Biografías de personajes históricos

Pericles: biografía, política, discursos, guerra, datos


Pericles (495 a. C. – 429 a. C.) fue un político, estadista, militar y orador ateniense del siglo V a. C. Fue apodado ‘El Olímpico’ por sus dotes para dirigirse al público y su grave voz, que resonaba en el espacio como la de un dios.

Se ha propuesto que, gracias a la influencia de Pericles, la Liga de Delos sea considerada lo más cercano a un imperio griego en su época. Además, durante los años de su gobierno, Atenas vivió gran parte de su edad dorada, destacando eventos como las guerras médicas y las del Peloponeso. Por ello, también es conocido como “el siglo de Pericles”.

Fue el principal estratega griego de su época y el responsable de la reconstrucción, así como del incremento en la riqueza artística y arquitectónica de Atenas tras la ocupación persa. El Partenón, en la Acrópolis fue de los más destacados ejemplos de su gran labor.

Procuró atraer a su lado a las figuras más destacadas de su época, tanto en las artes y la arquitectura, como en la filosofía y la literatura. De ese modo intentaba reafirmar la importancia de Atenas dentro del mundo griego.

En el mandato de Pericles, Atenas estaba gobernada bajo el sistema democrático, representado en la Ekklesía. Comenzó siendo el asistente de Efialtes y lo sustituyó como líder de la facción popular después de que este último fuese asesinado.

Índice del artículo

Datos importantes

Pericles ocupó el cargo de strategos desde el 445 a. C., pero su opinión tenía mucho más peso que la de los otros nueve colegas. Se escogía un representante por cada una de las diez tribus, aunque era irreprochable la prominencia de Pericles entre ese círculo.

Para algunos, la postura de Pericles era populista, por su inclinación a complacer a las masas.

Una de las victorias para su mandato fue el incluir al pueblo en el gobierno, puesto que permitió que todos los ciudadanos pudiesen optar a cargos públicos sin importar su estatus económico.

También se le comenzó a proporcionar un salario a los empleados de una oficina gubernamental para que los funcionarios pudieran dedicarse a su trabajo sin preocuparse por asuntos personales relacionados con el dinero.

Otra de las medidas que tomó Pericles fue la de otorgar tierras a campesinos sin recursos y ayudas a los desposeídos que no estaban en capacidad de ejercer un oficio.

Su principal rival político fue Cimón, quien representaba los intereses de las familias aristócratas tradicionales que manejaban el monopolio de la carrera pública y la dirección del Estado.

Liderazgo griego

Aunque Atenas floreció bajo el mando de Pericles y llegó a ostentar mayor gloria que en tiempos anteriores, el resto de las ciudades-estado griegas no tuvieron un destino tan agradable, por lo que se volvió necesario que las dos grandes fuerzas se enfrentaran entre sí por el liderazgo griego.

Las hostilidades entre Atenas (Liga de Delos) y Esparta (Liga del Peloponeso) se iniciaron oficialmente en el 431 a. C. y se mantuvieron durante 27 años, incluso después de la muerte de Pericles.

Una de las piezas más recordadas de la oratoria de Pericles fue su Discurso fúnebre dedicado a los caídos en la primera campaña del Peloponeso. Se refirió en concreto a dos puntos fundamentales de su lucha:

El primero fue la tradición, puesto que consideró que no solo los caídos ese día merecían un homenaje, sino todos los que habían dado sus vidas para entregar esa tierra libre a sus hijos desde generaciones ancestrales.

Luego se refirió a la democracia, ya que pensaba que de ese modo los hombres intentan buscar su propia honra, puesto que poseen libertad, mientras que los subyugados luchan por el honor ajeno y eso los hace débiles.

Gustave Glotz afirmó que Pericles fue el alma de Atenas en el tiempo en el que Atenas era el alma de Grecia.

