Flora y fauna de Corrientes: especes más representativas
La flora y fauna de Corrientes queda representada por especies como la jaboticaba, el tacuaruzú, el aguará guazú y la yarará, entre otros. Corrientes es una provincia de Argentina, que está ubicada al noreste de ese país.
El clima no es uniforme, distinguiéndose así tres tipos diferentes. Al noreste, los veranos son calurosos y húmedos. En la zona del Paraná, el clima es chaqueño subtropical. Por otra parte, en las regiones del sur llueve todo el año, el verano es caluroso y el invierno es fresco.
Corrientes, es parte de la Mesopotamia argentina, donde existen lagos, pantanos y llanuras. Con relación al suelo, se distinguen dos zonas: la oriental, de carácter aluvional, y la occidental, caracterizada por zonas arenosas.
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La jaboticaba es un árbol tropical originario de Brasil, que pertenece a la familia Myrtaceae. Esta especie se encuentra distribuida en Argentina, Paraguay, Brasil, Bolivia y Perú.
Puede crecer a una altura de 3 a 8 metros, presentando una forma redondeada y densa. Las hojas, cuando son jóvenes, tienen un tono salmón, volviéndose verdes cuando maduran. Además, tienen forma lanceolada o elíptica, son perennes y opuestas.
Con relación a las flores, son blancas amarillentas, emergiendo en grupos en las ramas y en los troncos. Los frutos son globosos y morados, pudiendo aparecer solos o formando grupos. La piel de estos es gruesa y tienen una pulpa gelatinosa, dulce y jugosa.
La floración y la fructificación pueden acontecer varias veces al año, existiendo especies donde estas han ocurrido 6 veces en un año.
La fruta del grapetree brasileño, como también es conocida esta especie, es comestible. Puede ser consumida directamente del árbol o ser preparada en vino, jaleas o mermeladas.
El tacuaruzú es una caña, perteneciente a la subfamilia Bambusoideae. Es originaria de Suramérica, donde se encuentra en un clima tropical a templado. Las cañas son gruesas, llegando a tener un diámetro de 10 a 15 centímetros y una altura de hasta 20 metros. Los tallos suelen formar matorrales en los suelos húmedos que bordean a los ríos.
Las ramas son espinosas, con anillos de color blanco sobre los nudos. Los entrenudos son lisos, caracterizados por la coloración verde lustroso. En cuanto al follaje, las hojas son lanceoladas, de gran tamaño y de tono verde intenso.
Esta especie rizomatosa, conocida también como tacuara brava, tiene una gran importancia desde el punto de vista económico. Esto es debido a su valor como planta maderable. Así, es utilizada en la industria de la construcción, en la fabricación de mobiliario para oficinas y para el hogar.
Además, las cañas son empleadas como elementos de protección de las riberas y cuencas de las quebradas y de los ríos. Los trozos del bambú, cortados de tal manera que tengan como base un nudo, son empleados como vasija para beber o para servir alimentos.
Esta palmera forma parte de la familia Arecaceae. Está distribuida en Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. En la actualidad, frecuentemente es utilizada como una planta ornamental. Debido a esto, el ybá pitá ha sido introducido a otras regiones subtropicales, tropicales y mediterráneas a nivel mundial.
Dicha planta puede crecer hasta los 25 metros de alto. El estípite es grisáceo y anillado, midiendo en su base alrededor de 60 centímetros de diámetro. Así mismo, es liso, pudiendo tener algunos ensanchamientos.
Con relación a las hojas, son verdosas y alternas. Además, son pinnadas, teniendo una longitud entre 2 y 3 metros. Los folíolos, que tienen un largo de 1 metro, son lanceolados y tienen un aspecto plumoso.
Las inflorescencias son ramificadas, envueltas por una espata estriada y leñosa. En cuanto a las flores, son monoicas y de color blanco o amarillo. El florecimiento ocurre durante el verano y fructifica en otoño.
El fruto de esta palmera es una drupa que cuando está madura es de color amarillo o naranja. Su pulpa es fibrosa y densa, que se utiliza en la alimentación del ganado, cerdo y otros animales.
El aguará guazú es un cánido endémico de Argentina, Bolivia, Paraguay y Perú. Tiene una contextura corpulenta, comparada con otras especies de su familia que viven en estado silvestre. Puede llegar a medir 170 centímetros, tomando en cuenta la longitud de la cola. Su peso oscila los 34 kilogramos.
El pelaje es denso y largo, de un tono anaranjado rojizo. Tiene la particularidad de ser más largo en el área del cuello. Esta melena es eréctil, permitiéndole así parecer más grande ante sus depredadores. Contrariamente a la coloración general, el vientre es más claro.
Tiene manchas negras a todo lo largo de la línea dorsal, en las extremidades y en el hocico. En la parte interna de las orejas, la garganta y la cola tiene marcas blancas.
La cabeza tiene forma alargada y es pequeña, con relación al tamaño corporal. Las pupilas oculares son circulares. Sus orejas son grandes, facilitándole así la irradiación de calor, a fin de reducir la temperatura interna.
Las patas son largas y las delanteras tienen unas uñas extremadamente fuertes. El poseer extremidades altas le facilitan una mejor visión en los pastos donde habita. Es un animal omnívoro, alimentándose de frutos, raíces, conejos y roedores, entre otros.
Esta ave falconiforme pertenece a la familia Falconidae. Es natural de Suramérica, encontrándose en Argentina, Uruguay y Chile. También habita en Paraguay, Bolivia y al sur de Brasil.
Esta especie mide de 35 a 40 centímetros de longitud. La coloración del chiuque, como también es llamada dicha especie, es parda, siendo más clara en el área ventral. Las plumas dorsales tienen un borde de color cenizo. Sobre estas tonalidades destaca el pico, que es amarillo, y las patas grises azuladas.
El cuello es corto, comparado con el tamaño corporal. El pico tiene una leve curvatura y las patas son delgadas, tomando como referencia al resto de los falcónidos.
Con relación a la alimentación, esta se basa en carroña. Sin embargo, puede ser oportunista, tomando los huevos de los nidos o cazando roedores, insectos y aves.
El hábitat del chimango es muy amplio. Puede localizarse en casi todos los ambientes, naturales o poblados, excepto en las altas montañas. También, pudiera encontrarse en los bosques que estén despejados de la vegetación de tipo secundaria.
Esta serpiente venenosa, que se alimenta principalmente de roedores, forma parte de la subfamilia Crotalinae, Es endémica de Bolivia, Brasil, Uruguay, Paraguay y Argentina. El veneno del yarará es una potente hemotoxina. Pocas veces es mortal, aunque pudiera causar graves daños en los órganos.
La longitud de este reptil puede estar entre los 80 y 120 centímetros. Sin embargo, se han registrado especies de hasta 2 metros de largo. El cuerpo es robusto, con la cabeza de forma subtriangular. Su hocico es puntiagudo, con el área cercana al rostro erguida y un poco angosta.
A ambos lados de la cabeza, entre el hocico y los ojos, presenta una foseta loreal, Esta estructura ayuda a la yarará en la detección de aquellas presas que emiten radiaciones infrarrojas.
La región dorsal es de color castaño, con las escamas pigmentadas en un tono oscuro. Presenta una serie de manchas simétricas, de color marrón oscuro, que están dispuestas de forma regular o alternadas a lo largo de la línea dorsal. Estas se encuentran adornadas en el borde con los colores blanco y negro.
Con relación a la cabeza, es negra o marrón oscuro, cruzada por varias líneas blanquecinas. La región ventral es blanca, con bandas longitudinales oscuras.
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