.
Durante mucho tiempo, se consideró que las pinturas con más relevancia eran las encontradas en Europa, concretamente en Francia y España. Sin embargo, los investigadores han ido encontrando otros importantes ejemplos de este tipo de arte en todos los continentes.
La región del Perigord, situada en el sur de Francia, es conocida por el sistema de cuevas que recorren su subsuelo. En esa zona, al sur de la ciudad de Montignac, se encuentra uno de los ejemplos de arte rupestre más importantes del mundo.
La cueva de Lascaux fue descubierta por cuatro adolescentes, el 12 de septiembre de 1940. Su gran número de dibujos y grabados, 1 963 figuras en solo 243 metros, provocó que, en un primer momento, se considerara un fraude.
Las pinturas de Lascaux fueron realizadas durante el periodo Magdaleniense y ofrecen una completa muestra de los animales que habitaban la zona, desde caballos de Przewalski, hoy extintos, a uros, pasando por bisontes, toros y tarpanes.
Localizada en el valle francés de Pont d’Arc, la cueva Chauvet fue descubierta en 1994. Sus pinturas fueron realizadas hace unos 36 000 años.
Se han catalogado cientos de estas pinturas que representan a 13 especies de animales. Una de los aspectos más curiosos es que algunos de esos animales son depredadores, en lugar de las habituales piezas de caza.
En esta cueva, además de las pinturas rupestres, también fueron descubiertos restos fosilizados y huellas de humanos y osos de las cavernas.
Una de las cuevas más valiosas del mundo es la de Altamira, situada en la comunidad autónoma de Cantabria (España). En ella se conservan varios de los grupos pictóricos más importantes de la prehistoria.
Las pinturas y grabados fueron realizados en distintos periodos, principalmente durante el Magdaleniense y el Solutrense, aunque algunos pertenecen al Gravetiense y a los inicios del Auriñaciense. Su antigüedad es de unos 35 600 años.
En la cueva pueden apreciarse pinturas policromáticas y monocromáticas, así como grabados. En ella se representaron animales y dibujos abstractos.
El arte rupestre de estas cuevas es uno de los más antiguos realizados por la humanidad. La presencia de pinturas en este conjunto de cuevas se conocía ya hace cinco décadas, pero entonces su antigüedad se estimaba en solo 10 000 años. Solo las investigaciones más recientes han permitido conocer su verdadera edad: entre 35 000 y 40 000 años.
Las pinturas rupestres de la cueva de Altxerri, en el País Vasco, han sido datadas en el Paleolítico Superior y las más antiguas tienen unos 39 000 años.
En su interior pueden observarse hasta ciento veinte grabados. De estos, noventa y dos representan animales, entre los que destacan renos, caballos, zorros, cabras y bisontes.
A 45 kilómetros al sur de la ciudad india de Bhopal se encuentran las pinturas rupestres del país. Aparte de su valor artístico, estas representaciones están consideradas como las primeras dejadas por los seres humanos en el país.
Entre las características de estas pinturas se encuentra la superposición de varias representaciones. De esto se deduce que fueron realizadas en diferentes épocas prehistóricas a partir del Paleolítico superior.
Además de animales como rinocerontes, elefantes y bisontes, estas pinturas reflejan varias actividades humanas, desde nacimientos a ritos funerarios, pasando por escenas de caza y danza.
En la provincia argentina de Santa Cruz, en el cañón del río Pinturas, se encuentra la conocida cueva de las manos.
Además de por su belleza, las pinturas rupestres de esta gruta destacan por su antigüedad. Las más antiguas se han datado en el 7350 a. C., lo que las convierte en una de las más remotas de los pueblos sudamericanos.
El nombre de la cueva proviene de las pinturas de manos, casi siempre la izquierda, marcadas en la piedra. Aunque no se sabe a ciencia cierta, se cree que pudieron ser realizadas por motivos rituales.
Además de esas manos, en la cueva también aparecen imágenes de animales, como guanacos, y puntos y figuras geométricas.
- Martínez Celis, Diego; Botiva Contreras, Álvaro. Arte rupestre. Obtenido de rupestreweb.info
- Fava, Jorge. El origen del arte rupestre del paleolítico superior europeo: una revolución cosmológica. Obtenido de historiayarqueologia.com
- RTVE.es / Agencias. Los autores de las pinturas rupestres más antiguas del mundo eran neandertales y “españoles”. Obtenido de rtve.es
- Clottes, Jean. Cave art. Obtenido de britannica.com
- Wei-Haas, Maya. 40,000-year-old cave art may be world’s oldest animal drawing. Obtenido de nationalgeographic.com
- Visual Arts Encyclopedia. Prehistoric Cave Painting (40,000-10,000 BCE). Obtenido de visual-arts-cork.com
- Callaway, Ewen. Is this cave painting humanity’s oldest story?. Obtenido de nature.com