Terremoto: concepto, causas, tipos, consecuencias
¿Qué son los terremotos?
Los terremotos, sismos, seísmos, temblores de tierra o movimientos telúricos son fuertes y bruscos movimientos de la tierra provocados por ondas que se mueven a través de ella, denominadas ondas sísmicas. Estas ondas son provocadas por los desplazamientos de la corteza terrestre que generan grandes fracturas.
La clave para entender los terremotos es comprender que la corteza terrestre no es rígida y uniforme. Es un conjunto de placas en movimiento, chocando y presionándose entre sí.
Sin embargo, esos movimientos de las placas que forman la corteza son lentos y por tanto normalmente no los percibimos. Estos movimientos causan presiones que van acumulando energía, debilitando áreas, hundiendo algunas y levantando otras.
De tal forma que, en un momento dado esas presiones generan un quiebre o fractura, liberando la energía acumulada. Por tanto, se produce un brusco y fuerte movimiento que se transmite como una onda agitando la tierra.
El sitio bajo la tierra donde ocurre la liberación de energía que provoca el terremoto, se llama foco o hipocentro. Mientras que el punto exactamente arriba del hipocentro en la superficie se llama epicentro del terremoto.
Los terremotos pueden ser de 3 tipos, dependiendo de la profundidad a la cual se localiza su hipocentro: los terremotos superficiales, los intermedios y los profundos.
Por otra parte, se usan varias escalas de medición para establecer la intensidad de un terremoto. La más conocida es la escala de Richter que va desde 2 para el menos intenso hasta 6,9 para el de mayor intensidad. Para los terremotos de intensidad 7 o mayores se usa la escala de Thomas C. Hanks y Hiroo Kanamori.
¿Cuáles son las causas de un terremoto?
Todo fenómeno que provoque una gran fuerza o tensión sobre la estructura de la corteza terrestre puede provocar un terremoto. La causa más común son los desplazamientos de las placas que forman la corteza o placas tectónicas. Pero también ocurren por erupciones volcánicas, impactos de asteroides o por explosiones nucleares.
Deriva continental
Nuestro planeta está formado por 3 capas fundamentales, núcleo, manto y corteza. El núcleo es de hierro y níquel, sólido en el centro y líquido externamente. Sobre este se encuentra el manto formado por rocas de silicio y magnesio.
Aunque estas rocas son sólidas, las presiones y altas temperaturas causan que se deformen y se desplacen. Finalmente, sobre el manto está la corteza que es sólida formada por rocas de silicatos.
Esta corteza no es continua, sino que forma diversidad de placas que se mueven entre sí empujadas por los movimientos del manto debajo de ellas. Así como por el surgimiento de magma o roca fundida en el fondo de los océanos.
Esto provoca que las placas se desplacen horizontalmente y también se eleven o se hundan. Generalmente no lo notas porque son movimientos lentos a lo largo de millones de años.
Al moverse, las placas chocan entre sí o se rozan al viajar en sentido contrario una de otra, provocando grandes presiones. Imagina que tus dos dedos índices son placas, ahora ponlos uno contra el otro y presiona simultáneamente, cada vez más fuerte. Sientes que se acumula una fuerza, pero no se mueven. Sin embargo, si desplazas ligeramente alguno de los dedos, de golpe se libera la fuerza y golpeas tus manos.
Esto es lo que sucede cuando se encuentran dos placas presionándose por milenios o millones de años y de golpe se quiebra la estructura rocosa o se desplaza. Ocurre una enorme liberación de energía que agita la tierra creando una onda de movimiento que se va transmitiendo kilómetro a kilómetro gran velocidad. Un terremoto.
Actividad volcánica
La acumulación de temperatura generando grandes presiones al interior de la Tierra hace que el magma o roca fundida ascienda por las grietas que ofrecen menos resistencia. En los puntos donde esta roca fundida libera su presión se forman volcanes, que pueden llegar a estallar y también producen movimientos de tierra o terremotos.
Impacto de asteroides
Cuando lanzas una piedra a un estanque, el impacto genera una fuerza que produce un movimiento en ondas desplazándose desde el punto de impacto en anillos concéntricos. Igualmente, si un gran cuerpo celeste, un asteroide por ejemplo, choca contra la superficie terrestre, también el impacto genera el desplazamiento de la masa de tierra.
Esto provoca la formación de ondas de fuerza en la tierra que se van desplazando alejándose del punto de impacto, es decir un terremoto.
Explosiones nucleares
Una causa artificial de terremotos son las explosiones nucleares subterráneas, provocadas cuando el ser humano detona una bomba nuclear bajo tierra. En este caso es la onda expansiva de la explosión lo que provoca el desplazamiento de la masa terrestre produciendo las ondas sísmicas, es decir el terremoto.
Tipos de terremotos
Según a que profundidad de la tierra se origina un terremoto, los hay de tres tipos, superficiales, intermedios y profundos. Teniendo en cuenta que mientras más profundo es el foco de origen, menor intensidad tendrá el terremoto, ya que su fuerza se disipa en las capas profundas.
Terremotos superficiales
Estos son los terremotos cuyo foco o hipocentro se ubica entre la superficie terrestre y máximo los 70 kilómetros de profundidad. Es decir que estos se originan en la corteza terrestre.
Terremotos intermedios
En este caso la fractura ocurre más allá de los 70 kilómetros de profundidad o hasta los 300 o 450 kilómetros de profundidad como máximo. Por tanto, estos terremotos tienen su origen en las capas superiores del manto.
Terremotos profundos
Estos son los terremotos que se originan a profundidades superiores a los 300 o 450 kilómetros. Aquí el origen del terremoto es cerca del límite de la litosfera, la capa formada por la corteza y la capa superior del manto más sólida.
Consecuencias de los terremotos
Desplazamientos de la corteza terrestre
Sin duda la consecuencia más inmediata de un terremoto es el desplazamiento de zonas de la corteza terrestre. Es decir, las ondas sísmicas producen fallas o levantamientos y hundimientos de grandes áreas de terreno, así como grietas en el suelo.
Corrimientos de tierra
Los terremotos también provocan derrumbes de masas de tierra desde zonas elevadas que se ven sacudidas por las ondas sísmicas. Cuando los terremotos afectan zonas montañosas, pueden venirse abajo secciones de laderas montañosas, arrastrando todo a su paso.
Maremotos o tsunamis
Cuando los terremotos ocurren bajo la corteza oceánica, la onda expansiva produce a su vez ondas marinas que provocan olas gigantes. Estos son los llamados maremotos o tsunamis, con olas que van desde 6 hasta más de 30 metros de altura.
Estas olas se desplazan desde el epicentro del terremoto en forma concéntrica hacia las costas, causando grandes desastres.
Destrucción de infraestructuras y afectación de vidas
Desde el punto de vista del ser humano, la más grave consecuencia de un terremoto es que puede destruir ciudades enteras. Dependiendo de su intensidad y de otros factores como las características del suelo y de las construcciones, un terremoto puede ser muy devastador en una ciudad.
Esto ocurre al desplazarse la tierra y abrirse grietas, ceden las bases de las construcciones y se vienen abajo casas y edificios. Igualmente, se dañan las carreteras, aeropuertos, sistemas de distribución de agua, gas y electricidad, provocando incluso incendios. Adicionalmente, todos estos eventos causan también la pérdida de vidas.