Primeros años

Pericles nació en Atenas, aproximadamente en el 495 a. C. Era hijo de Jantipo y Agarista, descendiente por su línea materna de los Alcmeónidas, una de las familias tradicionales más importantes de la ciudad.

Tanto Pericles como su padre formaban parte de la quinta tribu ateniense, conocida como Acamante.

La madre soñó durante su embarazo que daba a luz a un león. Algunos consideraron que ese augurio era bueno, por la relación que existía entre la grandeza y dicho animal.

Sin embargo, para otros se volvió un chiste pues decían que se trataba de una referencia a la cabeza de gran tamaño de Pericles. Se cree que este mito surgió porque el strategos siempre era representado con el casco puesto.

Jantipo se dedicó a la política durante su vida e incluso estuvo condenado al exilio (ostracismo), por ser considerado un problema para el sistema político.

Aunque había sido expulsado por más tiempo en la sentencia emitida en 484 a. C., Jantipo regresó a los 5 años, ya que sus servicios a la ciudad eran requeridos. De hecho, en el 479 a. C. fue electo como arconte epónimo.

Educación

Desde muy joven Pericles mostró inclinaciones por la intelectualidad. Se dice que fue un joven muy introvertido, pero no existen muchas certezas con respecto a los acontecimientos de la primera mitad de su vida. Siempre procuró mantener un perfil bajo y un comportamiento comedido.

Sus orígenes como miembro de una de las familias más importantes de Atenas le permitieron dedicarse a cualquier área que le pareciera interesante y en su caso fue la política, para lo que su cuna también le proporcionó importantes contactos.

De sus primeros maestros solo ha sido confirmado que fue Damón quien le instruyó en teoría musical, aunque otras fuentes afirman que su influencia en Pericles pudo extenderse más allá de ese arte.

Filosofía

Más adelante, Pericles simpatizó con el pensamiento de los sofistas como Zenón y Anaxágoras, con quien llegó a ser muy cercano.

El futuro líder ateniense se interesó mucho en la filosofía. Le otorgó importancia a la formación en este ámbito y comprendió que aplicarla en la administración y manejo del Estado aportaba beneficios.

El hermetismo y la sobriedad que mostró durante la primera mitad de su vida hizo que cuando entrara a la vida política sus enemigos crearan rumores de que en realidad era su pareja, una extranjera, quien escribía sus discursos y guiaba sus acciones desde las sombras.

Inicios políticos

Cerca del 470 a. C., fue que Pericles tomó interés por los asuntos públicos. Para entonces tenía aproximadamente 25 años, que en la época era considerada como una edad madura, pero ya tardía para emprender una carrera política.

En 472 a. C. presentó la obra de teatro Los Persas de Esquilo. Es considerada una de las primeras obras registradas de la historia y, con ella, Pericles quiso hacer notar que por aquellos entonces era uno de los hombres más acaudalados de la ciudad.

Este tipo de financiaciones se llamaban liturgia, que venía a ser una obra pagada con dinero privado, pero para disfrute público. Después de la obra su nombre volvió a desaparecer de otros eventos del interés público.

Es considerado que intentaba crear alrededor suyo una imagen de ciudadano incorruptible y reservado para que eso no se pudiera usar en su contra, sino considerarle un modelo.

Conservadores y populares

Pericles ingresó de lleno en la actividad política durante un tiempo alrededor del 463 a. C., cuando lideró la acusación de negligencia en el caso de Macedonia, contra quién se convirtió desde entonces en su rival político: Cimón de Atenas.

Se consideraba que la simpatía de Cimón por los macedonios, o quizá algún soborno recibido, fue lo que impidió que actuara en consecuencia cuando se presentó la oportunidad de invadir sus territorios.

Pericles no pudo llevar a buen puerto sus acusaciones y Cimón fue absuelto de los cargos de negligencia. Aunque la ley lo declaró inocente, el líder de los conservadores o aristócratas, Cimón, comenzó a perder su liderazgo que pasó a manos de la bancada popular.

Se consideraba que la mayor parte de las victorias que había estado consiguiendo Atenas provenían de su flota, más que de su ejército terrestre.

La marina ateniense estaba compuesta mayormente de ciudadanos pobres, por los que estos se inclinaron a la causa de los demócratas radicales.

Conflicto espartano

En esa época Pericles no era el líder de su partido, sino que esa posición era ejercida por Efialtes. Este grupo profesaba un inmenso descontento contra Esparta, que era el enemigo interno con el que se disputaba el liderazgo Atenas entre las ciudades griegas.

Entonces Esparta tuvo que hacer frente a la rebelión de los ilotas, una clase secundaria que servía a los espartanos y estaba subyugada por estos. Efialtes consideró que Atenas no debía participar, pero se impuso la visión de Cimón, que sí deseaba colaborar.

El representante ateniense se dirigió junto con 4.000 hoplitas a dar soporte a la causa espartana, pero al llegar estos los despacharon rápidamente, lo que fue interpretado por toda Atenas como una ofensa.

Cuando regresó a su ciudad natal en el 461 a. C., la carrera política de Cimón estaba virtualmente acabada por haber brindado su apoyo a Esparta. De hecho, los ciudadanos votaron para aplicarle el ostracismo al líder conservador y recibió la sentencia de 10 años de exilio.

Si bien Pericles no participó activamente en este proceso contra Cimón, se cree que colaboró con el partido de Efialtes para consolidar las políticas democráticas en Atenas y marcar distancia de los rivales espartanos.

Democracia sólida

Aprovechando que los moderados habían perdido protagonismo en la escena ateniense, Efialtes desarrolló una serie de reformas en el mecanismo político de Atenas. Hasta ese momento la mayor parte del poder se concentraba en el Aerópago.

Los miembros de esa institución eran seleccionados entre los arcontes, funcionarios públicos que normalmente provenían de familias adineradas.

Se cree que cerca del 462 a. C., Efialtes se encargó de quitar al Aerópago casi todas las competencias, salvo las de asuntos religiosos y asesinatos.

El nuevo poderío estaba ahora depositado en la Ekklesía, que era la asamblea popular, así como en la Boulé, conocida también como “Consejo de los Quinientos” en donde se seleccionaban 50 representantes de cada una de las diez tribus por sorteo.

El mando superior estaba a cargo de los strategos, de los cuales la asamblea escogía uno por tribu y poseían mando tanto político como militar dentro de Atenas.

Efialtes también se encargó de otorgar parte del poder a los Tribunales populares. Todas estas medidas fueron vistas como demagógicas, y el líder de los radicales se adquirió muchos enemigos mientras se hacían efectivas.

El mismo año en que Cimón fue expulsado de la ciudad, Efialtes fue asesinado. Algunas fuentes afirman que el responsable de la muerte fue Aristóclico de Tangrana, aunque otros claman que la identidad del asesino nunca fue develada.

Ascenso de Pericles

Para algunos es exagerado decir que el poder absoluto se concentró en las manos de Pericles tras la muerte de Efialtes. Lo que es cierto es que fue él quien quedó como la cara visible del partido radical dominante en Atenas.

Sin embargo, antes de poder ser reconocido como el líder indiscutible, continuó realizando reformas que le permitieron conseguir aún más apoyo a su causa, ya que beneficiaban al grueso de la población.

Algunas de estas nuevas medidas fueron la asistencia de los ciudadanos pobres al teatro. Consideraba que todos los ciudadanos debían elevar su nivel intelectual. Desde entonces, el estado ateniense se hizo cargo del costo de sus entradas.

También se estableció que todos los ciudadanos de Atenas podrían acceder a las oficinas públicas, no solo aquellos provenientes de las familias aristocráticas tradicionales.

Otras reformas

Implementó en esta misma época un salario para los funcionarios estatales, puesto que así podrían dedicarse a su trabajo sin desviar su atención a los intereses económicos de sus familias.

Otra de las reformas que impulsó Pericles fue la concerniente a la ciudadanía. Desde el año 451 a. C., la misma solo podría transmitirse si ambos padres eran atenienses.

Esto afectaba mayoritariamente a las clases sociales altas, puesto que los pobres solían casarse con personas de su comunidad.

Poder del pueblo

La palabra griega “demos” significa pueblo, mientras que “kratos” se refiere al gobierno. Los demócratas buscaban quitar el poder de las manos de tiranos y aristócratas y darlo a las masas de ciudadanos.

Pericles fue el encargado de consolidar todas las reformas relativamente nuevas que se habían hecho para lograr que el Estado no concentrara sus decisiones en pocos hombres. Entonces, los ciudadanos sin riquezas consiguieron un papel más relevante en la política.

Una de las importantes alianzas que tuvo que hacer Pericles fue con los granjeros, porque ellos conformaban una gran porción de la fuerza en la flota ateniense, que era la división más fuerte de sus fuerzas armadas.

Libertad como impulso

El ideal de Pericles era que los hombres libres lucharían para demostrar tanto su valor como su honor ante los otros, al contrario que aquellos que luchan para servir a un señor, puesto que la gloria no sería para ellos de conseguir la victoria.

De hecho, durante esta época el gobierno ateniense comenzó a proporcionar tierras para aquellos campesinos que no tenían propiedades, de modo que todos pudiesen participar y contribuir en la economía del Estado.

Primera guerra del Peloponeso

No habían transcurrido 20 años desde que atenienses y espartanos unieron sus fuerzas para luchar contra los invasores persas. Sin embargo, ambas ciudades continuaron disputando la supremacía dentro de la escena griega.

Quizá Atenas se encontraba demasiado poderosa en el momento en que Cimón acudió al auxilio de Esparta y fue interpretado por estos como una posible amenaza a su seguridad.

Sin dudas, ese evento terminó de dictar la suerte que los puso uno contra el otro tiempo después.

En la Liga de Delos, liderada por Atenas se encontraban Tesalia, Argos y Mégara, que estaba en guerra con Corinto, aliados de los espartanos.

Los ilotas comenzaron a encontrar apoyo en los atenienses, que habían conseguido hacerse con Naupacto en el golfo de Corinto.

Ya en el 460 a. C., los enfrentamientos con los miembros de la Liga del Peloponeso eran un hecho. Sin embargo, en esa misma época Inaro, un rey libio, consiguió atacar Egipto con el fin de arrebatárselo a Artajerjes I y los atenienses enviaron parte de su flota a auxiliarlo.

Desarrollo

Las fuerzas de Atenas se encontraban dispersas cuando comenzaron las hostilidades directamente contra Esparta. Entre el 460 a. C. y el 459 a. C., los corintios y epidaurios prevalecieron en tierra frente a las tropas atenienses en tierra durante el choque en Halias.

No ocurrió lo mismo en el caso de la lucha naval de Cecrifalia, donde Egina y Esparta perdieron tras lo que Atenas los asedió. Tiempo después los miembros de la Liga de Delos se hicieron nuevamente con el control de Mégara y eso los fortaleció.

En el 454 a. C., los persas vencieron a las tropas atenienses que habían acudido a ayudar a Inaro en Egipto.

Durante ese mismo año el tesoro de la Liga de Delos fue transferido a Atenas, de modo que la ciudad líder tuviese mayor control económico, pero generaron disgusto y desconfianza entre sus propias filas aliadas.

Tregua

En el 451 a. C., se había cumplido la condena de exilio de Cimón, el antiguo rival de Pericles. Cuando regresó consiguió negociar una tregua de 5 años con los espartanos, por los cuales siempre había mostrado inclinación.

Según Plutarco, durante el tiempo que pasó Cimón en Atenas hubo un acuerdo tácito en el que él controlaba los asuntos militares y Pericles la política interna. De hecho, en 451 a. C., Cimón partió junto con las tropas atenienses a Chipre, donde murió dos años más tarde.

El mismo año en que volvió el líder de los conservadores fue que Pericles pasó la ley en la que la ciudadanía ateniense solo podría pasar a los hijos de ambos padres naturales de Atenas.

Algunos consideran que eso fue un ataque directo a Cimón, cuya madre era extranjera.

También se tomó por una medida populista, ya que los matrimonios entre atenienses y extranjeros se daban mayormente entre las clases altas.

Mientras tanto, los más pobres solían unirse a personas de la ciudad, porque no podían asumir los gastos de un viaje para buscar pareja.

Reconstrucción de Grecia

Gracias a la paz que se había acordado con Esparta, la ciudad de Atenas comenzó a recuperar su brillo. La idea de Pericles era consolidar su territorio como la capital del mundo griego tanto en lo cultural como en lo político y económico.

Pericles llamó al resto de las ciudades-estado griegas y les propuso reconstruir lo que había sido destrozado dos décadas atrás por los persas. Esparta dijo tajantemente que no colaboraría, pero otros sí secundaron la idea ateniense.

Siglo de Pericles

De inmediato iniciaron los trabajos para mejorar la Acrópolis. En el 447 a. C., se dio inicio a la construcción del Partenón, uno de los edificios que es considerado bandera de Atenas. También comenzó la creación de la estatua de Atenea en mármol y oro.

Los hombres más importantes de la época acudían a tierras atenienses, puesto que era el lugar más idóneo para desarrollarse durante este período.

Esquilo, Euripides, Sófocles y Aristófanes aportaron sus plumas, Hipócrates contribuyó con las ciencias naturales, especialmente la medicina. La historia también vio momentos de gran importancia con Heródoto y Tucídices.

La escultura y la arquitectura tuvieron un auge con Fídias, mientras que en la filosofía resaltaron los nombres de Protágoras, Zenón, Anaxágoras, Sócrates y Platón, quienes dieron las bases del pensamiento occidental hasta nuestros días.

Vida personal

Pericles se casó por primera vez con una mujer ateniense. La identidad de la esposa del líder ateniense es desconocida, pero se sabe que juntos procrearon dos varones, uno de nombre Jantipo y el otro Paralo.

Se sabe que se divorciaron cerca del 445 a. C., pero Pericles se aseguró de procurar un nuevo matrimonio para su ex pareja, que estuviese en consonancia con su puesto en la sociedad y que estuviese aprobado por los hombres de la familia de ella.

Se sabe que ella ya había tenido un esposo antes de Pericles llamado Hipónico, con quien tuvo un hijo de nombre Calias.

Aspasia

Sin embargo, la unión más polémica de Pericles fue la que tuvo con Aspasia de Mileto, hija de Axioco. Se dice que después de que ella llegó a Atenas se convirtió en amante del estratega.

Algunos han propuesto que su fecha de llegada a tierras atenienses fue cerca del 450 a. C., también se cree que ella era una hetera, similar a las cortesanas de la edad media: educada, bella y con independencia financiera.

De cualquier modo, la relación entre Pericles y Aspasia era un hecho en el 445 a. C., y cinco años más tarde nació el hijo de ambos llamado Pericles el Joven.

La pareja recibió duros ataques con el fin de desprestigiar al político ateniense. Algunos llegaron a decir que era ella quien escribía los discursos de Pericles o que lo influenciaba en sus decisiones públicas.

Pericles al mando

Tras la muerte de Cimón, que era el líder de los conservadores, Tucídices lo relevó al frente de la bancada. Este grupo decía que los proyectos de Pericles eran extravagantes y que era inmoral utilizar el dinero de la Liga de Delos para llevarlos a cabo.

Pericles contestó que el dinero empleado era ateniense, pero que si los conservadores quedarían más tranquilos podría pagarlos él de su bolsillo con la condición de que los dedicaría todos a su persona.

Ese problema devino en la expulsión de Tucídices de la ciudad de Atenas. Tras haber sido su único contendiente de peso condenado al ostracismo, Pericles se convirtió en el líder indiscutible de la ciudad-estado.

Sin embargo, era indudable que otros miembros de la Liga de Delos no estaban contentos porque debían seguir pagando tributos a los atenienses.

Entre tanto, para asegurar su poderío, Atenas realizó asentamientos con los que ganarían mayor control del territorio griego. Así mismo, expulsaron a las tribus bárbaras que se encontraban ocupando la península de Galípoli.

El fin de la paz

Beocia fue una de las primeras ciudades en alzarse, cerca de 447 a. C. Su ejemplo fue seguido por Eubea y Mégara, lo que trajo como consecuencia el avistamiento de un ejército espartano en Ática.

La paz que se había forjado entre Atenas y Esparta estaba pensada con una duración de 30 años, pero concluyó en aproximadamente trece.

Pericles todavía tenía cierta oposición tras el destierro de Tucídices, pero seguía siendo reelecto como strategos. Aunque nominalmente todos tenían el mismo poder, la voz que todos los líderes acataban era la de Pericles.

Algunos dicen que en esta época el político ateniense abandonó los extremos con tal de asegurar la estabilidad de Atenas y de su propia posición en la situación.

Guerra de Samos

Después de que Atenas solicitó que Samos detuviese sus ataques a Mileto y su petición fuese desoída por estos, los atenienses comenzaron a actuar en consecuencia para defender a su aliado.

Entre el 440 a. C. y el 439 a. C., el ejército ateniense expulsó a los oligarcas de Samos y emplazaron una guarnición militar en la ciudad. Tiempo después los antiguos gobernantes derrocados se unieron con los persas para intentar retomar su poder.

Esparta permaneció al margen en esa oportunidad. En cambio por el bando ateniense fue el mismo Pericles quien dirigió parte de la flota hacia el sur. Esa división de fuerzas fue lo que provocó que los samios retomaran el control del mar durante dos semanas.

Cuando las naves al mando de Pericles regresaron volvieron a hacerse con el dominio marítimo de la zona y les aplicaron un bloqueo que duró nueve meses continuos, hasta que los samios se rindieron.

Después de eso los líderes de Samos tuvieron que tumbar sus murallas, entregar rehenes y comprometerse a pagar indemnización a Atenas durante 26 años.

Desde el 438 a. C., el principal objetivo de Pericles fue fortificar la ciudad de Atenas, así como expandir la influencia de esta ciudad-estado con lazos amistosos y asentamientos que permitieran que creciera su poder.

Segunda guerra del Peloponeso

En el 433 a. C. la suerte estaba echada para el enfrentamiento de las dos grandes potencias griegas de la antigüedad: Esparta y Atenas. En ese momento se estaba desarrollando un enfrentamiento entre Córcira y Corinto.

Los atenienses respaldaban a Córcira y enviaron su flota como apoyo a la riña que tenían con los corintios, que eran miembros de la Liga del Peloponeso.

En el mismo plano de provocaciones estuvo el decreto de Mégara. Se ha afirmado que esta resolución fue el primer bloqueo económico del que existen registros.

La excusa para dictarlo fue que los megarenses habían ocupado tierras de Deméter y también proporcionaron refugio a esclavos atenienses fugitivos.

Sobre esas fundaciones, la ciudad de Atenas dictaminó que los provenientes de Mégara no podrían entrar ni en puertos ni en mercados atenienses, lo que tuvo duros impactos económicos sobre los megarenses.

Antesala del combate

La respuesta espartana fue enviar un delegado a Atenas que solicitó dos cosas a la ciudad para mantener la paz con Esparta:

Lo primero era que se derogara, es decir, que cancelaran el decreto de Mégara. La segunda petición fue la expulsión de toda la familia Alcmeónida, incluyendo a Pericles, que era el principal líder y estratega ateniense.

A esto los atenienses contestaron que ellos estarían dispuestos a levantar el decreto de Mégara si los espartanos a su vez derogaban la xenelasia, que era el modo de llamar a la expulsión de extranjeros que pudieran perturbar el orden.

Además, Atenas demandó que Esparta reconociera la independencia de las ciudades aliadas a la Liga del Peloponeso. Ambos estaban seguros de que sus condiciones no serían aceptadas, de modo que el siguiente escenario era el conflicto armado.

Pericles había convencido a los atenienses de que no tenía sentido ceder, puesto que de hacerlo, las demandas espartanas no cesarían jamás.

Nadie sabe si Pericles realmente esperaba salir victorioso de un enfrentamiento contra Esparta. No obstante, se cree que el mayor error de planificación cometido por los atenienses fue no calcular los costos económicos que trajo la guerra.

Pericles esperaba dejar a las personas resguardadas dentro de las murallas y abandonar los campos. Pensó que podría estar en capacidad de suplir a la población desde el mar con su gran flota.

Primer año de la guerra

Esparta intentó reanudar las conversaciones y envió una delegación con el fin de solicitar a Atenas que cumpliera con sus demandas para evitar un conflicto interno entre griegos. Estos enviados tuvieron que permanecer fuera y retornar sin entregar su mensaje.

Un decreto impulsado por Pericles dictaba que si los espartanos iniciaban hostilidades armadas no podrían entrar a Atenas. Al saber que el ejército de Esparta estaba reunido en Corinto, se dijo que eso constituía una acción militar y en consecuencia la delegación fue rechazada.

El rey de Esparta respondió invadiendo Ática, pero no contaba con que los campos estaban vacíos puesto que los ciudadanos se resguardaron dentro de las murallas, lo que provocó solo pérdidas materiales.

Sin embargo, los atenienses se desesperaron al ver sus granjas arrasadas, por lo que solicitaban una acción inmediata, pero Pericles lo negó. El estratega consideraba que no podrían hacer frente a los lacedemonios en tierra.

Atenas envió como respuesta a 100 embarcaciones a saquear las costas del Peloponeso. A pesar de confiar en su plan, Pericles creyó prudente crear una reserva de 1.000 talentos y 100 barcos en caso de que recibieran un ataque marítimo.

En el invierno del 431 a. C., dirigió su flota a Mégara, ciudad que recapturaron.

Discurso fúnebre

En el 430 a. C., los espartanos regresaron a Ática y volvieron a saquear las granjas cercanas a la fortaleza. Pericles respondió con la misma estrategia, ataques navales, pero sin encontrarse en combate cuerpo a cuerpo en campo abierto.

Las vidas que atenienses que se perdieron en las campañas de la guerra del Peloponeso tuvieron sus exequias en las que Pericles dio su Discurso fúnebre, una de sus intervenciones públicas más trascendentes. Tucídices recogió sus palabras:

“Porque es justo y conveniente dar honra a la memoria de aquellos que primeramente habitaron esta región y sucesivamente de mano en mano por su virtud y esfuerzo nos la dejaron y entregaron libre hasta el día de hoy”.

Así resaltó la importancia de la tradición en la sociedad ateniense, pero no solo reconoció la labor de los primeros griegos, sino también de la generación anterior y de ellos mismos, para inspirar a la población:

“Y, si aquellos antepasados son dignos de loa, mucho más lo serán nuestros padres que vinieron después de ellos, porque, además de lo que sus ancianos les dejaron, por su trabajo adquirieron y aumentaron el mando y señorío que nosotros al presente tenemos.

Y aun también, después de aquéllos, nosotros los que al presente vivimos y somos de madura edad, le hemos ensanchado y aumentado, y provisto y abastecido nuestra ciudad de todas las cosas necesarias, así para la paz como para la guerra.”

Acerca de la democracia

Pericles durante su intervención tocó varios puntos relevantes en el contexto que se estaba desarrollando en Atenas. Alabó su forma de gobierno, para procurar que los atenienses comprendieran que luchaban por un ideal de bondad:

“Pues tenemos una república que no sigue las leyes de las otras ciudades vecinas y comarcanas, sino que da leyes y ejemplo a los otros, y nuestro gobierno se llama Democracia, porque la administración de la república no pertenece ni está en pocos, sino en muchos.

Por lo cual cada uno de nosotros, de cualquier estado o condición que sea, si tiene algún conocimiento de virtud, tan obligado está a procurar el bien y honra de la ciudad como los otros, y no será nombrado para ningún cargo, ni honrado, ni acatado por su linaje ó solar, sino tan sólo por su virtud y bondad”.

También Pericles aprovechó la ocasión para resaltar la superioridad ateniense sobre los espartanos:

“Y, aunque otros muchos en su mocedad se ejercitan para cobrar fuerzas hasta que llegan a ser hombres, no por eso somos menos osados o determinados que ellos para afrontar los peligros cuando la necesidad lo exige”.

Últimos años

Atenas sufrió un duro golpe que desmoralizó a la sociedad de la época durante el 430 a. C. A su territorio llegó una epidemia que acabó con muchas vidas de la ciudad.

Ese año los atenienses castigaron a su líder no solo con una multa de 10 o 15 talentos, sino que tampoco lo escogieron como strategos.

No obstante un año más tarde Pericles volvió a la posición que había ostentado durante más de dos décadas como líder militar y político.

Pero todo no era alegría, entre las vidas que se perdieron por la epidemia estuvieron las de una hermana de Pericles, además de los hijos legítimos del general ateniense: Jantipo y Paralo.

Ese evento fue muy duro para Pericles, puesto que él mismo había promovido una ley por la cual su hijo menor no había podido acceder a la ciudadanía ateniense al ser hijo de una extranjera. Solicitó a la Ekklesía en el 429 a. C. que legitimaran a Pericles el joven y lo consiguió.

Muerte

Pericles falleció en el 429 a. C., fue otra de las víctimas de la dura enfermedad que menguó las fuerzas de los atenienses.

No se sabe con exactitud qué pudo haber provocado tantas muertes, aunque clásicamente se pensaba que podría haberse tratado de la peste bubónica. Teorías modernas proponen que pudo tratarse de tifus o fiebre tifoidea.

Se desconoce si esta epidemia fue la causa real de la derrota que sufrió Atenas ante los espartanos, aunque muchos piensan que pudo haber contribuido, así como al futuro ascenso de los macedonios al poder regional años más tarde.

La guerra sin Pericles

Después de la muerte de Pericles, los líderes atenienses cedieron a la presión que existía para que se usara una táctica de ataque en lugar de la defensiva que había estado aplicando Atenas hasta ese momento.

Además de los ataques a las costas del Peloponeso, decidieron irse contra otras ciudades importantes para los espartanos. Cleón ganó el liderazgo en la Ekklesía y puso al mando de las tropas a Demóstenes.

Consiguieron algunas victorias, e incluso hicieron prisioneros a un grupo de soldados de Esparta.

Sin embargo, no lograron prevalecer, puesto que los espartanos atacaron a Anfípolis por orden de su rey, Arquidamo II, y esa era la principal proveedora de plata para sostener las acciones atenienses. Después de eso, solo les quedó negociar la paz que duró cerca de seis años.

Referencias

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  4. Palao Herrero, J. (2007). El sistema jurídico Ático clásico. Madrid: Dykinson.
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