Tipos de depresión, síntomas y tratamientos
Existen diferentes tipos de depresión en función de distintos factores como su duración, gravedad o síntomas. Se trata de un mal que puede afectar a cualquier persona, desde niños o jóvenes a adultos mayores.
Tal es así que la OMS calcula que 350 millones de personas a lo ancho y largo del mundo sufren algunos de los tipos de depresión que existen, siendo las mujeres las más proclives a padecerla.
En el siglo IV a.C. Hipócrates ya hacía referencia a estados de ánimo caracterizados por el abatimiento y la tristeza y lo denominaba melancolía. Se partía de la idea de que los trastornos del estado del ánimo se debían a un desequilibrio en los humores del cuerpo (bilis negra, bilis amarilla, sangre y flema).
Esta concepción se mantuvo hasta el siglo XIX y se considera el antecedente de las actuales teorías que explican los trastornos del estado del ánimo, entre los que se encuentra la depresión.
La depresión es uno de los trastornos que mayor malestar psicológico produce en la actualidad siendo probablemente el que más pacientes genera en la práctica clínica.
La palabra depresión se utiliza de forma frecuente para definir un estado de ánimo pero, al contrario de lo que se suele pensar, el sentimiento de tristeza no es suficiente para diagnosticar una depresión.
Índice del artículo
- 1 Tipos principales de depresión
- 2 Síntomas depresivos
- 3 Tratamiento para los trastornos depresivos
- 4 Referencias
Tipos principales de depresión
– Trastorno depresivo mayor
Este trastorno es el que padecen las personas que han sufrido o sufren un episodio depresivo mayor. Se distinguen dos subtipos:
- Trastorno depresivo mayor, episodio único: si aparece un único episodio.
- Trastorno depresivo mayor, episodio recurrente: si ha habido al menos otro episodio depresivo mayor en la vida.
Para poder hacer un diagnóstico de episodio depresivo mayor tienen que aparecen cinco o más de los siguientes síntomas durante un periodo de dos semanas. Y al menos uno de estos síntomas tiene que ser estado de ánimo depresivo o pérdida de interés o de la capacidad para el placer:
- Estado de ánimo depresivo la mayor parte del día y casi cada día.
- Disminución acusada del interés o de la capacidad para el placer en todas o casi todas las actividades, la mayor parte del día.
- Pérdida importante de peso sin hacer régimen, o aumento de peso, o pérdida o aumento del apetito casi cada día.
- Insomnio o hipersomnia cada día.
- Agitación o enlentecimiento psicomotores casi cada día.
- Fatiga o pérdida de energía casi cada día.
- Sentimientos de inutilidad o culpa excesivos o inapropiados.
- Disminución de la capacidad para pensar o concentrarse.
- Pensamientos recurrentes de muerte.
Además estos síntomas provocan malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
A su vez, dentro del episodio depresivo mayor podemos encontrar diferentes subtipos. Esta división se ha realizado con el objetivo de plantear una intervención y tratamientos más específicos en función de cada caso.
Tipo catatónico
Esta forma de depresión es muy poco frecuente, pero cuando aparece su principal características son las alteraciones motoras que le acompañan.
Estas alteraciones pueden consistir en la inmovilidad durante un periodo de tiempo o en movimientos extraños y bruscos. Cuando aparece este subtipo suele hacerlo acompañado de episodios de manía, es decir, en el trastorno bipolar.
Tipo melancólico
El síntoma principal en este caso es la pérdida de placer generalizada y una ausencia de respuesta ante los estímulos que habitualmente se han considerado placenteros. A este síntoma se le conoce como anhedonia.
Además, los pacientes que la sufren suelen notar un empeoramiento del estado del ánimo por las mañanas, se despiertan de forma precoz y debido a alteraciones motoras como enlentecimiento o agitación del cuerpo o parte de él.
Tipo atípico
Al contrario que el anterior, se caracteriza por un elevado número de respuestas ante los estímulos. Va acompañado por un nivel muy alto de ansiedad.
Algunos de los síntomas más característicos son el aumento de apetito, de peso y la necesidad de dormir muchas horas.
Tipo posparto
Este episodio puede aparecer en la mujer tras dar a luz. Los síntomas se manifiestan en los días posteriores al parto o incluso un año después.
Además de las características habituales del estado depresivo, aparecen otras particularidades como el sentimiento de miedo a quedarse sola con el bebé y/o la incapacidad para cuidarse ella misma o al recién nacido. Las alteraciones hormonales tienen un papel fundamental en la aparición de este subtipo
Tipo estacional
La característica principal es que tanto el inicio como el fin del episodio coincide con una determinada época del año. Generalmente comienzan en otoño o invierno y remiten en primavera, aunque pueden ocurrir en otras épocas.
– Trastorno distímico
La principal diferencia de este trastorno con el anterior es que la sintomatología es menos grave pero más sostenida en el tiempo, al menos dos años.
El síntoma principal que aparece es un estado de ánimo triste prácticamente a diario y que se mantiene durante al menos los dos citados años. Además se dan dos o más de los siguientes síntomas:
- Pérdida o aumento de peso.
- Insomnio o hipersomnia.
- Falta de energía o fatiga.
- Baja autoestima.
- Dificultades para concentrarse o tomar decisiones.
- Sentimiento de desesperanza.
En los dos años que se mantiene este estado de ánimo no puede haber un periodo de más de dos meses en los que no hayan aparecido los síntomas. Si fuera así, no se podría diagnosticar el trastorno distímico.
