Biografías de personajes históricos

Rafael Landívar: biografía, obras


Rafael Landívar (1731-1793) fue un sacerdote guatemalteco que perteneció a la Orden de la Compañía de Jesús, y que también se destacó como escritor y poeta. Estuvo dotado de gran inteligencia, demostró capacidad para las letras y supo estar al servicio de los demás.

La obra de Landívar no fue abundante. Sin embargo, por su profundidad gozó de reconocimiento. Su escrito más importante fue Rusticatio mexicana, poema basado en la naturaleza del territorio mexicano durante la conquista española. También escribió varios versos en castellano y latín, además de una cantidad considerable de sermones.

La vida sacerdotal del jesuita se vio marcada por su expulsión de la Nueva España tras la orden del monarca Carlos III, quien no simpatizó con la Compañía de Jesús. Así que Rafael Landívar pasó los últimos años de su vida en Italia, específicamente en la ciudad de Bolonia.

Índice del artículo

Biografía

Nacimiento y familia

Rafael Landívar nació el 27 de octubre de 1731 en Guatemala en los tiempos del dominio del imperio español en América. El poeta provino de una familia de buena posición económica. Se conoce que su padre fue Pedro Landívar, empresario del negocio de la pólvora, y que también fue pariente del conquistador Bernal Díaz.

Formación de Landívar

Los años de formación académica de Landívar se iniciaron en 1742. Cuando tenía once años ingresó al Colegio Mayor Universitario de San Borja de Guatemala. Dos años después comenzó los estudios de filosofía en la Real y Pontificia Universidad de San Carlos Borromeo.

Posteriormente, en 1746 obtuvo el título de bachiller en filosofía. Al año siguiente, y con tan solo dieciséis años de edad, logró un doctorado. Luego tomó la decisión de formar parte de la Orden de la Compañía de Jesús, así que en 1749 se fue a México para ingresar al seminario. Se hizo sacerdote en 1755.

Desempeño en Guatemala

El sacerdote jesuita regresó a Guatemala al poco tiempo de haber sido ordenado. Allí fungió como director del Colegio San Borja, donde también enseñó filosofía y realizó su labor con esmero y dedicación. En aquella época ya había comenzado a escribir algunos de sus poemas.

Expulsión de la Compañía de Jesús de Nueva España

En 1759 Carlos III llegó al trono español con la determinación de sacar a los jesuitas de todo el territorio de la Nueva España. Aquella decisión la tomó influenciado por su madre Isabel de Farnesio, quien no simpatizó con ellos y desconfió de la organización religiosa.

La orden de expulsión se llevó a cabo el 2 de abril de 1767, así que un total de cinco mil doscientos setenta y un jesuitas tuvieron que salir tanto de España como de las Indias. Los que ocuparon Guatemala perdieron sus pertenencias y propiedades; se marcharon primero a México, y luego a Italia.

El desprendimiento

Tanto a Landívar como a sus compañeros de la Compañía que vivieron en Guatemala les tocó desprenderse de sus familias y amigos, a quienes muchos no pudieron ver nunca más. En el caso de su monasterio, este fue cedido a los frailes de la Orden de los Dominicos.

Por su parte, el poeta tuvo abandonar las clases de teología y filosofía que impartió en el instituto San Borja, el cual quedó bajo la administración del párroco de la iglesia principal de la ciudad. Sus tierras fueron vendidas. En definitiva, solo se llevaron tristeza y el dolor de dejar su patria.

La obra cumbre de Rafael Landívar

La llegada de Landívar a Italia fue para nunca más volver a su tierra natal, como ocurrió con la mayoría de sus compañeros. Aunque fue bien recibido por los nobles Albergati, para los que trabajó como profesor, jamás dejó de extrañar y sentir nostalgia por Guatemala y América en general.

En aquel tiempo la melancolía le condujo a desarrollar su obra más conocida: Rusticatio mexicana. El poeta y sacerdote tuvo la oportunidad de verla publicada. La primera edición se realizó en 1781, mientras que la segunda salió a la luz en 1782 con algunas correcciones y más extensa.

Últimos años y fallecimiento

Landívar pasó los últimos años de su vida dedicado a la escritura, la oración y la contemplación. Aunque se desconoce la causa de su fallecimiento, se sabe que ocurrió el 27 de septiembre de 1793 cuando tenía sesenta y dos años de edad, en la ciudad que lo acogió durante más de dos décadas: Bolonia.

En un principio los restos del sacerdote Landívar fueron sepultados en la cripta de la iglesia Santa María delle Muratelle. Luego, más de medio siglo después, en 1950, su tumba fue encontrada, y las autoridades guatemaltecas lograron repatriar su cuerpo. Actualmente sus restos reposan en la Antigua Guatemala.

Rescate y conservación de su obra

En el siglo XIX la obra de Rafael Landívar había perdido renombre en Guatemala. Eso se debió a que el número de ediciones que se tenían eran pocas y difíciles de comprender. Así que el historiador Ramón Salazar solicitó al diplomático de Guatemala en Venecia ir a Bolonia para una investigación.

Luego de las gestiones fueron enviados a la ciudad natal del jesuita dos textos de su obra Rusticatio, los cuales fueron traducidos del latín al castellano en diferentes fechas. Un siglo después, en 1961, se creó la Universidad Rafael Landívar, en honor al poeta y sacerdote jesuita.

Obra

La escasa obra literaria de Rafael Landívar abarcó varios poemas en castellano, latín y algunos sermones. Se caracterizó por ser expresiva y por poseer una alta carga lírica. Los siguientes fueron los escritos más conocidos del autor:

– Funebri declamato pro iustis (1766). Fue una oración fúnebre con motivo del fallecimiento del sacerdote Francisco Figueredo y Victoria.

– Rusticatio mexicana o Rusticatio mexicana, seu rariora quaedam ex agris mexicanis decerpta (1781).

-Breve descripción de su obra

Rusticatio mexicana (1781)

Fue la obra más importante y conocida de Landívar, la cual escribió motivado por la melancolía durante sus años en el exilio. El texto poético se refirió a la forma de vida campesina y a la naturaleza del territorio de Nueva España. El autor fue comparado con el poeta Virgilio por la manera en la que estructuró los versos.

Las dos ediciones publicadas por el jesuita, en 1781 y 1782, fueron escritas en latín y formadas en hexámetros. Los acopló en un saludo a Guatemala, quince cantos y una especie de sermón. La segunda edición fue corregida en cuanto a forma, y además el autor le realizó algunas extensiones.

Contenido

Principalmente la obra de Landívar fue un acto de afecto por su patria, un reconocimiento a sus riquezas naturales, la hermosura de la fauna y flora, así como a la tenacidad del hombre de campo. La exposición de la geografía americana transporta al lector a un viaje de belleza natural.

Algunos estudiosos han considerado que el contenido del escrito fue una documentación histórica totalmente realista de la situación de la población campesina en tiempos coloniales. Los aspectos positivos y negativos ampliaron la visión que el Viejo Mundo tenía sobre América.

Comparaciones

La obra del sacerdote guatemalteco ha sido motivo de comparaciones positivas con respecto a textos de autores más contemporáneos. Tal fue el caso de Silva a la agricultura de la zona tórrida de Andrés Bello, o Grandeza mexicana de Bernardo de Balbuena.

Las comparaciones tal vez fueron dadas porque la descripción de los ambientes naturales fue un reflejo de los escenarios de América. La sensibilidad, la humanización y la creatividad lograron crear un puente de respeto, autonomía y libertad por las riquezas del Nuevo mundo con el lector.

Fragmentos

El siguiente fragmento, aunque fue anexado a la obra ya descrita, fue desarrollado por el autor en 1765, inspirado por el terremoto que azotó a su tierra catorce años antes:

“¡Salud, salud o dulce

Guatemala,

origen y delicia de mi vida!

Deja, hermosa, que traiga a

la memoria

las dotes, las ofrendas que convidas:

tus fuentes, agradables, tus mercados,

tus templos, tus hogares y tu clima.

¿Qué fuera, si yo el lujo recordase

de dorados damascos y cortinas,

ya de sedas vistosas, ya de lanas

con la tyria escarlata bien teñidas?

… Recobra la ciudad rápidamente

de sus mismos destrozos

nuestra vida,

acaso más feliz ¡quiéralo el cielo!

Cual otro Fénix

de inmortal ceniza.

Gózate ya ¡resucitada madre!

¡Capital de aquel reino la más rica!

Libre vive desde ahora para siempre

de temblores y de ruinas;

y yo haré resonar hasta los astros,

el eco tierno de canciones vivas…”.

Rusticatio mexicana, fragmento

“Oh salve, patria, para mí querida,

mi dulce hogar, oh salve Guatemala!

Tú el encanto y el origen de mi vida.

¡Cuánto, tierra bendita, se regala

el ánimo evocando tu suelo

las prendas todas, de natura gala!

Me acuerdo de tu clima y de tu cielo,

a tus fuentes me asomo, y se pasea

por tus henchidas calles ¡ay! mi anhelo…

Con frecuencia la imagen placentera

surge en mi mente, de tus muchos ríos

que huyendo van en rápida carrera

en torno de los márgenes sombríos;

o bien el interior de tus hogares

ver me figuro lleno de atavíos…

… ¡Ay! la ciudad que ayer fuera esplendente

alcázar y de reina la señora,

admiración y pasmo de la gente;

¡de piedras un acervo es solo ahora…!

casa, templos y calles… no le quedan;

y aún del monte a la cumbre protectora

no cabe por do ir, que se lo vedan

los edificios que en tal fatal ruina

de sus alturas hasta el polvo ruedan.

Referencias

  1. Rusticatio mexicana. (2008). Guatemala: La Hora. Recuperado de: lahora.gt.
  2. Rafael Landívar. (2019). España: Wikipedia. Recuperado de: es.wikipedia.org.
  3. Tamaro, E. (2019). Rafael Landívar. (N/a): Biografías y Vidas. Recuperado de: biografiasyvidas.com.
  4. Rafael Landívar. (2019). España: Centro Virtual Cervantes. Recuperado de: cvc.cervantes.es.
  5. Biografía de Rafael Landívar. (2017). Guatemala: Aprende Guatemala. Recuperado de: aprende.guatemala.com.