20 ventajas y desventajas de la energía eólica
La energía eólica utiliza el viento para generar energía mecánica o electricidad. Para este proceso se utilizan turbinas eólicas que convierten la energía cinética del viento en energía mecánica o en electricidad.
Esta potencia generada por el viento se puede utilizar para diversas tareas o se puede convertir en electricidad, utilizando un generador. En las últimas décadas, la energía eólica ha ido ganando terreno como una buena opción para obtener electricidad de manera sustentable.
A continuación explicamos cuáles son las ventajas y las desventajas de la energía eólica desde el punto de vista medioambiental, económico, social y técnico.
Ventajas de la energía eólica
1. No depende de la exposición directa al sol
En el caso de la energía solar es necesario que los paneles se encuentren expuestos de manera directa al sol para que puedan funcionar, lo que implica que no en todas partes se puede hacer un uso eficiente de este tipo de energía.
La energía eólica es una opción muy eficiente, que puede ser implementada en gran parte del mundo, cada vez a menor costo.
2. No requiere combustible
Las turbinas que generan energía son movidas por el viento, así que no es necesario usar ningún tipo de combustible para su operación. Tampoco se requiere que sean conectadas a algún otro tipo de energía para que funcionen.
3. Energía limpia
La producción de energía mediante el viento es una manera sustentable de obtener energía limpia, pues no intervienen los combustibles fósiles en ninguna parte del proceso.
Además, no contribuye al cambio climático porque no se emiten gases de efecto invernadero durante la generación de energía y solo habría un momento, que pertenece al proceso de fabricación, donde se podría decir que indirectamente se liberan este tipo de gases.
4. Recurso ilimitado
El recurso del que depende la energía eólica es ilimitado, gratuito y renovable, debido a que el viento es un fenómeno natural y aprovecharlo para la energía eólica no interfiere en su ciclo normal.
El único gasto que deriva de la energía eólica tiene que ver con la fabricación, transporte y mantenimiento de las instalaciones que transforman el viento en energía mecánica o en electricidad.
5. Se pueden colocar turbinas casi en cualquier lugar
Las turbinas necesarias para la energía eólica se pueden colocar en muchos lugares, pues solo dependen de una cantidad de viento adecuada. Muchas de las zonas donde se instalan estas turbinas son áreas despobladas.
El viento se encuentra en casi cualquier punto del planeta, y además, se cuenta con información precisa sobre las zonas en las que sopla con más frecuencia y mayor presencia.
6. Se puede utilizar en zonas remotas o aisladas
En lugares donde no hay conexiones eléctricas, la energía eólica puede ser una gran alternativa, pues la infraestructura necesaria para un proyecto eólico no es demasiado costosa y se puede recuperar rápidamente la inversión, especialmente en aquellos lugares con gran presencia de vientos fuertes.
7. El viento es muy constante
El viento no depende de ciertas horas específicas del día para poder aprovecharse, y tampoco se restringe su uso al día o a la noche. Por ello ofrece una garantía en cuanto a la regularidad del fenómeno, aspecto que también la distingue de otras energías alternativas, como la solar.
8. Las turbinas no ocupan mucho espacio
Los aerogeneradores se instalan normalmente en tierra, pero tienen la gran ventaja de que no requieren mucho espacio. Una instalación eólica es considerablemente más pequeña que una planta fotovoltaica, por ejemplo.
Este ahorro de espacio hace que la energía eólica sea compatible con diferentes usos de suelo que pueden compartir el mismo espacio.
9. Su impacto en el entorno es mínimo
Cada vez más países exigen certificaciones para garantizar que los proyectos de energía eólica causen un mínimo de efectos colaterales en la flora y fauna alrededor de la instalación.
En el caso de los aerogeneradores que se instalan en campos, la tierra cercana puede utilizarse sin problemas para cultivar o para pastizales que sirvan de alimento a los animales.
10. Mantenimiento simple y económico
Una vez instaladas, las plantas eólicas requieren muy poco mantenimiento, y rara vez se presentan problemas relacionados con roturas. Tanto las torres como las turbinas pueden funcionar durante años, sin requerir intervención constante.
Hay ocasiones en que las turbinas pueden operar por más de 20 años, necesitando solo pequeños ajustes ocasionales.
Desventajas de la energía eólica
1. Ruido
En ciertos lugares, el ruido puede ser un problema para las personas que viven cerca de una planta eólica. Los generadores emiten una especie de zumbido mecánico, mientras que las aspas crean un sonido parecido a un silbido cuando se mueven con el aire.
Esta desventaja se ha ido aminorando con el tiempo, pues las turbinas más nuevas hacen mucho menos ruido que las antiguas.
2. Limitaciones en cuanto a la ubicación
A pesar de que las turbinas eólicas pueden instalarse en casi cualquier parte, no siempre resultan rentables, pues para que sean viables económicamente deben producir suficiente electricidad.
Los lugares donde funcionan mejor los proyectos eólicos son las costas, cimas de colinas y terrenos abiertos, especialmente donde hay una fuerte presencia de vientos.
3. Problemas para los animales voladores
Las aves, murciélagos y otras especies voladoras tienen muy pocas posibilidades de sobrevivir si se impactan contra las aspas o reciben un golpe de estas.
Algunos estudios han calculado que entre 140 mil y 500 mil pájaros mueren anualmente en accidentes relacionados con turbinas eólicas. Aun así, los números son menores comparados con los de aves que mueren por choques con edificios altos, pues se estima que cada año mueren entre 365 y 988 millones en choques con edificios.
4. Competitividad de costos
Se ha discutido mucho sobre la competitividad de costos de la energía eólica, pues los grandes parques eólicos y las turbinas residenciales dependen en la mayoría de los casos de distintos incentivos financieros.
Para poder alcanzar un punto de equilibrio, entre la inversión inicial realizada y la producción de electricidad, se requieren plazos que oscilan entre los 10 y los 20 años.
5. Problemas de seguridad
Tanto las tormentas severas como un exceso de fuerza en los vientos pueden dañar las turbinas, especialmente las aspas, lo que deriva en peligros para las personas que habitan o trabajan cerca de la planta.
La cuchilla dañada de un aspa puede caer y lastimar a una persona de por vida, o causarle un daño físico grave.
6. Efecto de parpadeo
El efecto de parpadeo se produce por las palas del rotor que proyectan sombras mientras van girando. En ciertas circunstancias pueden modificar las condiciones de luz, alterando el patrón de la luz, lo que afecta a los residentes de la zona, en ocasiones hasta por 100 minutos al año.
7. Intermitencia
En ciertas zonas el viento puede ser un recurso intermitente, haciendo difícil predecir cuánta energía eléctrica se va a poder producir. En días de muy baja velocidad en el viento, los rotores no giran, por lo que no es posible generar energía.
Para que la energía eólica pueda aprovecharse al máximo y se utilice de manera exclusiva, se requiere combinar las turbinas con tecnologías que permitan almacenar la energía.
8. Energía remota
En muchos casos, los lugares donde se genera energía eólica están ubicados a una gran distancia de la población que requiere la electricidad, así que debe construirse una infraestructura especial para poder llevarse hasta donde se necesita.
9. Contaminación visual
Las turbinas eólicas deben construirse a una altura considerable, para garantizar que capturen una buena cantidad de viento, y en ocasiones están interconectadas.
Esto genera contaminación visual para las personas que habitan cerca, interrumpiendo el paisaje montañoso o la visión despejada de lagos y océanos.
10. Poca rentabilidad en el uso del terreno
El desarrollo de proyectos eólicos puede resultar en un uso poco rentable del terreno donde se instalen las turbinas. Este tipo de terrenos, normalmente tienen las características para ser destinados a actividades con una mayor rentabilidad que la generación de electricidad.