Además, estos síntomas provocan malestar significativo en la persona que los sufre o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
– Trastorno depresivo mayor no especificado
En esta categoría se incluyen los trastornos depresivos que no cumplen los criterios para incluirlos en las otras categorías. Dentro de este tipo de trastorno los más frecuentes son:
Trastorno disfórico premenstrual
Se refiere a síntomas depresivos como estado de ánimo acusadamente deprimido, ansiedad importante, marcada labilidad afectiva, pérdida de interés en las actividades, etc. que suelen aparecer la última semana del ciclo menstrual y desaparecen en los primeros días de la menstruación.
Para poder diagnosticarlo, estos síntomas tienen que haber aparecido en la mayoría de los ciclos menstruales del último año.
Además tienen que ser lo suficientemente graves como para interferir notablemente en el trabajo, los estudios o cualquier área importante para la persona.
Trastorno depresivo pospsicótico en la esquizofrenia
Alude a la aparición de un episodio depresivo mayor exclusivamente en la persona que sufre esquizofrenia. Más concretamente, este episodio suele aparecer en la fase residual de la esquizofrenia.
Trastorno depresivo menor
Se refiere a los casos que cumple los criterios de duración (es decir, los síntomas aparecen durante dos semanas) pero no alcanzan a sumar los cinco síntomas para diagnosticar un trastorno depresivo mayor.
Trastorno depresivo breve recurrente
Se trata de episodios depresivos con duración muy breve (entre dos días y dos semanas) que aparecen durante un año con una frecuencia de al menos una vez al mes.
Es importante distinguir si estos episodios van asociados a los ciclos menstruales, en cuyo caso se diagnosticaría trastorno disfórico premenstrual.
– Depresión por un duelo
Tras la pérdida de un ser querido aparecen síntomas muy parecidos a los del episodio depresivo mayor: ansiedad, aturdimiento emocional y negación.
Algunas personas, tras la pérdida, necesitan tratamiento psicológico inmediato, pues sus síntomas les provocan un malestar tan grave que no pueden continuar con su vida.
Sin embargo, habitualmente el proceso natural del duelo se resuelve en los primeros meses. Aunque algunas personas continúen afligidas durante un año o incluso más.
Transcurrido el primer año, las probabilidades de recuperación de un duelo sin tratamiento especializado, se reducen considerablemente. En estos casos, un proceso de duelo normal se convierte en trastorno.
Los síntomas más frecuentes en este duelo patológico son recuerdos intrusivos y anhelos penosamente fuertes por el ser querido, así como la evitación de personas o lugares que recuerdan al ser amado.
Síntomas depresivos
Las personas que padecen depresión presentan una serie de síntomas que se pueden englobar en cinco categorías principales:
Síntomas anímicos
Con frecuencia el síntoma básico de la depresión es la tristeza profunda. Pero en algunos casos la tristeza puede ser sustituida por irritabilidad.
En las depresiones más severas el estado de ánimo se caracteriza por una incapacidad para sentir, se experimenta una anestesia afectiva. Otros síntomas que aparecen con frecuencia son abatimiento, pesadumbre, infelicidad, nerviosismo, angustia o ansiedad.
Síntomas motivacionales y conductuales
Con frecuencia las personas que padecen depresión experimentan la denominada “triple A depresiva”: apatía, abulia y anhedonia.
Estos síntomas se relacionan con un estado general de inhibición conductual que en los casos más graves se puede manifestar con el enlentecimiento generalizado del habla, de las respuestas motoras, del gesto, etc. En los casos extremos puede darse incluso un estado de parálisis motora.
Síntomas cognitivos
En esta categoría se pueden distinguir dos grupos principales: Aparece una disminución en las capacidades cognitivas de la persona, como la memoria, la atención, concentración, velocidad mental, etc.
Por otro lado, aparecen distorsiones cognitivas, es decir, errores en la interpretación de la realidad, sobre su entorno, el pasado, el futuro y su propia persona.
Pueden salir a la luz síntomas como ideas delirantes de ruina o catástrofe, además de alucinaciones auditivas, difamatorias o acusatorias.
Síntomas físicos
Los síntomas físicos más comunes son: las alteraciones del sueño (normalmente se trata de insomnio pero también puede darse hipersomnia), alteraciones en el apetito y el peso (por defecto o por exceso), la fatiga, disminución de la actividad, molestias y dolores corporales (cefaleas, dolores abdominales, náuseas, vómitos, diarreas, mareos, problemas cardiorrespiratorios, etc.) y disminución del deseo sexual.
Síntomas interpersonales
Es frecuente que las relaciones sociales se descuiden por completo. Según indican algunas investigaciones, el 70% de las personas que sufre depresión manifiestan haber perdido el interés por la gente que le rodea.
Suelen estar aislados porque además de la pérdida de interés por su parte, el malestar que sufren y transmiten suele provocar rechazo por parte de los demás.
Tratamiento para los trastornos depresivos
La depresión, junto con la ansiedad, son los trastornos que con más frecuencia se tratan en la consulta del psicólogo.
Por este motivo, hay numerosos estudios y avances en su tratamiento. A día de hoy conocemos múltiples y variadas técnicas para hacerle frente y en la mayoría de los casos se consigue un resultado satisfactorio.
En la actualidad, dentro del tratamiento psicológico, destacan tres tipos de terapia que han demostrado ser más eficaces: el tratamiento conductual, el tratamiento cognitivo y la terapia interpersonal.
La duración del tratamiento será mayor o menor en función del tipo de terapia, de la gravedad de los síntomas y de los avances que el paciente haga fuera de la consulta.
En cualquier caso es importante tener presente que la depresión es un trastorno que genera un malestar profundo en la persona que lo sufre.
Además no siempre son comprendidos por las personas que les rodean, ya que suelen restar importancia a las causas que le han llevado a la depresión. En estos casos es muy importante consultar con un profesional de la salud mental.
Referencias
- American Psychiatric Association (2002). DSM-IV-TR. Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders.